
Robert Louis Fosse, 23 de junio de 1927 - 23 de septiembre de 1987. Chicago, Illinois.
"Mis amigos saben que para mí la felicidad es cuando me siento simplemente miserable y no suicida."
Hijo de un artista del vaudeville, Robert Fosse nació en el teatro. Aunque físicamente era pequeño y asmático, Fosse fue un prodigio como bailarín; en el instituto, y ya destacaba en la escena del burlesque de Chicago . Con 13 años ya viajaba con su propio número de baile, llamado "The Riff Brothers". Con 15 coreografió su primer número en un club nocturno, en el que las muchachas manipulaban plumas de avestruz estratégicamente colocadas para el tema de Cole Porter “That Old Black Magic”. Este tipo de sugerencias sexuales se convertirían en una marca registrada de las coreografías de Fosse.
Después de estar de dos años en la Marina, Fosse se fue a Nueva York en 1947. Trabajo en el espectáculo “Call Me Mister”, Fosse con María Ana Niles que seria su primera esposa. Después de conocer a su segunda esposa, Joan McCracken, en 1950, Fosse comenzó a estudiar interpretación y baile en el American Theater Wing.. Dos años en el coro le llevaron a Broadway en la revista “Dance Me A Song”. Aunque se consideraba físicamente "mal hecho" para ser bailarín, Fosse nunca permitió que esas limitaciones frenasen su ambición artística. Moldeo sus propias imperfecciones con un estilo distinto, sinuoso. Con sus pequeños pies y sus hombros caídos, Fosse no era el ideal de bailarín de entonces y enfocó más en el ritmo y el estilo para compensar sus carencias físicas.
“En realidad mi estilo proviene de mis carencias físicas. Siempre he sido un poco caído de hombros y comencé a bailar encorvado. Y perdí pelo muy pronto asi que decidí llevar sombreros. No tenia las habilidades del ballet asi que debía hacerlo todo perfecto. Doy gracias a Dios por mis imperfecciones.”
Descubierto por un cazatalentos de la MGM en 1952, Fosse se dirigió a Hollywood para convertirse en una estrella del musical. Tras actuar en papeles secundarios en “Give a Girl a Break” (1953) y “Los Asuntos de Dobie Gillis” (1953), Fosse se desilusionó por Hollywood. Antes de que se marchara, sin embargo, dieron a Fosse la posibilidad de coreografiar su breve pas de deux con Carol Haney en la versión cinematográfica de “Kiss Me Kate” (1953). Gracias sus 48 segundos de movimientos jazzy en “Kiss Me Kate” en "From This Moment On" , Fosse fue contratado por Jerome Robbins y George Abbott en la producción de Broadway “The Pajama game” en 1953.
El rompedor número de Fosse “Steam Heat” se convirtió en la comidilla de Nueva York y el espectáculo tuvo un éxito enorme. El número contenía los elementos que debían hacerse reconocibles como la firma coreográfica de Fosse: los pequeños grupos de bailarines, ejecutando los pasos que son a veces desunidos, a veces tortuosamente al ralentí, el movimiento parece desgajar el cuerpo humano y hacen que cada parte trabaje separadamente.

