El problema más grave del cine español

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Gastón
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El problema más grave del cine español

Mensaje por Gastón » Mar 03 Ago, 2010 21:59

John J. Healey en El País:
El problema más grave del cine español

La forma de hablar de los españoles, el tono, los gestos, las frases hechas son de una uniformidad que no casa bien con el cine. Además, el doblaje acostumbró a los directores a no dar importancia a la voz.


JOHN J. HEALEY 02/08/2010

Los directores y productores de cine españoles que se dedican a películas de calidad -esas que llegan a salas de arte y ensayo donde se exhibe el mejor cine de todo el mundo- suelen justificar sus pérdidas y la falta de atención que les presta la crítica internacional por la falta de apoyo estatal y el descenso del público dispuesto a tomarse la molestia de ver películas en las salas de cine. Se consuelan con la idea de que, por lo menos, están haciendo algo que tiene integridad artística, al margen de los parámetros del éxito comercial.

Estas justificaciones inteligibles ignoran algo mucho más nocivo, algo endémico que explica ciertas limitaciones del cine español. El problema fundamental es cultural y sociológico y tiene que ver con conceptos de autenticidad e individualidad. La lengua española tal y como está expresada en España no casa bien con el cine.

Hay excepciones, pero son las que confirman la norma. Si uno quiere enterarse de lo que mantiene a las películas españolas fuera de juego solo hace falta prestar atención a los anuncios, todavía enraizados en los años sesenta, que se escuchan en la radio en cualquier taxi yendo por las calles de Madrid. Basta con encender la televisión para ver y oír las voces, los gestos y las muecas, teatrales y forzados. Solo tiene que frecuentar bares y tiendas por doquier y observar cómo la gente habla y se relaciona entre sí.

La gran mayoría de los españoles utiliza frases hechas acopladas con un lenguaje corporal que impregna generaciones y regiones. Los catalanes y los vascos utilizan los mismos gestos y tonos de voz que se ven en el madrileño barrio de Salamanca. Las frases y sus movimientos correspondientes se reproducen con una fidelidad fascinante. Esconden sentimientos verdaderos y potencian una homogeneidad social. A pesar de los inmigrantes que se ven en todas las regiones, España sigue siendo un país que parece una fraternidad donde todos han vivido la misma novatada.

Una sociedad más homogénea todavía sería Japón, por ejemplo. Pero la homogeneidad japonesa sí se acopla bien con el séptimo arte. La rigidez japonesa tiene que ver con ritos y control y con un nivel de discreción tan llamativo como psicoanalíticamente rico. Pero visto a través de una lente cinematográfica, el efecto que produce no parece inverosímil y deja lugar para que pequeñas variaciones -una mirada mantenida una milésima de segundo más de lo normal- descubran emociones hondas. La rigidez fanfarrona española comunica una sensación de libertad y falsa camaradería que la cámara detecta al momento, consiguiendo que mucha parte del público se distancie de la puesta en escena.

Muchos grandes actores americanos -Marlon Brando, Robert de Niro y Marilyn Monroe- tienen formas peculiares de hablar. Aquí no hubieran encontrado trabajo. Tengo amigos actores extranjeros que no pueden ejercer su oficio, aunque hablen el castellano perfectamente. En cuanto se les nota un deje de acento extranjero en un casting, quedan descalificados. Los directores españoles -y son los que más responsabilidad tienen en todo esto- a veces saben más sobre los iconos del cine norteamericano que los propios críticos de Estados Unidos, pero en cuanto empiezan a rodar caen en el mismo pozo de siempre. Vuelven a contentarse con actuaciones que padecen la misma falta de naturalidad y estrechez de registros.

