

DIRECTOR Sam Peckinpah
GUIÓN Harry Julian Fink, Oscar Saul, Sam Peckinpah (Historia: Harry Julian Fink)
MUSICA Daniele Amfitheatrof
FOTOGRAFÍA Sam Leavitt
REPARTO Charlton Heston, Richard Harris, James Coburn, Jim Hutton, Senta Berger, Warren Oates, Michael Anderson Jr., L.Q. Jones, Mario Adorf, Brock Peters, Ben Johnson
El Fuerte Benlin, en Nuevo México, sufre un ataque de la banda de Sierra Charriba, un indio rebelde que se refugia en México después de cometer sus asaltos en el territorio de la Unión. En su última incursión toma como rehenes a tres niños. El mayor Amos Charles Dundee, desoyendo los consejos de sus compañeros y las órdenes de sus superiores, persigue al forajido con la ayuda de varios soldados confederados a los que, a cambio, ha prometido la libertad
Uno de los grandes films de Peckinpah, en el que aflora su predilección por las escenas violentas. Ni siquiera los problemas de posproducción logran restar interés a esta película
Por su obstinado individualismo, su donquijotismo, su gusto por las causas perdidas, Peckinpah pertenece a la generación que le ha precedido. Consciente de haber nacido demasiado tarde, se encuentra con la misión de asegurar la transición entre el idealismo novelesco de los años cincuenta y el nuevo realismo de los años setenta. Al no poder resucitar el héroe romántico de antaño, no le queda más remedio que pronunciar la oración fúnebre. Es su manera de celebrar la interminable agonía del hombre del Oeste en Mayor Dundee (Major Dundee, 1965), Grupo Salvaje (The Wild Bunch 1969), La Balada de Cable Hogue (The Ballad of Cable Hogue, 1970) y Pat Garrett y Billy the kid (Pat Garrett and Billy the Kid, 1973). Son lamentos cuya puesta en escena, barroca, convulsiva, habla también del irreversible declive del clasicismo. Si Peckinpah depura la leyenda, si contribuye a devolver al género una consciencia histórica, crea también una mitología nueva que sustituye los rituales del aprendizaje por la implacable lógica del apocalipsis. Su principal herramienta es el patetismo: patetismo de la degradación fisica (sus perdedores son todos de una manera u otra, enfermos) de la misión cumplida contra la propia voluntad (enfrentados a diversas facciones, sus personajes no conocen más que combates dudosos), de la confusión y la autodestrucción (corren hacia su propia pérdida renegando su pasado o sus antiguos compañeros), de la toma de conciencia tardía o inútil (están condenados de antemano por los progresos de la tecnología)