Hans Detlef Sierk
Hamburgo 1900-Lugano 1987

Portada del libro Douglas Sirk por Douglas Sirk (retocada) editado por Paidós
A Sirk se le conoce sobre todo como director de una serie de deslumbrantes melodramas hollywoodienses de los años cincuenta, de los que Escrito sobre el Viento e Imitación a la Vida son probablemente los más conocidos. Pero estos melodramas eran en realidad secuelas de melodramas igualmente opulentos e igualmente exitosos que Sirk había hecho dos décadas antes en Alemania. Los melodramas hollywoodienses de Sirk eran a menudo despreciados en su momento por demasiado deslumbrantes, demasiado "melodramáticos". Pero la razón por la que están siendo ahora apreciados por toda una nueva generación es que son grandes dramas. Como todos los grandes dramas, están cargados de emoción. La fuerza de todas las mejores películas de Sirk es dramática, no "melodramática". Y la razón por la que han sobrevido con inalterable impacto es que son cálidos, están a menudo llenos de humor y siempre trazan bellos y eficaces retratos de emociones humanas, en especial sobre elecciones difíciles que requieren un valor inhabitual y sobre el amor en circunstancias extremas o el amor frustrado.
Sirk fue el hombre más interesante, más reflexivo y probablemente también el más leido que conocí en mi vida (era probablemente también el más ilustrado y más leido de Hollywood). Era tremendamente divertido, un conversador maravilloso, con un espíritu profundo y original. Le encantaba el humor negro y la ironía, sobre todo en el lenguaje. Igual que sus películas podían suscitar el drama, la magia y la desesperación a partir de situaciones aparentemente banales y cotidianas, él podía llenar de pasión y sabiduría cualquier tema de conversación, todo en su muy expresivo off-english, pronunciado con sabroso acento alemán. Su amistad desempeñó un papel muy importante en mi vida durante casi dos décadas hasta su muerte en enero de 1987.
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Me había gustado Ford desde hacía mucho, mucho tiempo -desde mucho antes de ir a Estados Unidos- y sigo siendo un ferviente admirador de su obra (...) están llenas de maravillas cinematográficas
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