



Ousmane Sembene en IMDb
FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA
Director: Ousmane Sembene
Guión: Ousmane Sembene
Productor: Ousmane Sembene
Coproductor: Thierry Lenouve
Música original: Boncana Naiga
Fotografía: Dominique Gentil
Montaje: Abdellatif Raïss
Diseño de producción: Joseph Kpobly
Ayudantes dirección: Clarence Thomas Delgado, Dominique Zeïda
Sonido: Denis Guilhem
Supervisión Guión: Sophie Dwernicki .
Estreno España: 18 Marzo 2005
Nacionalidad: Country: Senegal / Francia / Burkina Faso / Camerún / Marruecos / Túnez
Versión Original: Bambara / Francés
Formato: 35mm. Color. 1'85:1
Duración: 120 minutos
Género: Drama / Costumbre / Denuncia
REPARTO
Fatoumata Coulibaly .... Collé Gallo Ardo Sy
Maimouna Hélène Diarra .... Hadjatou
Salimata Traoré .... Amasatou
Dominique Zeïda .... Mercenaire
Mah Compaoré .... Doyenne des Exciseuses
Aminata Dao .... Alima Bâ
Stéphanie Nikiema .... Mah
Mamissa Sanogo .... Oumy
DVD
Edición: Cameo http://www.cameo.es/
Discos: 1
Región: 2
Video: Pal
Aspect Ratio: 1'85:1
Anamórfico: 16:9 Sí
Idiomas Audio: Dolby Digital Estéreo AC3(2Ch) 48kHz : Bambara (V.O.)
Subtítulos: Español
Bit Rates Video: MinDataRate (B/s): 232214
AvgDataRate (B/s): 1018881
MaxDataRate (B/s): 1224503
Bit Rate Medio: 7'78 Mb

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SINOPSIS
Colle Ardo Gallo Sy, la segunda esposa de un hombre de poco carácter, todavía se resiente de los efectos de la purificación o ablación que sufrió de niña. Hace siete años rehusó que su tercera hija, la única que ha sobrevivido, fuera sometida al ritual por el que debe pasar toda mujer si quiere casarse. Hoy, varias niñas y adolescentes deben pasar por el ritual, pero seis de ellas escapan. Dos se van a la ciudad y las otras cuatro evocan la moolaade (protección) de Colle cuyo marido está de viaje. Colle acoge a las jóvenes en su casa dividiendo así a la comunidad entre dos poderosos valores tradicionales. Por una parte, los defensores de la ablación empeñados en celebrar el ritual a toda costa y, por otra, el respeto a la sagrada protección que no se levantará mientras Colle no pronuncie las palabras rituales. Amsatou, la hija de Colle, ya está en edad de casarse y la pretende el hijo del jefe del pueblo, un hombre de negocios de ideas liberales que divide su tiempo entre París y la aldea. Está a punto de llegar y deberá decidir si se une a los seguidores de la protección, algunas madres y unos pocos hombres más abiertos que el resto, o si apoya a su padre y a los demás ancianos. Hasta la fecha, ningún hombre se ha atrevido a casarse con una mujer no purificada.

