THE CABINET OF CALIGARI
(1962) ROGER KAY
En una clara demostración de cómo en la larga producción generada por el cine fantástico se pueden descubrir títulos ignorados al tiempo que poseedores de un cierto interés, nos encontramos con esta extraña producción de la Fox de 1962. lnsólita en primer lugar por su componente visual -sobre el que luego nos extenderemos-, la fuerte presencia de un look británico, su condición de verdadera rareza dentro de las corrientes que el género barajaba en aquellos años... y las equívocas influencias estéticas que se derivan de su generalmente atractivo, en ocasiones inquietante y en otras reiterativo o efectista metraje.
Conviene aclarar en primer lugar que pese a ser en apariencia un remake de la célebre producción muda de Robert Wiene, lo cierto es que este THE CABINET OF CALIGARI (1962, Roger Kay) no conserva relación alguna con el mencionado clásico, más que en la denominación del misterioso personaje que domina la película o la imitación de algunos decorados que se ofrecen en el clímax del film -en mi opinión lo peor del mismo-. Sin embargo, a los pocos minutos de introducirse en su desarrollo, ningún espectador avezado puede obviar el evidente referente estético que predomina en esta curiosa y apreciable película. Este no es otro que el cercano L’ANNEE DERNIÉRE Á MARIEMBAD (El año pasado en Mariembad, 1961. Alain Resnais) que poco más de un año antes había impactado en el cine mundial.
En efecto, la odisea de Jane (una eficaz Glynis Johns), que tras un pinchazo en un viaje llega a una mansión después un largo y agotador recorrido a pie, muy pronto nos sumerge en una atmósfera mórbida e inquietante, con una serie de personajes caracterizados por su deliberado hieratismo y ubicados de forma coherente en dicho entorno misterioso. Desde un psiquiatra -Caligari-, hasta una serie de personajes de los que nunca se sabe qué hacen en dicho lugar en los que se define una situación de opresión, lo cierto es que las imágenes «destilan» en todo momento la referencia al magnífico film de Resnais, aunque adaptándolo a una producción de índole comercial y combinando su aire misterioso a elementos fantásticos y convenciones del cine de suspense.
Qué duda cabe que lo más endeble de la película resulta su planteamiento argumental, debido a un Robert Block empeñado en aplicar elementos freudianos de irritante simpleza, siempre culminados con un final «sorpresa» -lo cual hace predecible al aficionado la conclusión del mismo-, y evitando dotar de la necesaria complejidad a los personajes que deambulan -en adecuada expresión- por los pasajes del film. De tal forma, no es difícil de adivinar la verdadera identidad del apuesto Mark (Dick Dávalos -el hermano bueno de James Dean en EAST OF EDEN (Al este del edén, 1954. Elia Kazan)- así como otros aparentes
elementos equívocos que se desarrollan a lo largo de un metraje que conoce ciertos altibajos, aunque en él resalten personajes como Paul (magnífico Dan O’Herlihy), propiciando algunas de sus respuestas argumentales.
Pese a esas evidentes limitaciones, THE CABINET OF CALIGARI tiene atmósfera -a la que contribuye no poco la prestación fotográfica del gran John L. Russell y el fondo sonoro de Gerald Fried-. Su director -Roger Kay, en una de sus escasas incursiones para el cine dentro de una trayectoria vinculada al medio televisivo- consigue una estupenda y esteticista utilización del formato panorámico, permitiendo que la propuesta inquiete y mantenga su interés... por más que lo que se cuente en el mismo no alcance una gran altura. Cabría destacar momentos inquietantes como el que se produce ya en los primeros minutos cuando la protagonista llega a la mansión -en apenas instantes, de una apacible tarde nos adentramos a un entorno misterioso y amenazador-; el momento en que Jane va a bañarse y es observada por Caligari desde una claraboya ubicada en el techo del cuarto de baño o, especialmente, el elegante e inquietante plano de grúa con que culmina el film -tras abandonar la protagonista el recinto-, y que nos devuelve esa atmósfera amenazante que por unos minutos había quedado aparentemente aclarada.
Renunciando de antemano a revelar la resolución final de la película, hay que concluir que este THE CABINET..., constituye una rareza merecedora sino de un especial reconocimiento, sí al menos de ser conocida por el aficionado al género, al tiempo que ser reseñada como una rara avis en todas las publicaciones que sobre el mismo -y en especial en esta década-, se editen. Hay bastantes producciones de características divergentes -se me ocurre en este momento EYE OF THE DEVIL (1965, John Lee Thompson)-, en aquellos años, cuyos valores son reseñables pese a resultar producciones que tomaban como referente otros títulos de reciente éxito en aquel período. En este caso, el resultado final será todo lo discutible que se quiera, pero en absoluto puede calificarse de desdeñable y, menos aún, relegarlo al olvido.
Juan Carlos Vizcaíno en el libro "Proyecciones desde el olvido".
Junio 2002.