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- Y tú qué capullo...
- Ya, bueno. Es un director de cine alemán, o austríaco...
- De esos de 1900 o por ahí...
- Sí, de esos de cine mudo. Bueno, en realidad tiene solo 6 o 7 pelis mudas, las demás son sonoras.
....Tengo unas cuantas pelis suyas por ahí, si quieres ver alguna.
- Déjalo, otro día si acaso.
- Vale.
- ¿Eh...? Ah... ...Sí, a ver si hago hueco en el disco duro...
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Georg Wilhelm Pabst wird am 27. August 1885 im böhmischen Raudnitz als Sohn des österreichischen Bahnbeamten August Pabst und seiner Frau Elisabeth, geb. Noe, geboren. Seine Kindheit und Jugend verbringt er in Wien, wo er ab 1901 Schauspielunterricht am Konservatorium nimmt, nachdem eine geplante Offizierskarriere an seiner Kurzsichtigkeit gescheitert ist. Es folgen zahllose Engagements an Bühnen in österreich, der Schweiz und Deutschland, bevor er 1912 am Deutschen Volkstheater in New York sein Regiedebüt gibt. Auf der Heimreise wird er vom Ausbruch des ersten Weltkriegs überrascht und noch vor seiner Landung in Frankreich als feindlicher Ausländer festgesetzt. Während der vierjährigen Internierungszeit bei Brest organisiert er dort das Lagertheater. Pabst kehrt 1919 nach Wien zurück und wird, neben diversen anderen Engagements, künstlerischer Leiter der avantgardistischen Neuen Wiener Bühne.
Biografía alternativa (no oficial):Der Regisseur Georg Wilhelm Pabst wurde am 25. August 1885 in Raudnitz (Tschechien) als Sohn eines Bahnbeamten geboren. Er verstarb am 29. Mai 1967 in Wien im Alter von 81 Jahren.
ETAPA MUDADurante unos años, por lo menos hasta la segunda guerra mundial, este director austríaco ocupó un lugar de privilegio en las preferencias de la crítica. Sus obras circularon por el mundo rodeadas por el ditirambo y, a menudo, aupadas por el escándalo. No son pocos, en efecto, los críticos que resaltan lo provocativo de sus temas, con tanta insistencia como ponderan el estilo en que son tratados. La preocupación por lo social, una de las constantes de Pabst, coincide a menudo con la exhibición de ambientes sórdidos y cierta complacencia -según la crítica- en presentar las pasiones más abyectas del ser humano. Esto convierte títulos como «Bajo la máscara del placer» y «La caja de Pandora» -especialmente- en presa favorita de los censores. De la primera puede decirse que existen tantas versiones como sistemas censores hay en el mundo. De la segunda conviene recordar que la emblemática Lulú acaba redimida en unas versiones y, en otras, muere en manos de Jack el Destripador (un final que, de todos modos, fue adoptado por Pabst después de una censura previa).Lejos de perjudicar a su prestigio, esa aureola de escándalo contribuyó a convencer de que Pabst ofrecía un cine adulto, y esto pudo hacerse extensible a algunos títulos de intenso contenido social, como «Carbón» o «Cuatro de infantería», ya pertenecientes al periodo sonoro del realizador. La audacia de sus concepciones visuales hizo el resto: se habló hasta la saciedad de los enfoques de Pabst, de la atmósfera de sus filmes, de los movimientos de cámara y, en fin, de los malabarismo s de una puesta en escena que sabía arrancar a la realidad sus aspectos más descarnados. Después de tantos y tan repetidos elogios, Pabst fue defenestrado por la crítica joven y pasó a ocupar un lugar poco distinguido en la memoria cinéfila. Durante tres décadas fue un olvidado cuya obra ha vuelto a ser reivindicada recientemente. Gracias en parte a la fascinación de Louise Brooks y en parte a los méritos de una realización excepcional, «La caja de Pandora» es en la actualidad una indiscutible película de culto. Periodista y actor en sus comienzos, Pabst llegó al cine en 1921 de la mano de Carl Froelich, a cuyas ordenes interpretó «El hechizo de la garra» (Im Banne der Dralle), y más tarde fue su ayudante y coguionista en «El haragán» (Der Taugenichts, 1922) y «Luise Millerin» (1922).
Pelis y talDer Schatz |
Gräfin Donelli |
Die freudlose Gasse |
Geheimnisse einer Seele |
Man spielt nicht mit der LiebeDer Liebe der Jeanne Ney |
Abwege |
Die Büchse der Pandora |
Das Tagebuch einer VeilorenenDie Weiße Hölle vom Piz PalüLa bandera te trae al índice. The flag brings you back here.
