Graveland, firenzajock y nyxnet presentan...

Bank Holiday (1938)
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


Directed by
Carol Reed
Writing credits
(in alphabetical order)
Rodney Ackland (story and screenplay)
Roger Burford (screenplay)
Hans Wilhelm (story)
Cast (in credits order) verified as complete

Margaret Lockwood as Catherine Lawrence
John Lodge ... Stephen Howard
Hugh Williams ... Geoffrey
René Ray ... Doreen Richards
Merle Tottenham ... Milly
Linden Travers ... Ann Howard
Wally Patch ... Arthur
Kathleen Harrison ... May
Garry Marsh ... 'Follies' manager
Jeanne Stuart ... Miss Mayfair
Wilfrid Lawson ... Police sergeant
Felix Aylmer ... Surgeon
Produced by
Edward Black .... producer
Original Music by
Charles Williams (uncredited)
Cinematography by
Arthur Crabtree


Bank Holiday (1938)
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


Directed by
Carol Reed
Writing credits
(in alphabetical order)
Rodney Ackland (story and screenplay)
Roger Burford (screenplay)
Hans Wilhelm (story)
Cast (in credits order) verified as complete

Margaret Lockwood as Catherine Lawrence
John Lodge ... Stephen Howard
Hugh Williams ... Geoffrey
René Ray ... Doreen Richards
Merle Tottenham ... Milly
Linden Travers ... Ann Howard
Wally Patch ... Arthur
Kathleen Harrison ... May
Garry Marsh ... 'Follies' manager
Jeanne Stuart ... Miss Mayfair
Wilfrid Lawson ... Police sergeant
Felix Aylmer ... Surgeon
Produced by
Edward Black .... producer
Original Music by
Charles Williams (uncredited)
Cinematography by
Arthur Crabtree

Sinopsis
Los destinos cruzados de diversos personajes que pasan unos días en Bexborough dan pie a una comedia costumbrista que tuvo bastante influencia dentro del cine británico de la época. Alternando diversos registros, desde el más grave hasta el más liviano, traza un mosaico que resulta algo irregular pero del que se desprende un notable encanto. (FOTOGRAMAS)

"Bank Holiday está llena de personajes,
pero huele a estudio"
Graham Greene
En la década de los 30, Carol Reed empezó a trabajar en el seno de la industria cinematográfica británica como director de cine, en pequeñas producciones de bajo presupuesto destinadas al mercado doméstico. Las condiciones de trabajo eran dífíciles: había que rodar las escenas en la primera toma y los metros de película eran tan escasos que el montaje no podía ser demasiado complejo. Reed se aprovechó de esta rapidez a la hora de filmar para realizar dos o tres títulos por año, en su mayoría, películas superficiales y sin pretensiones que le obligaron a aprender el oficio de director casi a marchas forzadas. En este contexto surgió Bank Holiday (1938), la primera gran obra de Carol Reed.
A partir de un argumento al estilo Grand Hotel (Edmund Goulding, 1932), Reed examina a diversos grupos de personas que pasan unos días festivos en la costa, retratando el absurdo de las multitudes que vagan de un lado a otro impulsadas por los caprichos metereológicos. Las vacaciones son un tema recurrente en el cine de los años 30. Marcaron el comienzo de una nueva era y de una nueva concepción del tiempo libre, ya que las entonces novedosas vacaciones anuales fueron para muchos ciudadanos las primeras pagadas que habían disfrutado. Hacia el final de la década, con la guerra a punto de estallar en Europa, el tema de las vacaciones tendía a verse contaminado por el sentimiento de que era el último momento de paz y felicidad, que no iban a durar (algo que está muy presente en el cine de Reed).
Una Bank Holiday (llamadas así porque cierran hasta los bancos) de dos días y medio como el de la película, es todo un acontecimiento en el Reino Unido (y si anuncian buen tiempo como en los periódicos de este film, ni te cuento). Es el final de la semana laboral, presentado como un gag (con la habitual visión irónica de Reed), como una interrupción del movimiento mecánico, un hombre que sube las escaleras mecánicas, y de pronto cae a tierra. En Bank Holiday, las vacaciones son una ruptura violenta que separa el trabajo del tiempo libre, una estampida de gente huyendo en masa hacia la costa (impresionantes las escenas en la estación de Waterloo), en busca de un lugar donde liberarse y abrazar las preocupaciones prohibidas: el amor, el sexo y el alcohol.
A partir de un argumento al estilo Grand Hotel (Edmund Goulding, 1932), Reed examina a diversos grupos de personas que pasan unos días festivos en la costa, retratando el absurdo de las multitudes que vagan de un lado a otro impulsadas por los caprichos metereológicos. Las vacaciones son un tema recurrente en el cine de los años 30. Marcaron el comienzo de una nueva era y de una nueva concepción del tiempo libre, ya que las entonces novedosas vacaciones anuales fueron para muchos ciudadanos las primeras pagadas que habían disfrutado. Hacia el final de la década, con la guerra a punto de estallar en Europa, el tema de las vacaciones tendía a verse contaminado por el sentimiento de que era el último momento de paz y felicidad, que no iban a durar (algo que está muy presente en el cine de Reed).
Una Bank Holiday (llamadas así porque cierran hasta los bancos) de dos días y medio como el de la película, es todo un acontecimiento en el Reino Unido (y si anuncian buen tiempo como en los periódicos de este film, ni te cuento). Es el final de la semana laboral, presentado como un gag (con la habitual visión irónica de Reed), como una interrupción del movimiento mecánico, un hombre que sube las escaleras mecánicas, y de pronto cae a tierra. En Bank Holiday, las vacaciones son una ruptura violenta que separa el trabajo del tiempo libre, una estampida de gente huyendo en masa hacia la costa (impresionantes las escenas en la estación de Waterloo), en busca de un lugar donde liberarse y abrazar las preocupaciones prohibidas: el amor, el sexo y el alcohol.

