
Una historia de ficción
Era una mañana muy fría de Enero en Amsterdam, cuando Joseph K. se dirigió a la oficina de ETA más cercana a su domicilio. ETA(Eternal Travel Agency) era la agencia de viajes más popular en el Norte de Europa. Cuando las cosas iban mal y los médicos te desahuciaban, lo mejor era recurrir a ETA, para que te organizara el último viaje a tu gusto y librarte rápidamente del engorro de esos interminables finales, a cargo de la Inseguridad Social, y de los llantos de los deudos, que nunca se sabe si lloran por pena de que todo acabe o de que tarde tanto en acabar...
Joseph K. lo tenía ya organizado desde hace tiempo, se sentó en el cómodo sofá y mientras saboreaba una última copa de Napoleón y aspiraba el humo de su último Montecristo, pidió que le proyectaran este
viejo viejo video en formato AVI, el único que había sobrevivido 3 décadas, quizás porque avi en catalán quiere decir abuelo...
Una historia real
El día de Navidad del año 1989 Leonard Bernstein dirigió en Berlín, para celebrar la reunificación de Alemania un concierto inolvidable. Nada más y nada menos que la Novena Sinfonía de Beethoven en la Schauspielhausde Berlín, en lo que hasta hace unos días había sido República Democrática Alemana.
Para el concierto Bernstein reunió músicos de las mejores orquestas de Alemania y de los países alíados: La Staaskapelle Dresden, la Orquesta del Teatro Kirov de Leningrado, la London Symphony Orchestra, la New York Philarmonic y la Orchestre de Paris. Los Coros de la Radio de Baviera, de Radio Berlín y el Coro Infantil de la Filármonica de Dresden completaron el reparto a los que se sumaron las incréibles voces de June Anderson(soprano), Sarah Walker(mezzo), Klaus König(tenor) y Jan-Hendrick Rootering(bajo).
Por iniciativa de los propios organizadores y músicos la popular Oda a la Alegría, adoptó una versión muy querida a Schiller (sustituyéndose la palabra Freude(Alegría) por Freiheit(Libertad).
Recomiendo esta descarga- que me ha hecho recordar Pierino- a todos, especialmente a los que no sean amantes de la música clásica. Ver a un Leonard Bernstein, ya enfermo y con problemas de artrosis en su mano izquierda, dirigir a este increíble conjunto de artistas es una experiencia única. La atmósfera que se respira en la sala difícilmente podrá ser superada en el futuro. Y luego está el amigo de Kubrick y del drogo Alex, un genio como Beethoven que compuso y fue capaz de dirgir por primera vez su obra estando completamente sordo, como consecuencia de las bofetadas que le había propinado su padre de pequeño.
Pues bien, lo crean o no. Yo sólo tengo un Laser Disc de esta obra, porque nunca he encontrado un DVD. Ahora como el amigo Joseph K. me conformo con estos dos archivos AVIs.
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