
¿Cinco pelis de los 90? Puessss...
- Pulp fiction
- Carretera perdida
- La lista de Schlinder
- El gran Lebowski
- Seven
Venga, un saludo
pedritus escribió:Yo sólo pasaba por aquí para rogarle encarecidamente a figure8 que tenga a bien extraer los subtítulos de Aflicción. Por favor.
Si no está publicada lo haré, darme unos dias para acabar con el anterior lanzamiento, hago hueco y me pongo en ello.¿Sería mucho pedir un pedazo de dual de AFLICCIÓN, figure8? A mí me interesaría mucho. No sé, tal vez en un futuro, y si hay más peticiones...
Comentario:[Información sacada de : http://www.pasadizo.com/peliculas2.jhtml?cod=173&sec=3]
Despues del fiasco comercial y del ensañamiento de los críticos con su anterior película, Showgirls, el director holandés Paul Verhoeven, viendo peligrar su carrera, decidió volver a la ciencia-ficción, el género en el que tan buenos resultados había obtenido anteriormente con Robocop y Desafío total (Total Recall). Pero, como era de esperar en alguien tan amante de los follones y de la polémica, Verhoeven no escogió un proyecto sencillo ni complaciente sino que se embarcó en la adaptación cinematográfica de Tropas del espacio, una novela de culto entre la extrema derecha norteamericana escrita por Robert Heinlein en 1959.
Tropas del espacio está ambientada en un mundo futuro de seres bellos y genéticamente perfectos donde los militares son la casta dominante y los únicos que tienen plenos derechos como ciudadanos. Podría parecer una visión apocalíptica al estilo de 1984 de Orwell o Un mundo feliz de Aldous Huxley pero en realidad es un alegato fascista a favor de ese mundo "perfecto", y de hecho Verhoeven es muy fiel a nivel estético a la filosofía de la novela. Lejos de las atmósferas sórdidas habituales de las películas ambientadas en futuros opresivos, Starship Troopers disfruta de una excelente fotografía luminosa y colorista de tonos cálidos, y a nivel narrativo el director confiesa haberse inspirado en la directora Leni Riefenstahl, autora de documentales propagandísticos en la Alemania nazi. Efectivamente, muchos primeros planos de los guapos actores de la película parecen sacados de Olimpia de Riefenstahl, aunque con una intención muy diferente a la del original; lo que transmiten la mirada y la inexpresividad de los intérpretes, más que la admiración y el culto por la belleza física, es la estupidez de los personajes.
Esta aparente identificación, aunque llena de cachondeo subterráneo, con el fascismo de la historia, provocó el escándalo de algunos sectores (realmente no muy espabilados) de la crítica que acusaron a la película de propaganda militar ultraderechista. De hecho, Starship Troopers tiene tanto o más de cine bélico que de ciencia-ficción: la película empieza con un prólogo situado en tiempo de paz, continúa con el entrenamiento para la batalla y el posterior comienzo de la guerra, y acaba con la lucha final contra el enemigo. Pero lo que hace Verhoeven es tomar los elementos de la novela y las convenciones del cine bélico y llevarlos hasta sus últimas consecuencias destripando así lo delirante y lo grotesco de estas convenciones. Fiel a su estilo (de hecho es una reflexión sobre un género sin salirse de sus límites, algo parecido a lo que hizo en Desafío total o en la incomprendida Showgirls), y, como siempre, sin cortarse a la hora de enseñar lo desagradable y lo zafio, Verhoeven nos pone delante de las narices y en toda su crudeza los tópicos que nos venden, convenientemente maquillados y disimulados, los montones de películas fascistoides que Hollywood produce todos los días. Y así el ensalzamiento del compañerismo militar de las películas de John Ford, otra de las referencias de la película, da origen aquí a la divertida y chocante escena de las duchas mixtas del cuartel, igual que la exaltación patriótica de los documentales de guerra de Frank Capra es transformada en la escena de los niños que hacen patria aplastando cucarachas.
Con toda la inteligencia y el saber hacer del mejor director de superproducciones con el que cuenta actualmente Hollywood, Starship Troopers es, como casi todas las películas de su autor, un relato en varias capas. Superficialmente es una entretenida, vigorosa y técnicamente magnífica película de acción llena de efectos especiales; al mismo tiempo, para el espectador más inquieto es una gigantesca burla al militarismo que muestra como se usa a unos jóvenes descerebrados como carne de cañón, siendo así una de las aportaciones más interesantes al genero bélico del cine de los últimos años, junto con Capitán Conan (Capitaine Conan, Bertrand Tavernier). Resumiendo, si las películas de John Ford hablan de unos niños estúpidos a los que la guerra convierte en hombres, Starship Troopers habla de unos niños estúpidos a los que la guerra convierte en estúpidos con armas.