"Carol Reed ha sido el más grande
orquestador de azares del cine"
Charles Drazin
Es innegable que Bank Holiday se queda a mitad de camino, como si realmente no hubiera decidido todavía cómo desarrollar la narración. La historia de amor no tiene mucho sentido y no está a la altura del relato costumbrista general. El romance es atrevido: un hombre pierde a su esposa en el momento de dar a luz (el bebé sobrevive) y en el límite de 48 horas descritas por la película encuentra la felicidad en una nueva relación con su enfermera. Esta historia sería inverosímil y completamente inmoral si no fuera porque estamos hablando de una película británica y su particular contención en las relaciones amorosas: el sentimiento entre los amantes es de mutuo respeto y el afecto que nace entre ambos es casi natural. Sólo la más británica de las actrices, Margaret Lockwood (habitual heroína del cine de Carol Reed), podía hacer creíble este personaje. Una actriz que, en mi opinión, sufría con papeles complejos y de personalidad malvada (sin ir más lejos, en The Stars Look Down, del propio Reed, su elección como protagonista no puede ser más equivocada), pero que brilla aquí en la piel de una mujer fría y distante, siempre pensando en el paciente de la que se ha enamorado casi a primera vista. En Bank Holiday, además, luce más atractiva y fotogénica que nunca.
La película se mueve entre lo individual y lo colectivo, entre el drama y la comedia. La historia de amor surge como un canto poético y romántico en medio del ajetreo banal de los veraneantes. Así, podemos ver a Margaret Lockwood en la playa, rodeada de gente, y un mechero le sirve para recordar a John Lodge y pensar en él. A lo largo de toda la película se establece un vínculo entre la enfermera y el marido por medio de una serie de fundidos. Cuando algo hace que la chica recuerde su situación y dirija su pensamiento hacia él, la película traza un fundido para mostrarnos lo que está haciendo John Lodge. No se nos muestran realmente los pensamientos de la chica, pues ella no puede conocer las actividades del hombre, pero se establece una conexión mental entre la vida de ella y la de él.
La historia de amor puede que no venga muy a cuento, pero es una excusa para que Carol Reed nos regale las mejores escenas de la película, momentos de auténtico cine, apoyados en los magistrales encuadres de Arthur Crabtree. Hallazgos visuales como los fundidos o las sobreimpresiones que expresan las ensoñaciones de John Lodge, deambulando patéticamente por Londres mientras rememora los lugares y objetos que compartió con su difunta esposa. Se capta muy bien el efecto angustioso de una muerte inesperada en una persona. Hallazgos también en la puesta en escena, como se puede comprobar en esa secuencia entre Margaret Lockwood y Hugh Williams en la habitación del hotel: el cigarrillo encendido en el borde de la mesa y la puerta abierta del balcón le hacen recordar a la Lockwood el riesgo de suicidio que pende sobre John Lodge, así que decide volver a la ciudad inmediatamente.
La película se mueve entre lo individual y lo colectivo, entre el drama y la comedia. La historia de amor surge como un canto poético y romántico en medio del ajetreo banal de los veraneantes. Así, podemos ver a Margaret Lockwood en la playa, rodeada de gente, y un mechero le sirve para recordar a John Lodge y pensar en él. A lo largo de toda la película se establece un vínculo entre la enfermera y el marido por medio de una serie de fundidos. Cuando algo hace que la chica recuerde su situación y dirija su pensamiento hacia él, la película traza un fundido para mostrarnos lo que está haciendo John Lodge. No se nos muestran realmente los pensamientos de la chica, pues ella no puede conocer las actividades del hombre, pero se establece una conexión mental entre la vida de ella y la de él.
La historia de amor puede que no venga muy a cuento, pero es una excusa para que Carol Reed nos regale las mejores escenas de la película, momentos de auténtico cine, apoyados en los magistrales encuadres de Arthur Crabtree. Hallazgos visuales como los fundidos o las sobreimpresiones que expresan las ensoñaciones de John Lodge, deambulando patéticamente por Londres mientras rememora los lugares y objetos que compartió con su difunta esposa. Se capta muy bien el efecto angustioso de una muerte inesperada en una persona. Hallazgos también en la puesta en escena, como se puede comprobar en esa secuencia entre Margaret Lockwood y Hugh Williams en la habitación del hotel: el cigarrillo encendido en el borde de la mesa y la puerta abierta del balcón le hacen recordar a la Lockwood el riesgo de suicidio que pende sobre John Lodge, así que decide volver a la ciudad inmediatamente.

