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Sinopsis: Tres hermanas de diferentes caracteres, hijas de un maduro matrimonio de actores, tienen vidas entrelazadas. La hermana mayor, Hannah, es la de carácter más fuerte. Casada con un rico empresario, a menudo paga las facturas de sus dos hermanas menores. Holly, la segunda, es la más sensible y sueña con convertirse en actriz. Por último se encuentra Lee, que vive en una buhardilla del Soho con un pintor minimalista. La vida de Hannah parece instalada en el equilibrio y la perfección. Actriz de éxito, esposa y madre ejemplar, se ha convertido en el centro de gravedad y el referente de toda su familia. Sus hermanas, mucho menos afortunadas, acuden a ella cuando necesitan consejo o atraviesan problemas económicos. Pero esta situación comienza a tambalearse cuando Elliot, el marido de Hannah, se enamora de su hermana Jill.....
Review: Miradas de Cine.net
Y en el principio fue Annie Hall (Annie Hall,1977), verdadero Big Bang del universo alleniano. El cómico dejó aparcado el humor a lo slapstick de sus primeras películas y se hizo director, comenzando a esculpir algunas de las obsesiones que se irían repitiendo a lo largo de su filmografía durante los años posteriores: las relaciones de pareja, con sus múltiples vértices en Interiores (Interiors, 1978); la relación de amor-dependencia con Nueva York en Manhattan (Manhattan, 1979); y el escapismo a través del arte, especialmente el cine, en La Rosa Púrpura de El Cairo (The purple rose of Cairo, 1985), como forma de sobrevivir y/o evadirse precisamente de las relaciones de pareja y de Nueva York.
Annie Hall, pero también Mía Farrow. Para entender Hannah y sus hermanas (Hannah and her sisters, 1986), hay que remontarse al momento vital de Allen, unido a una mujer radicalmente opuesta a Diane Keaton, con la que compartió hasta 13 películas, y que acabaría influyendo en el tono sombrío de muchas de ellas. Pero en 1986, tan sólo un año antes del nacimiento de su primer hijo en común, Woody Allen era un hombre enamorado.
Hannah y sus hermanas corresponde pues a uno de los mejores momentos, tanto a nivel creativo como vital, del realizador. Se trata de su libro de estilo, corregido y ampliado con una sonrisa enorme. Un poema de amor (a la ciudad y sus habitantes, al cine, a la música, a su mujer...), que invita a ser leído una y otra vez.
El argumento no puede ser más representativo del sello Allen: En el marco de un Nueva York sofisticado y elegante, las historias sentimentales y familiares de tres hermanas de caracteres muy diferentes (Hannah, Holly y Lee), se entrecruzan a lo largo de dos años y Tres cenas de Acción de Gracias.
Pero en Hannah y sus hermanas hay también espacio para la búsqueda formal. Tan seguro se muestra Allen de los materiales que maneja, que es capaz de reinventarse y abrir nuevas vías creativas sin dejar de ser fiel a sí mismo. Y es que se trata en realidad de (al menos) dos filmes en uno. La trama principal entrelaza las historias de las tres hermanas, sus devaneos amorosos y crisis vitales y creativas, y su búsqueda de la felicidad, o al menos de cierta estabilidad.
La estructura de la película intenta reflejar este pequeños caos, en el que la normalidad sólo se consigue alcanzar al principio y al final de la narración, con sendas reuniones familiars. En el ínterin, la acción se fragmenta a medida que lo hace la vida de los protagonistas. Así, Hannah y sus hermanas se subdivide por medio de capítulos subtitulados, en los que se intercalan flashbacks y fragmentos de viejas películas mudas. Se trata de una composición coral en la que el peso entre los personajes está razonablemente bien repartido, y que se beneficia de un excelente reparto. Algunos de aquellos actores, como Barbara Hershey, nunca volvieron a estar bien (a Caine, en su papel de Elliot, el adúltero marido de Hannah hay que darle de comer aparte).
En cierta manera, las tres hermanas son esterotipos neoyorkinos fácilmente reconocibles, en ocasiones incluso funcionan como apéndices del propio Allen. Holly es una artista torturada, cuya incapacidad de enfrentarse a la vida le lleva incluso a hurgar en los secretos de un matrimonio (de Hannah y Elliot) para tratar de evadirse de sí misma a través del arte. Lee vive en una buhardilla del Soho con un maduro pintor minimalista (Max Von Sidow) y Hannah...bueno, Hannah es un regalo de Allen para Mía Farrow. Se trata de un personaje que no es tan decisivo en la trama como podría inferirse del título de la cinta, pero a quien el director dedica los mejores planos, a quien trata con más dulzura la cámara. La perfección del personaje le hace incluso parecer demasiado distante y ajena a los vaivenes sentimentales de sus hermanas. En cualquier caso, nunca lleva el peso de la narración, pero Allen se encarga de que su presencia siempre se intuya.
Pero además, Hannah y sus hermanas es la crónica de la bajada a los infiernos de Mickey Sachs, ex-marido de Hannah. Sachs/Allen entra y sale de escena a discreción, sin que por ello la trama principal se resienta en absoluto. La presencia de este hipocondríaco realizador de televisión le permite a Allen introducir uno de los temas que desarrollará a lo largo de posteriores filmes, como Otra mujer (Another woman, 1988), Delitos y Faltas (Crimes and misdemanors, 1989) o Alice (Alice, 1990): la búsqueda del sentido de la existencia. El Allen bergmaniano se cuela en la fiesta de cumpleaños del Allen urbanita, pero sin hacer demasiado ruido.
Sachs dejará su trabajo e intentará encontrar respuestas a las dudas que le atenazan en todas las religiones que en el mundo han sido, pero la búsqueda le acabará dejando aún más vacío. Justo cuando está decidido a quitarse la vida verá la luz, al entrar a un viejo cine y disfrutar de una reposición de Sopa de Ganso de los Marx. Y aquí está una de las principales claves del filme: el equilibrio entre drama y comedia, que Allen borda a lo largo del metraje. Quizá más adelante haya tiempo para preocuparse de la fe y la nada, pero ahora prefiere seguir con la celebración, abortando los momentos más tensos y dramáticos de la película con un chiste, un afilado comentario que siempre acaba devolviendo la sonrisa. A Allen le empieza a dar miedo tomarse a sí mismo demasiado en serio, y no quiere que lo haga el espectador, al menos de momento.
La propiedad balsámica del cine no es nueva en el cine de Allen. Es imposible tratar de enumerar todas las referencias al cine que ama a lo largo y ancho de su filmografía. Sus personajes siempre están entrando y saliendo de proyecciones de cine, o comentando determinados aspectos de obras maestras de Buñuel, Fellini, etc. Pero además, a Allen le interesa el mismo recinto de proyección en tanto que oficia de suelo sagrado, un espacio litúrgico que es capaz de devolver la fe hasta en los momentos más desesperados. El cine y la música, siempre presente en la obra de Allen, ya sea en conversaciones entre los personajes («No te mereces escuchar a Cole Porter. Lo tuyo son los músicos que parece que acaban de apuñalar a su madre») o para acompañar la progresión dramática de la narración, como en aquella alocada carrera de Elliot por las calles de Nueva York, a los compases de la trompeta de Harry James.
En cualquier caso, no son las tribulaciones de Sachs el motivo fundamental de la película, tan solo una trama tangencial que se beneficia de la solución propuesta por el realizador para sostener el andamiaje del filme, totalmente novedosa para él en ese momento. Por encima de él, de cualquiera de los personajes, se eleva Nueva York, absoluto protagonista del filme. Un Nueva York en el que intelectuales en plena crisis vital cambian el diván por el restaurante más caro, en el que se buscan respuestas en muelles desolados en los que en cualquier momento puede saltar la ternura. De hecho, Allen no esconde su intención en ningún momento, llegando al punto de introducir a un personaje secundario, que en su calidad de arquitecto llevará a una de las hermanas A conocer algunos de los rincones de la ciudad.
¿Alguien puede imaginarse un final feliz con semejante batiburrillo de dudas existenciales, infidelidades y crisis creativas? Pues lo cierto es que Allen filma uno de los finales, en mi opinión, más bellos y optimistas de la historia del cine. Después de una cena de Acción de Gracias conciliadora para la familia, una de las piruetas de guión lleva a Holly y Mickey Sachs a enamorarse y casarse. Ambos se han decidido a dejar atrás las angustias existenciales, y los bloqueos creativos. Ante el anuncio del embarazo de Holly, un Sachs que había declarado ser estéril con anterioridad, (¿hipocondría o realidad?) simplemente la abraza. Lo que en otros filmes del director daría lugar a abismos vitales o disparatadas situaciones cómicas, aquí solo refuerza la relación entre la pareja. Septiembre no está (tan) lejos
IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0091167/
Rating: 6.8/10 (4,368 votes)
US Theatrical Release Date: February 7, 1986
DVD Release Date: November 6, 2001
Awards & Nominations: http://www.imdb.com/title/tt0091167/awards
Specs:
Video: XviD (CVS build 2005.09.16) @ ~1803 kbps
Audio: MP3 2Ch 134 kbps
Resolution: 720 x 400
Aspect Ratio: 1.800 (9:5)
Framerate: 23.976 fps
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Runtime: 01:46:54.998
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Audio frames: Aligned on interleaves
Country: USA
Language: English
Subtitles: English, Español, Français
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La filmografía DXC de Woody Allen donde hay un dual que no tiene hilo propio en la web (DivX 5.02)
También hay un hilo con YDM de hace la tira de tiempo, ya cerrado.