AÑO: 1963
DURACIÓN: 87 min.
GUIÓN: Rafael Azcona, Luis García Berlanga, Ennio Flaiano
REPARTO: José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luis López Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, María Isbert, Julia Caba Alba
SINOPSIS: José Luis, empleado en una funeraria, está pensando en emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Enamorado de Carmen, hija de Amadeo, un «administrador de justicia» que parece tener soluciones para todo, será sorprendido con ella en la intimidad, por lo que se ven obligados a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos y la necesidad de buscar un piso para fundar el nuevo hogar, Amadeo, que está a punto de jubilarse, convence a José Luis para que solicite la plaza de verdugo que va a dejar vacante, y con la que tendrá derecho a una vivienda. Basta con que José Luis herede la profesión de su suegro. Esa es la única condición que pone el Patronato de la Vivienda. Presionado por la familia, José Luis acepta y, convencido de que jamás ejercerá, se hace verdugo. Mientras no hay ejecuciones, la vida en la casa nueva transcurre plácidamente, pero un día llega el temido telegrama: debe ajusticiar a un condenado en Mallorca. La posibilidad de un indulto es su única esperanza.
Datos técnicos:
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Post Original de gusarapez2000
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- Pues como parece que el lanzamiento anterior ya está suficientemente repartido, aquí os dejan acker y gusarapez2000 otro estupendo clásico:
EL verdugo (1963)
Aunque no creo que esta película requiera presentación, el siguiente enlace contiene datos sobre el reparto, una breve sinopsis y una lista de los premios que ha ganado. Esta película ya circula por el ciberespacio; sin embargo, se trata de un VHSrip de mediana calidad, así que me he decidido por ripear el DVD.
Datos técnicos del ripeo:
Video:
Codec: XviD
Duración: 1:27:24 (131110 frames)
Resolución: 576x336 pixels (para que no se nos enfurruñe Gordianus, como pasó con "Los jueves, milagro", esta vez he usado una resolución bastante mayor a expensas de reducir el bitrate)
Aspecto: 576x336 (1.71:1)
BitRate: 998 kb/s
FPS: 25
Bits/(P*F): 0.206 bits/pixel
Audio:
Codec: MP3
118 kb/s (59/ch, stereo) VBR
48000 Hz
He incluido las siguientes capturas de imagen para que se pueda apreciar la diferencia de calidad entre el ripeo VHS original y el ripeo DVD que ahora pongo a compartir:
VHSrip
DVDrip
VHSrip
DVDrip
El DVDrip tiene una nitidez de imagen mucho mayor. Por ejemplo el cartel situado en la esquina superior izquierda es ilegible en el VHS-rip mientras que en el DVD-rip se puede leer "PARA LA CONGREGACION DE HIJAS DE MARIA". Además, se puede observar como la versión VHSrip está ligeramente cortada a ambos lados.
El enlace estáaquí
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Nuevo Ripeo de Merxemerxe escribió:El verdugo
imdb
Pais: España
Año: 1963
Género: Comedia | Comedia negra
Duración: 87 min.
Dirección: Luis García Berlanga
Guion: Rafael Azcona, Luis García Berlanga.
Música: Miguel Asins Arbó
Reparto:
José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luis López Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, María Isbert.
Descripción:
José Luis, empleado en una funeraria, está pensando en emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Enamorado de Carmen, hija de Amadeo, un «administrador de justicia» que parece tener soluciones para todo, será sorprendido con ella en la intimidad, por lo que se ven obligados a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos y la necesidad de buscar un piso para fundar el nuevo hogar, Amadeo, que está a punto de jubilarse, convence a José Luis para que solicite la plaza de verdugo que va a dejar vacante, y con la que tendrá derecho a una vivienda. Basta con que José Luis herede la profesión de su suegro. Esa es la única condición que pone el Patronato de la Vivienda. Presionado por la familia, José Luis acepta y, convencido de que jamás ejercerá, se hace verdugo...
