Sadao Yamanaka: Por siempre nuevo |
por Kimitoshi Sato (2005) |
Yasujiro Ozu dijo de Yamanaka en 1955, diecisiete años despues de la muerte de éste: "Estoy convencido de que si estuviese vivo, haría dramas de ambiente moderno, no películas de época. Me resulta fascinante imaginar cómo podrían haber sido sus películas. Tenía un enorme talento, y pese a haber muerto con menos de treinta años de edad, nos dejó un enorme legado de películas.” Sin duda Ozu echaba de menos al joven director, no sólo porque viera un gran potencial en su futuro, y un gran talento que florecía ya, sino tambiénporque eran buenos amigos que recibían estímulo creativo mutuo de las películas del otro. Como suele suceder con los artistas japoneses, ¿formaron una relación de maestro y discípulo? ¡No! Intercambiaban opiniones sinceras. Yamanaka permanecía encerrado en sí mismo hasta que bebía sake y se relajaba. Durante su corto aprendizaje como asistente de dirección Yamanaka había forjado su propio estilo. Tras el preestreno de la primera película sonora de Ozu, El Hijo Único [Hitori Musuko], (1936), Ozu, Yamanaka y otros estuvieron hablando sobre ella, bebiendo sake toda la noche. El crítico Katsuo Kishi recuerda cómo Yamanaka dijo que si la hubiera dirigido él, hubiese hecho así la escena final: "Un largo pasillo en los barracones de alojamiento de trabajadores en la fábrica de filamentos de seda. Una madre reflexiona sobre el éxito que su único hijo ha álcanzado en Tokyo, y cómo ella se enfrenta a una realidad de soledad. Con resignación, decide aceptar su destino. Dándose cuenta de que su hijo vive en Tokyo y lo ha hecho lo mejor que ha podido con su vida, la madre ha vuelto a su casa en Shinshu y esta fregando este largo, largo pasillo, cantando una canción popular que medio aprendió mientras cuidaba de su nieto." Era septiembre de 1937, Ozu tenía 33 años y ya era reconocido como uno de los grandes maestros del cine japonés, y Yamanaka, de 27, ya se había consagrado como director. Prefiero no juzgar cuál es el mejor final, el de Ozu o el de Yamanaka, pero lo que se puede apreciar es que la versión de Yamanaka muestra su composicón poética tanto de los elementos visuales como de los sonoros. |

el pack de Nikkatsu
Yamanaka nació en Kyoto en 1909. Su padre, Kisoemon, era un maestro artesano fabricante de abanicos y Sadao fue su séptimo y último hijo. En 1925, Kisoemon murió a causa de una hemorragia cerebral, Sadao tenía dieciséis años. Durante su época escolar desarrolló un amor entusiasta por el cine y, tras escribir un trabajo títulado Kyoto y la industria del cine consiguió trabajo en un estudio. En 1927 trabajó como asistene de dirección para Kintaro Inoue y otros. Si por "asistente" uno entiende un chico de los recados que va de un lado a otro, Yamanaka no era un buen ejemplo. Una acriz recuerda: "Su apodo era 'lámpara diurna'... Este fulano de mandíbula prominente no hacía nada, sólo andaba por ahí." Kato, en la biografía de Yamanaka, lo retrata de pie tras la cámara, contemplando como el director rodaba la escena. Siguió proporcionando guiones a la productora incluso durante el servicio militar. En 1931 hizo su primera pelicula, que fascinó a Matsuo Kishi, un joven crítico, que se convertiría en un amigo íntimo. Kishi, al descubrir lo que vió como el genio que Yamanaka poseía, escribió un inusualmente largo artículo sobre su primera película. En 1932 Yamanaka dirigío cuatro películas, Kishi también recoge los elogios de Ozu a su segunda película. "Su segunda película. ¡Qué segunda película!" - Al año siguiente surgió la oportunidad de un encuentro, y Ozu y Yamanaka se conocieron y formaron una estrecha amistad que duraría toda la vida. Ozu escribió, después de que Kintaro Inoue sugiriese que conociera a Yamanaka: "Otoño de 1933, poco despues de terminar Passing Fancy (Dekigokoro) ingresé en la Unidad de Infantería nº33 en Tsu y estuve quince días de instrucción. De vuelta, paré en Kyoto. "... De aquella Yamanaka andaba ocupado creando un nuevo guión ... Respondí: si al menos Yamanaka pudiese dedicarme algo de tiempo ... Ya era un brillante talento cuando dirigío La Vida de Bangaku [Bangaku no issino] (1933). "A la noche siguiente Yamanaka vino a Shimokamo. Llevaba un kimono a rayas azul oscuro, y calzaba unas sandalias gata gastadas. Tenía una barba irregular y mal cuidada, y llevaba una toalla alrededor del cuello, como si estuviese resfriado. Kosaku Akiyama me lo presentó. "Soy Yamanaka," dijo. Me sorprendió que el hombre demostrara ser tan diferente de la