
The Searching Wind (1946)
Director: William Dieterle
Guión: Lillian Hellman
Productor: Hal B. Wallis
Director de fotografía: Lee Garmes (B/N)
Música: Victor Young
País: EE.UU.
Duración: 108 minutos
Productora: Paramount pictures
Más información
Reparto: Robert Young, Sylvia Sidney, Ann Richards, Dudley Digges, Douglas Dick, Albert Bassermann, Dan Seymour, Ian Wolfe, Marietta Canty, Norma Varden, Charles D. Brown, Don Castle, William Trenk, Mickey Kuhn, Ann Carter, Dave Willock, Frank Arnold, Julio Bonini, Eugene Borden, James Carlisle, Tom Chatterton, Armand Cortes, Daniel De Jonghe, Marcel De la Brosse, John Dehner, Franklyn Farnum, Frank Ferguson, Albert Ferris, Bess Flowers, Adolph Freeman, Arno Frey, Frederick Giermann, Jon Gilbreath, Sam Harris, Eva Heyde, Hans Hoebus, Mike Lally, Stella LeSaint, Arthur Loft, Louis Lowy, Maurice Marsac, James Millican, Hans Moebus, Bert Moorhouse, Neyle Morrow, Leo Mostovoy, Jack Mulhall, John Mylong, Alex Novinsky, Wedgwood Nowell, Fred Nurney, Tony Paton, Kenneth Patterson, Joe Ploski, Albert Pollet, Otto Reichow, Georges Renavent, Albin Robeling, Franklin D. Roosevelt, Henry Rowland, Harry Semels, Elmer Serrano, Reginald Sheffield, Pietro Sosso, Robert Strong, Marie Surdez, Hilda Tanzler, Willy Thunis, Hans von Morhart, Mary K. Wells, Joe Whitehead, Eric Wilton, Al Winters, William Yetter Jr.
Sinopsis y comentarios:
En la Europa de los años 1920, Alex Hazen (Robert Young) es la suerte de hombre que, por jugar a la diplomacia, no le resulta fácil tomar partido. Molesta con su falta de carácter, Cassie Bowman (Sylvia Sidney) le deja en Roma, justo antes de que Mussolini se tome el poder. Años después, terminada la II Guerra Mundial, Emily (Ann Richards), esposa de Hazen invitará a Cassie a cenar, y ella y su hijo Sam, tendrán algunas historias que contar. (FILMAFFINITY)
Comentario de Felipemarlou:


Arriba la escritora Lillian Hellman y cover de la primera
edición de la pieza teatral de The searching wind (1944)
Searching for Dieterle & Wallis
Lee Garmes, el director de fotografía de The Searching Wind estuvo presente en 2 logros mayores del cineasta, la anterior Love Letters (Cartas a mi amada, 1945) y la posterior Portrait of Jennie (Jennie, 1948) (si bien en ésta última no figurase acreditado), así como en Duel in the sun (1946) en la que Dieterle filmó algunas secuencias. Poco antes del citado film de Vidor se había encargado de la fotografía de Since you went away (1944), film de John Cromwell tambien con produccion Selznick, bajo cuyo amparo también Dieterle había rodado poco antes una peli de temática similar a aquélla, I’ll be seeing you (1944). Todo esto ocurrió en el corto periodo de tiempo que va de 1944-1946. No hay que olvidar tampoco que dicho operador venía de una larga experiencia en el cine, trabajando ya en los años 30’s, en algunos de los filmes de la Dietrich con Von Sternberg, cineasta éste último que también había pululado por el set del mastodóntico rodaje de Duel in the sun. Y aunque Love letters puede hacer pensar en una producción Selznick por la aparición también, como en algunos de los filmes citados, de Jennifer Jones y Joseph Cotten en el reparto, está producida por Hal B Wallis, eso sí, en connivencia con Selznick, quien cedió a dicha actriz a Wallis y la Paramount, a pesar del contrato que los vinculaba. Por todo lo antedicho se desprende que Selznick fuera el nexo invisible que propició el encuentro entre Dieterle y Wallis.
