Bueno, pues aquí introduzco lo que prometí en el primer post. En realidad es la copia de un artículo que escribí hace más de un año, justo antes del estreno del episodio II, y que ya estaba publicado en internet.
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LA PUTA TRILOGÍA
Nunca he sido fan de la susodicha. Como la mayoría de Vds, he visto La Guerra de las Galaxias cincuenta veces o más (quizás porque conozco a unos cuantos friquis de la saga, de esos que saben hablar alrevés con Han Solo en la cantina o quién es la auténtica guionista de la segunda película) y estoy un poquito cansado de ver como revienta la Estrella de la Muete. Sí, así, sin R. Pero ese no es el motivo.
También he visto El Imperio Contraataca, la más sobria de las tres, como corresponde al segundo movimiento de cualquier buena sinfonía. A pesar de alguna chorrada como la del gusano espacial que habita asteroides cuales manzanas podridas. E incluso a pesar del tufillo Zen/Castaneda (tengo que hablar de este fraude un día de estos) del maestro Yoda. Y no digamos nada del asunto edípico "
papá oscuro te desafío con mi pene de luz, aunque me cortes la mano de meneármela". Pero ese no es el motivo.
Por supuesto, también ingerí El Retorno del Jedi, donde el Sr. Lucas comienza a perder el norte al meter una especie nueva llama Ewoks, que en Lengua Imperial significa "Putos-Ositos-Que-No-Pintan-Ná". Todavía recuerdo el "¡BIEN!" que grité en medio de la sala cuando se cargan a uno los simpáticos stormtroopers en sus locos cacharros (por cierto, ¿sabían Vds que los putos ositos iban a ser inicialmente wookies?). Y como no, la continuación de la merendola froidiana Vader/Luke/Leia. Pero ese no es el motivo (aunque nos vamos acercando).
Después vino la versión remasterizada. De acuerdo. Vale. Me parece bien.
Después vino la versión remasterizada con putos pegotes digitales que nadie le había pedido. Como el ET de hace nada, del Spielberg... otro que tal baila.
Y por fin llegó el Episodio Uno, o La Amenaza Fantasma, título de lo más gilipollas para una película de lo más gilipollas, propia de un director que considera a sus fans gilipollas. ¿Qué impulso al Sr. Lucas a perpetrar semejante bodrio? Intentemos introducirnos en su mente:
...Millones de fans han visto mis películas cuando tenían entre diez y veinte años. Con lo cual ahora tendrán entre treinta y cuarenta... nada, nada. Últimamente ando escaso de dinero y hay que renovar la sangre de la secta. Nada de películas adultas. Voy a orientarme a chavales de 12 años. Como a esa edad se es un poco tontito, no me tengo que molestar en el guión. Así que puedo cambiar cositas que, total, nadie se va a dar cuenta. Qué más da quién fuera maestro de quién o que ya haya libros publicados sobre el tema. Nadie lee en estos tiempos.
La Fuerza... nada, nada, la fuerza está en los dólares... y en los micropollasenvinagre sanguíneos, porque si pongo a los lledais metiéndose rayas igual hasta se me echa la DEA encima. Y, no debo olvidarme, la gente compró muchos libros de naves-razas-robots. Tengo que mandar diseñar un montón, que ahí hay mercado. Y modelitos raros... pero para que voy a pensar nada original. Mira esta foto de las princesas de Mongolia. Joé, esto sí que es exótico. Nadie se va a dar cuenta.
Qué más cosas le gustaron a la gente... pues las carreras, las luchas a espada y las grandes explosiones. Para lo primero, nada como Ben-Hur, que mi madre siempre la ve cuando la echan por la tele. Hay que meter una carrera de cuádrigas espaciales a palanqueta. Espadas rojas y verdes... pues azules, y amarillas, y rosas, y con dos puntas. Queda la explosión final. A ver, reventé una esfera en la primera, media esfera en la tercera. Pues ahora un donut. Y en la siguiente un cubo. Y en la última... una cinta de Moebius. Variedad, sí señor. Ahí está el gusto.
Queda el tema de los ositos. A alguna gente no les gustaron. Pues voy a meter un niño repelente para compensar. Y a algún gilipollas que sea bueno en el fondo, muy en el fondo, y que no muera. Con orejas muy largas, que total el ordenador las hace en un momento.
