
BANDITI A ORGOSOLO
Director: Vittorio de Seta. Guión: Vittorio De Seta, Vera Gherarducci. Fotografía: Vittorio De Seta, Luciano Tovoli. Montaje: Vittorio De Seta, Fernanda Papa. Música: Valentino Bucchi
Sinopsis
Michele Joso sta badando al pascolo di un gregge nella campagna sarda. Tre banditi che hanno rubato alcuni maiali decidono di fermarsi nella capanna del pastore. Michele vorrebbe che i tre si allontanassero al più presto ma sul più bello sopraggiunge una pattuglia di carabinieri che ha uno scontro a fuoco con i briganti. Un milite viene colpito e perde la vita. A questo punto Michele è costretto a scappare per non essere incolpato come complice dei tre. Ma un mandato di cattura è stato spiccato nei suoi confronti ed egli cerca di raggiungere con il gregge una zona franca.
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[quote]No todos los trabajos de De Seta son documentales. Después de Pastori a Orgosolo y Un giorno in Barbagia vuelve a la región sarda para contar en un largometraje de ficción la historia de cómo un pastor se vuelve bandido en las montañas. Banditi a Orgosolo (1960) es un análisis lúcido de las condiciones de vida en las montañas de Barbagia, cargadas de pobreza y bandolerismo, y es a la vez la historia de la isla y su gente, con sus propias leyes ajenas al mundo de las instituciones estatales.
De Seta representa la fisicalidad profunda, violenta, paciente del trabajo del campesino en la tierra y, en muchos de sus primeros trabajos, lo representa de forma colosal a través del cinemascope, formato que enlaza perfectamente con la representación de la comunidad o de un colectivo de individuos. Algo semejante había ocurrido ya en la pintura con Jean-François Millet (1814-1875). En los cuadros de Millet podemos ver representados el trabajo del campesino, el pastoreo, el arado, la poda, la siega, el hacer de la mantequilla, los esquilados de ovejas, como tema central de su arte y lo hace a través de la pintura a óleo, forzando este lenguaje a hablar de algo que antes había ignorado.
Hasta entonces los retratos de los campesinos ocupaban un rincón en la pintura de género y Millet les da un carácter gigantesco, monumental. Pero la pintura a óleo no se adaptó del todo a esta temática, no permitía representar al campesino trabajar en la tierra sino ante ella. Como la pintura paisajística adoptaba el punto de vista del viajero/espectador que mira hacia el horizonte, no podía expresar el trabajo del campesino con la espalda curvada sobre la tierra. Se mira a las pinturas de Millet desde un lugar de visita, un lugar distante que no habita esos paisajes sino un lugar urbano (5). El cine con su cámara permite adentrarse en la realidad, mostrar una figura fusionada con su entorno, habitar el paisaje y democratizarlo. “El cine es por lo tanto el primer medio artístico que está en situación de mostrar cómo la materia colabora con el hombre. Es decir, que puede ser un excelente instrumento de discurso materialista” (6). De tal forma que de De Seta a través el cine ha podido lograr eso que ya Millet se proponía pero que no logró hacer: mostrar el trabajo del campesino en la tierra y no delante de ella, y habitar con él, y como él, ese paisaje.
“(…) Millet percibió algo que muy pocos supieron ver en aquella época: que la pobreza de la ciudad y sus suburbios y el mercado creado por la industrialización, a la que estaban siendo sacrificado el campesinado, un día podrían suponer la pérdida de todo el sentido de la historia”. (7)
Es ya vieja la historia de tensión entre el mundo rural y el urbano, y para probarlo está la fábula de Esopo y la versión posterior de La Fontaine. Los personajes de esta historia siguen siendo el ancestral campesino y el posterior obrero nacido de la industrialización. Entre ellos sigue la disensión, entre lo nuevo y lo viejo, pero ya no entre iguales, sino que el obrero, como fuerza que mueve el mundo del progreso, se impone al mundo ancestral del campesino con sus formas de trabajo y organización. Son raras las películas que exponen de manera clara esta división de los dos mundos, pero se podrían enumerar algunas, Operai, contadini (2000) de Jean Marie Straub y Danièle Huillet, El Poema del mar (1956) de Aleksandr Dovjenko y Julia Solntseva, Vilarinho das Furnas (1971) de António Campos y las obras de Vittorio de Seta, principalmente la posterior In Calabria (1993), trabajo que nos muestra claramente esta tensión.
