There Will Be Blood
Se ha estrenado
There will be blood (
Pozos de ambición, en lengua bárbara). Como es una obra maestra, me vais a perdonar que para no estropeársela al que la vea por primera vez, apenas diga nada sobre ella. Solo que en la primera hora y media trata más o menos de la historia de América (el empresario sin escrúpulos y hecho a sí mismo que se aprovecha de los demás para ir logrando todo lo que quiere -antológico el discurso que da ante la pequeña comunidad hablándoles de los niños y del futuro-) y luego ya más de la obsesión personal del hombre, tanto por su transformación a causa de la codicia como por su naturaleza misma. Todo ello al hilo de películas como Lawrence de Arabia (por citar alguna) en las que se conjugaba una "gran" historia (gran contexto, me refiero) con un tormento personal.
Ya no se hacen películas como las de antes, ni falta que hace. Las de antes ya están hechas, no hay ninguna necesidad de hacerlas otra vez. Paul Thomas Anderson lo sabe, y aunque yo no hilo tan fino como Carlos Heredero en Cahiers (quien afirma que el hecho de que Daniel no tenga raíces es una metáfora del cine "nuevo" que no sabe en qué narrativa incribirse...

o algo así..), sí creo que la película busca desmarcarse de los clichés y reinventarse a cada paso que da. Con un sentido del ritmo que debería avergonzar al 90% de los cineastas en activo, una impresionante interpretación de Daniel Day Lewis (más que "una, "la", puesto que al final acaba siendo su clásico estereotipo) y una banda sonora que por su audacia y su expresividad resume perfectamente por qué me gusta más el cine moderno que el clásico, la película te sorprende y maravilla a la vez, con escenas que conjugan una gran fisicidad (todo el inicio: lacónico, sobrio, magistral) con multitud de temas más abstractos, como la forma en que narra el génesis de los Estados Unidos a través de la epopeya de un hombre que para conseguir sus objetivos pervierte los pilares más sagrados de ese país (la familia, la religión, etc).
Por citar algo malo, pues que el final me ha parecido lo menos destacable, pero supongo que algún motivo habrá tenido PTA para hacer algo tan raro. Tampoco me han vuelto loco los momentos humorísticos, si bien que conste que yo me he reído muy poco, mientras que algunos parecían encontrar muy graciosos los (¿casi grotescos?) estallidos de locura de Daniel Day lewis.
Solo espero que la veáis en VOS (aunque el doblaje de Daniel Day Lewis tampoco es que esté mal) y en el cine, por favor, que ver a Paul Thomas Anderson en la pantalla del ordenador es como ver la misa por la tele.
Dirección: Paul Thomas Anderson
Guión: Paul Thomas Anderson
Fotografía: Robert Elswit
Banda sonora: Jonny Greenwood
Reparto: Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Kevin J. O'Connor, Ciarán Hinds, Russell Harvard
Año de Nuestro Señor: 2007
Duración: 158 cortos minutos.
Web:
http://www.paramountvantage.com/blood/
Entrada de cine: 6 euros.
Palomitas y otros útiles con que joderle la peli a los demás: Unos 3 euros.
Gastos de transporte: opcionales.
Encenderse las luces y, tras haber esperado hasta que se acaban los créditos mientras escuchas la música con los ojos cerrados, plantearte si serías capaz de esconderte entre las butacas para verla otra vez: No tiene precio.