"En el fondo, el antecedente básico, más directo y cronológicamente más cercano, del cine de Carol Reed no es el casi simultáneo film noir americano, con el que a menudo se han emparentado o comparado varias de sus obras más famosas, sino más bien el ambiguo o confusamente denominado realismo poético francés de los años 30"
Miguel Marías
El cine vuelve a demostrar, una vez más, que los milagros existen. A pesar de lo forzado del guión y de unos personajes que tienden a ser "tipos" en vez de individuos con una personalidad bien desarrollada, Carol Reed consigue un equilibrio milagroso entre comedia costumbrista y drama, con toques de suspense (merced a las tendencias suicidas de John Lodge), muy en la línea de su admirado Alfred Hitchcock (herencia que Reed mostrará a lo largo de toda su carrera: Night Train to Munich / Alarma en el Expreso, por ejemplo). Bank Holiday es, también, una hermosa combinación entre la historia privada de la Lockwood y el relato colectivo, ambas como un sueño visto desde el otro lado, en el que tanto la felicidad como la verdad son, ante todo, una acumulación de ilusiones, mentiras y medias verdades. Las vidas de otra gente son un espejo, que funcionan como reflejos y alternativas para el futuro de la pareja protagonista: la solterona, la chica con el corazón partido y el matrimonio cockney con la rutina y el hastío de tantos años de convivencia. Tres visiones de lo que le puede esperar a cualquier pareja.
Por si fuera poco, Carol Reed se permite el lujo de jugar con las convenciones establecidas. John Lodge deambula solo por las calles de Londres, y de repente, se convierte en espectador, en medio de una enorme multitud, de una ceremonia real. Al final de la misma, la muchedumbre separa a Lodge de su mujer, convirtiéndolos en individuos anónimos. Una ensoñación para recordar una vivencia con su difunta mujer, que se convierte en metáfora de la pérdida del ser querido y del juego que Reed realiza entre lo individual y lo colectivo durante toda la película. Estructura que predomina en toda la filmografía de Reed (estoy pensando, por ejemplo, en The Way Ahead), así como la combinación entre realismo y artificio, que aquí el director eleva a un nivel superior, hasta el punto de falsear la realidad: ¡la playa y la estación de Waterloo son decorados hechos en los estudios Gainsborough! (y no hace falta recordar la tradición documentalista del cine británico, tan alérgico a los decorados anquilosados y estáticos, por eso no es de extrañar la frase de Graham Greene, principal defensor de Carol Reed).
Bank Holiday transmite ya esa querencia de Carol Reed de tejer imágenes dispares en un conjunto creíble, algo que años más tarde afianzaría por todo lo alto en su obra maestra The Third Man. Esta película es, además, un compendio perfecto de los temas y rasgos cinematográficos de Carol Reed. La gente corriente vuelve a ser la protagonista (como ya lo fuera en Penny Paradise) y como lo cotidiano es una celebración de los detalles, Reed se vuelve a lucir en una de sus especialidades, el uso de los objetos (siempre presentes para recordar a las personas ausentes, o incluso, para augurar malos presagios, como ese gato negro en la casa de John Lodge, animal recurrente en el cine de Reed, que volverá a aparecer en The Girl in the News). Pocos directores como Reed han sido capaces de mirar tan lúcidamente al mundo infantil y Bank Holiday no es una excepción, ya que los niños vuelven a ser protagonistas y se ven envueltos en un mundo adulto que no acaban de comprender. Tampoco podía faltar, por supuesto, el rasgo más distintivo de Carol Reed: su extraordinaria capacidad para crear atmósferas. Y cuando digo atmósfera, no me refiero sólo a la puramente física, sino a la habilidad para captar el clima moral de una época y un país. Aquí las inseguridades y preocupaciones de los personajes palpitan en cada fotograma: se habla muchisimo de dinero y la angustia por mantener las apariencias está presente a lo largo de toda la película (sin ir más lejos, la pareja protagonista se tiene que hacer pasar por un matrimonio constantemente).
Por si fuera poco, Carol Reed se permite el lujo de jugar con las convenciones establecidas. John Lodge deambula solo por las calles de Londres, y de repente, se convierte en espectador, en medio de una enorme multitud, de una ceremonia real. Al final de la misma, la muchedumbre separa a Lodge de su mujer, convirtiéndolos en individuos anónimos. Una ensoñación para recordar una vivencia con su difunta mujer, que se convierte en metáfora de la pérdida del ser querido y del juego que Reed realiza entre lo individual y lo colectivo durante toda la película. Estructura que predomina en toda la filmografía de Reed (estoy pensando, por ejemplo, en The Way Ahead), así como la combinación entre realismo y artificio, que aquí el director eleva a un nivel superior, hasta el punto de falsear la realidad: ¡la playa y la estación de Waterloo son decorados hechos en los estudios Gainsborough! (y no hace falta recordar la tradición documentalista del cine británico, tan alérgico a los decorados anquilosados y estáticos, por eso no es de extrañar la frase de Graham Greene, principal defensor de Carol Reed).
Bank Holiday transmite ya esa querencia de Carol Reed de tejer imágenes dispares en un conjunto creíble, algo que años más tarde afianzaría por todo lo alto en su obra maestra The Third Man. Esta película es, además, un compendio perfecto de los temas y rasgos cinematográficos de Carol Reed. La gente corriente vuelve a ser la protagonista (como ya lo fuera en Penny Paradise) y como lo cotidiano es una celebración de los detalles, Reed se vuelve a lucir en una de sus especialidades, el uso de los objetos (siempre presentes para recordar a las personas ausentes, o incluso, para augurar malos presagios, como ese gato negro en la casa de John Lodge, animal recurrente en el cine de Reed, que volverá a aparecer en The Girl in the News). Pocos directores como Reed han sido capaces de mirar tan lúcidamente al mundo infantil y Bank Holiday no es una excepción, ya que los niños vuelven a ser protagonistas y se ven envueltos en un mundo adulto que no acaban de comprender. Tampoco podía faltar, por supuesto, el rasgo más distintivo de Carol Reed: su extraordinaria capacidad para crear atmósferas. Y cuando digo atmósfera, no me refiero sólo a la puramente física, sino a la habilidad para captar el clima moral de una época y un país. Aquí las inseguridades y preocupaciones de los personajes palpitan en cada fotograma: se habla muchisimo de dinero y la angustia por mantener las apariencias está presente a lo largo de toda la película (sin ir más lejos, la pareja protagonista se tiene que hacer pasar por un matrimonio constantemente).
CAPTURAS











