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theycame2001
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Mensaje
por theycame2001 » Dom 01 Ene, 2012 17:33
¡FELIZ 2012!
THE STORY ON PAGE ONE (1959)
IMDB
Sangre en primera página
Directed by
Clifford Odets
Writing credits
Clifford Odets (written by)
Cast :
Rita Hayworth ... Josephine Brown
Anthony Franciosa ... Victor Santini
Gig Young ... Larry Ellis
Mildred Dunnock ... Mrs. Ellis
Hugh Griffith ... Judge Edgar Neilsen
Sanford Meisner ... Phil Stanley
Robert Burton ... Nordeau
Alfred Ryder ... Lt. Mike Morris
Katherine Squire ... Mrs. Hattie Brown
Raymond Greenleaf ... Judge Carey
Myrna Fahey ... Alice
Leo Penn ... Morrie Goetz
Sheridan Comerate ... Ofcr. Francis Morris
Dana Andrews ... Det. Lt. Mark McPherson (voice) (archive footage)
Jay Adler ... Lauber (uncredited)
Produced by
Jerry Wald .... producer
Original Music by
Elmer Bernstein
Cinematography by
James Wong Howe

Sinopsis:
Se ha producido un crimen. Rita Hayworth, la mujer de la víctima, y Gig Young, el amante de la esposa, son los principales sospechosos del asesinato. Ambos cuentan con un abogado, Tony Franciosa, que reconstruye, paso a paso, los secretos de un matrimonio marcado desde sus inicios por la desgracia y la fatalidad. Gracias a estos flash backs emocionales, el abogado descubrirá la verdad sobre la muerte. del marido engañado. Un drama con intriga psicológica elaborado por un artesano dotado para la dirección de actores. La presencia de Rita Hayworth coincide con una etapa en que la actriz se decanta por los papeles dramáticos (Mesas separadas). Sobria e interesante.
Scaramouche me había pedido hace tiempo un DVDRip de esta peli, y se lo dedico a él.
Al mismo tiempo, y de su parte, publico la traducción que el el propio Scaramouche me hizo de la única entrevista larga que se conoce hecha a Rita Hayworth por su biógrafo, John Kobal a una Rita de 55 años al terminar su biografía. Leedla en el spoiler.
- Spoiler: mostrar
- Rita era tímida por naturaleza y no concedía muchas entrevistas. Al final de la biografia de John Kobal, Rita Hayworth: retrato de una diosa del amor, rememora esta entrevista en su casa de Beverly Hills en agosto de 1973, cuando tenía 55 años.
Empezamos mirando una pila de fotos amarillentas, tomadas en los albores de su carrera, cuando aún era Rita Cansino.
Empezó a reirse, profiriendo efervescentes alaridos, en particular por una sesión que la mostraba muy maquillada, con una peluca egipcia para un ardid publicitario en el que se comparaba su perfil claramente retocado al de Nefertiti, mientras trabajaba con Charlie Chan en Egipto. Era la típica idea descabellada que solían tener los departamentos publicitarios para mantener el nombre de la compañía y el producto en el ojo del huracán.
Rita: “Solían hacer esas tonterías en tiempos de los grandes estudios: Fox, Metro, Warner…era su idea de vender una personalidad. Pero ¿quién iba a saber que ésa era yo si no lo sabía de antemano? Yo misma no me reconocería de no figurar mi nombre al pie de la foto.
Rita lucha contra sus recuerdos, pero ha olvidado poco: los primeros pasos que dio como bailarina y los años de duro trabajo que conllevó crear lo que el público aceptó como Rita Hayworth.
“De la manera en que el studio me vendió, pensarías que acaba de salir de un paquete prefabricado. En la familia de mi padre eran todos bailarines. Se me entrenó como bailarina desde que tenía cuatro años. Encanto, me hicieron bailar tan pronto me tuve en pie. Era tradición familiar pero la razón para dedicarme a ello profesionalmente era que estábamos arruinados. Muy arruinados. No teníamos NADA.” Se ríe ásperamente.
“Mis hermanos se convirtieron en hombres de negocio; no tuvieron que depender de una carrera precaria como bailar o actuar. Porque no dura mucho- es muy corta-en lo que respecta al dinero. Perdóneme por mencionar el dinero.
“Tenía ocho años cuando nos mudamos a Los Ángeles. Mi padre tenía un studio en Vine Street y Sunset Boulevard. Cuando acababan mis clases, tenía que cuidar de mis hermanos, porque mi familia trabajaba”
“Así que solíamos ir al cine. Solíamos ir al Teatro Iris, donde proyectaban todas las películas mudas, porque costaba poco- diez céntimos los niños- y yo me los llevaba y nos sentábamos allí durante cuatro horas”.
“Me gustaban Jeanne Eagels y Ruth Chatterton, y toda esa gente. Siempre quería quedarme más pero Vernon y Eddie se enfadaban porque querían marcharse cuando empezaba a cansarles todo aquello.”
“No me volvían loca las películas, pero me gustaban. Nunca pensé en aquel entonces que querría hacer películas cuando creciera, porque estaba muy ocupada entre el colegio y la danza. Tuvo que estar presente en algún lugar de mi mente, en plan “eso sería interesante”, pero nunca pensé en ello seriamente. Simplemente íbamos al cine.”
Tuvo que ser usted una niña adorable.
Rita (riendo a carcajadas): “No creo que fuese muy adorable”.
¿Iba en serio con lo de bailarina profesional?
“No, nunca”, responde rotundamente, frunce el ceño y su sonrisa se desvanece. “Me encantaba bailar pero no profesionalmente. Quería ser actriz. Supongo que es lo que quería porque no quería ser bailarina el resto de mi vida- aunque me vino muy bien cuando hice los musicales con Fred Astaire y después con Gene Kelly. No tuve elección con respecto a lo que quería ser. Habría preferido haber ido a la escuela, como cualquier otra”.
“Nunca pare. Seguí hasta el final con las clase de baile; seguía bailando de camino a la escuela y a la vuelta también. De veras…wow! Requería mucha energía, pero supongo que nací y fui educada para ello. ¡Así de claro!” Se encoge filosóficamente.
“Cuando bailaba con mi padre en Agua Caliente, tenía a un tutor entre shows. Hacía cuatro shows en un día; a mediodía y a la dos. Después de eso volvía a la escuela tres horas en Santa Mónica.”
“Entonces conducía de vuelta al club, que estaba a unas tres horas, para hacer el show de las diez y el de las once. Para cuando acababa eran las 12.30. Llégabamos a casa sobre las 3 de la madrugada y después tenía que madrugar para ensayar. Ésa era la rutina”.
“También tenía que tomar lecciones con mi padre entre los ensayos de la mañana y el siguiente show. Era un horario muy cargado.” Se ríe y rellena nuestros vasos.
“Tal vez tenía un talento para bailar. Pero no me utilizaban mucho como bailarina en esas primeras películas. Me ponían en uno de esos contratos de segunda fila. No era mucho dinero. Simplemente estaba aprendiendo el oficio. Un oficio diferente del que yo conocía.”
“Así es como lo veía en aquella época. No pensaba en hacer películas para convertirme en estrella. No era así como yo pensaba. Pensaba “tengo que aprender francés, aprender esto y lo otro. Y tengo que ir allí cada día, y tener profesores…trabajar”. No sucedió de la noche a la mañana. Llevó mucho, mucho tiempo”.
“Cuando estaba rodando Sangre y arena y antes de Sólo los ángeles tienen alas, estaba preparada porque había estado trabajando todo el tiempo. Y un día alguien escribía una crítica en el Time magazine y en algún otro sitio, y se daban cuenta de tu existencia. Y entonces otros también se daban cuenta”.
“Pero a mí no me importaba mucho porque no me molestabe en leerlas. No tenías tiempo de leer lo que decían de ti, encanto, porque te tenían trabajando todo el tiempo”.
“Jugábamos en casinos con gente que venía de Los Angeles y San Diego para jugar. Los lugares en que bailábamos era como clubs nocturnes, con cena y un show en el que mi padre y yo hacíamos todo tipo de bailes españoles y cuando terminaba, la gente se iba a jugar.”
“Siempre estaba ocupada y cuando no lo estaba, estaba sentada en mi camerino. Crecer lleva mucho tiempo, mucho cuidado. Disciplina desde los cinco años. La gente se piensa que todo es coser y cantar. Pero es todo trabajo”.
¿Le molestaba cuando la consideraban el producto de un studio?
“No podia permitirme que me molestara. ¿Qué le importa a la gente? Porque a la gente no le importa. Como este tonto al teléfono. No les importa en absoluto.”
“Tenía que decidir lo que iba a hacer. Pensaba que ellos –los estudios- iban a ayudarme. Yo trabajaría por un objetivo. Lo hice por mí misma. No tuvieron que cogerme, golpearme en la cabeza y decir “Vas a hacer esto!. Hice muchas películas antes de triunfar, muchos papelitos.