Las películas españolas reflejan la sociedad que les rodea, y eso explica por qué la mayoría de los españoles no nota nada raro. La mayoría de los directores y sus actores logran actuaciones que son naturales en el contexto español -que reflejan cómo actúa la gente de aquí- y que transmiten la dosis requerida de falsedad y uniformidad. Pero la cámara es acultural y neutra y refleja fielmente esas voces tan bajas de los galanes y de los malos, las altas y locas de los que hacen comedia, las protestas fingidas de las heroínas y los hombros de todos ellos, que suben cada dos por tres con cada tosca declaración.

Hubo una época en que, cuando surgía el tema del cine español en el extranjero, los enterados hablaban de Carlos Saura y de Víctor Erice. Ahora casi nadie habla de ellos y el personaje que todos reconocen es Pedro Almodóvar. El éxito de su trabajo no contradice mi teoría. Lo que él hace en sus exitosas películas es exagerar las tendencias aquí mencionadas, las celebra y las lleva a un extremo casi surrealista, haciendo farsas y así ha logrado hacer algunas películas con frescura y momentos de belleza. Su genio reside en su inteligencia, en su habilidad de trucar el sistema, sacando provecho de ello en vez de sufrir por ello.

Un elemento clave que no ha ayudado nada fue, y sigue siendo, la práctica del doblaje. La gran mayoría de los sabios del cine español, tan enamorados de las obras de Billy Wilder, John Ford y Nicholas Ray, se familiarizaron con ellos a través de las voces de cinco dobladores que tradujeron toda la sutileza contenida en las almas de los grandes actores norteamericanos en versiones de la voz de Fernando Fernán-Gómez. Suprimida la naturalidad, la autenticidad y la espontaneidad, se impuso el filtro de un castellano duro y revestido de los mismos clichés de tono que se oyen hoy en los teatros de la Gran Vía. Las películas eran tan buenas que se transmitieron bien a pesar de semejante salvajismo, pero acostumbraron a los futuros directores españoles a no dar demasiada importancia a la voz, y la voz y todo lo que conlleva es una parte esencial de cualquier actor.

Hay directores españoles, Fernando León y Enrique Urbizu, Isabel Coixet y Alejandro Amenábar y varios jóvenes, hombres y mujeres, que saben esto y poco a poco se ven cambios positivos. Muchos de los mejores nuevos actores españoles, incluyendo a Javier Bardem, toman clases en el estudio de actuación de Juan Carlos Corazza, un argentino que aborrece el tópico. La compañía Animalario es maravillosa.

Desconozco si los problemas que estoy dibujando tienen algo que ver con la historia particular de España en el siglo XX, con un régimen autoritario que duraba tantos años mientras sus países vecinos se desarrollaban con más normalidad durante una época clave en la historia del cine. Lo más probable es que los códigos de conducta de los que hablo tengan sus orígenes en un pasado bastante más lejano. Pero alguna influencia habrá tenido.

En un estudio hecho por Soledad Fox Maura, historiadora y especialista en la Guerra Civil, titulado: El arte de la censura: cine y doblaje bajo el franquismo, se establece la tradición arraigada en España de hacer del cine un instrumento de castellanización homogénea y cita a uno de los ideólogos del doblaje español de entonces, Emilio Frey, sacada de un libro escrito por Alejandro Ávila, La censura del doblaje cinematográfico. Para el régimen no valían las lenguas extranjeras, pero tampoco el doblaje hecho fuera de España: "Es nuestro mayor interés que todos esos millones de seres reciban la influencia de Norteamérica, a través de nuestro purificado e incomparable idioma, exento de los modismos y peculiaridades propias de cada uno de los países de habla hispana".

No soy historiador. Solo puedo opinar sobre lo que veo y lo que he visto, lo que vivo y lo que he vivido personalmente; alguien nacido y criado en Nueva York y que lleva décadas trabajando en el cine y ha vivido en España más que en cualquier otro país desde hace 40 años.

El pueblo español tiene unas cualidades maravillosas: humor, generosidad, paciencia y una nobleza innata que se notan tanto en la ciudad donde vivo como en la zona rural desde donde escribo esto. En las demás artes -en literatura, pintura, arquitectura, gastronomía, danza y música- hay artistas españoles que triunfan por todo el mundo.