pequeñas notas

La produccion de películas entendida como una empresa comercial, necesita de capitales dispuestos a invertir en la producción, la creación de una red de distribución y la construcción o adaptación de salas de proyeccion. Caben dos caminos para la puesta en marcha de esta industria: bien, la iniciativa privada está dispone del capital necesario y está dispuesta a correr los riesgos de la empresa, o bien el Estado invierte y asegura la financiación inicial de su industria cinematográfica. Hasta el presente, Egipto ha sido el único pais africano donde la iniciativa privada ha sido capaz de poner en pié una industria eficaz y autosuficiente. Otros paises, como Nigeria, Marruecos o Senegal, han seguido el segundo camino invirtiendo tanto en la producción como en la creación de una red de salas de exhibición. En un tercer grupo de paises, Argelia, Túnez, Mali y Burkina Fasso, los gobiernos encargaban films educativos o de propaganda, pero nunca largometrajes comerciales. Sin embargo, esa política favoreció la creación de instalaciones de producción de las que se sirvieron los primeros realizadores de esos paises. Finalmente, a partir de 1970, la existencia de estudios de televisión jugó un papel muy importante en el nacimiento y desarrollo de la industria del cine africano.
Una idea sobre el lento desarrollo de esta industria los da el hecho de que en 1969, cuando Burkina Fasso acaba con el monopolio francés en la distribución cinematográfica, contaba solamente con con diez salas de exhibición, Gabón tenía ocho en 1986, e incluso Senegal, que cuenta con la mejor infraestructura del Africa subsahariana, tiene 80 cines y 13 millones de espectadores al año. Uno de los hitos más importantes del cine africano, supuso el extreno en julio de 1986, en el Festival de Cine de Ouagadougou, de la película de Cheick-Oumar Sissoko, Nyamaton, y eso supuso que se vendieran 35.000 entradas durante las dos semanas que estuvo en cartel. Actualmente, hay en Africa más de 250 productores cinematográficos repartidos en más de cuarenta paises diferentes.
En Egipto, después de haber pasado unos primeros tiempos por un cine a base de comedias musicales y melodramas muy influeciados por las formas teatrales, surje a partir de 1939 un cine neorealista que dura hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, comienza a hacerse un cine de evasión de baja calidad. En los años 50, comienza a hacerse películas de guerra, cine policíaco, cine folklórico y dramas psicológicos que cuentan con guionistas procedentes de la narrativa, como es el caso de algunas adaptaciones de la obra de N. Mahfuz. En 1952, la mayor parte de la industria es nacionalizada, pero esto no afecta a penas al tipo de cine que se venía haciendo. Su industria alcanza entonces, con una producción media de 50 a 60 películas al año, el duodécimo lugar en la producción mundial, dominando en Orinte Medio y Norte de Africa. El cine egipcio, produce cada año tantas películas como todo el Africa subsahariana en 25 años de producción cinematográfica. Se puede encontrar en él, todos los géneros del cine contemporaneo.
En el Magreb, el gobierno argelino optó por subencionar la producción de films de tipo propagándistico, sobre la guerra de independencia y sobre el socialismo. No obstante, no impidiendo la producción de otro tipo de cine político, éste de crítica a la burocracia gubernamental. Algunos films tunecinos (a partir de 1966) se situaron en las mismas tendencias del cine argelino. Marruecos ha producido películas, tanto de las consideradas como cine comercial, y algunas del llamado cine intelectual. A veces, estas últimas recuerdan a Buñuel al servirse del simbolismo más que de la intriga o la acción. En el oeste del continente, las primeras experiencias surgen a mediados de los años 50, en Senegal, de la mano de Ousmane Sembene, cuya influencia estará presente hasta épocas muy recientes.
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En Nigeria, la televisión se ha desarrollado mucho antes que el cine y ha creado una infraestructura técnica. El cine comenzó siguiendo la tradición teatral yoruba y utilizando su infraestructura financiera. Hasta 1972 no se hace el primer largometraje, una obra de Soyinka.
Las primeras películas realizadas en Suráfrica, se remontan a 1975. La primera fue el film zulu, Ikati elimnyama . Más importante que el cine comercial ha sido la producción de documentales y reportajes sobre el apartheid. Sin embargo, puede decirse que el cine sudafricano aún no ha despegado.
En general, puede observarse en el cine africano, un interés en sus autores, por enseñar, por educar la conciencia del público. Sus preocupaciones son de orden político (clases sociales, el neocolonialismo, la dependencia), moral (la alienación y los males de la modernidad en oposición con la tradición), didáctico (el papel de las mujeres en el campo, las consecuencias de la droga), personal (los problemas de identidad) o de proselitismo cultural (el arte tradicional como antítesis de la medicina occidental).
Ediciones de la UNESCO
Extraído de aquí