impresión de brillantez que sus películas habían dejado… "Bebimos sake, hablamos de cine y amaneció un nuevo día. Yamanaka permaneció taciturno, y escuchaba en silencio como los demás bebíamos sake. Cuando nos separamos frente al templo Yasaka, Yamanaka volvió a casa produciendo evasivos sonidos con sus sandalias gata mientras rompía el día. Pensé que tenía don de gentes porque a pesar de estar ocupado y aunque estaba resfriado, bebió con nosotros. Al verlo alejarse caminando, percibí una tolerancia y una perseverancia verdaderamente amigables en su personalidad." Kazuo Miyagawa, el legendario director de fotografía, escribió en su autobiografía que los dos se reconocieron mutuamente no sólo como amigos, sino como almas gemelas. Yamanaka siempre pedía a Miyagawa que le comprase un cepillo de dientes y una toalla nuevos cuando quería ir a Tokyo y encontrarse con Ozu, y cuando Yamanaka se mudó al fin a Tokyo para trabajar para Toho, Miyagawa trató de dejar también Nikkatsu para acompañarle. Miyagawa, que había trabajado como cameraman asistente para Yamanaka en una segunda unidad, consideraba que el director compartía con Ozu gustos similares en lo referene a la cámara, al preferir ambos emplazamientos de cámara estables y de ángulos bajos. Debe también indicarse que Ozu menciona La Vida de Bangaku como una película muy decisiva para un Kaneto Shindo de 22 años que la vió en su ciudad natal de Onomichi, donde Ozu, en 1953, rodaría secuencias importantes de Cuento de Tokyo. Shindo entró en el cine como alguien sin objetivos verdaderos en la vida, y salió con la ambición de dedicarse al cine. Se deduce que tanto a Ozu como a Shindo les encantaba la película perdida La Vida de Bungazu. El público y la crítica la apreciaron enormemente, pero la crítica más severa vino del propio director, que insistía en que debía haber reorganizado las secuencias drásticamente: La primera escena debía haber sido la última de la película. Yamanaka dijo aún más, "era demasiado fiel a la historia original." Otro testigo, Fuji Yashiro, compañero y guionista de Yamnaka dijo que el novelista autor de la historia original de Bangaku debió haberse enfurecido "... porque Yamanaka la cambió drásticamente para la película". Y Yahiro añade con una sonrisa: "Yamanaka siempre ignoraba las historias originales." Los espectadores japoneses recibían sorpresas inesperadas, casi chocantes de sus películas porque se conocían al dedillo las historias originales en las que estaban basadas. Sazen era un héroe extraño, mientras que el Sazen de Yamanaka no lo es. Shinza, en la obra Kabuki, es aplaudido por portestar con la espectacularidad de un pavo real cortejando a su pareja; el Shinza de Yamanaka es un rufián que trata de estar a la altura de sus principios. El director trata siempre de darnos una interpretación fresca de las acciones, las emociones y las intenciones del personaje dentro de los límites de un guión de jidaigeki. Encontramos que la gente que sale en sus pelícuas es similar a nuestros vecinos de nuestro mundo moderno. Según Teruyo Nogami, ayudante y supervisor de guiones de Akira Kurosawa, el joven Kurosawa que, en aquel momento, acababa de empezar a trabajar como asistente de dirección, visitó a Yamanaka durante el rodaje de Humanidad y Globos de Papel. Kurosawa se encontró a Yamanaka y a su equipo esperando pacientemente a que apareciese en el cielo una formación de nubes adecuada antes de poder echar las cámaras a andar. Yamanaka era un espíritu libre como Kurosawa, aunque tenían una formación y antecedentes artísticos muy diferentes. Kurosawa siempre nos recuerda su intensa lectura de la literatura rusa. Dostoievsky y Tolstoy; mientras que la formación de Yamanaka proviene de su profundo amor por las tradiciones folclóricas japonesas que se manifiestan en formas tradicionales del tipo del kabuki y el kodan. Igual que sucedía con los trovadores de la Europa medieval, del mismo modo eran populares en Japón los recitadores de Kodan, incluso en tiempos tan recientes como en vida de Yamanaka. Ambos instruían a la gente en las tradiciones espirituales que sus antepasados pasaron de generación en generación en una vívida representación oral. Podemos incluso establecer una relación con Andrei Tarkovsky, ya que ambos compartían una pasión común por las tradiciones espirituales japonesas. Yamanaka, profundamente enraizado en la sabiduría popular, se expresaba mediante una sofisticación moderna. Sus personajes se comportan con independencia del sistema faudal aunque, con