El loco del pelo rojo
Lust for Life
imdb

Pais: EU
Año: 1956
Género: Drama | Biográfico. Siglo XIX
Duración: 123 min.
Dirección: Vincente Minnelli
Guion: Norman Corwin (Novela: Irving Stone)
Música: Miklós Rózsa
Reparto:
Kirk Douglas, Anthony Quinn, James Donald, Pamela Brown, Everett Sloane, Jill Bennett, Henry Daniell, Niall MacGinnis.
Descripción:
Biopic del famoso pintor impresionista Vincent Van Gogh, que retrata su atormentada vida y su particular infierno a partir de su obra como reflejo de sus ansiedades, experiencias, fracasos, soledades y búsquedas personales que le llevaron finalmente a la locura.
Críticas:
Datos técnicos:
Tamaño: 1,33 Gb
Duracion: 01:56:27
Vídeo codec: Xvid (doble pasada)
Resolución: 720 x 304
Bitrate: 1310 Kbps. Qf: 0.239
Audio codec: 0x2000(AC3, Dolby Laboratories, Inc) AC3/0x0055(MP3, ISO) MPEG-1 Layer 3
Bitrate Castellano/Inglés: 48000Hz 192 kb/s (1 chnl) /48000Hz 128 kb/s total (2 chnls)
Subtítulos : [Castellano]
Capturas:
El loco del pelo rojo.(1956 ).(DvdRip.Xvid.Dual).mercedes.avi 
El loco del pelo rojo.(DvdRip.Xvid.Dual).(Subs.Es).mercedes.srt 
Lust for Life
imdb

Pais: EU
Año: 1956
Género: Drama | Biográfico. Siglo XIX
Duración: 123 min.
Dirección: Vincente Minnelli
Guion: Norman Corwin (Novela: Irving Stone)
Música: Miklós Rózsa
Reparto:
Kirk Douglas, Anthony Quinn, James Donald, Pamela Brown, Everett Sloane, Jill Bennett, Henry Daniell, Niall MacGinnis.
Descripción:
Biopic del famoso pintor impresionista Vincent Van Gogh, que retrata su atormentada vida y su particular infierno a partir de su obra como reflejo de sus ansiedades, experiencias, fracasos, soledades y búsquedas personales que le llevaron finalmente a la locura.
Críticas:
- Spoiler: mostrar
- 1956: Oscar: Mejor actor secundario (Anthony Quinn). 4 nominaciones.
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"Vibrante recreación de la atormentada vida del pintor. Pasión, emoción y obsesión se dan cita en esta interesantísima historia en la que el genial director plasmó, con una habilidad pasmosa, el colorido de los cuadros." (Fernando Morales: Diario El País)
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Impecable adaptación (...) plasmada con inusitada vitalidad (...) relato apasionante (...) imposible imaginar a Van Gogh con otros rasgos que no sean los de Kirk Douglas. Anthony Quinn obtuvo un merecido Oscar encarnando a Gauguin, por una intervención que no ocupa más de diez minutos, de una intensidad encomiable." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
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A finales del siglo XIX las artes plásticas se habían liberado de la esclavitud de tener que representar cosas de manera que se pareciesen a la realidad pero todavía prevalecía la idea de que valía la pena esforzarse un poco pintando cuadros bonitos (era la era pre-Warhol).
En este contexto histórico aparecen los cracks Paul Gauguin y Vincent Van Gogh y, quién lo iba a decir, parece que los tíos se llevan bien a pesar de la disparidad de carácteres:
Paul es apasionado, violento incluso, amante de la seducción y la lucha, pero sabe vivir en orden y armonía, con el rollo del equilibrio y la paz interior.
Vincent, en cambio, no soporta la violencia física, es un blandengue y un cursi que cree en el amor, pero vive en una pocilga y está en guerra continua consigo mismo.
A Paul le gusta cocinar y organizar las cosas; a Vincent le gusta lloriquear y automutilarse.
Y Paul va llenando sus cuadros de superficies planas y sensualidad mientras Vincent los llena de brochazos y violencia.
Y ya se sabe que los extremos se repelen, diga lo que diga la teoría del electromagnetismo, de manera que Paul (que ha sufrido mucho para salir adelante a lo largo de su vida) aprovecha cualquier oportunidad para largarse a un paraiso tropical a pintar mozas en top-less; miestras que Vincent (el niño mimado que ha vivido toda la vida a expensas de su familia) acaba metido en un manicomio.
Y en realidad representa que el prota era Vincent Van Gogh (reencarnado en Kirk Douglas) pero el que se llevó el oscar fue Paul Gauguin (reencarnado en Anthony Quinn).
Y Vincente Minnelli va y nos cuenta la historia de esta amistad casi como si fuese una apasionada historia de amor imposible, y le queda una peli muy bonita con un título muy bonito (Lust for Life) que en español, una vez más, quedó descafeinado, pero qué más da, yo de ustedes no me la perdería.
Nota: Excelente y colorista.
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Sed de Vivir
La vida del maestro Vincent Van Gogh mostrada a través una actuación comprometida, sentida y magistral de Kirk Douglas quien se sumerge en los intrincados laberintos del pensamiento del excepcional pintor. Una oportunidad para deleitarnos con sus hermosas pinturas "La Noche Estrellada", "Los Girasoles", "Café de Nuit" y muchas otras. Un guión inmenso, muy poético y filosófico hablando de la naturaleza y su relación con el Hombre, las dificultades por las que pasamos en la vida y una muestra de su sufrimiento y esperanza. Esas ansias de vivir, su valor para convivir con una enfermedad que lo consumía y su eterno e incondicional amor a la Pintura.
Desafortunado título con el que se le conoce en España "El loco del pelo rojo", una muestra mas que la incomprensión por las enfermedades mentales aún se conserva en nuestra época.
"Sed de Vivir" en Latinoamérica suena muy acorde con el sentido de la película.
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La locura del genio
Magnifica reconstrucción biográfica de uno de los mayores genios de la pintura de todos los tiempos. El siempre atormentado Vincent Van Gogh, es interpretado a la perfección por un Kirk Douglas que sabe destilar en cada gesto la angustia vital del personaje, cuyos cuadros alcanzaron cifras millonarias muchos años después de su muerte (solo consiguió vender una obra en vida).
La recreación histórica es excelente, exceptuando pequeños gazapos (Gaugin conoció a Van Gogh antes de marchar a la Martinica y no después).
Anthony Quinn está enorme en su interpretación de Paul Gaugin, al que sabe dar ese aire arrogante y pendenciero, tan alejado del humilde y retraído Vincent.
Los hechos biográficos van mezclándose sabiamente con imágenes de sus cuadros más famosos.
Otro Vincent, Minelli, se muestra como uno de los grandes maestros del color en el cine, consiguiendo un film de una enorme belleza visual.
Si alguien desea conocer a fondo al "loco del pelo rojo", no tiene más que leer "Cartas a Theo" y ver esta gran película.
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Preguntas sin respuesta
El loco del pelo rojo es una de esas películas que podríamos denominar bonitas, a pesar de la angustia existencial del amigo Van Gogh. Vicente Minnelli acierta al mostrarnos desde el primer minuto al pintor en la flor de la vida. El comienzo es brutal y deshoja a la perfección la personalidad del artista. Los distintos pasajes acontecen sin interrupciones y la vida y milagros de nuestro héroe pasa ante nuestros ojos como un cuadro mal pintado. Porque el tipo era un genio; pero estaba fatal.
Minnelli muestra como pocos la soledad encarnada en pelirrojo y Douglas regala al consistorio una interpretación sublime, maravillosa. El todoterreno de Quinn no le anda a la zaga y aunque también sufre, como bien indica L. Entertainement, no llora. Cuesta creer que dos maestros como éstos anduvieran con el culo al aire en muchos momentos de la vida. La llegada de Gauguin a casa de Vincent es magnífica. Minelli retrata como nadie ese binomio tan insondable que parecen ser la penuria y el genio. Por lo menos, para esos dos.
Magnífica.
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Decía Emilio Zola que “el arte es la naturaleza vista por el temperamento”.
Y esa es una de las virtudes de esta obra rodada en el 56. Nos encontramos ante una película que de verdad insufla exaltación, ardor y vitalidad. Junto a “El tormento y el éxtasis” (C. Reed, 1965) una de las mejores películas sobre maestros del arte. Minnelli nos muestra con una dirección enérgica y vivaz la vida del genial pintor Vincent Van Gogh.
Para ello cuenta con ese monstruo de la interpretación llamado Kirk Douglas. Jamás se me olvidará el recital dado por el actor norteamericano. Para quitarse el sombrero; hacía tiempo que no veía una actuación que me convenciese hasta tal punto, que me transmitiese tanta emoción y sentimiento, tanta agitación y desarraigo, sólo un actor de esa talla puede adoptar esa desgarradora y turbulenta expresión de ausencia de paz interior. Sólo él podía hacer de Van Gogh.
Luego, contamos con estupendos secundarios: James Donald, Anthony Quinn, Everett Sloane (gran parecido físico de estos dos últimos con sus personajes en la vida real, Gaugin y el doctor Gachet, respectivamente, además de la similitud de Douglas con Van Gogh).
La fotografía me pareció de notable factura, nos ofrece las dosis justas pero reconfortantes de bellos exteriores provenzales sabiamente encuadrados, combinados con unos interiores opresivos de los que yo hubiese agradecido una mejor y más real iluminación. La música de Miklós Rózsa tampoco me agradó, ni está al nivel de otras partituras que el genial compositor húngaro nos brindaría, como las de “El Cid” o “Ben-Hur”, inmensamente más bellas.
El guión, adaptado de la novela de Irving Stone, nos introduce frecuentemente cartas escritas por el propio pintor mediante la voz en off, recurso acertadísimo para la narración, y nos deja prodigiosos diálogos, entre los que destacan los mantenidos entre Gaugin y Van Gogh, incluyendo sus titánicas diatribas (Gaugin-“¡Pintas muy deprisa!”/ V.Gogh–“¡O tú los miras muy deprisa!”)
Minnelli, apoyado en el inmejorable guión, hace un auténtico y sincero estudio de la personalidad a la vez que un profundo análisis psicológico de Van Gogh (no sin dejar de lado a Gaugin, hombre peculiar donde los haya), y se nos retrata perfectamente a un artista incomprendido y huraño, asediado y atenazado no sólo por la falta de medios, sino que también por la soledad, un hombre frustrado espiritualmente que se llegará a obsesionar por la luz, los brillos y el color, desembocando en composiciones llenas de movimiento y cromatismo, con esa pincelada suelta y vigorosa, de líneas sinuosas y ondulantes, lo cual es reflejo evidentemente de su inestabilidad psíquica. Se verá deslumbrado y fascinado por el sol, que en el film constituye una fuerza regeneradora para él.
Todo ello lo podemos ir viendo gracias al gran trabajo en el montaje, el cual nos introduce y expone paulatinamente algunas de sus obras, un auténtico deleite.
Las mejores escenas son las de la bonita ciudad de Arlés, algunas de las cuales coinciden con la presencia de Gaugin. Es la parte más bella e intensa de la película, la más disfrutable. Por otra parte, pienso que hay un cierto decaimiento en los últimos diez o doce minutos. Además de eso, ¿hubiera sido mejor prescindir de ese comienzo y entrar directamente en los primeros escarceos pictóricos del holandés? Puede que sí, no obstante, celebro que al final le diese al hombre por la paleta y el óleo.
Película de obligado visionado, no sólo para cualquier cinéfilo, sino para todo aquel amante del arte que quiera contemplar cómo se ha ahondado admirablemente en alguien digno de ello.
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El loco del corazón de Oro
Soy una apasionada del cine, y esta página siempre me sirve como guía a la hora de ver un "film". Cuando entré y puse el título de la película y descubrí que le otorgaban casi un ocho tuve muy buenos presagios. Luego, esos presagios se fueron.
He de reconocer que, en un principio, la película no me transmitió nada. Cuanta ignorancia!!!pienso ahora. Después, puesto que para la Universidad tenía que hacer un trabajo sobre Van Gogh, me puse a leer un poco sobre su vida, y por supuesto, las cartas a Théo.
Desde ese momento, todo cambió. Volví a ver la película, y la miré con otros ojos. Con los ojos de la sensibilidad, con los ojos de la ternura, con los ojos de entendimiento. Entendimiento hacia una persona increíble, con el pelo rojo y el corazón amarillo, como el oro y como su color favorito, ese color que aparecen en todos sus cuadros.
