
Attack (1956)
Attack
País: EE.UU.
Duración: 107 minutos
B/N
Director: Robert Aldrich
Guión: Norman Brooks, James Poe
Productor: Robert Aldrich, Walter Blake
Director de fotografía: Joseph F. Biroc
Música: Frank De Vol
Más información
Reparto: Jack Palance, Eddie Albert, Lee Marvin, Robert Strauss, Richard Jaeckel, Buddy Ebsen, Jon Shepodd, Peter van Eyck, Jim Goodwin, Steven Geray, Jud Taylor, Louis Mercier, Henry Rowland, Mike Ragan, Ron McNeil, Strother Martin, Leonard Bremen, William Smithers, Bing Russell
Sinopsis y comentarios: Diciembre de 1944, los rumores se suceden entre los fatigados soldados de la Compañía Fragile Fox: se les va a enviar a la retaguardia. Pero estos rumores desaparecen cuando los ataques se acercan y los alemanes desencadenan por sorpresa un contraataque salvaje. La Batalla de Bulge está en marcha. El Teniente Joe Costa tiene que luchar en dos frentes. Por un lado, él y sus hombres tienen que enfrentarse con las unidades nazis; y por otro, con un capitán cobarde e incompetente, que será quizás más peligroso que el ejército alemán. La falta de liderazgo del capitán obliga a Costa a tener que tomar una decisión fatídica... (Cine Archivo, editado).
Crítica de Tomás Fernández Valentí (Dirigido por...Junio 2001
Poco conocida entre nosotros por obra y gracia de nuestra augusta censura, Attack! (1956) es una interesante y singular película de Robert Aldrich que supone, hasta cierto punto, un retomo al i tono teatralizado de The Big (1955), adaptación de una pieza de Clifford Odets. Pero, al contrario que aquélla, y a pesar de partir, asimismo, de una obra de teatro («The Fragüe Fox», de Norman Brooks), en Attack! la teatralidad está asumida de un modo mucho más cinematográfico que en The Big Knife, y ello contribuye a dotar al relato de una peculiar atmósfera y un especial estilo visual. De este modo, y contra todo pronóstico, lo más característico del film reside en su juego entre las convenciones del género bélico en el que, a se inscribe, y las convenciones de ese otro género, menos codificado y tan difícil de etiquetar, que es el que comprende nociones tales como teatro cinematográfico y cine teatralizado.
Lo más atractivo de Attack! reside en ese continuo contraste entre el realismo de sus escenas en exteriores y la deliberada artificiosidad de las escenas que transcurren en interiores. Ello, por descontado, no es casual ni caprichoso, sino que obedece a una estrategia narrativa muy personal por parte de Aldrich. La trama del film gira en torno a una operación militar aliada que se produce cerca del río Volga. Una unidad, al mando del capitán Cooney (Eddie Albert), recibe la orden de ocupar un pueblo del que se sabe que, probablemente pero no con seguridad, está en manos de los alemanes. Mas un conflicto interno enturbia el buen desarrollo de la operación, los tenientes Costa (Jack Palance) y Woodruff (William Smithers) saben a ciencia cierta que Cooney es un inepto y un cobarde cuya negligencia en el mando ya ha provocado el sacrificio inútil de varios soldados; ante la inminencia del ataque al pueblo, Costa amenaza a Cooney jurándole que, si no le presta el apoyo que necesitarán durante el combate, él mismo se encargará de matarle. Pero aún hay más: la razón de que alguien como Cooney ocupe un puesto táctico importante reside en su amistad con el coronel Bartlett (Lee Marvin), que le protege porque el primero pertenece a una adinerada familia que puede hacer mucho a favor de la futura carrera política de Bartlett cuando acabe la guerra.
De este modo, Aldrich contrapone las escenas bélicas en exteriores, rodadas con notable realismo, y las escenas en interiores, filmadas, como veremos, de una manera deliberadamente artificiosa, para plasmar de este modo el sentido del relato: afuera, en el campo de batalla, los hombres luchan, sangran y mueren, mientras que adentro, en las habitaciones de los oficiales o incluso en los refugios donde los soldados se esconden de las balas enemigas, se debaten los intereses particulares que han conducido a esos mismos hombres a la mutilación y la muerte. Cineasta comprometido en el más noble sentido del término, Aldrich hace girar la acción de Attack! alrededor de una serie de cuestiones morales sin caer nunca en la demagogia o el estereotipo: lo único que chirria en este sentido es la explicación, poco afortunada y bastante tópica, del trauma infantil que arrastra Cooney como justificación de su conducta inmadura e irresponsable.
Virtuoso en su manera de filmar la violencia, Aldrich logra momentos espléndidos en las escenas bélicas: la secuencia-prólogo que precede a los créditos, en la cual un ataque ordenado por Cooney y dirigido, a su pesar, por Costa, se salda con la muerte gratuita de varios hombres (la imagen del casco del soldado muerto rodando colina abajo es una de las más logradas de su director); la crucial secuencia del avance hacia el pueblo, en la cual Costa y su pelotón corren por una zona descubierta bajo el fuego enemigo, tiene esa fuerza dramática presente en otros parecidos títulos de su autor, como la interesante (y olvidada) Ten Seconds to Hell (1959), y ausente, en cambio, en la fallida Comando en al mar de China (Too Late the Hero, 1970); y el momento en que Costa se enfrenta contra un tanque alemán y, acorralado, termina con su brazo izquierdo aplastado bajo las ruedas del vehículo, es probablemente uno de los mejores del género bélico.

