
Ha pasado mucho tiempo desde que en los años sesenta las páginas de la revista Cahiers du Cinéma reivindicaran el nombre de Michelangelo Antonioni (Ferrara, 1912) dedicándole entrevistas, ensayos y estudios de muy diversa índole. Hoy se ha olvidado, o al menos no se habla de ello pese a que Antonioni ha conservado, en sentido creciente, su status de clásico de la primera o segunda generación de cineastas italianos.
El cine de Antonioni pertenece a un glorioso pasado que vuelve a ráfagas intermitentes en ediciones en vídeo de buena parte de su filmografía(...).
Antonioni comenzó su carrera como crítico de cine, guionista y ayudante de dirección. Su primera película como director fue Crónica de un amor, a la que siguió la tetralogía compuesta por La aventura, La noche (primer premio en el Festival de Berlin), El eclipse y El desierto rojo, su primera película en color. Autor o coautor de la mayoría de sus guiones, sus películas reflejan una mirada personal sobre la realidad en la que el uso del simbolismo visual nos acerca a los temas de la alienación, el desasosiego o el erotismo sin amor, todo aquello que Antonioni definió como “incomunicabilità”.
Tras trece años inmovilizado y privado del habla a causa de un derrame cerebral, Antonioni dirigió en 1995 Más allá de las nubes, junto al director alemán Wim Wenders.
Sin seguidores verdaderos que hayan sabido desarrollar los aspectos más llamativos de su cine (como el uso renovador del lenguaje cinematográfico y la fría lucidez de su mirada), su filmografía constituye el testimonio de una personalidad inconfundible. Consideración de los clásicos y Antonioni lo es.
(texto sacado de la web de la Filmoteca Canaria)









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