Después de representar las costumbres comunitarias ancestrales justo antes de su desaparición en las regiones de Sicilia y Cerdeña, De Seta en In Calabria analiza el impacto de la industrialización tardía en esta zona del sur de Italia. Nos la muestra como un lugar enfrenteado entre lo viejo y lo nuevo, ‘vivía como en los orígenes de los tiempos’ y ‘la modernización fue su única esperanza’. Una tierra dividida entre pastores y campesinos que tomó rápidamente el camino de la industrialización y con ella murió su cultura ancestral. En algunos planos del filme se nos muestra claramente ese conflicto, caballos que pastorean entre ruinas industriales de fábricas que nunca han llegado a funcionar. Un pueblo abandonado situado justo debajo de una vía rápida, una vía de tren que pasa entre viejas y nuevas ruinas. No sólo los viejos lugares ancestrales se nos presentan como ruinas, sino que las nuevas ruinas de las fábricas o edificios que nunca han llegado a terminar de construir - o que están ya desocupados - se nos presentan también como ruinas, aunque más extrañas y fantasmagóricas.
Artículo de Celeste Arújo en Blocs&Docs
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The movie has all the makings of a quasi-documentary, in the tradition of Flaherty's MAN OF ARAN where men are struggling against the elemental forces of nature as much as with each other. (The film,in fact, won the revered Flaherty Award.) It is a brilliantly photographed film, with lyric and evocative visual poetry, beautifully realized, with few false notes. The harshness of the environment and the misery of the inhabitants of the area create a film that is austere, unrelenting, and utterly truthful. For commercial reasons the director chose not to retain the original dialectical dialog of the actors and instead substituted a standard-Italian idiom which Sardinian shepherds would never have spoken. Curiously, one can hear the original voices reverted to in those few moments when the hero and his brother use guttural sheep-calls, in which the timbre of the voices is different from that of the Italian dialog dubbed in by studio actors elsewhere. As might be expected this uncompromising movie failed abysmally at the box office.
In New York the film was withdrawn from the screen of the prestigious Paris Theatre after playing only a few days. The film has nevertheless achieved status and importance over the years for its unpolished epic quality. In this regard it resembles another Italian neo-realist film, Visconti's 1948 LA TERRA TREMA, about Sicilian fisherman. Michele is played in utterly somber demeanor by Michele Cossu. Peppeddu Cuccu imparts resilience to the role of the younger brother Peppeddu.[/quote]


[quote]Banditi a Orgosolo segna l'esordio nel lungometraggio di Vittorio De Seta. Nella cittadina sarda, De Seta c'era già stato qualche anno prima per girarvi un paio di documentari (Un giorno in Barbagia, Pastori a Orgosolo) e aveva conosciuto in questa sinistra zona del Nuorese le minacce, i ricatti, le omertà della gente di Orgosolo, aveva incontrato i ricchi che dominano e i poveri che patiscono, i pastori che vivono in solitudine tra le rocce e si abituano al discorso parco, alla colazione frugale, all'isolamento, e i banditi che un giorno erano pastori e si sono poi dati alla macchia per ignoranza, sfiducia nella legge, impotenza a reagire al destino. C'è quasi una maledizione ancestrale che pesa sugli uomini e sulle cose: il primo passo spesso è un incidente dappoco, ma stritola ben presto il pastore entro una morsa fatale. È impossibile starsene fuori: la legge è troppo assoluta, lo stato è troppo lontano, a volte nemico, la chiesa sembra assente, ristretta alle devozioni rituali della povera gente.
Così comincia anche la storia narrata da Vittorio De Seta. C'è un pastore di Orgosolo, Michele, che è implicato in una rapina di bestiame e nell'omicidio di un carabiniere. E innocente ma neppure pensa di costituirsi e ristabilire la verità dei fatti. Dal tempo dei Saraceni, il sardo ha imparato a cavarsela da solo, a rientrare, semmai, nel proprio guscio senza protestare. Quando uno sia vittima di una situazione ostile, non ha alcuna scappatoia: è inutile mendicare aiuto dalle persone di autorità, tutt'al più un po' di com-prensione e perciò silenzio e omertà da chi in qualche modo gli è vicino per parentela o amicizia. Non c'è altra soluzione. Così crede il sardo del Nuorese. E così fa Michele che tenta di sfuggire al destino avverso, cercando scampo tra le montagne, lontano da Orgosolo, dai centri abitati, dagli agguati della polizia.