Por el contrario, las escenas en interiores guardan, como ya hemos mencionado, un extraño tono teatralizado que Aldrich no sólo no disimula en ningún momento sino que, incluso, potencia al máximo. Por ejemplo, en la primera secuencia en el despacho de Cooney donde se produce el intercambio de puntos de vista entre este último y Woodruff y, más tarde, entre Woodruff y el coronel Bartlett, el director muestra en un plano a los personajes hablando delante de una estantería y una cama pegadas a la pared y luego, en los contraplanos, coloca la cámara detrás de ese mobiliario para crear la sensación de una «cuarta pared», inexistente para los personajes pero no para el ojo del espectador. Una sensación parecida se produce en otros momentos posteriores: el plano en el que la cámara sigue el movimiento de un soldado visto a través de una cristalera rota; el agujero en la granja desde el cual vemos pasar un tanque alemán, sin que el vigía se dé cuenta; el plano general de Costa y sus hombres, dentro de esa misma granja donde están acorralados, cuando el primero oye por radio cómo Woodruff le informa de que no recibirán ninguna ayuda (la ausencia del contraplano de Woodruff dándole la mala noticia es lo que confiere toda su intensidad a la escena).
El artificio, por tanto, de estos momentos guarda una coherencia con la propia artificiosidad, mezcla de conveniencias e intereses creados, de los oficiales y altos mandos que envían a los hombres a luchar mientras ellos se quedan esperando en retaguardia. La conclusión de Attack! es desoladora: Costa es herido de muerte y no podrá consumar su venganza contra Cooney, mas será el propio Woodruff quien abatirá a su demente capitán, contando con la complicidad de sus hombres (cada uno de ellos dispara un tiro contra el cadáver de Cooney para que resulte más difícil determinar las circunstancias de su muerte). Lo único que empaña la dureza de este final reside en una coda optimista un tanto forzada: Woodruff se negará a seguir el juego del coronel Bartlett y, al final, llamará por radio a su general de división para denunciarle.
Tomás Fernández Valentí (Dirigido por…Junio 2001)
Capturas:







Datos técnicos:
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Montaje dual que he realizado a partir del upgrade que encontré en el torrent (WEB-DL 720p VO) sincronizándole el audio de otro ripeo (Spanish).
Enjoy


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