Me alegra saber que no es necesario que explique mis palabras, reproducidas por la cita de
Alegre, porque han sido bien entendidas.
In claris non fit interpretatio.
La censura europea ha sido política. A lo largo de nuestra historia, los límites a la libre creación han venido impuestas desde el Estado, y no desde los propios grupos de interesados. Cosa bien distinta sucede con la censura americana representada en el famoso «código» del ex senador republicano William Hays, presidente de la Motion Picture Producers and Distributiors of America (MPPDA), nacida en 1922. Hay que recordar que no solo fue la convicción de Hays lo que llevó a redactar tales reglas, sino también la influencia de determinados grupos de presión, no exclusivamente procapitalistas.
Alegre ha citado la «Liga de la Decencia», pero es que hay otras entre los que está un sector amplio de la sociedad norteamericana –que comulga de las ideas más puritanas-, las asociaciones profesionales que se verían afectadas por la imagen que podría darse de su actividad, y, en definitiva, sectores alarmados por la conducta disipada y moralmente criticable que las estrellas de la época protagonizaban en su vida privada y publicada en primera plana de las revistas más de moda. Esto no obsta para que la decisión última de su adopción y su efectiva implantación respondiera a intereses económicos de las productoras; pero lo importante es que existían grupos de presión, y que se trata de una censura desde dentro o, como decís, una «autocensura». El
Código Hays es impulsado no solo por intereses económicos, sino también por intereses sociales; fue en su dinámica cuando se convirtió en herramienta para el lucro de la industria del cine, que impedía la entrada de películas no americanas, ya que en su mayoría infringían la reglamentación en alguna medida: se eliminaba la competencia. Por supuesto que es criticable que los productores acepten y se impongan esas limitaciones, buscando su propio lucro, respondiendo a las leyes del mercado: oferta-demanda.
El famoso código no fue resultado de un complot anticomunista para cercenar la libertad de los realizadores, fue producto de la propia sociedad norteamericana y la adaptación que era necesaria en la industria para seguir funcionando y ser cada vez más rentable. Por el contrario, donde sí existe ese olor a rancio es en el Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC: Un-American Activities Comités), con la aparición posterior de Joseph McCarthy; que dio lugar a la famosa «caza de brujas» y a las múltiples delaciones (v. gr. la de Kazan y Rossen) y consiguientes represiones. Es en este punto, a partir de 1947, cuando se afecta a directores (que citas) como Wilder o Dmytryk –que, como Dalton Trumbo, se negó a declarar y se les prohibió trabajar en el país-; pero no el código Hays, que afectó por igual a todos y no dependía de una ideología política determinada. Lo que me ha extrañado,
Alegre, es que no te hayas referido a McCarthy y te hayas centrado en Hays.
Alegre escribió: Así que ya no se que pensar... Parece que se deduce de la opinion de mi amigo y de alonso que la censura es buena...como parte de la faceta creativa
Espero que la pregunta que formulas sea ésta, es decir, por lo que a mi toca, si me parece bien o no la censura. Quizá a ti no te haya quedado clara la idea de tu amigo ni la mía, porque dudo mucho que cualquier cinéfilo y, menos aún, quien lleva como firma un «canto a la libertad», pueda defender la existencia de censura. Por otro lado, como han dicho muy claramente el resto de compañeros: la censura es inaceptable, lo que no quita que el producto que surja de la misma sea bueno o, quizás, mejor que el que hubiera brotado de un tiempo «sin censura». Está dicho por activa y por pasiva, así que no incido en la explicación y acudo a un terreno más práctico. Si nos movemos en la historia norteamericana, creo que todos estaremos de acuerdo en que sin código hays no hubiera aparecido esa puesta en escena elíptica y simbólica que se reflejó en géneros, que tanto queremos, como el cine negro y el western. Fuera de la censura, porque la época McCarthy no fue censura, sino persecución ideológica, hasta en ella, aparecieron motivos interesantes en películas como «Solo ante el peligro», «Johnny Guitar», «Cuerpo y alma», «Encrucijada de odios» y «Rebelde sin causa», todas ellas con un claro simbolismo frente la época en que se hicieron.
Si nos movemos en la historia de la censura española, siguiendo con el asunto de si puede beneficiar o no, aprovecho el mismo ejemplo de Buñuel. «La censura española era entonces célebre por su formalismo cominero. En un primer final, yo había imaginado, simplemente que Viridiana llamaba a la puerta de su primo. La puerta se abría, ella entraba, la puerta volvía a cerrarse.
La censura rechazó este epílogo, lo que me llevó a imaginar otro final, mucho más pernicioso que el primero, pues sugiere muy precisamente una relación trilateral. Viridiana se une a una partida de cartas entre su primo y la otra mujer, que es su amante. Y el primo le dice: “Sabía que acabarías jugando al tute con nosotros”» (del libro «Mi último suspiro», biografía de Buñuel escrita por Carrière, editorial plaza y janés, páginas 278 y 279). Bardem, en una entrevista, dijo sobre la censura y «Viridiana» lo siguiente: «Ahora bien, ¿cómo pude sortear los problemas con la censura? Pues cortamos dos planos de la película: el del crucifijo a modo de cuchillo y el plano en que Lola Gaos hace la fotografía. También mentí cuando me preguntaron qué música íbamos a poner en la orgía. Respondí sin dudar: «La verdad es que Luis odia la música en las películas, así que quizá serán los tambores de Calanda». Aunque yo ya sabía que íbamos a poner El Mesías de Haendel. En fin, pudimos llevarla a París y una copia llegó a Cannes cuando el Festival estaba terminando». Es un pequeño ejemplo de cómo la existencia de censura puede dar lugar a buscar, con ingenio y maestría, modos de expresión inteligentes. ¿Sin censura, la escena hubiera sido la misma? ¿Las ideas para la película hubieran sido iguales?
