:flecha:
http://www.elpais.com/articulo/pais/vas ... as_11/Tes/
Oñederra (Azkoitia, 1979) se estrena en la dirección con el corto Hezurbeltzak, una fosa común, que es además el único trabajo de animación del catálogo. "Acudo a festivales con gente que presenta cortos normales y no estoy del todo en su mundo. Noto la distancia. Ellos controlan mogollón el mundo del cine. A mí me gusta, pero la animación es cine y algo más; es también bellas artes, dibujo...", explica la joven, licenciada precisamente en Bellas Artes por la UPV, donde se especializó en pintura y cine de animación.
Hezurbeltzak ya ha pasado por festivales como los de Sitges, Alcalá de Henares y AniMadrid. En estos dos últimos, la cinta obtuvo sendas menciones especiales del jurado. La última gran noticia es que ha sido seleccionada para competir en la ciudad francesa de Clermont-Ferrand, que acoge la muestra de cortometrajes más importante del mundo entre entre los días 1 y 9 de febrero.
La autora está contenta con su periplo, pero, acostumbrada a pasar mucho tiempo trabajando sola, confiesa que los festivales le abruman. "Un corto de cine de animación es una experiencia solitaria, más de artista, de pintor, frente a un corto de cine habitual, que es una experiencia más colectiva", opina.
La joven ha partido para su corto de unos dibujos que llevaba años haciendo sin pensar en narrar una historia. Por eso, su corto, en blanco y negro y de tintes oníricos, no tiene un principio, un desenlace y un final al uso. "El montaje fue bastante arbitrario e intuitivo y, así, quedó una película experimental". Son poco más de cuatro minutos llenos de ambigüedad y sugerencias sobre asuntos como las relaciones jerárquicas entre las personas, la marginalidad y la comunicación, o mejor las dificultades de comunicación.
"Quiero más bien transmitir una atmósfera", subraya. Un clima inquietante al que contribuye la música compuesta por Xabier Erkizia para el corto: una especie de zumbido insistente e ininterrumpido.
:flecha:
http://www.alcine.org/al_dia/noticia.php?id=35
'Hezurbeltzak, una fosa común' es una animación de corte experimental. ¿El proceso técnico resultó complicado?
Es bastante simple. Usé sólo tinta china y plumilla. Los fondos son blancos. No hay adornos. Me concentré en lo que quería decir.
Las imágenes se suceden sin tregua. ¿Tenía una intención concreta que deseaba transmitir a lo largo de esos cuatro minutos?
Sí, pero el mensaje quería dejarlo ambiguo. Los personajes no están muy bien definidos. El hecho de no tratarse de una narración lineal, sin principio, desarrollo ni desenlace, me ayudó a no crear una historia que lograse una identificación automática. Me importaba subrayar cómo son los personajes, la pasividad de unos, el dejarse hacer cosas de otros, el que no estén en movimiento… Es como un escenario en el que los personajes aparecen, pasa algo y no se sabe muy bien si se pueden defender de lo que les sucede o si son pasivos. He tratado de apelar a la animalidad de las personas, entre las que fluye un sentimiento primitivo como de dejarse hacer, casi como niños, aunque lo que les pasa no tiene nada que ver con el mundo infantil. Entre los personajes hay distintas fuerzas, unos parecen estar debajo de otros. Es otro rasgo en el que he profundizado, la creación de jerarquías.
Es su debut en la dirección. ¿Qué supone inscribir su nombre en el palmarés de ALCINE?
Un lujo. Que te reconozcan un proyecto tan personal e íntimo, un trabajo de mucho tiempo y en solitario, porque yo no tengo actores ni guionistas, es un privilegio. Es increíble que la gente lo vea y lo sienta como suyo.