¡No os quejaréis!- ¡Ya viene!
- ¿Qué pasa?
- Si quieres ser de los nuestros, calla y mira.
- ¿Quién es?
- La hija del sordo, el profesor de latín.
- ¿Cómo se llama?
- ¡Chocholindo!

Con pistazas incluidasSí, lo que me gusta más de todo es ver las casas, los barrios. Y el barrio que más me gusta es la Garbatella. Y me doy vueltas por las zonas populares. Pero no me gusta ver las casas sólo desde fuera. A veces, me gusta ver también cómo son por dentro.
Entonces, llamo a un interfono y hago como si estuviera buscando localizaciones.
Digo que preparo una película y el dueño me pregunta "¿De qué va la película?" Y yo no sé qué decir. ¿De qué va la película? Es la historia de un pastelero trotskista. Un pastelero trotskista en la Italia de los años 50.
¡Suerte!- ¿También ella se volverá fea?
- Seguramente.
- Si la convertimos en una ramera y la guardamos en el palacio, ¿seguirá siendo bonita?
- Quizás.
- Entonces le estaríamos haciendo un favor, ¿verdad?
- Sin duda.
- Esta noche podéis hacerme el honor de bautizar mis tenedores.
- ¿Tenedores?
- Sí, de Florencia. Un pequeño y nuevo invento. Sirve para pinchar la carne y llevarla a la boca, evitándole a uno ensuciarse los dedos.
- Entonces se ensuciará el tenedor.
- Sí, pero se puede lavar.
- Igual que los dedos, no le veo el fuste.
Conociendo vuestras aptitudes no creo que dure más de un posteo...- Por favor, quisiera interpretar el papel del minero polaco.
- Te aconsejo que te quedes donde estás.
A cualquier actor le ilusionaría estar tan cerca de una chuleta de cordero.