Código: Seleccionar todo
SUPER © v2009.build.35 (Jan 5, 2009)
Multimedia Analysis Box by http://mediainfo.sourceforge.net
Detailed Analysis of: Bank Holiday (1938).avi
General Complete name : G:Bank Holiday (1938)Bank Holiday (1938).avi
Format : AVI
Format/Info : Audio Video Interleave
File size : 1.01 GiB
Duration : 1h 22mn
Overall bit rate : 1 745 Kbps
Writing application : Nandub v1.0rc2
Writing library : Nandub build 1852/release
Video Format : MPEG-4 Visual
Format profile : Streaming Video@L1
Format settings, BVOP : Yes
Format settings, QPel : No
Format settings, GMC : No warppoints
Format settings, Matrix : Default
Codec ID : XVID
Codec ID/Hint : XviD
Duration : 1h 22mn
Bit rate : 1 604 Kbps
Width : 640 pixels
Height : 480 pixels
Display aspect ratio : 4/3
Frame rate : 25.000 fps
Resolution : 24 bits
Colorimetry : 4:2:0
Scan type : Progressive
Bits/(Pixel*Frame) : 0.209
Stream size : 951 MiB (92%)
Writing library : XviD 50
Audio Format : MPEG Audio
Format version : Version 1
Format profile : Layer 3
Codec ID : 55
Codec ID/Hint : MP3
Duration : 1h 22mn
Bit rate mode : Constant
Bit rate : 128 Kbps
Channel(s) : 1 channel
Sampling rate : 44.1 KHz
Resolution : 16 bits
Video delay : 1ms
Stream size : 75.8 MiB (7%)
Alignment : Aligned on interleaves
Interleave, duration : 26 ms (0.65 video frame)
Interleave, preload duration : 498 ms

