
Sobre la identificación con el personaje principal de la película, entiendo el hecho de que no sea necesario coincidir en el sexo, es decir, espectador masculino con protagonista masculino (ni femenino-femenino), y sí cabe masculino-femenino y viceversa. Con todo, yo no consigo identificarme plenamente con la protagonista femenina, sino que la observo como un curioso que asiste a una historia, pero no desde dentro, desde su piel; estoy "dentro" de la ficción, pero no "soy" la protagonista. Esto es lo que yo le diría a Román Gubern y a Betteni, a cuento de un texto que leí de ambos, donde (menos mal) corroboraban la existencia de esa identificación protagonista-espectador (que es la base de este hilo). Gubern decía: "El cine de ficción narrativa tradicional proporciona a sus espectadores unas vivencias emocionales derivadas del proceso de proyección-identificación con los personajes de la fabulación, proceso en el que las respuestas emocionales tienden a eclipsar a las intelectuales. Estas vivencias emocionales que el film proporciona a su espectador son muy similares a las del sueño"; y Betteni hablaba de "un proceso de identificación con los personajes y los sucesos de la película". En síntesis (mía), uno de los efectos de las películas es trasladarnos a un mundo imaginario, donde somos partícipes, de una u otra manera, como protagonistas o como asistentes a la acción.
Sobre el papel de la mujer, quiero partir del post de Tuppence, ya que no está de acuerdo con lo de la "machificación" (siento el retraso en contestar, pero es que leí ayer tu post...

Sobre el cine, yo sí creo que hay una tendencia a atribuir a la mujer los rasgos masculinos. Hattusil ya se refirió a "Johny Guitar", y no me diréis que la protagonista femenina no es andrógina, porque yo creo que está muy claro: ella pretende ser dura como un hombre (habla como ellos, anda como ellos,...); aunque eso es diferente de la "machificación", porque la androginia es otro concepto. Por "machificación" me he referido precisamente a lo que ha definido Tuppence, a esa asunción por la mujer de los aspectos más criticables de la personalidad masculina, cosa que en "Johny Guitar" no sucede... pero que sí lo hace en películas como "La teniente O'neill" que citaba Morrisey, donde se trata de demostrar que la mujer también puede raparse la cabeza, decir tacos, escupir... por eso dooddle tampoco lo acepta, porque no es natural mostrar mujeres con papel de hombre. Está claro, Morganna, que algunas películas están desfasadas en esa mirada hacia la mujer, pero no es menos cierto que ya es agua pasada ("... que no mueve molino", como dice el proverbio), y que queda dentro de la evolución de la posición social de la mujer (el término "social" incluye "familiar"); además de que hace mucho tiempo que no veo una película de las "nuevas" donde vuelva a hacerse tales planteamientos... y sobre lo de "Bridget Jones", pues todo debe ser puntos de vista... a mi desde luego me parece que han tratado el tema de manera muy hortera, y esa visión con lentes de aumento que han querido hacer a la mujer no me gusta (pero como he dicho, todo es cosa de gustos...); sin embargo, sobre los problemas cotidianos de las chicas y las historias con los hombres, trabajo, etc. me gusta mucho más "Sexo en Nueva York", que no solo lo tocan con humor, sino desde planos más verosímiles y menos grotescos. Sobre lo de los "Ángeles de Charlie"... son lo que dices. Esto me lleva a lo que decía mi amigo Hattusil sobre la "machificación de las heroínas", que se puede observar en la proliferación de películas donde la "protagonista" no es sino un émulo de un protagonista masculino anterior... No todas, pero sí algunas de esas heroínas copian el "estilo viril". Yo estoy más con dooddle cuando realza el valor de esa mujer inteligente que es capaz de cambiar al hombre, o incluso de dirigirle hacia un éxito que sin ella nunca hubiera podido conseguir; cada uno tiene sus armas, sus instrumentos, porque aunque iguales, somos diferentes (luego me extiendo en esta idea).