Pero todavía hay algo en su manera de ser y que se sigue perpetuando que, sencillamente, no va con el cine.
Confieso que no le he encontrada apenas chicha al artículo :wacky:

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batallans
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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por batallans » Mar 03 Ago, 2010 22:05

Tampoco le encuentro sentido alguno al artículo. :shock:

Me ha hecho gracia esto:
Fernando León y Enrique Urbizu, Isabel Coixet y Alejandro Amenábar y varios jóvenes, hombres y mujeres, que saben esto y poco a poco se ven cambios positivos.
Y después de la gracia, me he preguntado, ¿qué cambios positivos?

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por pickpocket » Mar 03 Ago, 2010 22:12

Menuda memez, da hasta pereza desentrañar los pormenores.

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Jacob » Mar 03 Ago, 2010 22:40

Madremía cómo está el nivel...

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Dardo » Mar 03 Ago, 2010 23:33

Pues esta misma semana leía lo siguiente:

Buried, el filme español más internacional
Ryan Reynolds, protagonista de la película, y el propio director Rodrigo Cortés, harán un tour simultáneo en los EE.UU. en el que visitarán las 12 capitales más importantes del país presentando la película ante la prensa y el público con proyecciones especiales, ruedas de prensa, apariciones en televisión, coloquios, entrevistas, debates, etc. En EE.UU. se producirá un lanzamiento inicial el 24 de septiembre en las ciudades más populosas e importantes (Los Ángeles, Nueva York, Boston, Chicago, San Francisco, Miami) como preámbulo para un estreno multitudinario que se producirá el 8 de octubre y con un lanzamiento previsto superior a las 2.000 salas, algo inédito en una película íntegramente española.
IMDB (9.2/10 377 votes )

Parece que "Buried" lo que se dice problemas no va a tener...

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por botibol » Mié 04 Ago, 2010 00:31

:juas: :juas: :juas:

Pues a mi me ha gustado, es una estupidez tan inmensa y peregrina la teoría que trata de sostener, pero lo hace con tanto convencimiento, estulticia y... ¡en el País!, que resulta bastante gracioso, casi parece que les hubieran colado un artículo del Mundo Today.

Este es sin duda mi párrafo preferido, menudo despropósito, y el menda lo suelta tan tranquilo, cómo de que ha hecho un análisis sociológico certero y revelador, fruto de una observación de su entorno:
La gran mayoría de los españoles utiliza frases hechas acopladas con un lenguaje corporal que impregna generaciones y regiones. Los catalanes y los vascos utilizan los mismos gestos y tonos de voz que se ven en el madrileño barrio de Salamanca. Las frases y sus movimientos correspondientes se reproducen con una fidelidad fascinante. Esconden sentimientos verdaderos y potencian una homogeneidad social. A pesar de los inmigrantes que se ven en todas las regiones, España sigue siendo un país que parece una fraternidad donde todos han vivido la misma novatada.
Bueno, ahora en serio, y venciendo la pereza que dice pick, si es cierto que una buena parte del cine español está un tanto acartonado y no se diferencia mucho de las teleseries, pero eso no quiere decir, por dios, que la sociedad española sea así, alma de cántaro, melón de villaconejos. Es cómo si yo veo, yo que sé, las chorricomedias americanas y luego me saco un análisis de la manga diciendo que el histrionismo está anclado en el alma yanki desde la época de los fundadores, y que es un reflejo del comportamiento desde Utah hasta California.

Anda que se ha lucido John J. Healey que por cierto dice que
es director de los documentales Federico García Lorca y La práctica de lo salvaje
, que visto lo visto deben ser un truñaco.

