Mensaje
por TheTaxiDriver » Mar 20 Feb, 2007 20:44
Se me ha quedado colgada la conexión así que mando todo el post de nuevo. Dejo el anterior para seguir el hilo Sorry
Para dejar clara mi postura desde el principio una OBRA MAESTRA, así que los que no piensen así pueden dejar de leer esto ahora mismo. (Vaya, parezco el Gasset en un arranque de Días de cine).
Para los que sigan leyendo intentaré razonar mi postura para que no parezca que es, simplemente, una "boutade". Además quiero avisar de que habrá spoilers pero no los he puesto como tales porque no se entendería el hilo de la explicación. Os pido disculpas por esto y entremos ya en materia.
He visto que, de momento, lo que más se le achaca es una falta de guión lo que lleva a una "narración" caótica, sobre todo, hacia el final de la película. No creo que esto sea así.
En primer lugar porque desde el principio de la película se establece el tono de la misma. Por un lado están los sueños de Stéphane y por otro la "realidad" y poco a poco vemos cómo los primeros interfieren dentro de la segunda.
En segundo lugar, la propia película se contagia de esto y lo "extraordinario" (no diré lo "mágico" y más adelante explicaré por qué) se cuela en lo "verosímil" (que no la realidad). Un claro ejemplo de esto es cuando Stéphane toca los acordes adecuados y las nubes de algodón se quedan suspendiadas en el aire.
Además, acostumabrados al bombardeo actual de imágenes no se puede decir que la narración sea caótica; de hecho creo que hoy en día hasta un niño puede seguir una narración como ésta, con sus saltos de raccord, sus elipsis, etc..
Además como pasaba al final de Olvídate de mí la narración se va desprendiendo de lo superfluo para acabar centrándose en los dos personajes.
Por seguir con el tema del guión: algunos habéis comparado esta película con "Más extraño que la ficción". Bien, pues dicha película es lo que pasa cuando se prepara un film para que se parezca a "algo que mola". Es decir un gran soufflé con un bonito aspecto que en cuanto lo pinchas se desinfla. Analicemos un poco "Más extraño que la ficción" y veamos su "receta del éxito". Se toma como punto de partida una película como "Olvídate de mí". Es decir un personaje apocado, insulso, que vive su vida de forma matemática (para que esto quede más chulo se adorna la imagen con efectos hechos por ordenador de lo que el personaje piensa). Se coge una buena idea (esto sí se lo concedo) que juegue con la narrativa tradicional (esto es: el personaje principal oye una voz que narra su viday que para colmo le dice que va a morir). Ahora buscamos a una chica opuesta a él y para ello presentamos a una chavala que no sólo es una librepensadora sino que no paga parte de sus impuestos por convicción política, que tiene una pequeña pastelería que resiste al enemigo capitalista, ah, y además da de comer a los vagabundos sus deliciosos "muffins", de gratis claro.
Luego hacemos lo que se recomienda en cualquier manual del buen guionista: le damos un plazo para cumplir su misión (como aquí no se trata de un thriller no le damos 48 horas). El protagionista encuentra a la narradora que lo va a matar pero el film es tan pastelón que es salvado por su "narradora" porque es un hombre honesto y de buen corazón y como no se queda con la chica.
¿Qué hemos hecho? Convertir un film profundo y honesto como era "Olvídate de mí" en una película ramplona, de soluciones fáciles y eso que se llama "gramática narrativa" clara, deglutible pero que nos hace sentir más "inteligentes". Pues bien, yo me siento estafado cuando veo tal cálculo para venderme algo tan prefabricado; es como entrar en un Starbucks y creer que entras en una tienda de barrio y que el café cuesta tres veces más caro porque te lo hacen de forma artesanal.
Todo lo que en "Más extraño que la ficción" es control y cáculo en "La ciencia del sueño" es caos pero creativo. Con esto quiero decir que la película respira verosimilitud, desde la elección de los muebles (por fin una película con jóvenes donde los muebles no son de Ikea -fijaos lo "guays" que son las casas de los personajes de "Más extraño que la ficción", aunque sean pretendidamente, cutres o modernas) hasta los efectos especiales. Estos merecen un comentario a parte.
Sé que muchos pensaréis que los alavaré, simplemente, porque están hechos de forma tradicional, pero pienso que no son una elección caprichosa del director. Creo que son una correspondencia muy acertada porque apelan a la creatividad, un tanto, naif que cualquiera de nosotros puede tener y porque dan esa idea de algo palpable, más allá de la perfección de unos efectos por infografía. De hecho en los sueños las cosas no parecen tener un aspecto real ni perfecto sino que tienen el aspecto de algo hecho con retales, con trozos de nosotros mismos.
En los primeros párrafos hablaba de lo "extraordinario" y de lo "verosímil" en contra de lo "mágico" y lo "real". Aclararé estos puntos.
Partamos de la base de que una película no es real sino la apariencia de realidad, es decir algo "verosímil"; esto que parece una perogrullada es más importante de lo que parece porque la mayoría de la gente cuando ve una película se aferra a lo que le parece real, rechazando aquello que le parece improbable y de ahí que digan: "esto sólo pasa en las películas".
Gondry nos dice desde el primer momento: esto es una película, es algo irreal, pero al mismo tiempo asume y potencia las características materiales del cine; al estilo de los cubistas cuando decían: un cuadro no es algo tridimensional, asumamos las características reales del material con el que estamos trabajando: la bidimensionalidad en su caso, y de ahí extraigamos una obra de arte que potencie esos valores. Los valores del cine, poco explorados hasta el momento son la imagen, el sonido y el montaje de estos. En lugar de esto los cineastas ( y el público, se aferran a lo "real" como si lo que quisieran ver es una obra de teatro filmada una y otra vez, con una clara estructura en tres actos, con los puntos de giro bien marcados y con un final satisfactorio). Y todo el que no ofrezca esto es tachado de "modernillo" o como mucho atraerá a un público marginal y minoritario, como le pasa a Godard.
Y esta comparación no es caprichosa por mi parte. Si "La ciencia del sueño" me recuerda a una película esa es "Une femme est une femme" de Jean-Luc Godard ( y sé que algunos no me perdonaréis por esto). A propósito de su film decía el mismo Godard: "mi película no es un musical, es la idea de un musical". De este modo Godard introducía lo "extraordinario" en su film con tal de dar la idea de un musical que viene a ser la satisfacción de la vida, la alegría, y de este modo los personajes cambiaban de ropa con un chasquido de sus dedos, discutían a través de frases de libros, etc, y no sólo esto, la propia película se trasmutaba en "extraordinaria" y así la iluminación cambiaba, por ejemplo, según el deseo del director demostrándonos así la falacia de lo real en las películas y hablándonos directamente de lo que es el cine y delo que se puede llegar a hacer con un medio así.
Gondry intenta esto en cada nueva película que hace y como buen artista siempre habla de sí mismo; y esto quizá sea lo más valioso de todo. Habla de personas y no de personajes, habla de relaciones que parecen insustanciales y que son lo más básico y lo hace explorando la capacidad del medio con el trabaja en busca de la emoción, la empatía con el espectador. De ahí que tanto en el final de esta película como en el de "Olvídate de mí" nadie no se dé un final feliz y cerrado (no sería coherente con su discurso, otra cosa más a valorar) sino que nada nos indica que los personajes vayan a seguir juntos o que en caso de hacerlo vayan a cagarla de nuevo (como les podría pasar a los protagonistas de "Olvídate de mí") pero siempre queda la ilusión de que uno podría estar menos jodido si estuviera con esa persona con la que quisiera estar.
Última edición por TheTaxiDriver el Mié 21 Feb, 2007 00:57, editado 1 vez en total.
La vida está llena de soledad, de tristeza, de sufrimiento y de infelicidad... y pasa todo tan deprisa.
Could you double check the envelope?