Reparto: Isuzu Yamada, Daijiro Natsukawa, Mitsusaburo Ramon, Shin Shibata, Genichi Fujii, Mitsuru Tojo
OSEN DE LAS CIGUEÑAS (Kenji Mizoguchi 1935) VOS francés.avi 
Me tenéis que perdonar, la copia es de bastante mala calidad y es subtitulada al francés, pero, así y todo, creo que merece la pena tenerla aquí, sobre todo de cara a los amantes al cine clásico japonés, que creo cada vez hay mas. Y quizás, quien sabe, aparezca una copia mejor y podamos utilizar estos subtitulos para extraerlos y traducirlos.
Sólo voy a centrarme en una referencia sobre ella.
En el excelente libro sobre Kenji Mizoguchi (libro creo imprescindible para los amantes al cine del director de La calle de la vergüenza), publicada por Cátedra, en esa excelsa colección sobre directores destacados de cine, su autor, Antonio Santos, escribe un extenso estudio sobre Osen (de mas de seis hojas), en donde dice y habla sobre cosas muy interesantes (aparte de tener una sipnosis muy completa de la película):
“Una vez más el amor actúa como fuerza liberadora, en un mundo de vicio y corrupción. Osen, de las cigüeñas (1935) comparte numerosos puntos con la ya comentada El hilo blanco de la catarata. Al fin y al cabo, ambas provienen de una fuente común: las novelas de Kyoka Izumi. En estos relatos melodramáticos, en los que las peripecias se suceden sin tregua, la idea básica es oponer la pureza y sinceridad de la mujer con un entorno agresivo donde prevalece el hombre. A partir de un esquema narrativo simple y maniqueo, las mujeres optan voluntariamente por sacrificarse en aras del triunfo de sus amantes. Tras haber cumplido su objetivo, han de morir o verse relegadas a la locura y desesperación. He aquí un tema recurrente en Mizoguchi que procede del caudal de Izumi”
“…la importancia de Orizuru Osen no radica en el mantenimiento o desarrollo de fórmulas folletinescas, sino en la dinámica de evolución formal que establece. En estos momentos, Mizoguchi se ve dueño de todos los recursos narrativos, lo que anticipa con claridad la gestación de sus futuras obras maestras. A Mizoguchi, en 1935, sólo le faltaba consolidar y afianzar su propio estilo. No todo es digno de alabanza en este admirable melodrama, bien es verdad. El estilo en gestación del cineasta aún alterna eclécticamente los rasgos propios con formalismos que se hallan pendientes de depuración. Pero tanto los unos como los otros están mucho mejor integrados que en anteriores películas. Toda ella está llena de buenos ejemplos… nada más llegar Sokichi al refugio de los bandidos, el plano fijo con profundidad de campo permite identificar, a través del distante shoji (puerta corredera), la salida de los hampones. Su brusca irrupción sorprende al joven quien busca a través del recién abierto acceso a Osen. En ese instante la cámara quiebra su estatismo, e inicia un sorprendente travelling subjetivo, que adopta el punto de vista de Sikichi. Evidentemente, estos artificios no forman parte de su estilo, pero el cine de Mizoguchi se halla en pleno proceso de supresión de elementos ajenos…”
Me da hasta pena poner las capturas, pero bueno, ya veis que la visión es muy mala.
