Film 1965 Samuel Beckett y Buster Keaton

Sección dedicada al cine experimental. Largometrajes, cortos, series y material raro, prácticamente desconocido o de interés muy minoritario.
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maltes
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Film 1965 Samuel Beckett y Buster Keaton

Mensaje por maltes » Lun 12 Abr, 2004 14:13

Aviso que se trata más de una petición que otra cosa, acabo de encontrar un enlace para la única incursión cinematográfica del autor de "Esperando a Godot" pero una de las entradas avisa que está incompleta... Protagonizada por Buster Keaton está basada en el principio de Berkeley esse est percipi, ser es ser percibido. Un ojo, la cámara, y un objeto
se descubren después de tres secuencias donde la abstracción se encarna en un mundo beckettiano.
El corto dura veinte minutos y es completamente mudo

ed2k linkBeckett..Film.-.Buster.Keaton,.Samuel.Beckett,196534Be9421c847097Aabd5c680c73d857b13Afc804.mpg ed2k link stats

http://www.iol.ie/~galfilm/filmwest/20beckett.htm
http://www.learmedia.ca/product_info.ph ... cts_id/967

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SAM Y BUSTER EN EL CINE

Por Alan Schneider

Traducción y presentación de David Olguin

Recuerdo que un día, durante una llamada transatlántica, Beckett destrozó nuestra desesperación frente a la repentina crisis de casting al sugerir, con serenidad, a Buster Keaton. ¿Buster estaba todavía vivo y bien? (Estaba.) ¿Cómo reaccionaría ante la posibilidad de actuar en un material de Beckett? (Hacía algunos años se le había ofrecido el papel de Lucky para la primera puesta de Godot en Estados Unidos y lo había rechazado.) ¿Esto se convertiría en una película de Keaton más que en una de Beckett? (A Sam le tenía sin cuidado.)

Salió el libreto para Keaton seguido, unos días después, por el primer viaje del director a Hollywood a fin de cortejar a Buster. Fue una experiencia extraña. Llegué, ya tarde una noche calurosa, a la casa de Keaton en una lejana sección de Los Angeles, para descubrir que al parecer había interrumpido un juego de póker a cuatro manos. Al disculparme, fui informado de que el juego de póker era imaginario (puesto que hacía mucho que se habían ido Irving Thalberg, Nicholas Schenk y alguien más), y que continuaba desde 1927, y que Thalberg le debía a Keaton más de dos millones de dólares (imaginarios, esperé). Arrancamos a partir de ese punto, cuando de pronto me di cuenta de que todo en el cuarto databa de alrededor de 1927 o antes. Keaton había leído el libreto y no estaba seguro de qué se podía hacer para arreglarlo. En su opinión todos nosotros, incluido Beckett, estábamos locos. Sin embargo necesitaba dinero, una buena suma por menos de tres semanas de trabajo y lo haría. Sí, se acordaba del negocio de Godot, pero tampoco le había entendido a aquel texto.

Keaton no hizo ningún esfuerzo por ocultar su desencanto general. El libreto no sólo era oscuro, como admitió, sino que no era divertido. A estas alturas sugirió algún negocio especial con su forma de caminar, o quizá algo en aquel fragmento donde él podría sacarle punta a un lápiz y dejarlo más y más pequeño. Le dije que no era nuestra costumbre parchar el material de Beckett. Luego me dijo, en confianza, que él había hecho muchas películas en su tiempo y que no veía cómo ésta, acaso, podría durar más de cuatro minutos. La había medido. Incluso si se alargara el asunto del perro y el gato, que no era tan malo. El estaría encantado —por una módica suma— de aportar algunas ideas. De 1927.

En el camino a casa me preocupé considerablemente por Keaton; pero, como el Everest, ahí estaba y, con el aliciente de Sam, tuvimos que tenerlo.

Sam llegó el 10 de julio...

Luego vino el encuentro que habíamos temido y esperado. Unos cuantos días antes de empezar el rodaje, Keaton había llegado a Manhattan, por primera vez en muchos años. Lo llevé a que lo fotografiaran y a recoger su vestuario y su parche para el ojo, le enseñé la ciudad y, por último, al autor. Ese encuentro entre Beckett y Keaton, una tarde en la suite del hotel de éste, fue una de esas ocasiones que parecen inevitables antes de que ocurran, imposibles cuando ocurren e increíbles después. Sam había estado esperando ansioso la llegada de Keaton; conocía y respetaba su trabajo desde los días del viejo cine mudo. Keaton, quien conocía la posición de Sam como novelista y dramaturgo, estaba intrigado, pero no sabía qué hacer con un hombre como Beckett. Cuando Sam y yo llegamos, Keaton estaba bebiendo una lata de cerveza y viendo un partido de beisbol en la tele; su esposa estaba en el otro cuarto. A pesar de que el saludo fue amable, de algún modo había una ligera molestia. Intercambiaron algunas palabras generales, la mayoría venía de Sam, y luego procedimos a sentamos en silencio mientras Keaton seguía viendo el partido. Creo que él ni siquiera nos ofreció una cerveza. No por mala voluntad; simplemente no se le ocurrió. O más aún, quizá pensó que un hombre como Beckett no bebía cerveza.

De vez en cuando, Sam —o yo— tratábamos de decir algo para mostrar algún interés en Keaton, o sólo para mantener en marcha la conversación inexistente. Era inútil. Keaton contestaba en monosílabos y regresaba de inmediato a los Yankees —¿o eran los Mets?

—¿Tienes alguna duda sobre cualquier cosa del libreto, Buster?

—No.

(Pausa).

—¿Qué pensaste de la película cuando lo leíste por primera vez?

—Bueno... (Pausa larga).

Y así siguió la cosa. Era perturbador e irremediable. El silencio se convirtió en un interminable séptimo inning.

Simplemente no tenían nada qué decirse, ningún tipo de palabras qué compartir. Y toda la buena voluntad de Sam y mis propios esfuerzos batientes para propiciar que algo comenzara, fracasaron en el intento de acercarlos a cualquier nivel.

Fue un desastre.

Ah, sí, justo antes de irnos, Keaton hizo un comentario sobre su marca registrada (tal vez Sam se lo preguntó), un viejo Stetson plano ladeado hacia abajo, y mencionó que había traído consigo varios de ellos, en colores distintos, para usarlos en la película. (El libreto pedía sombreros ligeramente distintos). Mientras estaba tratando de resolver esa opción entre Escila y Caribdis, Sam respondió —para mi sorpresa— que él no veía por qué Buster no podría usar su propio sombrero en esta película.

Alan Schneider. Director de cine.

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trep
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Mensaje por trep » Lun 12 Abr, 2004 17:21

Thanks, but alas, you are right, this is NOT the complete file.

The file has been available for some time on the WinMX network, but very hard to get.
This seems to be a *partial* download from WinMX that someone shared probably erroneously.

Actually an alternate name for the same link is:

ed2k link__INCOMPLETE___Film - Buster Keaton, Samuel Beckett,1965.mpg ed2k link stats :cry:

The real file should be ~178MB. You can try to get it from WinMX network (and then share it over there ;) )

See also: http://www.fileheaven.org/forum/viewtop ... ht=beckett

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marvin2kk
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Mensaje por marvin2kk » Mar 13 Abr, 2004 09:44

:( vaya que lastima tenia buena pinta. al menos he leido la entrevista que estaba muy bien :wink: a ver si sale completa