cineasta senegalés

A finales de los cincuenta empezó a escribir novelas, algunas de las cuales fueron llevadas posteriormente por él mismo a la pantalla, como Véhi-Ciosane, que se convirtió en la película Niaye; Voltaïques, que se convirtió en La noire de…; Le Mandat, que se convirtió en Mandabi, o Xala, que recibió el mismo título en su versión cinematográfica.
Con más de cuarenta años, Sembene empezó a cultivar el séptimo arte.
Autor prolífico, gracias a su experiencia en Francia como immigrante y gracias también a su experiencia en el Congo donde conoció al malogrado Patrice Lumumba, Sembene fue sobretodo un hombre comprometido con los suyos, cosa que le llevo a ser sindicalista y a denunciar muchas de las injusticias que en Francia o en Europa sufrían sus compañeros senegaleses. Ejemplo de ello son películas como La noire de… (1966), Emitaï (1971) o Camp de Thiaroye (1987). Sembene siempre ha concebido el cine como una arma política, cosa que incomodó a muchas personas y gobiernos, como lo muestra el hecho que algunas de sus películas han sido en parte censuradas.
Ousman Sembene ha tratado a lo largo de su carrera temas como la importancia de la comunidad, la corrupción de las élites, los cambios en la familia, los cambios en el rol de la mujer, la soledad del ciudadano ante la infranqueable burocracia, la pobreza, el colonialismo y el neocolonialismo, las trampas de la ayuda extranjera…
La trayectoría de Sembene ha sido reconocida con numerosos premios entre los que destacan el Primer Premio del Festival de Cine de Tours, Francia, por Borrom sarret (1963); el Premio Internacional de la Crítica en el Festival de Cine de Venecia, en Italia (1968), Premio de los realizadores sociéticos en el Festival de Cine de Tashkent (1968), y mejor película Extranjera en el Festival de Cine de Atlanta (EEUU), en 1969, todos ellos por la película Mandabi; Emitaï ganó la Medalla de Plata en el festival de cine de Moscú (1971) y fue seleccionada para ser proyectada en los Festivales de Cartago (Túnez), Berlín (Alemania) y Cannes (Francia); Xala fue proyectada en los festivales de Locarno, Cannes, Rotterdam y Nueva York y ganó el Premio especial del jurado por Karlovy Vary (entonces Checoslovaquia) en 1976. Dos años más tarde Ceddo ganó el Premio Paul Robeson de Los Ángeles y en 1988 obtuvo el premio del Jurado en el Festival de Cine de Venecia.
Homenajeado por los organizadores de varios festivales, por museos, por academias de arte y gobiernos, Ousmane Sembene es, sin lugar a dudas, uno de los grandes maestros del cine africano.
MOOLAADÉ de Ousamen Sembene, 2004. DVDRip VOSE:



*El bonus está sin cropear porque no se puede, combina escenas de la película (sin cropear y supongo procesado como imagen ya en la fuente original) con una pequeña entrevista. Los subs. en emule de momento y en ET cuando aparezcan*
GSpot
Código: Seleccionar todo
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La Rebelión de los Bambara