Cine-Clásico presenta en sociedad a su nuevo fichaje: Graveland. Traductor de inglés y francés, reconocido cinéfilo y admirador de Margaret Lockwood. Se quedó con ganas de ver Bank Holiday en un ciclo que realizó la Filmoteca de Andalucía sobre Carol Reed hace algunos años. Como no podía dejarle sin verla, enseguida le envié el magnífico DVDRip publicado por firenzajock en KG, que incluía subtítulos en inglés. Desde luego, tenía muchas ganas de ver a la Lockwood en bañador (y quién no), porque ha traducido los subtítulos en apenas un par de días.
Yo me he limitado a hacer las veces de productor en la sombra, al estilo Howard Hughes. Es decir, iniciar el proyecto, poner todos los medios posibles a disposición de los artistas (en este caso, Graveland) y pulir el producto final en mi sala de proyección privada (revisar y ajustar bien los subtítulos, vaya).
Yo me he limitado a hacer las veces de productor en la sombra, al estilo Howard Hughes. Es decir, iniciar el proyecto, poner todos los medios posibles a disposición de los artistas (en este caso, Graveland) y pulir el producto final en mi sala de proyección privada (revisar y ajustar bien los subtítulos, vaya).
¡Muchas gracias, amigo Graveland! ¡Un lujo poder formar tándem contigo!
Subtítulos en inglés
Subtítulos en español
Opensubtitles
Titles