Con ayuda de Froelich dirigió su primera película, «El tesoro» (Der Schatz, 1923). Es una tragedia típica del Kammerspielfilm, con cinco personajes de los cuales tres se dedican a la búsqueda afanosa de un tesoro, y los otros dos a vivir el amor y a sufrir las consecuencias de la codicia ajena. De todos modos, también suele considerarse que pervive en ella un rastro del expresionismo en la ambientación de Rohrig, quien diseñó una casa lúgubre de sórdidos muros y rincones oscuros. «El tesoro» le valió un encargo para dirigir a Henny Porten en la comedia sentimental «La condesa Donelli » (Grafin Donelli, 1924), que no pasa de ser un producto menor, sobre todo si se la compara con la inmeditamente posterior «Bajo la máscara del placer», también conocida por su traducción literal de «La calle sin alegría » (Die freudlose Gasse, 1925).
La acción de «La calle sin alegría» se ubica en la pequeña calle Melchior de Viena, durante los tiempos de miseria que siguieron a la Gran Guerra. Allí se mezcla la depravación de las clases pudientes con la penuria en que viven los pobres que hacen cola durante horas delante de una carnicería. Werner Krauss como el carnicero, y Valeska Gertg, como su esposa, alcahueta que tras un negocio de pieles encubre una mancebía, están eminentes; no en vano Pabst había sido un reputado director de actores dentro de la escuela realista del teatro Kammerspiel. Sin embargo, los momentos interpretativos más memorables están a cargo de Greta Garbo y Asta Nielsen. La primera es una joven burguesa que trabaja en una oficina para mantener a su padre, un funcionario que ha perdido su trabajo y, posteriormente, todo su dinero en una operación bursátil que termina en estafa. Como es de esperar, la joven está a punto de caer en la prostitución en los fatídicos salones de la Gert, aunque la salva en último momento un joven militar que estuvo realquilado en su casa. En cambio, Asta Nielsen -otra hija de familia arruinada- sí se prostituye por amor a un joven indigno convertido en hombre de confianza de un poderoso estraperlista. En su imparable proceso de degradación cae en el crimen pasional, en un episodio que es una de las partes más débiles de la película. Esta concluye con un sintomático alzamiento de toda la calle Mechior contra la casa de galanteo y la tienda del carnicero, que representan dos distintos aspectos de la dominación capitalista.
Pese a lo melodramático de su asunto y lo confuso de algunas situaciones, «La calle sin alegría » es importante todavía hoy no sólo por su encendida labor de protesta social, estimulada por el rápido juego de contrastes con que evoluciona el desarrollo de la narración, yendo de un estrato a otro de la vida berlinesa. Además importa por sus valores estéticos, centrados en la ambientación de esa calle, totalmente reconstruida en estudio, y en la iluminación que recorta a los personajes, endureciendo la implacable resolución de su destino.
«Secretos de un alma» (Geheimnisse einer Seele), es una de las primeras películas vocacionalmente psicoanalíticas, hasta el punto de que el guión fue desarrollado con la colaboración de discípulos de Sigmund Freud. El argumento gira en torno a un científico que sufre una crisis de impotencia acompañada del deseo de asesinar a su esposa con cualquier objeto cortante. Las escenas de los sueños son visualmente muy inquietantes, y en ellas Pabst empleó múltiples posibilidadesde distorsión de la realidad, hasta un grado tal que pudo y puede hablarse de hibridez expresiva. El estudio del psicoanálisis sería aprovechado por Pabst en adelante para complicar aún más los móviles internos de sus personajes.
Un buen ejemplo fue la inmediata «El amor de Jeanne Ney» (Der Liebe der Jeanne Ney, 1927), la película que impone definitivamente el nombre de Pabst y pasa por ser una de las más conseguidas, si no la mejor, de toda su producción. El guión de Ladislao Vajda se basa en una novela de Ilya Ehrenburg donde mezcla una historia romántica llena de dificultades con todo un esfuerzo propagandístico encaminado a sostener los valores del comunismo. La maestría de Pabst se hace patente en esta combinación de elementos cargados de intimismo y de profundidad psicológica, con un conjunto de personajes que abarcan desde lo más siniestro a la inocencia más pura (la ciega Gabrielle, que interpreta Brigitte Helm), unidos a una fuerte polémica política y al análisis de los móviles y repercusiones de la codicia. Virtud fundamental del filme es el uso del montaje, pues Pabst construye la sensación de movimiento, de variación tanto física como psicológica, gracias a la unión de planos que pretende ser invisible. No desea que se note el trabajo intermediario de la técnica cinematográfica, sino dejar que todo transcurra fluida y armoniosamente hasta el espectador gracias, paradójicamente, a un trabajo de montaje muy elaborado.
