Dardo: muy simpático el experimento. Pero. Vamos a conceder que se haya llevado a cabo con todo el rigor, su grupo de control, su muestra suficiente y representativa, controlando posibles interacciones con otras variables, sesgos, etc. Por un lado, lo que explica Elsa Punset es una teoría, y un experimento sólo puede confirmar o invalidar una hipótesis y solo con cierto grado de probabilidad. Por otro lado los experimento suelen generar nuevas hipótesis. Por ejemplo: el papel de la motivación, que es muy escurridizo en estos experimentos. El niño puede valorar más un premio consistente en reforzar su autoestima al desarrollar con éxito la tarea que le han pedido que el premio consistente en conseguir el caramelo lo antes posible, mientras que para el mono el caramelo y cuanto antes es fundamental. O puede ser un ejemplo de capacidad de recompensa diferida. O de desarrollo del autocontrol. O desde el punto biológico evolutivo podría plantearse la hipótesis de que provee mayor probabilidad de supervivencia la aprobación de los adultos en el caso del niño frente a la satisfacción biológica inmediata en el caso del mono donde la pelea por la comida es cuerpo a cuerpo y come el más rápido. Así, rápidamente y a las tantas, por ejemplo, tampoco quiero extenderme porque lo que muestran es breve y no dan casi datos sobre el diseño experimental y además no estamos hablando de esto. En teoría es lógico que la imitación, la obediencia, la reiteración de esquemas sea adaptativa en términos evolutivos en una especie en que la infancia y la vulneranbilidad inherente se prolonga años y años. Pero ya no somos niños

piri: es verdad, le estamos dando demasiado lustre a la anécdota, cuando lo realmente interesante es el planteamiento del contenido.
Como simbiosis entre personaje real, público y conocido y personaje de ficción acabado me viene ahora a la memoria JCVD ¿Alguna más que recordéis?