Ya desembarcados Dieterle y Wallis en su nueva casa la Paramount, su asociación se extendería, tras Love Letters, del segundo lustro de los 40’s hasta el inicio de los 50’s en films como The Accused, Rope of Sand, Paid in Full, September Affair, Dark City, Peking Express o Red Mountain, aparte del film que nos ocupa, The Searching Wind. Por otro lado hay que recordar que Wallis, antes de su desembarco en Paramount había desarrollado otra fructífera carrera en el seno de la Warner, produciendo varias películas, entre ellas, Casablanca (Curtiz, 1942) y Watch on the Rhine (Herman Shumlin, 1943), los cuales y al igual que The Searching Wind, habían presentado contenidos anti-fascistas y explícitas alusiones a la guerra civil Española. Nada sorprendente dado que el film de Shumlin y el de Dieterle comparten a la misma autora teatral: Lillian Hellman. De todo ello se desprende - más aún si pensamos que el trasfondo de Casablanca, subyacente también a The Searching Wind es la difícil toma de partido en tiempos de guerra - en la algo olvidada importancia del productor, en el caso de Wallis casi diría como "auteur". Con tales precedentes y tales personalidades resulta difícil no pensar en una asociación como la llevada a cabo por Wallis-Dieterle-Hellman para The Searching Wind. Con parte del equipo anterior de Love Letters (Garmes, el gran Victor Young en la música, e incluso la actriz Ann Richards) un Dieterle en su mejor momento acometió la adaptación de la pieza teatral de Lillian Hellman. La propia dramaturga se encargó de adaptar su obra, con recurso al flashback y en un relato extendido a lo largo de 2 décadas, en el periodo de entreguerras con los auges fascistas en Europa y la recién acabada segunda guerra mundial. La pieza escénica se había representado con éxito en Broadway en la temporada 1943-1944 y de todo el cast tan solo el actor Dudley Digges (en el papel de Moses Taney, dueño del periódico y padre de Emily Hazen) repitió papel en su posterior trasvase fílmico.
Abajo foto rodaje de Love Letters, el inicio de la asociación Dieterle-Hal B Wallis.
De Izda a dcha Joseph Cotten, Dieterle, la escritora Ayn Rand y Hal B Wallis

The Searching Wind, es, digámoslo ya, una las mejores cintas de Dieterle junto a Cartas a mi amada (1945) y Jennie (1948). Si funciona como película es porque consigue integrar bien el drama derivado del aspecto político (valiente y alejado de cierto maniqueísmo presente en otras producciones de la época) con el drama derivado de su trama sentimental, propiciado éste de resultas del triángulo amoroso compuesto por la corresponsal de guerra Cassie (Sylvia Sidney), el diplomático Hazen (Robert Young) y la mujer de éste Emily (Ann Richards). Tiene a la élite literaria de la época (Lillian Hellman) tras el guión, y un inspirado Dieterle que consigue transmitir elegancia y sensibilidad en la puesta en escena. Vista hoy podrá parecer una peli más, como tantas otras que hemos visto, pero hay que contextualizarla a una obra que se remonta a 75 años y que además ha sido bastante ignorada o poco difundida. A este respecto conviene señalar que su escasa difusión pudiera operar en una doble vertiente. Primero por el traspiés recibido en la taquilla en el momento de su estreno, a cuyas causas no creo que fuera ajeno el pesimismo crítico para con la clase política americana, y segundo por un posterior silenciamiento tanto por las causas antedichas como por aspectos coyunturales ocurridos poco después y que tampoco facilitaron las cosas. Para explicar esto último habrá que recordar que hasta ese momento Hollywood había combatido el fascismo a través de varias películas, pero que, con el fin de la contienda y el nuevo telón de acero se produjo una gradual inclinación hacia el anti-comunismo, culminado en 1947 con la triste caza de brujas Mccarthyana, abriendo un nuevo capítulo y llegando a poner incluso obras anteriores en el punto de mira de los inquisidores. La propia Hellman se vería afectada por su pasado como simpatizante del partido comunista, por no hablar de su marido Hammett (el escritor me refiero) que se las vería con el tribunal y pasaría a engrosar la lista negra en el albor del decenio siguiente. Y tampoco hay que olvidar The north star (Lewis Mlestone, 1943) film con guión de Hellman asimismo de temática antifascista, que tuvo sus más y sus menos pocos años después cuando la caza de brujas se puso caliente. Es evidente que The Searching Wind tenía todos los números para tener las más altas dosis de izquierdismo progresista en sus entrañas, Hellman aparte, por la implicación del propio Dieterle en el proyecto quién ya en la década de los 30’s había realizado el film Blockade (1938), uno de los primeros en aludir a la contienda española con claro posicionamiento en el bando republicano. Casablanca habla, en tiempos de fervor bélico, sobre la necesidad del pueblo americano de tomar partido. The Searching Wind invita, ya en tiempos de paz, a la reflexión sobre la política americana y su pasividad ante todo el horror que ya se vislumbraba en Europa. Es un film molesto, cuya suma de circunstancias no le favoreció. Como ocurre en la historia del cine, algunas pelis caen en el lugar y momento adecuado. Otras, no.
No incidiremos más para no hacer spoiler, y que cada cual saque sus valoraciones. Pasemos al tema final: lo subtis.

Arriba, dos fotogramas de Watch on the Rhine (1943) y The north star (1943)
los precedentes antifascistas fílmicos de Lillian Hellman.
El proyecto comenzó hace ya varios años cuando decidí agenciarme con una copia -bastante inencontrable (de algún viejo VHS televisivo)- ripearla y subirla a la red. Un film maldito de Dieterle que se me antojaba bastante interesante. Una vez conseguida la copia decidí crear los subtis desde cero, de oído, pero lo fui dejando hasta casi 1 hora aprox. Así quedó varado, unos años hasta que hace poco lo reemprendí. Animado por las news sobre las closed captions de youtube, me fui calentando. Y contra todo pronóstico pude extraerlas. Los timings eran un desastre, como en todas estas operaciones, pero eso ya no importaba. Lillian Hellman es mucha Hellman, había mucho diálogo y era complicado. Con los subtis en ingles en mi poder hice el trabajo de poda. Titánico trabajo de poda. Apoyado en las closed captions, como siempre no fiables, aunque muy ayudativas, completé el trabajo y luego lo pasé al castellano. Bueno o al menos los 40 minutos que faltaban…en realidad más, porque cuando acabé me di cuenta que había errores de transcripción de oído en la primera hora…y, en fin, vuelta a empezar. Ayudó, y bastante, el agenciarme de otro inencontrable libro con la pieza original de Hellman, ojo, el libreto escénico, no el guión. Lo que me llevó a recorrer miles de veces las páginas y sacando las líneas a veces incluso por contexto, porque hay variaciones y omisiones (algunas como pude comprobar, por claros motivos de censura de la época, como el momento en que Hellman hace una alusión al peligro de los homosexuales con el auge del nazismo, eliminado de la versión fílmica). El trabajo ha sido brutal, laborioso, pero creo que ha valido la pena. La osadía es un arma de doble filo. Por un lado te facilita infravalorar los peligros de una empresa como ésta, pero al mismo tiempo te permite arrancar en algo que, aplicando la lógica de lo anterior, jamás te hubieras atrevido a hacer.
Ya por último quiero agradecer a Hammett quien una vez más me brindó su (magnífica) ayuda para descifrar algunas líneas que se me atascaron, así como al compañero Luis44 quien me insistió durante bastante tiempo para acabar el proyecto. Y el trabajo, claro, va dedicado al gran crítico Javier Coma, quién me descubrió el film hará más de 20 años en su magnífico libro (como tantas y tantas pelis) y al que tanto debemos.
Capturas:





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