“Steam heat”
(“The Pajama game”, 1953)
Fosse estaba de moda. Después de la ganar un Tony por la coreografía, Fosse se unió de nuevo con Abbott y Robbins para “Malditos yanquis”, una improbable combinación del mito Fausto y el béisbol, en 1955, e ideo un “strip-tease" entonces escandaloso con "Whatever Lola Wants" para su tercer esposa, Gwen Verdon. Mientras el número en exteriores de ”The Pajama game”, ,"Once a Year Day" reveló la capacidad de Fosse de organizar un baile sobre posiciones expansivas, "Steam heat " se convirtió en la cartilla para el vocabulario Fosse de rodillas flexionadas, caderas que empujan, sombreros, y guantes. En “Malditos yanquis” Verdon hizo su única aparición en una película musical; el mambo "Who's Got the Pain" era el único numero donde Fosse baila con Verdon.
Entre estos espectáculos, Fosse volvió a Hollywood como coprotagonista y coreógrafo de “Mi Hermana Eileen” (1955). Su primera coreografía completa para una película, Fosse aprovechó al máximo el widescreen, en particular en su exuberante "Challenge Dance." El don de Fosse para combinar cine y baile se confirmo
Desde entonces, Verdon será la protagonista de casi todos los espectáculos de Fosse, convirtiéndose en la encarnación de la bailarina ideal de Fosse. Piernas deslumbrantes y hombros con articulaciones flexibles. Después de conseguir grandes éxitos con “New Girl In Town” (1957) y “Redhead” (1959), una de las mayores sociedades de Broadway se casó en 1960.
En ese momento, Fosse dirigía así como coreografiaba sus espectáculos. Se convirtió en uno de los pocos directores cuyo nombre era más grande que el de la estrella. Consigue encadenar un éxito tras otro con “Sweet Charity”, “Pippin” (1972), “Chicago” (1975) y “Dancin” (1978), Estos cuatro espectáculos acumularon mas de 5.000 representaciones y su creador acabó ganando cuatro Tonys.
Volvió a las películas con la coreografía para “How to Succeed in Business Without Really Trying” (1967), Fosse acordó adaptar “Sweet charity” (1969) si podía dirigirla. Con “Sweet charity” se convirtió en el primer coreógrafo desde Busby Berkeley con el control absoluto de una producción. Shirley MacLaine substituye a Verdon como la puta optimista, Fosse con eficacia planifico números como el paseo en el tejado "There's Got to Be Something Better Than This" y el del salón de baile "Hey Big Spender" para la pantalla de cinemascope. Las partes dramáticas, sin embargo, no eran tan buenas y el resultado fue un desastre de taquilla y, durante cuatro años, nadie en Hollywood quiso saber de él.
“Sweet charity” vista por Diego Sabanés:
La obra de teatro estaba basada en la película ]"Las Noches de Cabiria", de Federico Fellini, ganadora del Oscar al film extranjero unos años antes, y en Broadway había sido protagonizada por Gwen Verdon, mujer de Bob Fosse. Sin embargo, y como suele ocurrir en estos casos, a la hora de llevarla a la pantalla se eligió una nueva protagonista, cuya presencia en los carteles de cine fuera más familiar para el público: Shirley MacLaine. La película fue un fracaso. Algo que visto desde hoy resulta bastante comprensible. Más allá del carisma de McLaine o el vuelo de algunos números, la narración hace agua por varios costados, entre efectos de montaje que eran modernos en su día y que hoy son obsoletos, personajes que entran y salen de la historia debilitando la trama central y un vagabundeo por la ciudad que acaba volviéndose tedioso. De alguna manera, podríamos considerar a “Sweet charity” como la despedida del musical clásico, aquel donde la música irrumpe en mitad de una escena y los personajes cantan y bailan en contextos cotidianos, como naturalidad impostada, mientras la cámara los acompaña en largos planos secuencia .

“Sweet charity”
Después de que una serie de directores la rechazaran, Fosse se encargó de la película “Cabaret”, en 1972. Fue su gran año. Ganó el Oscar por “Cabaret”, el Tony con “Pippin” y el Emmy con el especial, “Liza With A Z”. Filmando en Alemania, y restringiendo la mayor parte de las canciones y todos los bailes a Kit Kat club y escogiendo a bailarinas que ofrecían la imagen de un Berlin decadente, Fosse dio a la película una atmósfera que realzó las partes mas oscuras e intimas de la historia del inminente Tercer Reich. Apoyándose en la impresionante interpretación de Liza Minnelli como Sally Bowles y Joel Grey como el presentador, “Cabaret”, fue un éxito de crítica y publico y supuso Oscars para Minnelli y el Director Fosse.
“Cabaret”, vista por Diego Sabanés:
Pero qué es lo que hizo que “Cabaret”, fuera una película marcara un antes y un después en la evolución del género? Podemos señalar al menos tres elementos. Primero, el abordaje de temas sociales complejos y con gravedad histórica (el ascenso del nazismo, la intolerancia, la homosexualidad, el aborto...) en lugar de los típicos conflictos románticos de los musicales clásicos. En segundo lugar, la decisión de limitar las escenas musicales al verosímil que el propio argumento proponía: todas las canciones (con la excepción de un himno nazi) son cantadas en el escenario del cabaret, estableciendo siempre un juego de espejos con el avance de las tramas, que las canciones comentan o reinterpretan. Y tercero, la ruptura con el plano secuencia, en pos de una cuidada planificación de planos cortos, a veces detalles, que el montaje sincroniza con la música, creando una puntuación mucho más rítmica y una participación diferente por parte del espectador. El origen de este último recurso podemos reconocerlo ya en “Sweet charity” en el número Big Spender, que cantan las compañeras de trabajo de Charity, casualmente en un cabaret.
“Cabaret”, fue la consagración de Fosse como cineasta, otorgándole incluso el Oscar al mejor director (sobre Francis Ford Coppola, que competía ese año por ]"El Padrino", nada menos). La película ganó otros ocho premios y significó además el lanzamiento de Liza Minnelli como estrella, tras la estela dejada por su madre, Judy Garland. También significó el comienzo de la colaboración entre Fosse y la dupla John Kander y Fred Ebb, autores de las canciones del musical.