Críticas:Datos técnicos:
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- Isbert ejecuta y se jubila para delirio del espectador, mientras la flaqueza de las piernas de su yerno se convierte en uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte jamás vistos en una pantalla de cine. Cruelmente divertida, paradigma del humor negro español, "El verdugo" es, probablemente, la mejor comedia española de todos los tiempos. Isbert, Azcona y Berlanga en estado puro. (Pablo Kurt: FILMAFFINITY)
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Por última vez
Luis García Berlanga y Rafael Azcona eran los mejores cuando debían eludir la censura y en esta comedia negra, para mí la mejor película española de la historia, logran su cima, junto al guionista Ennio Flaiano y el operador Tonino Delli Colli, italianos como la coproducción. El embajador de España en Roma declaró, tras intentar prohibir su exhibición, "La película me parece uno de los más impresionantes libelos que jamás se hayan hecho contra España; un panfleto político increíble, no contra el régimen, sino contra toda una sociedad. Es una inacabable crítica caricaturesca de la vida española." Tenía toda la razón. Lo mejor es tratar esta tragedia desde una óptica cómica, que si no, la experiencia puede ser tremenda. Nunca olvidaré el último plano inhumano de "Pascual Duarte", pero ésta la recuerdo fotograma por fotograma. Porque sin ser tan explícita, es mucho más terrible.
Los personajes son un viejo verdugo del régimen, su hija casadera y la “víctima” de ambos, un empleado de pompas fúnebres destinado a heredar el puesto de su futuro suegro. Un hombre normal y corriente, que tiene un trabajo con el que gana poco dinero. Ya casado espera no tener que ejercer nunca su profesión. Pero ese momento llega.
Imprescindible alegato contra la pena de muerte, con un Nino Manfredi (tan buen actor que logra no parecer italiano) acobardado, y un Pepe Isbert (tan genial que vuelve querible a su nefasto personaje) que engrandecen una película que mejora con el tiempo, junto a un gran reparto en el que asoman grandes actores.
-"Amadeo: Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. ¿Qué es mejor, la guillotina? ¿Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?
-José Luis: No. Yo no entiendo de eso.
-Amadeo: Y que me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. ¡A ver dónde está la humanidad de la silla!
-Jose Luis: Yo creo que la gente debe morir en su cama ¿no?
-Amadeo: Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla."
Excelente comedia llena de un personal humor negro y un duro alegato contra la pena de muerte. La historia de cómo obligan a Jose Luis a hacer lo que no quiere, casarse, tener un hijo y convertirse en verdugo, con el acicate de que mejorará su vida por lo bien que guisa Carmen y disfrutará del piso que ha conseguido don Amadeo. Es una mirada entre divertida y asqueada, certificando cómo los convencionalismos absurdos nos obligan a actuar de modo "normal".
El verdugo no es sólo una de las películas más importantes de la historia del cine español. Es también una de las más duras y siniestras, porque Berlanga y Azcona reducen la pena de muerte a un triste oficio. La sencillez con que está planificada y la versatilidad de matices que ofrece el gran Pepe Isbert otorga credibilidad al drama: en definitiva, matar a alguien en nombre del Estado es también un trabajo como otro cualquiera. Obra de dos genios.
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“La muerte no me preocupa. Mi muerte no será mía. Será de mi familia, a quién dejaré el muy considerable estorbo de un cadáver” (Rafael Azcona)
Tímida, casi inadvertidamente, se nos ha escabullido Rafa Azcona. Sin flashes, ni cámaras ni estériles panegíricos. Sin pompa ni cháchara. Como él mismo dispuso. Incinerado en la más estricta intimidad. El genial y prolífico guionista español deja como legado un puñado de obras maestras de visión onerosa e impostergable. ¿Qué mejor homenaje para este humilde talento que ver, revisar y recomendar su obra a todo aquel que la desconozca?. Y aunque es difícil elegir, yo me quedo con “El verdugo”.
La verdad es que nadie como él supo plasmar tan fielmente aquella grotesca y tragicómica España de los 40 y de los 50. Esa escalofriante España repleta de curas, militares y beatas. De repeinados funcionarios con angosto bigotito y terroríficas gafas de sol. De grises hombrecillos con pantalones de tiro alto y boina calada. Pero lo mejor de todo es que el bueno de Rafa siempre supo impregnar sus historias, aquellas de las que nunca quiso alardear, de un toque muy especial. Un toque ingenioso, cáustico y amargo al mismo tiempo que colaboró en sacar al cine español de ese infame marasmo en el que se encontraba perpétuamente inmerso. El inconfundible toque Azcona.
Allá donde estés, un abrazo, camarada.
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Un verdugo muy nuestro.