Sobre la situación social de la mujer, la "machificación" y a cuento de lo que decía Tuppence de que "ni el feminismo ni las mujeres feministas van en absoluto por ahí. “Tales mujeres” en realidad no existen (salvo alguna excepción que confirme la regla) más que en el imaginario colectivo de los que las critican", yo no puedo estar más en desacuerdo. En primer lugar, para que quede claro, nadie de los que hemos usado el término nos referíamos a que las "feministas" son las que tratan de ser andróginas, porque eso es rigurosamente falso. Con la "machificación" tampoco se hacía referencia a ser "amenaza para los hombres" ni a "quitarles sus derechos". El loable movimiento feminista, busca, como habéis dicho, alcanzar un puesto en la sociedad que equipare la mujer al hombre, sin ningún tipo de secreto ni de misterio; el sufragio universal que se introduce en España a través de la Constitución Española de 1869 no alcanzaba a la mujer, a la cual solo se le otorgará bien entrado el siglo XX. Los movimientos internacionales están en el mismo orden de ideas que cualquier otro movimiento reinvidicatorio de derechos, como el burgués frente a la nobleza, y como el movimiento "social" frente la desigualdad material (aunque pretendida igualdad formal) del Estado liberal-burgués decimonónico. Decía Bobbio que lo contrario de la igualdad es la desigualdad, y no la diferencia; no es injusto tratar diferente lo que es diferente por sí mismo, de la misma manera que no es discriminatorio adoptar medidas de discriminación positiva en favor de la mujer, porque se trata de que alcancen las mismas cotas de libertad que tienen los hombres (y por eso no existe discriminación positiva a favor de ellos, porque no tendría sentido: no se puede promocionar a quien ya está arriba). Pero que a nadie se le olvide que el par contrario e indisoluble de los derechos son los deberes; no se pueden dar unos sin los otros, porque son parte recíproca de su esencia: allá donde hayan derechos habrán obligaciones, y eso es una máxima intemporal, porque donde empieza el campo de mis derechos empieza el de las obligaciones de los demás (dónde ejerzo mi derecho de propiedad, surge la obligación del resto de no vulnerarla). Que todos somos iguales es una idea que poco a poco se va grabando en las conciencias de muchos (por no decir de todos), pero que la mujer la alcance sobre la base de una mala copia del hombre es tremebundo; no se puede dar carta de naturaleza a esas actitudes que falsean la realidad y uno de los dones de la mujer: su feminidad; para brutos, toscos y feos ya están los hombres, y por adoptar estos caracteres la mujer no va a ser más igual. La actitud para la lucha ha de adoptarse desde otros parámetros, porque "trasladar las actitudes machistas" (hattusil dixit), o el "rol de mujeres que piensan que la igualdad es ser como los hombres" (Ubik dixit) es un medio estéril para lograr el objetivo. Si alguien duda de lo que decía dooddle sobre la "misandría" no ve un fenómeno social existente, aunque ciertamente en menor medida que el machismo, por supuesto; porque recordando lo que ella decía sobre la existencia de "revistas solo para mujeres", en mi opinión, se crean cotos reservados en función del sexo, que desgraciadamente obedecen más a postulados mercantilistas que no a instructivos; ello sin contar con los consejos sobre "cómo ligar"... no puede permitirse que nazcan movimientos viciados por los mismos defectos que se tratan de eliminar: no puede aceptarse un "feminismo de venganza" para luchar contra el "machismo"... las "fobias y de los temores, más o menos confesados, de aquellos que se sienten amenazados por lo que entienden que son ésas reivindicaciones" de que hablaba Tuppence no son realmente de los que se sienten amenazados, sino que lo son precisamente de los y las que adoptan actitudes hostiles hacia el otro sexo, enarbolando la bandera de la igualdad.
Alonso.
P.S. Blomac, ¿de qué iba "Fuego"? ¿Estuvo bien? En esto de las pelis ya os cité "Una canta, la otra no" de Àgnes Varda... si tenéis ocasión de verla creo que merece la pena... no creo que sea un peliculón, pero sí es muy interesante en cuanto lo que significa llevar la libertad de la mujer a todos sus extremos desde postulados feministas, y en qué medida es capaz de decidir sobre su vida (en la sociedad), y cuánto influye su elección en su felicidad... No quiero chafaros la peli, por eso no os doy más datos.