Si se antepone la ideología política a todo, estamos siendo objeto de otra censura, aún más grave, que es la de uno mismo.
Alegre, puedo comprender que no te guste Hitchcock por razón ideológica, pero nunca lo compartiré; mientras, yo seguiré disfrutando de películas como «Vértigo», «Alarma en el expreso» y «La ventana indiscreta», o de directores como Kazan (aunque sea un delator), o de muchos otros cineastas.
Ah! y sobre la existencia de censura… «censor» ha existido desde la Roma Imperial, con su función, entre otras, de control de la moralidad, pública y privada, de los ciudadanos. Así fue, y así ha seguido durante el resto de siglos, de alguna u otra manera: en nombre de Dios, del Rey o de quien ostentara el poder. Hoy en día sigue habiendo censura, aunque mucho más sutil que antes.
Alegre escribió:En el hilo de King and country de Losey , cortesia de Pepablo, comentaba yo, que tenia un amigo cinéfilo, al cual le había salido un inesperado interlocutor en temas y personas de cinefilia, en mi persona.
Alegre escribió:Mis opiniones sobre el cine de Hollywood, el codigo Hays , la liga de la decencia, los trileros de la industria del cine y los directores serviles con el poder del dinero, cuando no ideologicamente adscritos a la propaganda ideologica de los dueños del mundo...son temas recurrentes tanto en mis posts como en mi discurso vital.
Alegre, no te lo tomes a mal, pero yo no tengo claras esas opiniones tuyas que dices porque no las he leído, y no las he leído porque no las he visto. Me resulta difícil seguirte, como, por ejemplo, en este hilo que has abierto, porque no explicas la pregunta; voy deduciendo lo que quieres decir, pero no lo leo directamente.
Alegre escribió:Lo que no sé es que implicaciones extensibles a otros aspectos de la vida puede tener la idea.
No sé a qué te refieres con esta cuestión; además, tomas por cierta la frase de que pensamos que la censura es buena, sin que haya habido respuesta.
Alegre escribió:las epocas sin censura son las mas prolificas de la humanidad.
¿Estás seguro?
Alegre escribió:La pregunta es si el cine de Wilder, Yimou, Dmytryc, Buñuel... hubiera sido mejor....en completa libertad o personas, que toman en condiciones de censura caminos diferentes, hubieran sido directores de cine que hubieran eclipsado a estos...
Lo único que podemos decir con certeza es que su cine habría sido diferente; si mejor o peor, serían discusiones que no llegarían muy lejos. Desde luego, Dmytryk no hubiera hecho esos westerns ni esas películas de cine negro; Wilder no hubiera hecho igual «Con faldas y a lo loco», y quizá Buñuel no habría salido de España…
Alegre escribió:El publico no se autocensuro ni los creadores se autocensuraron, a ambos los trileros puestos de acuerdo les censuraron a unos la libertad de expresion y a otros la posibilidad de pensar que el mundo fuera de otra manera que la "autocensura" industrial de ellos, quisiera que fuera.
El público hizo su demanda social, quienes tenía la sartén por el mango eran los Estudios, y los «trileros» buscaron su beneficio, de la misma forma que lo busca el tendero de la esquina. Si me preguntas si prefiero esa censura, mi respuesta es que
no –a mi tampoco me gustan los finales forzados, ni los recortes de escenas, ni los cambios de guión…, en general no me gustan las privaciones de libertad; sin embargo, no fueron todo notas negativas-, pero lo que te digo es que era inevitable, y que los directores se las ingeniaron para decir muchas cosas más de las que habrían podido decir si todo hubiera sido «un mundo feliz»: dijeron más (tenían más motivos) y, quizás, mejor, porque agudizaron el ingenio para expresar lo que de modo denotativo sería un simple correr de imágenes. Sea como sea, hubiera acabado habiendo restricciones promovidas por unos u otros sectores sociales; y no se tramó un complot de control ideológico (no era la mano estatal), solo se respondió a la lógica del sistema económico existente, que bien o mal, es el que había y el que nos sigue acompañando. Con todo, no hay que olvidar que la sociedad americana y, por ende, su sentido moral, tienen poco que ver con el europeo.
Alegre escribió:De todas formas el tema es interesante y como se ve en las carteleras de los ultimos años el codigo Hays saltó hecho añicos. pero supongo Don Coursoudon que esa será otra historia...
El código Hays cayó en 1966 porque ya no era rentable; pero la censura mutó dando origen a esas clasificaciones por edades que siguen vigentes y el NC-17. El censura vigente desde 1934 había acartonado su propio cine y, en este sentido, tuvo que hacerse cargo de la situación.
Alegre escribió:Parece que se deduce de la opinion de mi amigo y de alonso que la censura es buena...como parte de la faceta creativa...
Lo que no sé es que implicaciones extensibles a otros aspectos de la vida puede tener la idea.
Se supone que mi amigo es " de izquierdas" y de la vieja guardia, de don alonso ni lo sé ni viene al caso...
Vamos... que estoy un poquito desconcertado...
Te agradecería que la próxima vez que quieras tratar algún tema, no siembres dudas sobre mi forma de pensar ni sobre lo que es obvio. No me importa que me pidan la opinión que, modestamente, expondré como buenamente sepa. Si te he preguntado por la relación entre tecnócrata y código hays es porque nunca la explicaste; igual que tampoco diste los motivos por los que el cine de Hitchcock no merece ser considerado buen cine. Te lo digo de buen rollo, sin ánimo de crear roces ni nada por el estilo.
Un saludo, a mi paisano y al resto

—La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida...