Quien esté libre de culpa...
Título original: Chi è senza peccato...
Año: 1952
Duración: 97 min.
País: Italia
Director: Raffaello Matarazzo
Guión: Aldo De Benedetti y Raffaello Matarazzo (Según la novela "Geneviève", de Lamartine)
Música: Salvatore Allegra
Fotografía: Rodolfo Lombardi (Blanco y negro)
Reparto: Amedeo Nazzari, Yvonne Sanson, Françoise Rosay, Enrica Dyrell, Enrico Olivieri, Anna Maria Sandri.
Productora: Labor Films / Titanus
Sinopsis: Stefano es perseguido por la policía y se esconde en casa de María, ella acepta ocultarlo y él se salva de ser detenido. Con el tiempo Stefano enmienda su rumbo y ambos se enamoran. Debido a lo poco que gana en su trabajo, Stefano decide dejarlo e ir a trabajar a Canadá en un buen puesto, y así volver con dinero suficiente para casarse con María y vivir juntos... pero el destino tendrá planes menos románticos. (FILMAFFINITY)
Año: 1952
Duración: 97 min.
País: Italia
Director: Raffaello Matarazzo
Guión: Aldo De Benedetti y Raffaello Matarazzo (Según la novela "Geneviève", de Lamartine)
Música: Salvatore Allegra
Fotografía: Rodolfo Lombardi (Blanco y negro)
Reparto: Amedeo Nazzari, Yvonne Sanson, Françoise Rosay, Enrica Dyrell, Enrico Olivieri, Anna Maria Sandri.
Productora: Labor Films / Titanus
Sinopsis: Stefano es perseguido por la policía y se esconde en casa de María, ella acepta ocultarlo y él se salva de ser detenido. Con el tiempo Stefano enmienda su rumbo y ambos se enamoran. Debido a lo poco que gana en su trabajo, Stefano decide dejarlo e ir a trabajar a Canadá en un buen puesto, y así volver con dinero suficiente para casarse con María y vivir juntos... pero el destino tendrá planes menos románticos. (FILMAFFINITY)
Los cineastas que amaban Italia
Para un profesor de Cinematografía de no sé qué universidad trasalpina ―le oí hace dos semanas hablar en la Rai: acababa de publicar un libro o una tesis y ni me fijé ni en su nombre ni en el título de la obra―, no hay monumento, calle con sabor, pueblo o paisaje de valor en Italia que no haya servido de fondo a alguna de los cientos de películas que se han rodado en aquel país. Desde que el neorrealismo apostara por sacar las cámaras de cine de los estudios afuera (a la realidad), el cine italiano tomó por costumbre utilizar los exteriores ―y lo que tenían no era moco de pavo― como parte fundamental en sus historias. Si hemos de hacer caso a la tesis del tal profesor ―si alguien sabe quién es o conoce el título del libro, que lo diga, por favor: pillé el programa por casualidad y bastante tenía con intentar no perderme su discurso en italiano, como para fijarme en los rótulos―, la fiebre de las localizaciones sacudió a ésta más que a cualquier otra de las cinematografías europeas de entre los años 40 y 60, hasta el punto de que en el mejor cine italiano el entorno acaba por tener tanta importancia como cualquiera de los personajes de la cinta: es un personaje más. Se trata, pues, de un rasgo diferenciador del cine italiano sobre los demás cines ―tal vez el ruso sea el que más se le acerca, otro que ha sabido integrar muy bien el paisaje en su cine― y a todos los que amamos esta cinematografía se nos hace difícil evocar un film italiano sin que de repente no se nos venga a las mientes, junto con alguno de sus personajes principales, la calle (Crónica de los pobres amantes, Lizzani), el monumento (La dolce vita, Fellini), el pueblo (Cristo se paró en Eboli, Rosi) o el paisaje (El molino del Po, Lattuada) que a modo de marco le daban cuerpo, pues el marco en el cine italiano no suele ser un mero decorado como ocurre en tantos otros cines.Si hay que conocer un país para quererlo, si hay que saber de sus gentes, de su pasado, de sus leyendas, de sus lugares para amarlo, los directores de aquel cine italiano, debían de querer mucho a Italia, porque supieron transmitirnos ese sentimiento.
Pues bien, viene todo esto a cuento de la película que traigo esta semana: "Chi è senza peccato...", precisamente, no participa de esta característica del cine italiano. Matarazzo es harina de otro costal: se encontraba más a gusto en el estudio, le iba más la cosa teatral y, aunque en su filmografía puedan rastrearse películas en las que el fondo cobra su importancia, es amigo de las historias a la antigua, de ésas que igual pueden suceder en Italia que en cualquier otro lugar del mundo. Las de los directores arriba citados, no: las de los arriba citados sólo pueden suceder en Italia porque son Italia.
Capturas, comentario y enlaces
El ripeo lo encontré en la red. Proviene de un pase de la Rai3 de hace tres años y está muy bien de calidad. La película se entiende a la perfección, creo que los subtítulos no harían ni falta.
Hay Matarazzos que me gustan más que éste. No sé, pero la dirección de actores me ha parecido rutinaria en esta película. Por no hablar de la contaminación ideológica ancien régime, que es casi casi repulsiva. La película horrorizaría a Antonioni, por éstas.
Pero con eso y con todo, se trata de otra italiana de aquellos tiempos. Y uno no cambia una floja italiana de que aquellos tiempos por la mejor americana de éstos.
DTR:
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