Han pasado más de cuarenta años desde que el genial (y golfo) Berlanga filmara este peliculón. Mirando hacia atrás uno se pregunta cómo pudo realizar una película como esta en esa época; quizá la respuesta es que no se podía filmar una película tan negra como en esos tiempos tan grises. Y lo hace desde una ligereza aparente, con una frescura tan grande que tienes la impresión de que lo que nos muestra existe no porque lo invente, sino porque estaba. Hace historia y una historia negra, negrísima, casi hasta la crueldad, llevada de la mano de unos personajes que muestran todas sus miserias, pero su inmensa humanidad, en el viaje de un personaje al que el Estado empuja a ser verdugo. El nasal Pepe Isbert está como siempre: GENIAL, aportando esa naturalidad congénita a un hombre que si te lo cruzarás hoy por la calle, le partirías la cara, pero que en la película lo único que logras es partirte de risa por la genialidad de sus diálogos, imágenes; Emma Penella a la misma altura, con una carnalidad sorprendente; y Nino Manfredi compone ese personaje que es todo bondad, pero que no va poder seguir con esas herramientas si lo que quiere es vivir. En resumen: Azcona y Berlanga hacen la quizá sea la mejor comedia española de todos los tiempos y el mayor alegato contra la pena de muerte que se haya filmado (esto último sin discusión).
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La primera vez...
Buena película que trata un tema bastante díficil con un tono cómico sin dejar de ser crítica. La historia en principio es bastante sencilla, pero está muy bien realizada, y además en aquellos momentos desde luego rompía con la mayor parte de las producciones que se estaban haciendo para la época, teniendo graves problemas por culpa de razones políticas.
La película critica al mismo tiempo la pobreza, por la que la gente se ve obligada a hacer cosas con las que moralmente ni siquiera está de acuerdo, pero hace por necesidad, y al mismo tiempo también critica la pena de muerte, vista aquí desde el punto de vista del ejecutor, no del acusado.
Tenemos dos personajes, el perro viejo en el oficio, y el novato que lo hace sin la más mínima vocación. El personaje de Amadeo, el viejo, está bordado por Isbert, que sin duda es el gran punto de la película, que dudo que hubiera sido lo mismo con otro actor. Le da un toque muy particular al personaje, porque a pesar de ser bastante brusco no llega a perder la humanidad. El personaje del joven es de lo más miedoso, todo lo contrario que se podría esperar de alguien que aspira a justiciar las penas de muerte, y donde más destaca es en la escena final, cuando por fin le llaman para que haga su trabajo. ¿Habrá indulto? ¿No? ¿Tendrá que hacerlo? ¿Dimitirá?
Un gran final es el colofón de esta película entretenida y bien realizada.
La mejor escena es al final, cuando le llevan a matar al criminal, atravesando el vacío camino hacía la zona donde se iba a realizar. Parece que se inviertan los papeles, y el acusado sea el que va tranquilo, y en cambio, el que le debe matar, parece que es el que vaya a morir en aquella sala. Y es que la primera vez es la más difícil, pero como dice Amadeo "sí sí, yo también dije que no lo repetiría después de la primera vez...".
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Impresionante
No sólo es una de las mejores películas españolas que he visto, sino una de las mejores comedias a nivel mundial.
Esta película no tiene nada que envidiar al neorrealismo italiano (e.g. "El ladrón de bicicletas" ) ni a la comedia "rural" de, por ejemplo, el "Amarcord" de Fellini. Repleta de gags memorables, cuenta la historia de un viejo verdugo de pueblo (sorprendentemente interpretado por José Isbert) hacia el que la gente siente rechazo y morbo. Nino Manfredi, que no se deja comer por Isbert, está tan soberbio como éste, llenando a su personaje de inseguridades.
Pero si hay algo realmente magistral, académico, en esta obra es el guión. En un tono de comedia aparentemente inofensiva, Azcona y Berlanga realizan un alegato brutal en contra de la pena de muerte, planteando el drama desde el lado del ejecutor. Y es que en la película, el verdugo lo pasa peor que el ejecutado (memorable la escena en la que el verdugo se desmaya y el condenado va por su propio pie al matadero). Y, además, a lo largo de la película se suceden los gags (muchas veces a cargo de cameos) totalmente hilarantes y atemporales; para nada recuerdan al humor rancio que imperaría en el cine español.
Pues eso, una obra maestraza del copón que nunca envejecerá, y la cual no puede disgustar a nadie.
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No recomendable, obligatoria.
Esta película es un básico de nuestro cine, una de esas películas que aunque pueda parecer antigua y desfasada, nunca pasará de moda, ya que es una de las grandes. Se podría decir que es un alegato contra la pena de muerte, pero va más allá, explorando a fondo lo mas hondo de cada uno de los personajes, analizando por tanto muchas más cosas de las que pueda parecer en un principio.
Un acto de valentía por parte del maestro Berlanga, ya que consigue burlar a la mismisima censura, ya que a base de metáforas la critica por todas partes, aportando grandes dosis de humor negro.
La cinta se puede decir que es única, por el motivo de que es una obra que no se puede clasificar en ningún genero, se presenta como comedia, pero detrás hay un gran drama, bañado de humor ácido e inteligente, va contra el sistema, pero sin atacarlo directamente, es arriesgada, valiente, atrevida, divertida, agridulce, es "El Verdugo".
Rafael Azcona, otro maestro, firma el guión que exprimen los protagonistas. Pepe Isbert, un actor que se manifiesta de manera sobrenatural, aportando ternura al personaje más cruel, pero como él dice: <<...alguien lo tiene que hacer...>>, una sensual Emma Penella, con un personaje lleno de ligeros matices que ella aporta excelentemente, admirable el trabajo espontáneo y natural de Jose Luis López Vázquez, junto al resto del reparto, donde destacan también Nino Manfredi, Maria Luisa Ponte y María Isbert.
Esta película no es recomendable, es obligatoria para cualquier amante del buen cine bien hecho.
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"Pero que quieres, ¿que sea un asesino?"
Una obra maestra del cine, y no solo del español. Gracias a películas como esta quedará para la posteridad el recuerdo de una España que, de otra forma, estaría demasiado lejana y oscura para las personas que no vivimos aquella etapa de nuestro país. Y es que si algo hace el cine de Berlanga es reflejar las miserias de una España gris, marcada por una guerra civil, por una dictadura y por las consecuencias que ambos acontecimientos conllevaron en nuestro país. Y lo hace con la elegancia y la inteligencia de los mas grandes, gracias a lo cual supo sortear a la censura, lo cual no hace sino dar mas merito a toda su obra, que no puede entenderse sin el trasfondo de aquella. Cine crítico, irónico, cómico, absurdo, pero REAL.
Sobre el impresionante alegato en contra de la pena de muerte poco se puede añadir a lo dicho en anteriores críticas... Magistral.
Atticus Finch
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El ejecutor de penas
Gran film de Luis García Berlanga. El guión, escrito por Rafael Azcona, Luis G. Berlanga y Ennio Flaiano, desarrolla un argumento original de Berlanga y Azcona, inspirado libremente en un hecho real. Se rueda en escenarios naturales de Madrid y Mallorca y en los platós de los Estudios CEA (Madrid). Nominado al León de oro de Venecia, obtiene el premio Fipresci (Venecia). Producido por Nazario Belmar, como productor ejecutivo, para Naga Films (Madrid) y Zebra Films (Roma), se proyecta en público por primera vez en el Festival de Venecia (septiembre 1963).
La acción dramática tiene lugar en Madrid y Mallorca a lo largo de algo más de un año, en 1962/63. El verdugo de la Audiencia de Madrid, Amadeo (Isbert), viudo, con algo más de 40 años de servicio, alcanza la edad de jubilación forzosa poco después del matrimonio de su hija Carmen (Penella) con el empleado de una funeraria, José Luis Rodríguez (Manfredi). Para no perder los derechos de adjudicación de una vivienda del Instituto de la Vivienda, Amadeo presiona a José Luis para que opte a la plaza de verdugo que él deja vacante. Amadeo es taciturno, solitario, persuasivo, dominante y obstinado. Su hija hace las labores de la casa y es soltera. José Luis es soltero y desea emigrar a Alemania para aprender el oficio de mecánico de coches. Es manejable, ingenuo, idealista y sensible.