Nada, nada, no es suficiente. Aún me queda media hora de película. A ver, necesito sitios nuevos. Ya utilicé el espacio, el hielo, una ciudad celeste, un bosque... pues nada, bajo el agua. Y bicho gordo marino, que mola. Y ahora, voy a dejar la película de lado, que tengo que ver cómo va la construcción de mi depósito de dinero en Skywalker Ranch. Igual hago una peli sobre el Tío Gilito. Ay no, que es de la Disney: tendría que pagar royalties y soy pobre...
Ahora me parece que ya conocen mis motivos para no ver la ¿esperada? continuación. Para finalizar, voy a contar la experiencia de un amigo mío, fan de toda la vida, al final del estreno de La Amenaza Fantasma:
"
Acabó la película y se encendieron las luces. Todos los que estabamos en la sala rondábamos los treinta años. Nadie dijo nada. Nos miramos unos a otros pero nadie decía una palabra. Yo me repetía a mí mismo: No es tan mala. Abandonamos el cine en silencio."
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Este segundo artículo que incluyo aquí fue tras ver el episodio II. Es mucho más benévolo.
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Ayer no pude escribir porque, aparte de tener bastante trabajo atrasado en la peich, fui a ver (sí, lo reconozco) el puto Episodio 2.
Y me he llevado una alegría. Quizás porque fui con la intención malsana de destrozarla a la salida, a revolcarme en mis propios orines confusos mezclados con las cagadas de Lucas. Por eso, no me atrevo a decir que esté bien. Es una película con muchos defectos... pero que ha acertado en muchas cosas.
Aparte de dos secuencias cerca del final (relativas a una cinta transportadora = excusa para el nuevo videojuego) y cierta mamonez con cierta cabeza, es una película digna de la primera trilogía. De hecho, me gustó bastante más que el Retorno del Jedi. Eso es porque no salen ositos, y los pocos niños que salen en esta cumplen su papel sin dar por el culo ni ser repelentes. De hecho, el que más rato sale, me cae bastante bien. Quizás por la risa de cabroncete que tiene. Por otra parte, se agradece que apenas apenas apenas (sí, tres veces) existan referencias a La Mierda Fantasma, como si esta se hubiera tratado de un mal sueño... no se mencionan a los minipollasenvinagre y otras gilipolleces por el estilo que vinieron a enturbiar la memoria de los fanes. Yo nunca he sido fan, así que no me miréis.
Y hablando de turbiedades, el futuro Dark Water, digo Darth Vader... ¡es un turbio...! El tío tiene un reprís que le juega bastante malas pasadas, y de hecho, los personajes de Anaquien y Obi Juan han ganado mucho, así como el de la chica.
Lo que menos me ha gustao:
-El empeño porque toooodos los personajes sean parientes o se conozcan desde siempre. Supongo que en el episodio 7 u 8 acabarán todos hemofílicos o subnormales. Esto se extiende a la presencia de cetrespeó y erredosdedós, que no pintan nada ni en esta película ni en la anterior.
-La supuesta profundidad que se le pretende dar a la historia con rollos políticos. La verdad es que no se entiende de que coño vive la gente en la famosa república, como es la estructura socioeconómica, etc... De hecho, hay publicidad en las ciudades, con lo que se supone que capitalistas sí que son un poquito.
-Que los protas estén todo el rato tirándose de cabeza al vacío como quien se rasca el culo. Que se pasan exagerando, vamos. Vaya cruz que nos cayó con Matrix.
-Que todo sea tan rebonito y repulido y gigantesco y apabullante. Como le oí decir a alguien, hace falta un poco más de roña.
-Que la mejor interpretación y la mayor expresividad sea por parte de un muñeco informático. Léase Yoda.
-La puta mierda de doblaje al español. Cuando no están murmurando que no se oye (o sea, que no traducen), los labios van por un lado y la voz por el otro.
Lo que más:
-Que tiene guión. Elemental, pero guión.
-Que no hay niños ni ositos dando por el culo.
-Que no han tomao por gilipollas al espectador.
-El despliegue técnico... Hay efectos digitales de absoluto cagarse en el asiento. En especial, la expresividad de Yoda. Los escenarios son impresionantes.
-Que la historia de amor está bastante bien llevada y no se ponen pesaos.
-El punto chungo de Anaquien.
Y en general, que han intentado con bastante éxito recuperar el espíritu de las primeras películas.
Bueno, que me alegro de haberme equivocado.