Michele non parte solo. Lo accompagna il fratello minore che lo segue come un cagnolino fedele senza mai chiedergli ragione dei fatti, obbedendo ai suoi desideri, limitandosi ad intuire i suoi movimenti, collaborando in maniera attiva alla fuga del fratello maggiore. Michele non riesce però a dare una soluzione concreta e fortunata alla fuga. Infatti non si può andarsene giorno e notte, sospingendo innanzi un gregge di pecore per la brulla sassaia. Anche se si evitano i carabinieri dello Stato, si va incontro alla falcidia del bestiame. E così avviene; Michele deve adattarsi a compiere ciò che all'inizio neppure concepiva si potesse fare: il bandito. Prende un fucile e se ne scappa per le montagne, come un brigante escluso dal consorzio degli uomini, pronto alla rapina, all'abigeato, all'omicidio.
Banditi a Orgosolo recita il titolo del film: il caso di Michele è perciò il paradigma di una situazione generale. Ma De Seta non va più in là nell'accusa: la lascia intravedere nel fondo, chiamando in causa - l'analfabetismo, la miseria, la diffidenza antistatale, il destino atavico. Ma restringe quasi subito la valutazione alla disavventura di Michele, alle sue disgraziate vicende. Gli mette vicino anche il fratello minore, proprio perché dal difficile incontro venga fuori il bisogno di una comprensione reciproca, il primo germe dello spietramento. Michele e il fratello sono due solitudini, che cercano il contatto, ma alle quali riesce più facile il dialogo con la natura, con i monti, con gli alberi, con il vento, con il gregge. Qui De Seta rinviene con tutta la squisita felicità della sua vena di documentarista e si trova a proprio agio innanzi alle immensità sconfinate delle abetaie sulle rocce, delle pianure dominate con un'occhiata panoramica, dei silenzi goduti e contemplati insieme con il tintinnare uguale e dolce dei campanacci e dei sonagli al collo delle bestie. Forse a volte si ha l'impressione che De Seta ecceda in preziosi indugi, in descrizioni di paesaggi pregne di malinconia e affetto accorato, specialmente nella seconda parte del film quando l'insistenza sul paesaggio diventa necessità narrativa di fronte a personaggi predeterminati nel loro modo di essere. In un certo senso, l'esistenza di protagonisti senza evoluzioni o svolte psicologiche condiziona De Seta, lo porta a distrarsi con l'amore che sente per la natura di Sardegna e lo fa scivolare nel manierismo virtuoso, come nella fuga per le montagne che in qualche scena diventa illustrazione di colore, o nella morìa del gregge dove è troppo evidente il gusto geometrico per la composizione bella, o nella festa al paese, che è vista con modi allusivi, dal basso, come qualcosa di armonico, ma di lontano, di definitivamente estraneo e perduto.
Da un punto di vista strutturale, è questo il difetto più evidente del film, questa oscillazione tra una partecipazione alla sofferenza di Michele bandito e un distacco letterario che confonde uomini e natura in una unica intonazione chiaroscurale. Da un punto di vista morale e sociale, invece, la posizione di De Seta è chiarissima: è tutta dalla parte di Michele e dei suoi, al loro livello, sul piano dei loro sentimenti. Appunto per questo il doppiaggio in italiano del dialogato sardo d'origine è una stonatura: sembra dare ai personaggi un lustro, una civiltà culturale che stride con le diffidenze, le pigrizie, le rassegnazioni del mondo arcaico dei pastori di Orgosolo.
http://www.municipio.re.it/cinema/catfi ... endocument
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Entrevista a Vittorio de Seta (en italiano) 40 minutos: aquí
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English subtitles
Subtítulos en castellano, por scalisto (para veinticuatrofps.com) espero que no le moleste que los traiga aquí.