“Seguía haciéndolos porque así ganaba experiencia. Aunque fuera decir un “sí” o un “no” o un “hola” o un “sí, Sr. Charlie Chan”, “No, Sr. Charlie Chan” o lo que fuera, yo lo hacía. Como estar en el teatro donde empiezas a hacer todo tipo de papelitos, entradas y salidas y todo ese tipo de cosas. Yo hacía todo eso.”
“Montaba a caballo, aunque me aterraban. Eso fue cuando hacía westerns. Eran un mundo aparte. Y lo hice porque era trabajo, ésa era mi profesión. Así que no empecé por arriba”.
Si su padre no la hubiera necesitado como compañera y no se la hubiese visto en Sheehan, sigue pensando que habría acabado haciendo películas por su cuenta?.
Rita: “Sí. Porque el baile español, el entrenamiento de ballet y todo los otros tipos de baile, me habían llenado del tipo de música y supongo del tipo de sentimiento que tenía- estaba llena de expresión. Las películas, o algún tipo de actuación eran la salida lógica y natural. Lo uno llevaba a lo otro”.
Hablamos de distintos tipos de películas que hizo, de algunos de sus compañeros de reparto, de algunos directores. Tras incitarla un poco, trajo su propia colección de fotos de ella en las películas. No tenía fotos privadas, excepto retratos de sus hijas y unas esporádicas fotos de ella en el film The happy thieves, con Rex Harrison, y nada más”.
No había coleccionado gran cosa ni estaba demasiado interesada en los mementos de su carrera, aunque le resultaba divertido echarle un vistazo al material que yo había traído. Fuera lo que fuera lo que coleccionara a lo largo de su carrera no era –aparentemente- algo que pudiera confinarse a unos libros o esconderse en un armario.
Tan solo unos pocos días antes, uno de sus fans había dejado delante de su puerta una enorme colección de fotos de sus películas y había desaparecido sin verla. Le conmovió el detalle, pero almacenó la colección de fotos en el garaje.
Las cosas que más valoraba eran de orden privado e incluían una escultura de mármol de las dos manos, de la época de su matrimonio con Aly: va allá adonde ella va y permance discretamente en el aparador.
En ocasiones enfatizaba sus palabras con las manos y mis ojos captaron un brazalete de oro en uno de sus dedos. Luego me enteré de que, aunque se le había regalado y tal vez aún posea, una buena colección de joyas, con excepción de un brazalete de oro puro que le regaló Aly, no llevaba ninguna.
Y así se nos pasó la tarde.
Cuanto menos hablábamos de su carrera, más se abría. El vino blanco fluía libremente, hasta que al final, hablando sobre teatro, oyendo discos, Rita se puso a reír, a bailar por la habitación, y hasta tararear algún compás de canciones escritas para Las modelos y Gilda.
Para entonces ya me abstenía de comentar o halagar, pero su voz era gentil, romantic y musical, como su voz en las películas. Como parte de una por entonces ola de nostalgia muy de moda, un grupo de pop inglés, The New Vaudeville Band, había grabado una canción en tono de broma llamada “Querida Rita Hayworth”
Yasmin la había encontrado en Londres y se la había enviado a su madre, y nosotros nos sentamos y la pusimos, mientras Rita reía y decía “¿No te parece tierna?”. Decía que le gustaría escribirles y decírselo pero no sabía cómo hacerlo.
La entrevista había terminado pero Rita estaba en plena forma. Mientras habíamos estado hablando había sido possible olvidar que estaba con ella. Ahora, liberados de la limitación de recordar su pasado, su rostro brillaba, las arrugas del pensamiento se habían difuminado, sus ojos y labios se habían abierto a la risa.
Cuando me despedí, ella estuvo de acuerdo en volver a verme. Sentí que las barreras habían caído. Me equivoqué, porque aunque hablamos frecuentemente después de aquella tarde, ya siempre fue por teléfono. Le decía a quien iba a entrevistar, a veces hacía algún comentario sobre alguien con quien hubiera trabajado, pero más que nada eran charlas intrascendentes. Nunca volvimos a vernos durante ese viaje.
A wariness had returned. Maybe she'd spoken to advisors and was warned off giving too much of herself away for free when her life story could be worth a great deal of money to her. Yet she'd been adamant when she told me she was not interested in a book about herself, that she really didn't care, and that she would never write a book about her life because it was her life not somebody else's and nobody else's business.
Su cautela había retornado. Tal vez había hablado con sus consejeros y la habían prevenido de que revelar demasiado de sí misma gratuitamente cuando la historia de su vida podía valer mucho dinero, era contraproducente. Y sin embargo se había mostrado inflexible cuando me dijo que no estaba interesada en escribir un libro sobre su vida porque era su vida y por tanto no le incumbía a nadie más.