Ala, ya me he quedado a gusto, gracias Gastón por darme esta oportunidad de relejarme antes de ir a dormir. :)

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por mesmerism » Mié 04 Ago, 2010 02:10

Yo creo que el cine español no tiene ningún problema, de hecho me parece que está demasiado bien, lo mismo que la SGAE y el resto de "instituciones-parásito" españolas. Yo es que no puedo evitarlo, es oír la palabra "subvención" y automáticamente pienso: "Chanchullo. Eliminar".

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Gastón » Mié 04 Ago, 2010 12:39

:roll: Mmm... Se me ocurre que a lo mejor hay que estar atentos a futuras colaboraciones de John J. Healey en los Cahiers. Lo mismo el tío cree haber tenido la "brillante" idea de emular la hazaña de Alan Sokal (Transgrediendo los límites: Hacia una hermenéutica transformadora de la gravedad cuántica) para relanzar( :mrgreen: ) su carrera artística...

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Jacob » Mié 04 Ago, 2010 12:49

Qué grande, Sokal. En su caso fue fácil porque no hay dios que trague a los posmodernistas franceses.

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por botibol » Mié 04 Ago, 2010 13:02

Jejeje, pues no conocía lo de Sokal, pero lo he googleado y me parece un verdadero titán del cachondeo, y contra los postmodernos que si algo les falta es sobre todo humor. Ojalá fuera por ahí este colega y su próximo artículo fuera aún mas loco, forzando mas la máquina, con una propuesta aún mas de perogrullo defendida con mas ahinco, entonces podríamos cambiar el título del post a "el activismo humorista de John Healey". Tan descabellado no es, el imdb dice que fue assistant unit production manager nada mas y nada menos que de "No me chilles que no te veo", ese peliculón, eso quedaría bonito en el curriculum de una especie de terrorista cultural.

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por batallans » Mié 04 Ago, 2010 13:14

Jjajjaja... Sokal. ¡Cómo olvidarlo!
Recuerdo otro truño: Philippe Sollers, Tel Quel y la génesis del post-estructuralismo, de M. Asensi.

Ah, apoyo a J. Healy, para Cahiers, al menos "subiría el nivel", o quien sabe... tal vez sería uno más... :twisted:

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Palahniuk » Mié 04 Ago, 2010 15:32

Pues fijate que yo pensaba que los actores españoles vocalizaban mal...
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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por arthureld » Jue 05 Ago, 2010 20:03

Palahniuk escribió:Pues fijate que yo pensaba que los actores españoles vocalizaban mal...
Y sobre todo susurran cuando se ponen intensos. Me pone de los nervios.
El artículo no hay por donde cogerlo pero como lo publica El País a lo mejor hasta le dan una subvención para que haga una película paradigma de lo que tiene que ser el verdadero cine español.

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Gastón » Vie 20 Ago, 2010 17:04

Mira, me ha caído simpático Eusebio Lázaro (a lo mejor casi tanto como a su amigo John J. Healey):
Al cine español le crecen los enanos

EUSEBIO LÁZARO 20/08/2010

Por alguna razón que se me escapa, de manera intermitente el cine español recibe algún sofión que le deja malparado durante un trecho. Luego se recupera con el tesón de un par de buenas películas que ponen en entredicho los adversos ataques.

El último es el artículo de John J. Healey, publicado en EL PAÍS el 2 de agosto, en el que afirma que el principal problema de nuestro cine es, al parecer, una maldición lingüística y ontológica ya que ni el español que hablamos ni nuestras formas y maneras los soporta la cámara, que en cambio admite divinamente las del Japón, según clarificador ejemplo del autor.

Hace tiempo que conozco a John J. Healey. Recuerdo especialmente un paseo juntos, por el barrio del Village de Nueva York en animada charla sin darnos cuenta de que el frío rozaba los 25 grados bajo cero. Ha nevado mucho desde entonces y nuestros encuentros siempre han sido esporádicos pero afectuosos. Por eso he leído con mucho interés su artículo.