Es una película hecha con un gran cariño, con un Kirk Douglas que se convirtió por un tiempo en Van Gogh. Es una película que recomiendo a todo el mundo, no sin antes haber conocido un poco el pensamiento del gran Vincent. Yo cometí el error de no hacerlo, un error de persona idiota, por otra parte...pero eso ya, es otra cuestión.
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Al comienzo, quiso seguir los pasos de su padre, pastor del comité belga Mensajeros de la Fe. Pero, cuando descubrió la hipocresía oculta en las palabras que no van ligadas a la acción, decidió seguir su propio camino, y con el incondicional apoyo de su hermano Theo, buscó con ardor hasta que lo halló en la pintura.
Vincent Van Gogh, sueña con ser útil a la humanidad y ansía trabajar para ofrecer algo al mundo. Le ha dado un entierro de tercera al dios intimidante imaginado por el clero, y ahora busca al Dios del amor que sabe que se encuentra en nuestro propio corazón.
Theo lo conpromete a que lo participe de sus andanzas y a que nunca se desvincule de él, y así nacerán las famosas “Cartas a Theo” que ilustran de maravilla el intenso sentir del pintor neerlandés.
Al contemplar la naturaleza y experimentar la ardua labor de los humildes, Van Gogh se llena de fuerza interior y empieza a descubrir la poesía y la reluciente belleza que se guarda en todo lo creado. Se llena así de pasión, y dispuesto a sentir el centro acrisolado de la vida, comienza a trabajar con ahínco para beber el color del sol y de las flores; extraer el poder de los campos y de los cielos despejados; y para plasmar la intensa humanidad y los rasgos sensibles de los hombres más comunes.
Como sucede con todo aquel que desea algo con verdadero fervor, a Van Gogh se le van dando las cosas. Theo, hombre de galerías y de alto roce artístico, es constante con su ayuda y lo acerca al arte de los grandes, para que defina así su propio estilo. Paul Gauguin, otro valioso artista, es animado a vivir con él, y en aquel laberinto de búsqueda, donde los fracasos amorosos también tienen su lugar, el pintor se va agotando cerebralmente y su vida entra en un ciclo lastimoso.
Van Gogh tuvo una tormentosa existencia que podría verse con dolor y conmiseración si no se comprende que, como pocos, logró sustraer de la vida toda la poesía, toda la belleza y la más honda sensibilidad. Y que, el más grande objetivo por el que podemos vivir, él lo cumplió de manera relevante: sirvió y amó a la humanidad y dejó un legado artístico que ahora se valora como uno de los más grandes.
Vincente Minnelli ha hecho un filme poderoso, vital, y que refleja a plenitud la admirable existencia del pintor de los campos, los soles y las arenas doradas. Su intensa indagación en museos y colecciones privadas, hizo posible que, la obra original del artista, ocupara las paredes y los estudios con el mayor realismo. Y la fidelidad de las locaciones, sumada a esa cálida iluminación que se asemeja al mundo que veía Van Gogh, confluye en un filme de incalculable valor como manifestación de la vida.
Un impagable elenco protagonista que incluye a Kirk Douglas como Vincent Van Gogh, Anthony Quinn como el irreverente Gauguin y James Donald como el noble Theo, hacen de éste la clase de filme que debería ser visto por toda la humanidad.
Datos técnicos:
Tamaño: 1,33 Gb
Duracion: 01:56:27
Vídeo codec: Xvid (doble pasada)
Resolución: 720 x 304
Bitrate: 1310 Kbps. Qf: 0.239
Audio codec: 0x2000(AC3, Dolby Laboratories, Inc) AC3/0x0055(MP3, ISO) MPEG-1 Layer 3
Bitrate Castellano/Inglés: 48000Hz 192 kb/s (1 chnl) /48000Hz 128 kb/s total (2 chnls)
Subtítulos : [Castellano]
Capturas:
- Spoiler: mostrar

Lust for Life (Vincente Minnelli, 1956) DVDRip VOSE + AE
El loco del pelo rojo (Vincente Minnelli, 1956) VHSRip VE
