
Impresionante testimonio.
Muy cierto, ya ni me acordaba (hace tanto que no voy...).locutus escribió:Aparte de lo ya apuntado, me quejaría del trato de los cines a los clientes dentro de la sala: ¿no os habéis sentido como ganado que roban los cuatreros del rancho, cuando los acomodadores nos echan por la salida de incendios
Es cierto que quedan muy pocos cines para cinéfilos, pero en salas inmundas he disfrutado con más de una película. Es una experiencia que te hace no reparar en las palomitas del pasillo al salir, ni en las bolsas de basura en el callejón. Ir al cine a ver determinadas películas, de las pocas que se hacen, siempre me ha merecido soportar determinadas cosas que suelen ser de peor calaña cuando la película no resulta de mi agrado. Lo que dejé de hacer hace tiempo es dejarme arrastrar al cine para pasar la tarde.pepe0008 escribió:Hay que reiterarlo: la experiencia de ir al cine, es miserable.
Eso pasa en las multisalas de madrid capital. Y la escusa "de que es así" parece un poco chorra.topaz68 escribió:Una pregunta sobre un aspecto del cine. Ultimamente no he podido disfrutar de las películas porque ponen el volumen muy alto. Cuando presenté una reclamación me contestaron que era porque ahora la banda sonora viene así, los diálogos muy bajos y los efectos a toda pastilla. ¿Es una percepción mía que me hago mayor o pasa en todos los sitios?. A mí me resulta muy incómodo.
"Es que es así" es lo mismo que decir "Esto es es lo que hay", o como se decía antes: "Lentejas, las comes o las dejas".Pajarico escribió:Eso pasa en las multisalas de madrid capital. Y la escusa "de que es así" parece un poco chorra.
A mi me pasa incluso en casa, cuando intento ver una peli palomitera por la noche. Si subo el volumen para escuchar bien los diálogos los efectos de sonido despiertan a mi hija. Es cosa de los ripeos de AC3. Se aprecia perfectamente la diferencia de balance en los duales, cuando una pista está en AC3 y la otra en MP3.topaz68 escribió:Una pregunta sobre un aspecto del cine. Ultimamente no he podido disfrutar de las películas porque ponen el volumen muy alto. Cuando presenté una reclamación me contestaron que era porque ahora la banda sonora viene así, los diálogos muy bajos y los efectos a toda pastilla. ¿Es una percepción mía que me hago mayor o pasa en todos los sitios?. A mí me resulta muy incómodo.
Algunos hechos son puntuales, como lo de la rata, pero lo de las cucarachas te aseguro que es algo bastante extendido.evol escribió:Realmente se te quitan las ganas de ir al cine... aunque mantengo la esperanza de que estos hechos sean algo puntual, que ocurre en pocas salas
Muchas gracias por leerlo y por distribuirlo. Que nadie se "corte" a la hora de distribuirlo como mejor le parezca.Nalekh escribió:Leido "de pe a pa" y con carne de gallina. Cada vez voy menos a ese receptáculo de palomitas y leyendo esto se te quitan las pocas ganas. Gracias por la sinceridad e incluso la crudeza.
PD: Me he impreso el texto para prestárselo a gente que no puede entrar en DXC
Respecto a entrar cosas "de fuera":FLaC escribió:Personalmente nunca tomo nada en el cine que proceda del propio cine. Como siempre llevo bolso, allí llevo una botella de agua y unos caramelos comprados fuera (en el super y cerradita normalmente). Y es que los precios son de restaurante de 5 tenedores!!!! Además cada vez voy menos al cine. Este verano solo dos veces. Mientras que cuando un precio decente iba al menos 1 vez por semana...
Muchísimas gracias por el comentario. Me encantaría publicarlo, pero no tengo pruebas respecto a lo que digo. Supongo que lo que tendría que haber hecho es sacar fotos de todo... ¿tal vez el año que viene?kimkiduk escribió:Oo Oo La mejor descripción que he leido sobre el Cine, como espacio en sí. Con sentido del humor, acidez, honestidad... Que te lo incluyan en el próximo Cahiers, y espero que tengas más suerte con tu futuro laboral
m0ntaraz escribió:Me estará mal el decirlo, pero la próxima vez que en un cine alguien coma palomitas o nachos a mi vera me consolaré pensando en lo que pueden llevar de guarnición extra.
Lo más triste del tema es que nada de lo que Teejay cuenta (condiciones laborales, higiénicas, de seguridad...), nada, pero nada nada, me sorprende lo más mínimo
gaston escribió: Y, por si a alguien no ha perdido la inocencia, nada de lo que ha descrito Teejay (bueno, excepto lo de la taquillera) le es ajeno tampoco al resto del Universo Centro Comercial / Parque Temático / etc...
Todas las franquicias que he conocido funcionan exactamente así. Los empleados son recursos, fungibles; y los clientes... pues nunca faltan, da igual cómo se les trate, nunca faltan.
En cuanto a las franquicias de restauración (alrededor de los cines y en los centros comerciales siempre están las mismas) suelen estar bien acondicionadas, y tienen frecuentes inspecciones... sin embargo, invariablemente, cada vez que he conocido a alguien que ha trabajado en alguna siempre dice "yo jamás comería ahí. Si la gente supiera lo que se hace en la cocina... si hubieras visto lo que yo...". Para bien o para mal, yo no soy nada escrupuloso.
El grupo Balaña tiene más "cosas" además de cines y teatros y también he trabajado en "ellas". Esas experiencias me las guardo tal vez para hacer un segundo artículo algún día, pero baste ahora decir que ninguno de los tres va desencaminado.emarc escribió:Yo hace siglos que no cojo palomitas en el cine, es una tomadura de pelo ¿ os habéis fijado en el precio de una cocacola y una de palomitas medianas ?. Anda y que les zurzan, que a mí del cine solo me interesa ver la película en pantalla grande y con sonido de calidad, y no voy para ponerme como el kiko.
NOTA: Como ha dicho otro forista, a mí tampoco me sorprende el tema de las cucarachas y los ácaros. Eso ya está pasando en todas partes (conozco una discoteca donde si se te ocurre pillarla con su JB-Made in Garrafón, tienes una resaca brutal, y bien que cobran a precio de JB-Del Bueno). La pela es la pela, y ya solo miran para ofrecer un servicio suficientemente bueno, es decir, no bueno de verdad sino justo lo bueno para que vuelvas, y ni un poquito más.
Saludos.
Muchas gracias.Jozete escribió:Tremendo Teejay, yo afortunadamente no voy practicamente nunca al cine y viendo lo que hay pues casi mejor que siga asi.
Tampoco compraria nada en caso de ir (todo me parece un robo bestial y encima la calidad de las pelis ufff) pero gracias por esta valiosa informacion.
Saludos
Lo de la espuma es un gesto muy típico. Hay veces que SI es por eso, pero otras...Piripiflautico escribió:Joder, pues ahora me he quedado pensando si ese gesto lo he visto o no. Y juraría que sí, pero ya no sé si lo digo porque realmente lo he visto o porque lo has dicho tú.Teejay escribió:Y lo de la tapa es un gesto rápido que la gente suele interpretar como que "estás quitando la espuma".
Nunca más...
Respuesta:topaz68 escribió:Una pregunta sobre un aspecto del cine. Ultimamente no he podido disfrutar de las películas porque ponen el volumen muy alto. Cuando presenté una reclamación me contestaron que era porque ahora la banda sonora viene así, los diálogos muy bajos y los efectos a toda pastilla. ¿Es una percepción mía que me hago mayor o pasa en todos los sitios?. A mí me resulta muy incómodo.
Wagnerian escribió:No son cucarachas, son los antiguos trabajadores.Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.
No es propiamente una ley. Surgió a partir de la jurisprudencia sentada por una demanda que presento un kiosko que está (estaba, ya que el multicine cerró para dar paso a un supermercado) junto a los cines Brooklyn en Oviedo.¿Sabíais que existe un ley "anti-monopolio" que prohíbe que te puedan denegar la entrada al cine con comida o bebida adquirida en el exterior?
En otras palabras: en un sala podeis entrar con coca-cola o palomitas que hayais comprado fuera. No tienen ningún derecho a prohibíroslo.
pero parece que los nuevos dueños se han cansado pronto, al menos de la cafetería, alma de la sala, segun esta noticia
Los cines Alphaville cambian de cara
La distribuidora pamplonesa Golem ha comprado las salas y las reformará en breve
"¿Sabe lo que transforma la noche en luz? La poesía". El viaje a la ciudad futurista de Alphaville de la película de Jean-Luc Godard de donde sale esta frase fue lo que inspiró a un grupo de amigos apasionados por el cine a crear los cines Alphaville. Primero crearon en 1975 Musidora una distribuidora de cine. Cansados de depender de exhibidores para proyectar la spelículas que compraban en Europa, crearon su propio cine. Iluminaban así el oscuro panorama cinematográfico de las salas madrileñas. El 26 de noviembre de 1977, este sábado justo hace 28 años nacieron los cines Alphaville con vocación de exhibir "lo más marginal del cine comercial y lo más comercial del cine marginal" en palabras de Manuel Garcillán, uno de sus fundadores. Se estrenaron con La batalla de Chile, un documental político de Patricio Guzmán y La última cena de Tomás Gutiérrez Alea.
Pero en junio de 2005 los Alphaville cambiaron de dueño. Venció el contrato de arrendamiento que tenían los antiguos propietarios y la distribuidora pamplonesa Golem se hizo cargo de los cines que se convirtieron en su primera sala en la Comunidad de Madrid. En los próximos meses los Alphaville vivirán un proceso de reforma y cambiarán de cara para modernizarse. Incluso puede que también cambien de nombre ya que el anterior aún lo tiene registrado Musidora.
Los Alphaville fueron pioneros en casi todo. Fueron los primeros cines en versión original de Madrid, los primeros multicines, los primeros en crear un día del espectador -imitado luego por otras salas- crearon la sesión golfa (de madrugada) y fueron también los que inventaron las hojas de los espectadores.