Al interés ha seguido, sin embargo, cierta perplejidad; pues si bien es cierto que el tema que aborda tiene el atractivo de una necesaria controversia -la forma de hablar de los españoles reflejada en el cine-, conforme va desarrollando su peregrina teoría de por qué esa forma es incompatible con el séptimo arte, los argumentos van adelgazando en consistencia hasta llegar a una cierta inanidad confusa.

Trataré de sistematizar un poco algunas de sus sorprendentes afirmaciones adelantando que las refutaciones carecen de afán gremial o de sentimiento nacional afectado.

Conviene establecer con cierta prontitud dos premisas: en primer lugar, que, en efecto, algunos intérpretes jóvenes (y no tan jóvenes) carecen de una emisión bien articulada en los diálogos de nuestro cine y adolecen de un divagatorio sentido de las entonaciones morfológicas de la lengua.

Y en segundo término, que el empobrecimiento del lenguaje, su deriva prosódica y el uso de su estructura, es un fenómeno para nada exclusivo de este país ni de la idiosincrasia de sus habitantes, sino que está avisado en muchas sociedades desarrolladas en donde se aprecia un paulatino embrutecimiento de la expresión, cada vez más cercana a la emisión gutural que al lenguaje articulado.

Las causas de este empobrecimiento serían largas de exponer y tienen ya dedicados algunos estudios sociológicos de cierto fuste; pero una de ellas y que atañe claramente a España es, por una parte, la dejación de ciertas preceptivas en la enseñanza -entre ellas, la lectura fonética- y unos mínimos rudimentos de latín y griego. Y otra, quizá más poderosa, es el embate de lastécnicas veloces de comunicación que afectan a los medios de expresión públicos, principalmente al medio televisivo: casi todos los comentaristas y locutores pervierten la entonación del español dejando las frases en un limbo idiomático -tirando por cierto hacia la entonación inglesa-, con casi todos los finales en ascendente y en una cantinela tan artificial e irritante que a veces es difícilmente soportable.

Pero todo esto, que es señalado muchas veces por escritores y por diversos sectores de la cultura, se está dando también, y de manera alarmante, en países de fuerte tradición teatral como Inglaterra y, sorpréndase nuestro amigo americano, en Estados Unidos desde donde, enseguida veremos, irradia parte del influjo uniformador que estamos comentando.

Si contemplamos de nuevo las películas de Ford, de Mankiewicz o de Wilder notaremos que sus intérpretes tienen una sorprendente claridad de articulación, perdida en casi todo el cine que sale actualmente de los estudios americanos, lleno no solo de diálogos tópicos, de una filosofía simplista que hace enrojecer, sino de una apabullante vulgaridad de léxico.

Ello no anula desde luego el esfuerzo y el resultado de excelentes películas que todavía nos vienen -cada vez en peligrosa mengua- de ese país.

No es cierto que en España no puedan trabajar actores extranjeros que tengan acento. Geraldine Chaplin, por ejemplo, que habla un estupendo español, pero que no ha perdido su fuerte deje anglosajón, ha hecho, y sigue haciendo, un número considerable de películas en este país; por una de las últimas obtuvo un Goya de la Academia. Hay otros ejemplos.

No es cierto tampoco que la pereza en la locución que apreciamos en algunos intérpretes jóvenes -y no tan jóvenes- tenga que ver con el doblaje. Este fenómeno aberrante fue más un método coercitivo contra las otras lenguas españolas durante el franquismo que una uniformidad prosódica. La prueba irrefutable de ello es que el fenómeno del balbuceo actoral no existía en las épocas de apogeo del doblaje en las que hubo memorables intérpretes dueños de su oficio.

No, la pérdida del sentido en la inflexión y tonalidad del idioma viene precisamente desde que el inglés americano ha comenzado a ser realmente una lingua franca que entienden e imitan muchos actores y, repito, una legión de comunicadores públicos.