El film suma comedia negra y drama. A partir de un excelente guión construye un discurso humorístico, irónico y sarcástico contra de la pena de muerte. Expone, además, la facilidad con la que un ser humano puede perder la libertad de elección y decisión. La narración traspira una acidez especial, acompañada de un tono esperpéntico que delata la huella del tándem Azcona y Berlanga. Los diálogos son brillantes y destilan verismo y naturalidad. Los personajes están bien desarrollados. Elabora una sátira hilarante de la España chocante y extravagante de la época, que se presenta disimulada bajo la apariencia de un agitado humor costumbrista. Contraviniendo el orden natural de las cosas, el verdugo es la víctima.
Muestra con delectación los anacrónicos vehículos mortuorios de la época Da testimonio de la ignorancia y el aislamiento de los intelectuales oficiales: el Sr. Corcuera, “alter ego” de José M. Pemán, poeta ampuloso y cursi, no ha oído hablar nunca de Bergman y Antonioni. Muestra el alto grado de presencia de religiosos y religiosas en la sociedad (oficina de la Vivienda, entierro del difunto, celda del condenado, acompañamiento del reo...).
Muestra un extenso repertorio de extraños uniformes y el exotismo de la vestimenta de los turistas. Presenta asociaciones chocantes (champaña en prisión, baile de gala sobre la cubierta de una barca). Explica cómo la pobreza obliga a hacer por necesidad cosas indeseadas.
Aborda con sorna la denuncia de grandes problemas sociales, como la escasez de la vivienda y la carestía de sus precios, el paro endémico y la emigración española a Alemania, la proliferación de subempleos, la burocratización exagerada de la administración pública, la proliferación del enchufismo, las grandes diferencias de clase, etc. Subraya el pintoresquismo del emergente turismo de masas y sus aficiones extravagantes.
La música, de Miguel Asins Arbó (“El cochecito”, 1960), ofrece una partitura de melodías sencillas de aires populares que traspiran patetismo y fatalismo. Añade un fragmento del twist “El verdugo”, de Adolfo Waitzman. La fotografía, de Tonino Delli Colli, construye emotivos planos largos y planos secuencia, imágenes de luces contrastadas, composiciones con acumulación de actores en pantalla y situaciones de desorden y caos. La atmósfera melancólica y fúnebre del film se convierte hacia el final en un estallido de música, luz, baile, alegría y vida. Entretenida y divertida, invita a la reflexión.
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¡No lo haré más! ¿entiende?...
Oculta bajo la máscara de costumbrismo español y unas vacaciones de turismo de sol y playa se encuentra una demoledora, feroz y asombrosamente inteligente embestida contra la pena de muerte, que por desgracia permanece aún a día de hoy en no pocos lugares del mundo. Corrosiva y afilada sátira con muchas secuencias tan divertidas como sobrecogedoras moralmente. Pepe Isbert será recordado por muchos como "el verdugo", y las estupendas réplicas del italiano Nino Manfredi y de Emma Penella siempre quedarán en el recuerdo de todo cinéfilo que se precie.
Trasciende el calificativo de obra maestra, es un icono cultural español.
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La conciencia del ejecutor
Berlanga es un director que, en su época dorada de las décadas de los sesenta y setenta, estuvo tocado por la gracia. Tan elevado dejó el listón con las soterradas denuncias que lanzó en sus satíricas películas, que hasta la fecha su genialidad permanece en el pedestal del mejor cine español. Porque su cine es universal, atemporal, reflejo no sólo de etapas concretas en la historia de España, sino de ideologías, dilemas, lacras, costumbres y concepciones que se repiten a lo largo de los tiempos y en todas partes.
Sus ataques y osadías disfrazados de un fino y agudo humor costumbrista lograron la proeza de pasar la censura franquista, con lo cual uno de los directores y guionistas españoles por excelencia se reafirmó no sólo como consagrado cineasta, sino como un inteligente crítico social dispuesto a revolver la conciencia colectiva de todas las generaciones presentes y futuras.
Si en "Bienvenido Míster Marshall" había puesto en entredicho la política estadounidense de recuperación europea tras la Segunda Guerra Mundial, y en "Plácido" había sacado los colores a esta sociedad hipócrita e interesada, en "El verdugo" su mandoble se dirige hacia la pena de muerte.
Cuando en un estado existe la pena de muerte, alguien tiene que ser el encargado de ejecutar la sentencia. Y ahí entra el polémico y macabro papel del verdugo.