A sus 53 años y a punto de suceder a su madre, Oureye ha decidido romper con esta tradición. "Lo aprendí todo, desde la técnica de la hoja bien afilada y la preparación mística hasta los versículos que hay que decir... Hoy renuncio a eso. Prefiero perder mi status social a continuar ejerciendo este oficio que atenta contra la integridad de nuestras hijas".
La escuchan 30 mujeres. Están en la escuela, a la entrada de la aldea Ngérigne, a una hora de Dakar. Este viernes -7 de noviembre- la mirada de las bambara está llena de orgullo. Sus cantos y danzas exaltan un sentimiento nuevo: el reencuentro con su dignidad. Y es que todas han jurado a una no hacerle jamás la ablación a sus hijas. Un acto en una etnia donde son mutiladas sexualmente tres de cada cuatro mujeres. Una victoria que llega tras una desigual lucha por la presión que han tenido que soportar y por lo profundo de esta tradición. "Las razones culturales son muchas: estética, iniciación, purificación y castidad. Los bambara hacen la ablación del clítoris porque creen que ese dardo puede causar la muerte del esposo. Otros creen que, cuando nace, todo ser humano es andrógino y, por lo tanto, equívoco. Hay que diferenciar al hombre de la mujer a través de la ablación", explica Ousman Djimara, profesor de la Universidad en Dakar.
Un millón de mujeres. A pesar de haber sido recientemente condenada por el presidente Abdou Diouf y su ministra de la Mujer, Aminata Mbengue Ndiaye, esta práctica sigue afectando al 20% de la población senegalesa, es decir a un millón de mujeres con edades comprendidas entre un mes y 16 años. Y eso que las cifras de este país están por debajo de otros, como Sudán (98%), Somalia (98%) o Etiopía (85%). Unicef estima que más de 120 millones de mujeres de 28 países han sido mutiladas genitalmente. Operaciones que van desde la ablación parcial o total del clítoris hasta la excisión de los labios y el cierre del orificio externo de la vagina para impedir la penetración.
"Se ha convertido en algo comercial; cada persona que pasa por ella debe pagar un kilo de jabón negro y 5.000 francos", explica Mareema Ndiaye, madre de siete hijos. Además, el dolor es terrible porque la operación se hace sin anestesia, con un cuchillo de cocina o una hoja de afeitar y a veces con un pedazo de vidrio. "Tenemos que soportar el dolor sin llorar. No podemos gritar para no convertirnos en la vergüenza de la familia. Sin hablar de las infecciones, a menudo mortales", dice Lala Diarra.
Tras mucho tiempo enterrados, Oureye Sall puede, por fin, dar rienda a sus recuerdos más personales y dolorosos. Sin tabúes. "Se lo debemos a nuestra hermana Suddenaya Naay...". Este nombre wolof es el de Molly Melching. Llegada a Senegal en 1974 para terminar su tesis doctoral en literatura africana, esta americana se quedó prendada del país.
Con unas cuantas amigas, fundó la ONG Tostan, y con el apoyo de Unicef y del Gobierno senegalés puso en marcha un programa de educación básica. El método es la discusión y el teatro."Gracias a todo eso -confía Bettilokho Fall, la educadora de Ngérigne-hemos conseguido hablar de la excisión, la contracepción y de la menopausia. Nada se les impone. Ellas decidieron romper con esta práctica. Es su lucha".
El Corán. Un combate que habría podido tropezar con la religión. Algunos musulmanes intentan legitimar la excisión basándose en el Corán. "Nuestros temores se desvanecieron cuando el imam, Malamine Diagne, nos tranquilizó", cuenta Oureye Sall.
El jefe espiritual de Ngérigne ha venido a apoyar a las mujeres: "No existe referencia explícita a esta práctica entre las enseñanzas del Profeta. La ley islámica coloca la excisión entre los ritos de aseo, igual que cortarse las uñas, depilarse las axilas o recortar los bigotes. La oración es sagrada, la excisión, no".
"La cohabitación de diversas razas ha favorecido el mestizaje de ideas. Por ejemplo, yo formo parte de las mujeres de la aldea, ciertamente minoritarias, que no han sufrido la ablación", confía Rokhaya Ndiaye, nacida de padre haal pulaar y de madre wolof.
Su vecina Lala Diarra le quita la palabra: "Nuestras hermanas de Kër Simbara no tienen esta suerte. Son todas bambara. Pero si hace falta, iremos allí para apoyarlas y convencer a sus maridos".
Y a diez kilómetros de Thiés aparece la aldea Kër Simbara. A la sombra de un baobab, las educadoras Dossou Konaté y Cheikh Diop animan una charla informal. Muy pronto, la discusión se torna en ataques verbales."La excisión es un asunto de los jóvenes. Personalmente, no me opondré al abandono de ese rito", dice Sambou Diawara, el jefe de la aldea. Un joven le responde: "Decir que es peligrosa es una historia de occidentales. No somos corderos. Antes, nos decían que no debíamos alimentar a nuestros bebés con la leche de sus madres, sino con biberones. Ahora, nos dicen lo contrario". Un viejecillo intenta calmar los ánimos: "Hace falta una ley. Una ley que se imponga a todos. Pero no soy partidario de un juramento público, como hicieron en la aldea de Malicounda". Otro anciano declara: "Esas mujeres ya no forman parte de nuestra comunidad por su actitud sacrílega...".
Se hace el silencio ante la evocación del juramento de Malicounda Bambara. El 31 de julio de 1997, 70 mujeres, que habían seguido los cursos de Tostan, anunciaron públicamente su decisión de detener la práctica de la excisión. Pese al apoyo de su jefe y del imam empezaron a sufrir ataques. Maïmouna Traoré, la decana del grupo, responde: "Nuestro error fue hablar en nombre del pueblo. Hay muchas mujeres que siguen aferradas a las costumbres".
Su decisión es irrevocable. "No renunciarán jamás -explica la educadora Ndeye Maguette Diop- e intentarán convencer a sus hermanas. ¡Son auténticas bambara, auténticas amazonas!".
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Las consecuencias a largo plazo de esta mutilación van desde problemas menstruales, quistes e infecciones crónicas de la pelvis hasta la infertilidad. Los expertos creen que entre un 15% y un 20% de las mujeres mutiladas no puede tener hijos. Psicológicamente, la ablación provoca estados de ansiedad, depresión y ataques de pánico. Pero la castración femenina ha dejado de ser un rito practicado únicamente en los países subdesarrollados. Informes publicados en revistas médicas de prestigio han revelado que en Europa y Estados Unidos se está produciendo un incremento de este tipo de mutilación parejo al aumento del número de inmigrantes del África subsahariana.
Hasta otra
