Sí. Sally también se paraba a la primera de cambio y se sentaba en el poyete del paseo marítimo a mirar a la gente. Y la gente se paraba a mirar a una gata que les miraba pasar, vestida con arnés y correa...Diluvio escribió:Pero del lazo tuve que desistir: en cuanto daba tres pasos se sentaba a tomar el fresco y a contemplar el paisaje y no había modo de hacerle pasear
Recuerdo que una vez se acercó una ultrapija de manual con su caniche de abultado pedigrí y va y dice "Ay, pobrecito. Voy a traerle pienso". Y yo "(¿pobrecito?) Eh... gracias. ¿No será de mercadillo? Es que eso mi gato no lo come" Y ella "Uy, a mi Cuqui le encanta" . Y mi gato va, lo huele y dice "Naaaaaaa"; se levanta, se da media vuelta y se vuelve a sentar dándole la espalda, por si no había quedado claro 
Y ella "¡Oh!" Y la peña que andaba por ahí curioseando partiéndose de la risa y haciéndole mimos 
Al gato, quiero decir, no a la pija. Pobre pija, qué papelón.
Eh, que yo sigo por aquí. ¿O no debería? ¿Me has echado algún tipo de maldición, mal de ojo o similar? Que lo del gato muerto era broooooooooooooma.Diluvio escribió:esta historia está especialmente dedicada a m0nty, allá dónde esté
Diluvio escribió: m0nty: estas muuuerto
- Spoiler: mostrar
The Asphalt Jungle (John Huston, 1950)
Puede que una de las razones sea que alguna vez si dejas la ventana del salón abierta se te cuelan sin pedir permiso, y justo cuando sales de la cocina y apagas la luz quedándose todo a oscuras escuchas un ruido y el corazón se te pone a mil, te dices a ti mismo "venga a generar adrenalina, machote, o no salimos de ésta", buscas como loco el interruptor de la luz y piensas en qué artilugio de autodefensa tienes más a mano, coges una raqueta de tenis y te vas al salón dispuesto a todo, enciendes la luz y ves que es un puñetero gato más asustado que tú y haciendo esfuerzos inútiles para abrir la ventana que se ha quedado encajada, le abres la ventana con cuidado y lo ves salir con un alivio que te deja medio vacío y la pena de saber que no hay opción posible de decirle y que entienda un "hey, tranquilo, que no te voy a hacer nada" y te acuestas un poco triste y cuando al día siguiente te levantas y pasas el día y llega la noche y escuchas un ruido tu primer pensamiento es que es un gato que se ha vuelto a colar y el corazón no se te pone ni a ochenta y te dices a ti mismo que para algo bueno tenía que servir la experiencia, fin.gatatitania escribió:¿Por qué tendrán tan mala fama estos animalitos, con lo lindos que son?
Jacob escribió:Puede que una de las razones sea que alguna vez si dejas la ventana del salón abierta se te cuelan sin pedir permiso, y justo cuando sales de la cocina y apagas la luz quedándose todo a oscuras escuchas un ruido y el corazón se te pone a mil, te dices a ti mismo "venga a generar adrenalina, machote, o no salimos de ésta", buscas como loco el interruptor de la luz y piensas en qué artilugio de autodefensa tienes más a mano, coges una raqueta de tenis y te vas al salón dispuesto a todo, enciendes la luz y ves que es un puñetero gato más asustado que tú y haciendo esfuerzos inútiles para abrir la ventana que se ha quedado encajada, le abres la ventana con cuidado y lo ves salir con un alivio que te deja medio vacío y la pena de saber que no hay opción posible de decirle y que entienda un "hey, tranquilo, que no te voy a hacer nada" y te acuestas un poco triste y cuando al día siguiente te levantas y pasas el día y llega la noche y escuchas un ruido tu primer pensamiento es que es un gato que se ha vuelto a colar y el corazón no se te pone ni a ochenta y te dices a ti mismo que para algo bueno tenía que servir la experiencia, fin.
Y otra pueda ser que son unos malnacidos capaces de subírsete en el pecho mientras que estás durmiendo con el único y evidente propósito de provocarte un colapso pulmonar, que yo lo sé.Jacob escribió:Puede que una de las razones sea [...]gatatitania escribió:¿Por qué tendrán tan mala fama estos animalitos, con lo lindos que son?