indefensión, se encuentran atados a él. Cuando se aplastan mutuamente, sus humanas aspiraciones les llevan inevitablemente a la tragedia, tal como sucede en Humanidad y Globos de Papel; mientras que en Sazen Tange y la vasija que valía un millón de Ryos (1933) las personas permanece indiferente al dinero y al poder para protegerse de la catástrofe. Su cuidado uso de pequeños elementos nos convence de su profundo conocimiento de las tendencias materialistas. Podemos especular sobre como superó los efectos desfavorables del materialismo mediante su afición a deportes como el rugby, el fútbol o el béisbol. Esos deportes eran novedosos en el Japón de la época, y Yamanaka perteneció al club de rugby en el colegio y frecuentaba los campos de béisbol tras mudarse a Tokyo. En una conversación con Kenji Mizoguchi y otros, un amigo se burló de él diciendo que los únicos lugares de Tokyo que Yamanaka conocía eran las ubicaciones de los campos de béisbol. El 1 de Abril de 1937 Yamanaka se mudó a Tokyo con el firme propósito de buscar nuevos impulsos culturales. Ozu había ya escrito en su diario el 3 de enero de 1937: "Yamanaka envió una postal que decía: de ahora en adelante tenemos que ir a Tokyo tal como decía el profesor de El Hij Único. Puede que trabaje de cocinero en P.C.L., pero no puedo resistirme al deseo de vivir y trabajar en Tokyo.” En un encuentro posterior, por casualidad, en China, en 1938, Ozu se encontró con que Yamanaka estaba llevando un cuaderno de apuntes sobre hacer cine; esto inspiró a Ozu para escribir su propio diario de batalla. El amigo de Yamanaka Shintaro Mimura escribió el guión inicial de Humanidad y Globos de Papel, pero aunque permaneció casi siempre fiel a los diálogos de Mimura, Yamanaka "ignoró" la atmósfera optimista original, y su ambientación Kabuki. En el guión de Mimura subyace un tono agradable en el que los pobres viven en los rincones de la sociedad como en Les Bas-fonds (1936) de Renoir, pero Yamanaka eligió un tono pesimista que todo lo abarcaba, como si hubiese previsto su trágica muerte. Por ejemplo, en la historia de Mimura la chica secuestrada se enamora de Shinza, y el propio Shinza confiesa su afecto por ella al final. Y Unno, en la verisón de Mimura, es un Ronin que aparenta, como soltero, disfrutar de la pobreza. Tanto el episodio en que roban la pipa al ciego como el acuerdo de secuestro entre Shinza y el casero se acreditan como invencines de Mimura; realzan la contínua lucha por la supervivencia y la independencia de los pobres. Yamanaka añadió una secuencia en la que Shinza, antes de entablar el duelo, se asegura de que el paraguas que ha comprado sea devuelto a su legítimo propietario. El espíritu y la lealtad dentro del estrato social más pobre no han sido abandonados, pero han sido corrompidos por el quebrantamiento de la ley y la necesidad de sobrevivir, o son delicados y frágiles, listos para ser apagados por aquellos que detentan el poder. Kanemon Nakamura, que interbretaba a Shinza, escribe: "Al final de la película un globo de papel, arrastrado por el viento, acaba flotando en la acequia de las viviendas nagaya. Yamanaka reconoce que se inspiró en el dinero que sale volando por los aires en la última escena de Pension Mimosas (1935) de Jacques Feyder, su director favorito. Rodar esta secuencia fue extremadamente difícil, ya que la acequia se secaba enseguida debido al abrsador calor, y el equipo tenía que estar echándole agua todo el rato." El 25 de Agosto de 1937, cuando Humanidad y Globos de Papel se proyectaba en Tokyo, Yamanaka recibio la noticia de su reclutamiento. Una de las entradas en su diario, del 7 de Octubre de 1937 dice: "Finalmente partimos. Vi a una mujer con un bebé a la espalda, corriendo apresurada junto a los soldados. Gran desorden en la estación. Marcha por la calle Motomachi tras llegar a Kobe. Diferencia en la tez entre los que gritaban banzai delante de la estación de Kyoto y los que lo hacian en la de Kobe. Tragedia de los que gritaban banzai; tragedia de los que recibían los gritos de banzai. Quizás una comedia." Durante su breve pero productiva vida Yamanaka parecía mantenerse a distancia del mundo y de los sucesos que lo rodeaban, pero dentro de esta reservada distancia, tal como demuestra la entrada del diario, preparaba, incluso durante la guerra, inspiración e ideas para películas. Al verse su vida truncada trágicamente, estas películas jamás llegarían a realizarse. |
Sato Kimitoshi escribe sobre cine y arte y da regularmente conferencias en Tokyo, Japón. |