(1900-1967)

Trascendental intérprete de longeva carrera, Spencer Bonaventure Tracy nació el 5 de abril del año 1900 en Milwaukee, Wisconsin (Estados Unidos), en el seno de una familia de clase media.
Habitualmente personificando personajes marcados por su bonhomía (aunque a principios de su carrera fue caracterizado en muchas ocasiones como gángster), el niño Spence no fue lo que se denomina un santo. Expulsado de más de una decena de colegios por su mal comportamiento, cambió su conducta cuando alcanzó su adolescencia queriendo incluso convertirse en sacerdote, pero en vez de cubrir su cuerpo con los hábitos religiosos lo que hizo fue vestirse de uniforme para acudir a combatir en la Primera Guerra Mundial.
Tras la beligerancia comenzó sus estudios universitarios, lugar en donde le picó el gusanillo de la actuación por primera vez entrando a formar parte de la compañía de teatro de la Universidad.
Tanto le convenció la profesión que poco después se fue a Nueva York para ingresar en la Academia Americana de Artes Dramáticas junto a su buen amigo y futuro actor Pat O'Brien.
Su llegada a Nueva York también supuso su entrada en Broadway, la capital del teatro americano en donde intervino en varias obras que supusieron un notable éxito de público y crítica.
Una de ellas, "The Last Mile", provocó el interés del director John Ford por las capacidades interpretativas de Tracy.
Cuando acabó la función, Ford le propuso intervenir en su nuevo film, "Río arriba" (1930).
Sería el comienzo de una larga y fructífera carrera cinematográfica que brillaría especialmente en tres décadas, los 30, 40 y 50.
Por esa época ya se había casado con Louise Treadwell en 1923.
Los años 30 fueron un frenesí de películas, llegando a presentar en el año 1932 siete películas.
Sus títulos más destacados de esa década fueron "Mi chica y yo" (1932) de Raoul Walsh, "Veinte mil años en Sing-Sing" (1933) de Michael Curtiz, "Fueros humanos" (1933) de Frank Borzage, "Poder y gloria" (1933) de William K. Howard, "Furia" (1936) de Fritz Lang, "Una mujer difamada" (1936) de Jack Conway, "San Francisco" (1936) de W.S. Van Dyke, "Capitanes intrépidos" (1937) de Victor Fleming, "Forja de hombres" (1938) de Norman Taurog, "Piloto de pruebas" (1938) también de Fleming y "El explorador perdido" (1939) de Henry King.
Su gran talento interpretativo fue galardonado con dos Oscars por "Capitanes intrépidos" y "Forja de hombres" y una nominación más (que se aumentarían con el paso de los años) por "San Francisco". La estatuilla en esta última ocasión sería para Paul Muni por "La tragedia de Louis Pasteur.

La década de los 40 vendría determinada por títulos como "Edison, el hombre" (1940) de Clarence Brown, "Paso al noroeste" (1941) de Henry King, "El extraño caso del Dr. Jeckyll" (1941) y "La vida es así", ambas de Fleming o "Treinta segundos sobre Tokyo" (1946) de Leroy, pero sobre todo por su colaboración con la que se convertiría en su amante y compañera, Katharine Hepburn.
La extraordinaria pareja aparecería conjuntamente en nueve ocasiones: "La mujer del año" (1942), "La llama sagrada" (1942), "Sin amor" (1945), "Mar de hierba" (1947), "El estado de la Unión" (1948), "La costilla de Adán" (1949), "Pat & Mike" (1952), "Su otra esposa" (1957) y "Adivina quien viene esta noche" (1967).
Varias de ellas fueron dirigidas por el realizador George Cukor.
Esta unión profesional y sentimental nunca se pudo consumar matrimonialmente debido a las creencias religiosas católicas de Tracy que le impedían divorciarse, aunque sí compartió su vida sentimental con Katharine.

En los 50 y 60 su status permaneció incólume gracias a films como "El padre de la novia" (1950) -nueva nominación al Oscar- "El padre es abuelo" (1951), ambas de Minnelli, "Lanza rota" (1954) de Edward Dmytryk, "Conspiración de silencio" (1955) -otra vez nominado- de John Sturges, "El último hurra" (1958) su nuevo encuentro con John Ford, "El viejo y el mar" (1958) de Sturges y sus últimos trabajos cinematográficos todos bajo la batuta de Stanley Kramer, "Inherit the wind" (1960), "Vencedores o vencidos" (1961), "El mundo está loco, loco, loco" (1963) y su postrero y citado film, "Adivina quien viene esta noche" (1967).
Por sus trabajos en "Vencedores o vencidos" y "Adivina quien viene esta noche" volvió a optar a la estatuilla de la Academia pero ésta fue finalmente conseguida por su compañero en "Vencedores o vencidos" Maximilian Schell y por Rod Steiger gracias a su trabajo en "En el calor de la noche".

A finales de los años 60 su estado de salud había empeorado notablemente muriendo poco después de la finalización del rodaje de "Adivina quien viene esta noche" el 10 de junio de 1967 a causa de un ataque al corazón. Tenía 67 años.