“Ya estoy harta de eso, encanto”, había apostillado en una de nuestras conversaciones. Y yo la había creído. Esperaba que el mío fuera un libro del que pudiera estar orgullosa.
“Encanto, espero que saques beneficio de él”, me había replicado amablemente. Y entonces se disculpó tímidamente por mencionar el dinero.
Inevitablemente, cuando más escuchaba, más llegaba a la misma conclusión que muchos de sus amigos y compañeros de reparto: Rita es un ser privado en exceso, intensamente tímido y auto-despectiva.
No había lugar al misterio en los cuarenta. Se querían criaturas extrovertidas, llenas de gracia y espontaneidad. Demandaban dioses y diosas físicas, no espirituales y el estudio la encajó en ese molde.
Pero su verdadera fascinación se basaba en su silencio. La cámara entendió eso, así como algunos de los hombres que había detrás de la cámara. Su silencio intrigó a algunos y echo para atrás a otros. ¿Qué se cocía detrás de esa mascara? Tal vez, como decía Rouben Mamoulian, el misterio de Rita era como el de la esfinge. El secreto era quizás que no había secreto.
O tal vez una clave estaba enterrada en el regalo que recibió de uno de sus maridos, La dama de Shanghai. Cualquiera que fuera la respuesta, la cámara fue su verdadero amante.
El sol caliente de agosto brillaba en su jardín y a través del cristal se creaba un muro de luz cegador con Rita en el centro despidiéndose desde la puerta de su casa.
Debido al efecto causado por la luz, tenía el aspect de una figura esculpida en fuego; el cabello de cobre y el caftán naranja se fundieron en un abrasador color oro y su rostro se cubrió de sombras. Pero sus mejillas brillaban por su sonrisa y recogían el reflejo de la luz de la parte superior.
Si hubiera sido mi intención realizar una captura de ese momento para una foto, no me habría salido mejor. O a lo mejor recordaba a una escena de una película porque eso era lo que el pequeño chico canadiense quería. O tal vez ambas cosas.
Conduciendo de vuelta por las carreteras del cañón, sintiéndome satisfecho de haber logrado llegar hasta Rita y dándole palmaditas a mi pequeño radiocassette como si pudiera responderme con una satisfacción compartida, pensé en Rita tal y como era ahora y como era en Gilda. Era una sensación curiosa. Rita era alguien a quien conocía de toda la vida y sin embargo acababa de conocerla. Recordé algo que me dijo al respecto de su imagen.
“Sí, la imagen era muy ponderosa. Era como…[pero no terminó la frase]. Olvidan la humanidad de la persona. Piensan en ti como en una cosa. Es todo tan pretencioso. Es muy complicado. He estado casada, he tenido dos niñas. Pero todo es tan exagerado..[y de Nuevo la frase se pierde en un tenso e infeliz silencio]. Era sin duda una bailarina bien entrenada. Soy una buena actriz: tengo profundidad, tengo sentimiento. Pero no les importa. Lo único que les importa es la imagen.”
Varios años después de nuestro encuentro, me encontraba en casa tratando de escribir este libro y tratando de evitar lo inevitable pensando en un título. Por razones personales no quería usar sólo su nombre, aunque cualquiera que hubiera leído su nombre en una chaqueta polvorienta, incluso sin una foto, habría sabido a quien me refería.
Había habido sugerencias. Algunas de ellas las había descartado porque me parecían mercenarias o crueles o demasiado simples o simplemente insuficientes. Así que Las modelos, Human Cargo o Bailando nace el amor y títulos similares los había descartado.
Entonces recordé el artículo que había resultado en el encargo del libro titulado El tiempo, el lugar y la chica, título de una popular canción de los cuarenta y de una película. Sentí que recogía todo lo que quería que fuera la biografía de Rita. Estaba tan entusiasmado con mi elección que pospuse el empezar a escribir, y en vez de ello, realicé una llamada transatlántica para decírselo a Rita.
Su servicio de contestador estaba aún pidiéndome que deletreara mu nombre y yo estaba contando los peniques, cuando apareció la voz de Rita con un feliz “Hola”.
Eran las diez de la mañana en California y ella acababa de terminar de hacer gymnasia cuando oyó el teléfono y corrió desde el jardín para responder.
Intercambiamos bromas y hablamos de mi descubrimiento del emblema de su familia, una copia del cual le había enviado a ella; sonaba feliz, muy amistosa e interesada, y le conté el motivo de mi llamada. ¿Qué le parecía el título “Rita Hayworth: el tiempo, el lugar y la chica”?
“Oh, sí...”, dijo. “Sí, suena bien, John”.
A través de la niebla que acompañana las llamadas de larga distancia, me pareción detectar una duda.
“¿Seguro que te gusta?, le pregunté. Enseguida le dije el porqué de ese título y me dijo “Sí, está bien, John, sólo…¿qué te parece, si no te importa, cambiar chica por mujer? Ya sabes, El tiempo, el lugar y la mujer”.
En mi cabeza oía el ritmo de una canción que era ahora el título de mi libro. “Vale, por mí bien, Rita. Si te gusta más, no hay problema.”
“Es sólo que...”, dijo Rita con una risa medio de disculpa, “…que yo nunca fui una chica”.
Sobre las particularidades del doblaje y de la propia película, remito al cinéfilo al post original, cuyo enlace encontraréis al final.
CAPTURAS:












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AUDIO_MPEG_SUBSTREAM_ID
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ENLACES:
Bueno, espero que a los de Impulso les haya gustado cómo quedó el post. A mí también me gustó poder contar con un video mejor, gracias a su edición, que se ha agenciado mi sincronización del doblaje (que ha sido sumamente difícil) y de mis subtítulos. Espero que sigamos colaborando, aunque la próxima vez no estaría de más que me pagasen algo.
The story on page one (C. Oddets, 1959) DVDRip Dual by Theycame2001.avi 
Película en descarga directa:- Spoiler: mostrar
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http://www.megaupload.com/?d=S5V23DR9
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http://www.megaupload.com/?d=4CXSH6T7
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Subtítulos españoles, descarga directa.
Subtítulos forzosos, descarga directa.
Hilo con mi video anterior de la peli e información adicional sobre la misma:
Sangre en primera página (Clifford Odets, 1959) VHSRip VOSE + AE
La vida y el triúnfo no son tan difíciles
como nos lo quieren vender los que pretenden frustrarnos.
Recuerden que Theycame se lo advierte!
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marlowe62
- Stetson dissolutus
- Mensajes: 6582
- Registrado: Mar 06 Jul, 2004 02:00
Mensaje
por marlowe62 » Dom 01 Ene, 2012 20:00
theycame2001 escribió:Bueno, espero que a los de Impulso les haya gustado cómo quedó el post. A mí también me gustó poder contar con un video mejor, gracias a su edición, que se ha agenciado mi sincronización del doblaje (que ha sido sumamente difícil) y de mis subtítulos. Espero que sigamos colaborando, aunque la próxima vez no estaría de más que me pagasen algo.

Muy bueno,
they.
Celebremos el I año Mariano, dando
IMPuLSo al p2p.

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Perelló
- Mensajes: 148
- Registrado: Vie 10 Oct, 2008 23:44
Mensaje
por Perelló » Dom 01 Ene, 2012 21:51
Gracias theycame por tu aporte, la dedicatoria a Scaramouche muy merecida pues ambos, tú y él, os merecéis todo y más. Un abrazo a ambos.
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Kurinoki
- Mensajes: 501
- Registrado: Dom 02 Nov, 2003 01:00
- Ubicación: Ahora cerca , luego depende , bueno , a 10372.09 Km ( o 6444.93 millas ) de Osaka
Mensaje
por Kurinoki » Dom 01 Ene, 2012 23:56
Gracias
theycame , feliz año

El camino más corto entre dos puntos depende de quién dé las instrucciones .
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robertango
- Mensajes: 116
- Registrado: Jue 10 Dic, 2009 01:06
Mensaje
por robertango » Vie 24 Feb, 2012 13:44
MEDIAFIRE
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- http://www.mediafire.com/?9uaqv3cvgirg1ac,
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http://www.mediafire.com/?i0s1998q0xorxqy,
http://www.mediafire.com/?23d6td5kx2adpld
ATTE.-
Si molesto, con mi perro Rocco nos iremos a otra parte.-
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JoeRaymond
- Mensajes: 305
- Registrado: Mar 03 Dic, 2002 01:00
Mensaje
por JoeRaymond » Lun 25 Nov, 2013 20:48
Tb. se me había pasado. Muchas gracias de nuevo, They.
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PEPEBELLUM
- Mensajes: 434
- Registrado: Vie 18 Dic, 2009 09:42
Mensaje
por PEPEBELLUM » Mar 26 Nov, 2013 11:00
Pinchada, gracias.