Palahniuk escribió:
Solo le hace falta publicidad!
Entendido

:
El domingo si Dios quiere
TITULO ORIGINAL: Inch' Allah Dimanche
AÑO: 2001
DURACIÓN: 98 min.
PAÍS: Argelia
DIRECTORA: Yamina Benguigui
GUIÓN: Yamina Benguigui
MÚSICA: --
FOTOGRAFÍA: Antoine Roch
REPARTO: Fejria Deliba, Zinedine Soualem, France Darry, Marie-France Pisier, Roger Dumas, Mathilde Seigner
PRODUCTORA: Coproducción Argelia-Francia
Más información: 2003: Toronto: Premio de la Crítica Internacional
GÉNERO Y CRÍTICA: Drama. Inmigración
SINOPSIS: Zouina llega de su Argelia natal, con sus tres hijos. Viene a reunirse con su marido, Ahmed, el cual lleva diez años trabajando en Francia, y al cual ha visto muy poco en todo este tiempo. Aïcha, la madre de Ahmed, viaja con ella. A pesar de la agresividad de sus vecinos, de los constantes reproches de su suegra y de los desconfiados silencios de su marido, Zouina trata de adaptarse a su nueva vida en el exilio. La radio es su único vínculo con la vida y con las mujeres, en este país nuevo. Ya no tiene ningún tipo de relación con Argelia. Un día, se entera por casualidad de que otra familia argelina vive en el mismo pueblo, así que decide encontrarla sea como sea. (FILMAFFINITY)
Crítica de
El País:
Javier Ocaña escribió: 'El domingo si Dios quiere'
Madre coraje
JAVIER OCAÑA 02/04/2004
Tras la II Guerra Mundial, Francia, necesitada de mano de obra masculina, adoptó como ciudadanos a cientos de miles de argelinos que, sin embargo, debían abandonar a sus familias en su país de origen, ya que la normativa no incluía a las mujeres y a los niños. Cuando, en 1974, se dio vía libre a que los parientes pudieran seguir la línea anteriormente trazada por el progenitor, se dieron casos como el que cuenta la película El domingo si Dios quiere, en la que un hombre se reencuentra con su madre, su mujer y sus tres hijos (a los que apenas conoce) después de 10 años.
Disminuida por una cultura que desconoce, agobiada por un idioma que apenas habla, sojuzgada por una suegra castradora, reprimida por un marido con el que no le une ni el cariño ni el pasado y, sobre todo, martirizada por ciertas costumbres que sí ha mamado desde pequeña pero que la sitúan en un estadio demasiado cercano a la esclavitud, la protagonista femenina es un saco de boxeo al que todos golpean. Un papel que borda la guapísima y excelente actriz Fejria Deliba, provista de una perturbadora mirada que transmite una absoluta sinceridad, un inquietante malestar y una tristísima dulzura.
Quizá por miedo a que el relato resulte demasiado sobrecogedor, Yamina Benguigui, la directora, utiliza para rebajar el listón dramático algunas secuencias de comedia (el atropello y posterior enterramiento del perro, la pelea en el jardín de la vecina...) que contrastan mal con el drama de los puñetazos que recibe la mujer por parte del marido y con los continuos reproches de la desquiciante suegra. Asimismo, frente a la magnífica decisión de no enseñar nunca al esposo en su recorrido diario fuera de la casa (en el trabajo, con amigos...), resulta extraño que no se muestre una sola escena de dormitorio, ya sea durmiendo o haciendo el amor, por lo que el espectador termina preguntándose cuál es la relación del matrimonio después de cierta hora de la noche. En cuanto a la dirección, el ágil manejo de la cámara en las escenas trágicas se eleva sobre la excesiva utilización de las transiciones musicales (encadenados de imágenes sin texto, acompañados de una canción), sobre todo en la primera mitad del metraje.
Sin embargo, pasado el ecuador de la cinta, la odisea de esta argelina se impone sobre los desequilibrios en el tono. De este modo, la parte final de la historia sigue una línea en continuo ascenso hasta llegar a la estremecedora penúltima secuencia y a la última frase del filme, pronunciada por la mujer, que abre una puerta a la esperanza. Una rendija por la que también se cuela el hecho de que esta bienintencionada película sea obra de una descendiente de una de estas madres coraje, que seguro que un buen día también dio un puñetazo sobre la mesa para evitar que su hija fuera un saco de boxeo más.
Esto promete, ¿no?. Y sigue con
otro artículo:
Elisa Silió escribió:ESTRENO - 'El domingo si Dios quiere'
Yamina Benguigui denuncia los guetos de la inmigración en 'El domingo si Dios quiere'
La cineasta, nacida en Francia, califica como "catastrófica" la política de integración
ELISA SILIÓ - Madrid - 02/04/2004
Cuando la madre de la cineasta Yamina Benguigui emigró forzosamente de Argelia a Lille, en el norte de Francía, su vida se convirtió en una tragedia. Su marido era casi un desconocido y ella lloraba hasta cuando pelaba una naranja porque le recordaba a los frutales de su país. A ella y a otras mujeres árabes que viven en auténticos guetos, la directora, nacida en Francia, dedica El domingo si Dios quiere.
"No recordaba que tuviese bigote", dice Zouina, protagonista del filme, que se estrena hoy, cuando se reencuentra con un marido que hacía 10 años que se había instalado en Francia y al que apenas había tratado. Viaja con sus tres hijos y su suegra intratable. Sufre malos tratos y su obsesión es encontrar a otra familia argelina con la que compartir la Fiesta del cordero.
"No tengo buenos recuerdos de infancia. Vivía como en Argelia, preparada para volver en cualquier momento", rememora con tristeza. "No teníamos derecho a hablar con los otros niños en la escuela. No por religión, sino por nacionalismo. Argelia había salido de una guerra contra Francia y no tenía sentido divertirse en ese país", añade. Su padre pasó tres años en prisión por pertenecer al Movimiento Nacionalista Argelino y en Francia montó un restaurante. "Era músico, pero nunca le dije que mi vena artística la heredé de él", confiesa. Sus progenitores se separaron y ella, que se había independizado a los 19 años, para escándalo familiar, se trajo de nuevo a sus cinco hermanos, a quienes su padre, según cuenta, "secuestró" y llevó de nuevo a Argelia. "Mi madre se quedó en Francia y tiene desde hace 15 años una pareja. Se ha vuelto militante de los derechos de las inmigrantes. Algunas no se integran y llegan a suicidarse".
Echa pestes de la política de integración en Francia, que califica de "catastrófica". "Es un ejemplo de lo que no hay que hacer, y yo lo denuncio desde hace 12 años en mis documentales". A su juicio, se está produciendo una regresión y cita como ejemplo el problema creado con el uso del velo. Recuerda también que la mayor parte de los seis millones de árabes que viven en Francia proceden de antiguas colonias, Argelia y Marruecos, "y no se dan cuenta de que somos producto de su historia".
El domingo si Dios quiere ha tenido una gran acogida en Francia y ha ganado numerosos premios, como el de la crítica del Festival de Toronto. Está contenta porque, dice, el público va por delante de los políticos y se indigna cuando relata cómo el director de una cadena de televisión no quiso subvencionarle la película. "Me dijo que habían dado dinero para dos películas argentinas. Y yo le contesté que soy francesa y que es una historia de lo que ocurre aquí".