Desde hace más de dos décadas, los métodos del Actor's Studio o del viejo Strasberg han recorrido de manera casi evangélica Europa. Amparados en el ejemplo de algunos actores de enorme talento, como Brando, Pacino o Robert de Niro, se han ido estableciendo los clichés de un naturalismo inerte y descomprometido con la palabra. Ese naturalismo predicado, y ciertamente uniformador, desembarcó en España en forma de talleres y seminarios, no solo con profesores norteamericanos, sino con profusión de argentinos que se establecieron aquí a raíz de la dictadura militar (otros beneficios habrían de traer, sin embargo, pero no el de la palabra).

He asistido a las clases del Actor's Studio y a algunos de los mencionados talleres y seminarios y he comprobado cómo el lenguaje, la palabra, se iban diluyendo -aquí y en Estados Unidos- en un elemental psicologismo emocional, en ese naturalismo primario que teme y evita la forma rotunda y comprometida de la palabra. Un naturalismo que nada tiene que ver con la realidad del arte que implica, necesariamente, el dominio de las distintas técnicas.

Respecto a la creencia metafísica con la que concluye su artículo John J. Healey de que "todavía hay algo en la manera de ser de los españoles" (¡no ya de hablar, sino de ser heideggerianamente!) "que se sigue perpetuando y que, sencillamente, no va con el cine", no puede ser refutada al no entrar en los principios de la lógica, de la que se extrae, sin embargo, la siguiente enseñanza: desipere est juris gentium (desvariar es un derecho de la gente).
A ver si me lo aprendo: desipere est juris gentium, desipere est juris gentium, desipere est juris gentium, desipere est juris gentium, desipere est juris gentium, desipere est juris gentium.....

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Ottto » Sab 21 Ago, 2010 10:22

Espero ansioso la respuesta de John Jota.

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Dardo » Sab 21 Ago, 2010 12:01

Lo cierto es que leyendo estos artículos se da uno cuenta de lo fácil que es rellenar unos folios e incluso periódicos, es lamentable. :wacky:

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Palahniuk » Sab 21 Ago, 2010 12:12

Ottto escribió:Espero ansioso la respuesta de John Jota.
Yo la de John Cobra...
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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por Ottto » Sab 21 Ago, 2010 12:28

Palahniuk escribió:
Ottto escribió:Espero ansioso la respuesta de John Jota.
Yo la de John Cobra...
:wacky: :juas: (:-)

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por FLaC » Dom 22 Ago, 2010 03:31

Gastón escribió:John J. Healey en El País:
El problema más grave del cine español

La lengua española tal y como está expresada en España no casa bien con el cine.
A ver si es que no se entiende el español y no se entera de las pelis :mrgreen:

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Re: El problema más grave del cine español

Mensaje por batallans » Dom 22 Ago, 2010 09:43

Más leña al fuego
Respuesta a Lázaro
JOHN J. HEALEY 22/08/2010

Confieso que no he entendido el último párrafo de tu artículo Al cine español le crecen los enanos. Tienes razón en mucho de lo que dices y qué bien que alguien de tu talento y experiencia haya recogido el guante.
Sin embargo, no creo, y a lo mejor es culpa mía, que hayas entendido bien el punto central de mi tesis. Para ti, alguien que ha trabajado tanto con las obras de Shakespeare, Lope y Calderón, la elocución es primaria y con mucha razón. El declive del español y el inglés hablados es absolutamente cierto y a lo mejor los medios norteamericanos tengan la culpa. Pero lo que yo quería decir en mi artículo es más sencillo y quizás más molesto. Hablo de una manera de actuar estereotipada, teatral y de dudosa verosimilitud, y que se ve más claramente en el cine. Yo hablo de la manera en que se suele expresar el castellano en España. El éxito de Geraldine Chaplin es la excepción que confirma la regla. El doblaje no es algo del pasado, sigo muy vigente.
Anoche volví a ver Los dos lados de la cama, una película española sin mucha importancia quizás pero, a mi juicio, maravillosa por la naturalidad de las actuaciones y de los diálogos. Que siga el debate.
Esto cada vez se enreda más, y más... :cabezon: