Mensaje
por EstherRoth » Jue 09 Sep, 2004 22:05
Se me saltaron todas las lágrimas con Lejos del cielo, de Todd Heynes. Pero es que no es para menos. Lo peor, que lloraba tanto que me quedé acurrucada en la butaca mientras salía la gente.
En La mirada de Ulises, que es mi película absoluta, el paseo de Harvey Keitel por las calles de una Sarajevo cubierta por la niebla.
Por razones más subjetivas, un plano secuencia de Edén, de Amos Gitai, en el que la cámara dobla a esquina y de pronto, ¡zas!, de 1945 o 1946 nos encntramos en la época actual. En la misma ciudad donde nací y donde aprendí a hablar. Lloré lo que no está escrito, pero echadle la culpa a la música de Mahler.
La decisión de Sophie: olloré con la película y con la novela.
Stromboli: la escena de I. Bergman huyendo a ninguna parte me parece de las cosas m´s tristes que he visto.
La otra noche, sin ir más lejos, con una española que recomiendo a todos quienes no la hayan visto: Pim, pam pum, ¡Fuego!, de Pedro Olea.
Los visitantes, de Elia Kazan. Una de las películas más ásperas que he visto nunca. Demoledora, pero una maravilla.
Con casi todas las que he visto de von Trier.
La habitación del hijo, de N. Moretti.