Mensaje
por Aticus » Mié 14 Ene, 2004 17:46
He de empezar diciendo que la película me encanta. No me parece en absoluto aburrida (que es una de las críticas que se le hace en ocasiones). Es quizá la que mejor pone de manifiesto la maestría de Hitchcock para la creación de atmósferas ("Psicosis", "Rebeca"...). Y esto es lo que principalmente me atrae del film: su atmósfera romántica y casi sobrenatural, magníficamente conseguida y perfectamente apoyada por la banda sonora de Bernard Hermann (de influencias wagnerianas). Un poco al estilo de Henry James, Hitchcock es capaz de dar un toque fantástico a unos hechos que nunca traspasan el límite de lo terreno. Aquí, a través de la mentalidad trastornada de una persona bajo un fuerte shock. En Psicosis, mediante la presencia "fantasmal" y temible de la madre. En Rebeca, por la influencia de los muertos sobre los vivos.
Dicho lo cual, y advirtiendo por anticipado que ahora haré referencias argumentales (aviso a los que no la hayan visto) puedo añadir que "Vértigo" me parece también una de los más exageradas y descaradas muestras de la (confesa) indiferencia del director por la coherencia argumental de sus historias. Da la impresión de que el bueno de Alfred, al iniciar el rodaje de un film, se decía a sí mismo "conseguiré atraparlos en la butaca de tal forma que no se darán ni cuenta de los monumentales gazapos de guión que pienso hacerles pasar". Y el caso es que tenía razón, en la mayoría de los casos. Porque, si no, ¿cómo explicar que me siga encandilando una película de intriga que basa su estructura en un encadenado de absurdos? Empezando por la increíblemente traída por los pelos trama del amigo de James Stewart (cuyo éxito se basa completamente en dar por hechas posibles reacciones psicológicas del protagonista) y siguiendo por la incompetencia abismal de unos forenses que no son capaces de distinguir una muerte por impacto de un estrangulamiento. Casi como una especie de marca de fábrica, o como una declaración de principios de su despreocupación por los "detalles" de guión, en una de las escenas Hitchcock hace circular a James Stewart ¡por la izquierda! durante un buen rato por una carretera vacía.
En fin, como él decía, eso son sólo detalles. Pero ¡que pruebe a descuidarlos cualquier otro director! A Hichcock se lo perdonamos todo (yo diría que incluso lo exigimos, forma parte de su estilo).
Y, por cierto, dicho sea de paso, creo que el cine Alfred Hitchcock da materia de sobras para un foro aparte en una web de películas clásicas.