El esplendor a que había llegado con «El amor de Jeanne Ney» se consolida en sus siguientes películas, que algunos críticos agrupan como una «trilogía erótica»: «Crisis»,también conocida como «Sendas del pecado» (Abwege, 1928),«La caja de Pandora» (Die Büchse der Pandora, 1928) y «Tres páginas de un diario» (Das Tagebuch einer Veilorenen, 1929). Son retratos de tres mujeres abocadas a la perdición, enfrentadas a duras pruebas psicológicas de las que no siempre salen airosas, y a quienes los deseos y conflictos sexuales arrastran por senderos de fango y podredumbre moral. Lo espinoso del tema no lo trata Pabst con frivolidad exhibicionista; bien al contrario, el director transita por él con toda corrección, pero con una claridad de planteamientos cercana a la crueldad, por cuanto no permite ninguna concesión al escapismo. «Crisis» hace referencia a la que experimenta una hermosa mujer a quien su marido deja frecuentemente sola debido a su trabajo como abogado. La soledad y las necesidades físicas hacen presa en ella, en una suerte de angustia erótica que intenta satisfacer en un cabaret. Más que el argumento, lo que cuenta es la atmósfera, el clima sexual que recorre toda la película y que estalla en la alucinante secuencia del cabaret Walhalla, donde se juega un intento de comunicación claramenteinsuficiente, pues a pesar de la atracción y del contacto de los cuerpos, los personajes continúan tan aislados como antes de acceder a su interior.
«La caja de Pandora» tiene un guión de Vajda que adapta dos obras teatrales con las que Frank Wedekind había causado un terrible escándalo en su estreno. La historia de la insólita Lulú, devoradora de hombres y mujer que termina prostituyéndose y siendo asesinada por Jack el Destripador, había conocido dos adaptaciones cinematográficas anteriores, una de las cuales había sido interpretada por Asta Nielsen. Pero hubo que esperar a ésta para hallar la versión definitiva del tema. La recreación que Louise Brooks hace de su Lulú es única; cada aparición suya despide un torrente de energía sexual que amenaza con ahogar al espectador, a cuya líbido apela directamente. Pero la lógica del relato no se detiene en el personaje protagonista, sino que su viaje a través de los hombres a quienes destruye se convierte en una crítica de la corrupción propia de cada clase social, y una denuncia de la instrumentalización de los individuos debido a la incapacidad de generar actos de amor.
Igualmente cruda es «Diario de una mujer perdida». Louise Brooks es en esta ocasión Thymian, una joven seducida de buena familia a quien su padre confina en un reformatorio regido por sus directores bajo un sistema de opresión y tortura. Tras escapar de allí, Thymian se convierte en una puta de lujo, hasta que un matrimonio ventajoso la enriquece y se dedica a ayudar a sus antiguas compañeras y a mejorar la situación de las internas en el correccional. Sin embargo, hay historiadores que hablan de un primer final previsto y que se llegaría a filmar, aunque nunca fuese estrenado, por el cual Thymian terminaría fundando un burdel.
Das Tagebuch einer Verlorenen | Diario de una mujer perdida | 1929 |

| Guión:Rudolf Leonhard. Fotografía:Sepp Allgeier. Dirección Artística:Ernö Metzner, Emil Hasler. Música:Otto Stenzeel (Bei derUraufführung - 1929, Berlin). Reparto:Louise Brooks (Thymian Henning), Fritz Rasp (Provisor Meinert), Edith Meinhard (Erika), Vera Pawlowa (Tante Frida), Josef Rovenský (Apotheker Henning), André Roanne (Junger Graf Meinert) Länge: 2008 m, 3132 m, 2864 m, 2967 m. |
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Hilo en DXC - FH - 35mm - - |
Diary.Of.A.Lost.Girl.1929.DVDRip.XviD.CD1-SAPHiRE.avi  | Ir al Índice |
Diary.of.a.Lost.Girl.1929.DVDrip.XviD.AC3.iNT-Alaundo.avi 
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Georg Wilhelm Pabst en Filmportal.de (Inglés)
Georg Wilhelm Pabst en Filmportal.de (Alemán - material extra)
Das Weimarer Kino zwischen Klassik und Avantgarde