
Guión: Ángeles González Sinde y Belén Gopegui.
Fotografía: Antonio Calvache.
Montaje: Fernando Pardo.
Música: Miguel Malla.
Productor: Josean Gómez.
Producción: Gerardo Herrero, Javier López Blanco y Mariela Besuievsky.
España, 2004. [Color, 103 m.]
Reparto: Adriana Ozores (Amparo), Félix Gómez (Agustín), Pepe Soriano (José), Carlos Kaniowsky (Floro),
Fanny de Castro (Rosa), Chani Martín (Genaro), Antonio Muñoz de Mesa (Peláez), Josu Ormaetxe (Jefe de obra),
Pilar Castro (Sonia), Joaquín Climent (Hormaeche), Francesc Orella (Miguel).
Comentario:
La conocida guionista Ángeles González-Sinde se estrena en la dirección con este drama personal que es a la vez una denuncia de las lamentables condiciones laborales que perduran en nuestro país. Ambas historias corren parejas y confluyen en Amparo (Adriana Ozores), una abogada que vive con el trauma de la muerte de su marido y de su hijo en un accidente de tráfico. Esa pérdida y sobre todo el sentido de culpabilidad han hecho que se encierre en sí misma, que renuncie a los recuerdos y que lleve una vida llena de amargura. Pero todo esto se sabrá ya bien avanzada la película, que comienza con el anuncio de la trágica muerte en la mina del hijo del encargado del picadero que frecuenta Amparo. Esta tragedia remueve su pasado, lo que explica su intensa implicación en la investigación de lo ahora sucedido, buscando desenterrar las causas y descubrir a los verdaderos responsables del accidente. Un mundo de corrupción, prevaricación y falta de ética que hablan de una sociedad que mete la cabeza debajo del ala y que se desentiende de la persona[...]
Con esta historia que parte de un hecho real, González-Sinde se adentra en nuestro mundo laboral y en la ética individual con una reflexión sobre la actuación individual ante tanta podredumbre: hay que optar entre denunciar o guardar un elocuente silencio, entre amar o sobrevivir, entre hurgar o retirarse al pueblo, entre buscar la justicia mayor o conformarse con la menor y aceptar una indemnización.
Película bien llevada, fresca y actual, con la duda y el sentido de culpa en cada uno de sus planos, y un final que a algunos les puede resultar complaciente cuando esperaban más. Presentada en la Seminci de Valladolid, tuvo una cálida acogida entre el público –aunque no llevase ningún premio– y agradó por las buenas interpretaciones".
Julio Rodríguez Chico, La Butaca.
Elinks (los 2 primeros con numerosas fuentes, especialmente el avi que figura en segundo lugar):
OJO, este enlace carece actualmente de fuentes completas.
Un saludo.