“Cabaret”
Después co- coreografiar y bailar en la versión cinematográfica de “El pequeño Príncipe” (1974), tuvo la posibilidad de hacer un tributo a su amigo, el cómico Lenny Bruce, en la película no-musical “Lenny”, en 1974. Dustin Hoffman era el cómico innovador malhablado Lenny Bruce y la debutante Valerie Perrine su esposa, Lenny era una deprimente visión de los hábitos vitales del cómico y su caída precipitada que logro nominaciones para varios Oscar para Fosse y sus estrellas.
“Lenny”, vista por Diego Sabanes:
Cuando el público esperaba otra entrega de esta reencarnación actualizada del género, Fosse se descolgó con una película completamente atípica, inesperada y muy incomprendida en su momento. Se trató de “Lenny”, una biografía (no musical) del stand up comedian Lenny Bruce, un personaje de la contracultura que desde el escenario de un night club criticó a su gobierno, a la sociedad de su tiempo y al American Way of Life, hasta su muerte temprana. El personaje fue protagonizado por Dustin Hoffman, quien se había consagrado por "El Graduado" y "Midnight Cowboy". Hoffman llenó a su personaje de tics y modismos, según su método habitual, y en forma paralela Fosse llenó la película de recursos visuales fuertemente emparentados con el cine documental. Toda la película se filmó en un blanco y negro rabioso, muy contrastado y por momentos sucio. Las escenas dramatizadas se alternan con falsas entrevistas a los personajes, dando al conjunto un tono opresivo, extrañamente realista y por momentos hipnótico. La película es un prodigio de montaje y podemos hallar en ella cierto estilo que luego retomaría para llevarlo mucho más lejos Oliver Stone en "JFK".

“Lenny”,
En 1974, Fosse encadenaba un cigarrillo tras otro y acabo sufriendo un infarto de miocardio mientras preparaba Chicago. El espectáculo marcó la reaparición de Gwen Verdon en Broadway pero también marcó el final de su matrimonio. Los dos primeros matrimonios de Fosse, con las bailarinas María Arm Niles y Joan McCracken, habían terminado en divorcio; ahora la tensión acababa con el de Fosse y Verdon. Se divorciaron aquel año, aunque su sociedad de trabajo continuo. Fosse convirtió su crisis de 1974 en el material para su siguiente película, el musical
“All that Jazz” (1979). Roy Scheider era un coreógrafo-director de vida dura que hace juegos malabares con las mujeres y el trabajo, All that jazz contenía el réquiem de Fosse para su propio fallecimiento, con Jessica Lange como el ángel etéreo de la muerte, cirugía de corazón abierto minuciosamente macabra, y baile. Aunque algunos consideraran “All that Jazz” auto-indulgente, la Academia reconoce la labor de Fosse con otra nominación al Oscar
“All that Jazz” vista por Diego Sabanes:
El argumento era un claro repaso de Fosse por su propia vida. Incluso el personaje central, interpretado por Roy Scheider, mostraba una similitud física increíble con él. Acaso inspirada por "8 y ½" de Fellini, la película contaba las fantasías y reflexiones de un coreógrafo de éxito, que en mitad de los ensayos de una obra sufría un infarto. A partir de entonces y en diálogo con La Muerte (Jessica Lange) el protagonista repasaba su vida entera, y asistía al desfile de sus mujeres (esposa, amante, hija) que se despedían de él representando, por supuesto, números musicales. Con este esquema (originado en el verdadero infarto que tuvo Fosse durante los ensayos de "Chicago") la película justificaba la inclusión de canciones por dos recursos: por el lado realista, como parte del trabajo del director (castings y ensayos en el teatro) y por el lado onírico, como parte de sus alucinaciones durante su estado de coma (las viejas amantes bailando como cisnes crueles alrededor de su cama, por ejemplo).
“All that Jazz” continúa siendo hoy una de los exponentes más intensos del género musical, y a la vez una mirada de enorme humanidad sobre la vida de los trabajadores del espectáculo. Su cruce de lenguajes, sus varios planos de acción y sus desplazamientos de sentido hacen que la película roce por momentos la genialidad.

“All that Jazz”
Fosse vuelve al drama con “Star 80” (1983). Biopic sórdido que era la crónica de la breve vida de su amiga asesinada Dorothy Stratten. “Star 80” resultó demasiado desagradable para la aceptación popular.
“Star 80” vista por Diego Sabanes:
“Star 80” biografía de Dorothy Stratten, una chica playboy asesinada por su novio. Una vez más Fosse utilizó códigos del documental para explorar el mundo de las modelos y la vida nocturna de los ´70s. Los personajes centrales fueron encarnados por Mariel Hemingway y Eric Roberts (en el papel que estuvo a punto de encarnar Richard Gere, hoy protagonista de "Chicago"). Y aunque el filme presenta elementos muy interesantes (algunos han leído en él algún subtexto autobiográfico sobre el precio de convertirse en una estrella mediática) lo cierto es que no logró la fuerza de sus películas anteriores.
Volviendo a Broadway, Fosse adaptó sin éxito la comedia italiana “Big Deal on Madonna Street” (1958) como “Big Deal” en 1985. Trabajando hasta el final, Fosse falleció con la teatralidad apropiada cuando un infarto lo mato un poco después de que la cortina cayese sobre la nueva versión de “Sweet charity”en 1987.