
CD1:
CD2:
Subtítulos en español, cortesía de amigo_fede.
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Kundun narra la primera parte de la vida del último Dalai Lama. Es, como siempre, una biografía filmada desde el sistema nervioso del biografiado. Scorsese posee, como director, la extraña cualidad de convertirse en el personaje que relata y siempre ha contado con la presencia y la asesoría del biografiado en sus sets de filmación. Así como podemos sentir el dolor de Cristo en la cruz, o la desesperación de Jake La Motta, así como sentimos la angustia de Paul Hackett, o la ira del Max Cady de Cabo de miedo, así, de la misma forma, sentimos el asombro que el Dalai Lama niño siente ante el mundo que se abre como un libro ilimitado ante sus ojos. Se sabe que la nueva película de Scorsese contó, de nuevo, con la participación y la asesoría del biografiado y que tanto él como la guionista, Melissa Mathieson, dedicaron horas y horas a entrevistarse con el Dalai Lama. Y es que Kundun está filmada desde el punto de vista del líder tibetano: la cámara, por ejemplo, siempre está a la altura de sus ojos y se asoma al mundo con la curiosidad de los niños, los sueños se suceden unos a otros con un poder nunca antes visto (creo que sólo los sueños filmados por Woody Allen en Otra mujer, los que Kurosawa filmó para su antepenúltima película y los que Dalí diseñó para Spellbound, una película de Alfred Hitchcock, podrían compararse con los sueños en forma de pesadilla que son las últimas escenas de Kundun).
La película de Martin Scorsese llega al centro del alma del Dalai Lama de tal manera que la imaginación, la memoria y la realidad del personaje se cruzan constantemente. Frente a un mundo que se derrumba por las leyes de la oferta y la demanda, frente a un mundo lleno de la miseria de los desplazados, de los asesinados, de los abandonados, frente a un mundo que no ve el final de su propia crisis, un ser similar al Principito de Saint-Exùpery, el último Dalai Lama, intenta que el espíritu guíe sus pasos. Es como siempre, en las películas de Martin Scorsese: el mundo va a una velocidad que el espíritu no entiende; el mundo se ha decidido por el dinero y los cambios, el mundo se ha llenado de imágenes corporativas y, mientras eso, un personaje, el último Dalai Lama de nuestro tiempo, se ha quedado atrás, en un territorio que escapa de la materia. El muy joven líder tibetano es como un último emperador del espíritu y, sin embargo, como en todas las películas de Scorsese, se da cuenta de todo lo que está pasando. Su imperio ya no es de este mundo, es cierto. Y es cierto que su imperio sólo existe dentro de él mismo. Pero también es cierto que, para su pesar, él es consciente de su propia desgracia.
En esta ocasión Scorsese ha conseguido, además, que Philip Glass rodee sus imágenes con una partitura sobrecogedora. Glass es, sin duda, un maestro de la música de nuestro tiempo, que, como el Dalai Lama, ha sabido integrarse a la segunda mitad del siglo veinte. Como sabemos, las películas de Scorsese ocurren al tiempo que la música. En sus películas la música es como la voz de la cámara, el bastón de la narración, o el subconsciente de los personajes. En Kundun, que no es la excepción, la música es una parte fundamental de la narración: el niño que será uno de los líderes religiosos más importantes de nuestra era, vive con sus sentidos abiertos, en actitud de asombro, como si atara cabos todo el tiempo y cada grano de arena del mundo tuviera relación con su propio corazón. El minimalismo de Glass que, además, es un amigo cercano del líder, logra una armonía casi mágica con las escenas que Scorsese ha planeado con el cuidado de las tejedoras de otros siglos. Como si la atmósfera creada por Glass fuera poco, Scorsese se rodeó, además, de actores que entendieran de verdad la historia. Todos los actores que aparecen en Kundun son actores naturales. En esta ocasión, Scorsese no ha contado con la presencia de Robert De Niro, Harvey Keitel o Joe Pesci, y, sin embargo, ha logrado actuaciones dignas de cualquier actor de nombre. Se ha rodeado de una serie de actores no profesionales y de su usual grupo de colaboradores técnicos y ha conseguido, de esa forma, adherir una gran nueva página a su enciclopedia de sectas y personajes marginales.
Editado por m0ntaraz el 23/09/2007.