Las dos primeras salas se abrieron en 1977, las dos siguientes en 1979 y el bar en 1980. Por este bar empezaron a desfilar directores que hoy son consagrados y entonces sólo cineastas en ciernes a los que sólo los cinéfilos reconocían: Win Wenders, Jim Jarmush, Herzog, Fassbinder, Rohmer...
Luis Tinoco, que ha sido gerente del cine estos últimos 28 años lo recuerda como una época dorada: "Por allí pasaron Trueba, Colomo, Almodóvar... Crecieron y aprendieron de cine en los Alphaville", explica. Aunque el primero que pasó por allí fue Jean Luc Godard, que mantuvo un coloquio con un público cinéfilo y entregado. A veces en esta sala se podían ver gratis cortometrajes, películas antiguas o nuevas que no habían pasado por el circuito comercial o también cineastas noveles pasaban sus obras. Opera Prima la primera película de Fernando Trueba, por ejemplo, se proyectó allí. También inventaron, en cierto modo, la promoción cinematográfica.
"Las películas independientes casi no se promocionaban, así que traíamos a actores y directores para hacer encuentros con el público", recuerda Tinoco.
Ayer la cafetería, la única que se resistió a la venta de palomitas en los cines en Madrid, estaba cerrada. También las plantas, tan características durante todos estos años, habían desaparecido de los rincones. Corría el rumor entre los clientes de que los nuevos dueños quieren hacer una nueva sala allí.
Carmen Montilor, de 64 años, taquillera desde que nacieron los cines, dice los clientes a veces se quejan: "Dicen que pierde solera pero lo importante son las películas que pongan". Los habituales del cine aseguran que en la programación no se ha notado el cambio, de momento. Los Alphaville son el octavo cine de Golem Difusora Cultural Cinematográfica, el resto: Pamplona, Estella, Logroño, Burgos y Arlanzón.
A Javier de Garcillán ayer le costaba hablar del pasado: "Todo el mundo sabe lo que hicimos y lo que supusieron. La historia es conocida y siguen funcionando, no creo que se vaya a notar tanto la gestión, sigue siendo cine en versión original. Les lavarán la cara y les pondrán mejores butacas". Reconoce que no le da pena dejar atrás este proyecto: "Todo cansa en la vida y al final hay que acabar haciendo otras cosas nuevas".
Para Luis Tinoco los Alphaville han sido gran parte de su vida: "He trabajado y disfrutado haciendo lo que me gustaba". Ríe cuando recuerda cuando en 1985 el cine sufrió tres meses de procesiones y rosarios ante su puerta por el estreno de la película de Godard Je vous salue, Marie. Incluso Blas Piñar se acercó al cine el día del estreno para protestar. La película en la época se consideró una herejía ya que inspirada en la historia de la virgen María relataba el caso de una joven que se había quedado embaraza sin mantener relaciones sexuales. "Se montó tal follón que tuvimos que llamar a la policía".
Cuando cumplieron 20 años el cine lo celebró con las butacas del amor, asientos sin brazo separador especiales para parejas. En dos años cumplirán 30. Podrán cambiar de nombre, pero los nostálgicos esperan que mantegan el espíritu que en una ocasión les alumbró.
Como a Pedro Almodóvar, que escribió en este periódico en 1992: "Los independientes americanos, y los supervivientes de la nueva ola francesa deberían hacerle un monumento a estas salas. (...) En una época en que el cine es cada vez más un zoco en el que sólo importa el comercio, las cuatro salas de la calle de Martín de los Heros (...) proporcionan a los días y las noches de Madrid un callejón con salida, donde todas las aventuras son posibles".
Al otro lado de la taquilla
Carmen Montillor ha estado los últimos 28 años al otro lado del cristal de la taquilla de estos cines. Ha visto de todo: clientes que veían la misma película hasta 20 veces; otros, despistados con la sala X cercana, que le pedían entradas para 'la película más verde que tenga' y ella le enviaba a una sala del cine empapelada de verde; a la duquesa de Alba llegar con una señorita de compañía y salir de todas las películas a la media hora; un ejército de jóvenes beatas rezando el rosario durante tres meses mientras se proyectaba Je vous salue, Marie...
Después de estos 28 años, dentro de tres meses, Carmen se jubila. "Mi vida laboral ha estado prácticamente ligada a este proyecto. Lo vi nacer, y ahora lo estoy viendo acabarse y cambiar. Pero me ha encantado".
Esta taquillera considera los Alphaville "casi algo mío y ahora continúa, pero no será lo mismo, esto era como una gran familia, incluso he hecho amistad con varios clientes que me dejan su tarjeta para que mantengamos el contacto cuando me jubile".
Ahora Carmen ya sólo piensa en lo que llegará a partir de marzo: "Me pegaré vida de jubilada. Empezaré a aprovechar la vida, a viajar y a disfrutar de mis hijos y mis nietos
Pues no sabía la noticia, es una pena saber que este proyecto acaba.silentrunner escribió:¿algún castiz@ madrileñ@ sabe que ha sido de los cines, o puede contar sus recuerdos?Los cines Alphaville cambian de cara
La distribuidora pamplonesa Golem ha comprado las salas y las reformará en breve