
Quizá la vida pueda ser comprendida no sólo a través de la sangre como símbolo de su surgimiento, sino el de su ocaso. Quizá la vida, en toda la aparente complejidad que reluce, sólo se trate de cuerpos estímulados, de sangre que fluye y refluye por las mismas partes, y sea el amor sólo una búsqueda del contacto entre dos pieles. Quizá sea el amor sólo un acto físico, o tal vez represente una ilusión gratamente compartida por todos aquellos que viven del sufrimiento ¡BANG!
La inocencia no es lo mismo que ignorancia; y eso se demuestra de una manera muy simple, inocente es aquél que ve el arma en el suelo, y ni siquiera trata de imaginar cómo usarla, e ignorante es aquél que sí imagina cómo debería usarla, pero no sabe hacerlo. La inocencia no es innata, ni mucho menos imperecedera, es producto de una constante sumisión, ¿cómo se comprueba esto? En el acto donde el esclavo, inclina la cabeza ante su amo, y tiende a entregar una confianza absoluta en él. La ignorancia sí es innata, pero es continuamente desplazada, esto se nota en la contemplación y en la experimentación. Ver cómo se riegan las tripas de alguien al ser herida por un rifle, dejará en claro en la conciencia de cualquier espectador, o experimentador, la fragilidad del propio cuerpo.Caballero, antes tenía mi curiosidad, ahora tiene mi atención…
Es la sangre un símbolo ¡BANG! Es la viva representación de lo humano, el conjunto de todas las pasiones que entran en conflicto con lo que se cree racional. La inocencia y la ignorancia de cada uno, se sustenta y otras veces se desplaza, cuando un factor externo entra en la ecuación, una variable que no se había tenido en cuenta, y que, por supuesto, altera el resultado previsto. Es así que cualquier conocimiento que se pueda llegar a tener está condicionado y muchas, sino todas las ocasiones, es dependiente de alguna variable desconocida. Sin embargo, ¿será esta afrenta a la individual inocencia/ignorancia un acto necesariamente hostil?
En el hombre la vida no guarda sentido alguno sí, y sólo sí, no está consciente de manera firme sobre su propio existir. Es así que, en su búsqueda de vivir, sepa apreciar la intrusión de alguna variable desconocida, que desplace su ignorancia/inocencia y le permita a través de ello, el conocer algunas prácticas riegosas que, por el peligro mismo que representan, puedan inducir a pensar que uno realmente vive, justo en aquellos momentos de concentración exagerada, en los que se siente el fluir y refluir de la sangre en la sien. ¡BANG! De manera simple, la vida sólo se reconoce cuando se acepta la realidad de la muerte.Toda influencia es inmoral, desde el punto de vista científico; influir en una persona supone darle nuestra propia alma.
Me gusta cómo mueres, chico.