
Fahrenheit 451. (1966)
Director: François Truffaut
Guión: Ray Bradbury y Jean-Louis Richard,
Fotografía: Nicolas Roeg
Música: Bernard Herrmann
Actores: Oskar Werner, Julie Christie, Cyril Cusack, Anton Diffring, Jeremy Spenser
Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel. En el futuro los libros son ilegales. Los bomberos del futuro no se dedican a apagar fuegos, sino a buscar y quemar libros en esta parodia de la corrección social, en la que todos los elementos discordantes son eliminados.
Cuando el bombero Montag vuelve a casa después de un duro día de trabajo de quema de libros, encuentra a su mujer ensimismada en la pantalla del televisor que ocupa una pared del salón. Su vida se sustenta en las drogas y el televisor, del que recibe todo el entretenimiento y la información que al gobierno le interesa que la gente sepa.
Unos días después, Montag queda intrigado por una mujer que ve en el metro y se parece asombrosamente a su esposa. Pero los ojos de esta mujer sugieren otro tipo de mentalidad. Es una activista que esconde libros. Su influencia hará que Montag se plantee dudas sobre su trabajo, su mujer y la sociedad en la que viven, y empiece a leer a escondidas, aprendiendo la razón por la que los libros están prohibidos y son tan peligrosos: la gente podría querer pensar por sí misma.
"Y así, cuando las casas fueron inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores, oficiales, jueces y ejecutores. Eso soy yo (...) Nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que las minorías se alteren o exciten. La gente quiere ser feliz, ¿no es así? A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. ¿Alguien escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón? ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad. Líbrate de tus tensiones internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio".
Se me olvidaba, si alguien quiere el libro, que se pase por la firma