Director: Gregory La Cava
Reparto: Ginger Rogers, Walter Connolly, Verree Teasdale, James Ellison, Tim Holt, Kathryn Adams, Franklin Pangborn, Louis Calhern, Alexander D´Arcy
Fotografía: Robert De Grasse
No es una locura afirmar que Gregory La Cava se manejaba como pez en el agua cuando tenía entre sus manos un guión que pudiera inducir a todo tipo de situaciones extrañas, con personajes de gran riqueza o donde la sorpresa era patrimonio de cualquiera de las secuencias de la película, y La muchacha de la Quinta Avenida es un claro ejemplo de ello
Considerada como la película hermana de su famosa My man Godfrey (de hecho, solo transcurren tres años entre una y otra y son los años de máximo esplendor de su director), ambas parten de una misma situación: un personaje extraño (en una es un hombre, Godfrey, en la otra una mujer, Mary) penetra, en circunstancias extrañas o anormales, en el seno de una familia excéntrica o alocada, para modificar el devenir de esta. La entrada de Powell o Rogers altera totalmente la estructura familiar, pero a la vez sirve a La Cava para dinamitar, con su acidez acostumbrada, los cimientos de la familia americana de los años 30, sirviendo, paralelamente, para construir un estudio de personajes a cual mas rico o mas variopinto. Estamos en el terreno de la Screwball comedy (o Comedia alocada) y aquí La Cava brilló con luz propia (como también lo harían Howard Hawks, Ernst Lubitsch, George Cukor, Mitchell Leisen, Leo McCarey, Preston Sturges o Frank Capra).
En Fifth Avenue Girl no se nota tanto esa forma improvisada o espontanea de componer sus películas, hay mas elaboración, los planos están mas estudiados, la composición de las escenas tiene mayor peso y todo ello se complemente con brillantes diálogos, en numerosas ocasiones cargados de una doble lectura (resulta quizás curioso que las películas mas estudiadas de La Cava estén entre las mejores y quizás las mas elegantes: Stage Door, My man Godfrey, Fifth Avenue Girl…). Queda muy lejos el dinamismo, casi impresionista, explosivo de American Bluff.
Como siempre, me remito a algunas reseñas sobre esta extraordinaria comedia:
En el nº 324 de la revista Dirigido Por, en un estudio sobre la Comedia americana, Juan Carlos Rivas escribía:
“La muchacha de la Quinta avenida, cuyo argumento recuerda mucho a la mencionada Al servicio de las damas (aunque con los géneros másculino-femenino de sus personajes principales intercambiados), la dignidad de un sin techo…contiene algunos de los elementos básicos de la screwball comedy subrayados y amplificados con la libertad de juicio del director italoamericano. La Cava afina la inteligencia y agilidad de los diálogos y está menos atento a la interpretación de los actores secundarios o a la variedad de escenarios y situaciones. Pero hay que reconocer que, con el pavoroso telón de fondo de la Gran Depresión, mencionar el materialismo dialéctico y colocar a un chofer comunista discurseando sobre la opresión de las clases trabajadoras en el altar de una mansión capitalista (aunque fuera para presentarlo como un oportunista que, en el fondo, sólo aspira a convertirse en aquello que critica) no deja de ser bastante osado…”
En el libro que la Filmoteca dedicó a La Cava, Manuel Vidal Estevez escribía sobre Fifth Avenue Girl:
“Eminentemente política es asimismo Fifth Avenue Girl, cuyo guión firma ensolitario el conocido guionista Allan Scott a partir de un dispositivo narrativo similar al de My man Godfrey: una joven en paro, poco menos que hambrienta, introducida en el seno de una familia adinerada y que servirá de catalizador involuntario para cambiar sus actitudes vitales y sus pociones ideológicas…”
En el mismo libro, el gran crítico Miguel Marias escribía:
“Por eso, sin necesidad de discursos más o menos explícitos –la única pega de My Man Godfrey y de Fifth Avenue Girl es que sus guiones son un poco demasiado claros al respecto, con lo que están a punto de convertirse en parábolas moralizantes, aunque sea a contracorriente-, a veces de una manera casi subliminal, y que sólo se advierte a posteriori, reflexionando acerca de sus películas, La Cava se dedicó a socavar, a minar desde dentro, a desacreditar con ironía los principios en que se basa la ideología del triunfo a cualquier precio dominante en América y que, normalmente, el grueso del cine asume casi naturalmente, con inconsciente inocencia”
Más tarde, el mismo Miguel Marias escribe:
“En Firth Avenue Girl el pasado e los personajes es convocado mediante procedimientos menos traumáticos que en caso del film anterior. El pasado popular de Mr Borden (Walter Connolly), ahora rico empresario en dificultades, es evocado, indirectamente, mediante su conversación amistosa con el representante sindical en la primera escena del film y, finalmente, mediante el doble juego de su pasión por el estofado y la evocación familiar al calor de la contemplación de un añejo album de fotos”.
Simplemente decir que esta es una película por la que siempre he sentido debilidad (desde la primera vez que la ví en una proyección de la 2, creo recordar, hace ya bastantes años) y que tiene un excelente reparto, encabezado por una de las damas de la comedia, Ginger Rogers, uno de los grandes secundarios de los años 30, Walter Connolly, la simpar Verree Teasdale o James Ellison (conocido sobre todo por el papel del hermano atormentado de Tom Comway en I walked with a zombie), Tim Holt (el hijo malcriado de The magnificent Ambersons, de Orson Welles) y uno de los grandes secundarios de la comedia, “el eterno mayordomo” Franklin Pangborn….
Y como colofón, ya que hablamos de la Screwball comedy (aparte de la infinidad de reseñas que aparecen en la citada revista Dirigido Por, hay un excelente estudio en el número seis de la revista Nickel Odeon), me remitiré a un índice de películas importantes y/o destacadas en este subgénero tan popular en la década de los años 30 en USA:
Un ladrón en la alcoba (1932), American Bluff (1932), Una mujer para dos (1933), La comedia de la vida (1934), Sucedió una noche (1934), Nobleza obliga (1935), Candidata a millonaria (1935), El secreto de vivir (1936), Al servicio de las damas (1936), Una chica afortunada (1937), La pícara puritana (1937), La reina de Nueva cork (1937), La octava mujer de Barba Azul (1938), La fiera de mi niña (1938), Vive como quieras (1938), Medianoche (1939), La muchacha de la 5ª Avenida (1939) Luna nueva (1940), Historias de Filadelfia (1940), Mi mujer favorita (1940), Las tres noches de Eva, Navidades en Julio y Un marido rico (1941), Bola de fuego (1941), Ser o no ser (1942), Los viajes de Sullivan (1942)…