Berlanga retrata a un verdugo de los que en España, hasta hace unas cuantas décadas, eran los encargados de aplicar a los condenados la pena del garrote vil. Amadeo (Pepe Isbert) ha ejercido su profesión durante cuarenta años. Es un hombre de carne y hueso, corriente, que lleva una vida ordinaria, viudo y con una hija soltera cuyos posibles pretendientes invariablemente salen huyendo ante la peliaguda profesión del suegro en ciernes.
Por otro lado, tenemos a José Luis, enterrador, otra de las profesiones que no suelen generar un gran sex-appeal a quien la ejerce. A través de Amadeo, su hija Carmen y José Luis se enamoran y acaban casándose, y José Luis se verá en un gran dilema: Amadeo se va a jubilar y él tendrá que aceptar la sucesión en el puesto de verdugo, o de lo contrario perderán el piso al que Amadeo optaba por ser funcionario.
Ahí comenzará el gran dilema moral del joven enterrador... Por un lado, el bienestar de su familia; por otro, ser el venidero responsable de las muertes de los reos condenados a la pena capital...
Como siempre, sagaz, ácido, profuso en pulsar las teclas más comprometidas cubriéndolas de una capa de costumbrismo, ironía, un sobresaliente guión (de los mejores que ha dado la industria cinematográfica española), y un mar de fondo que va arrastrando con una corriente más fuerte de lo que aparenta ser desde fuera.
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No lo volveré hacer....
Hay directores y DIRECTORES, películas y PELÍCULAS, guionistas y GUIONISTAS, actores/actrices y ACTORES/ACTRICES. En esta película se mezcla todo y da una de las mejores películas de todos los tiempos en todos los ámbitos, no sólo el español.
Tratar un tema, siempre de actualidad, como la pena de muerte sin caer en el sentimentalismo, en una época donde la censura iba cortando más rápido que corta un sastre una camisa (es admirable como la sortea), tratar temas como el problema de la vivienda (sí, ya existía), del no acceso a la cultura extranjera y no aprobada por el regimen (memorable la escena en la feria del libro preguntando por Bergman), del sexo pre-matrimonial, del trabajo, de los funcionarios...si es que es actual y real como la vida misma.
Tal y como hacían los verdugos en el Siglo XVII pedían perdón a sus victimas, me imagino al pobre Nino Manfredi acudiendo al patibulo (parece él más el ajusticiado) diciendo a su victima que le perdone, que es su oficio.
Memorable la escena final...que Isbert, que uso de la cámara....
¡Viva Berlanga!
Y la escena final...en el barco, no lo volveré hacer..y el magistral José Isbert (para mi comparable con Chaplin o Laurence Oliver) diciendo ya, ya....
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El ocaso de la españa franquista
Mordaz crítica de la españa de los sesenta. Buen ejercicio de profundidad en las necesidades de aquella época y crítica velada de la dictadura, donde un Isbert sensacional, como siempre, se nos presenta como el caudillo dando sus últimas vueltas de tuerca. Sin duda es un clásico de nuestro cine de obligada visión. Muy recomendable.
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La cápsula del tiempo
Cuenta Luis García Berlanga, que tras escuchar el relato según el cual el amigo de un amigo, verdugo para más señas, pasaba peor rato que el reo al que le tocaba ejecutar, visualizó una poderosa imagen que luego plasmó sin cambio alguno en la pantalla, la del enorme vestíbulo blanco. Vio la necesidad de "rellenar" 90 minutos más de historia que justificaran el citado momento, para lo que contrató a Rafael Azcona.
Así nació una máquina del tiempo capaz de hacer retroceder 50 años en el tiempo a cualquier español. Como si el director valenciano espiara la cotidianidad de unos cualquiera, va recogiendo con nitidez cristalina y amplias dosis de humor la idiosincrasia de una época, con igual tino para el retrato de costumbres, para cazar arquetipos sociales al vuelo, para recubrir de dignidad hasta al personaje más gris y por supuesto para enfrentarse a la cochambre de un régimen acostumbrado a la doble moral y otras oscuridades todavía más dolorosas.
La inteligencia de estos anti-sistema de los años 60 que debían sortear la censura a base de sutilezas o de provocar la carcajada y la reflexión al mismo tiempo deja en mal lugar a los anti-sistema de hoy en día, en permanente deriva ideológica, capaces de defender con la misma pasión un argumento y el contrario. No sé si pensar que el mundo era mucho más simple entonces o que la izquierda es mucho más tonta ahora.
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El mendrugo (de pan), ese es el que manda.
Treinta y dos años he tardado en descubrir en primera persona esta estupenda joya del cine patrio. No me duele la espera, quizá en otro momento no hubiera sido lo mismo, aunque lo dudo. La he disfrutado como no disfrutaba una película desde la primera vez que vi el apartamento, y es que, ésta no tiene nada que envidiar al mejor Wilder, y no estoy haciendo comparaciones. Mucho me temo que necesitaré verla al menos un par de veces más para escribir una crítica que le haga mayor justicia.
El ritmo es tremendo, ni un respiro, un genial guión imprime la cadencia perfecta entre escena y escena, dosificando la historia, a cada uno de los personajes, y sus motivos. De un humor sutil y atroz al mismo tiempo, amable y devastador, no acusa el paso del tiempo, se mantiene fresca pese a sus 46 primaveras. De los actores principales y los menos, incluso los cameos, no se puede decir nada, estupendos. Había leído quejas de alguna sobreactuación... en fin, de esto oí hablar a kubrick refiriéndose a James Cagney o Jack Nicholson, estos actores son así, esa es su interpretación, te puede gustar más o menos, pero es su esencia.
Sin haber vivido la época te hace llegar el retrato, las necesidades, la falta de trabajo digno, vivienda, la emigración, la diferencia de clases, el aislamiento con respecto a Europa, me he sentido pueblerino como la primera vez que vi el metro en Madrid (tenía 15 años y soy asturiano, aquí los metros los usamos para medir), he sentido la emoción de mi llegada y estancia aquel primer verano en Menorca. Qué decir del macabro humor con que regatea un tema tan delicado como la pena de muerte, o la sociedad miedosa y arcaica del qué dirán, la doble moral, condición sinequanon del ser humano.
Sólo tiene virtudes. Por ello tú, ávido lector de "Últimas críticas en FilmAffinity", que buscas nuevas películas con que nutrir tu hambre cinéfila y buceas en esta sección a la caza, no tengas ninguna duda, sean unas u otras tus preferencias, no lo dudes, tienes en esta una obra magistral para sentarte a --
Berlanga sortea la censura
¿ Se podía abordar la cuestión de la pena de muerte durante el franquismo ?. ¿ Es la pena de muerte motivo para una comedia ?. Si Usted responde que no evidentemente no ha visto ésta obra maestra. Berlanga deshace el nudo gordiano justamente afilando su bisturí sobre las situaciones cómicas que se originan en torno a la figura del verdugo. El guión, perfecto, es de Rafael Azcona ¡ de quién si no ! y la película no hubiera sido posible sin José Isbert. Alguna vez se ha preguntado ¿ quien puede elegir como profesión la de verdugo ?. Esta película tambien tiene la respuesta.
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¿Quizás la mejor película del cine español?
Obra maestra del cine español perpetrada por el genial duo Berlanga (director) y Azcona (guionista) y protagonizada por el entrañable y siempre natural Pepe Isbert. En esta película no solo se hace una crítica a la pena de muerte si no también a una sociedad hipócrita, supersticiosa y tradicionalista como era la España de la postguerra, un milagro que pasara la censura. Aunque a "simple vista" no lo parezca, la película trata todos estos temas con un humor negrísimo y una fina ironía.
El personaje de José Luís (Nino Manfredi) es de lo mejor de la cinta. Él es un pobre hombre, un antiheroe, que por circunstancias de la vida se ve forzado a dejar su sueño de viajar a la idealizada Alemania a trabajar pero se ve fozado a casarse con su novia por dejarla embarazada, y a trabajar de verdugo solo para poder conseguir un piso, al final también se ve forzado a ejecutar a alguien muy a su pesar. De esta forma José Luís es esclavo de los tradicionalismos que le obligan a casarse y también de la pobreza, que le obliga a convertise en verdugo.
Tamaño: 1,24 Gb
Duracion: 01:27:25
Vídeo codec: Xvid (doble pasada)
Resolución: 704 x 384
Bitrate: 1777 Kbps. Qf: 0.263
Audio codec: 0x2000(AC3, Dolby Laboratories, Inc) AC3
Bitrate Castellano: 48000Hz 256 kb/s total (2 chnls)
Subtítulos : No tiene
Capturas:
- Spoiler: mostrar
El verdugo.(1963).(DvdRip.Xvid).mercedes.avi