SINDROMEARCONADA escribió:Creo que es una película impresionante en todos los sentidos
Celebro que la hayas disfrutado. Lo maravilloso del cine es eso: que hay quien disfruta con Haneke, hay quien disfruta con Peter Jackson y hay quien disfruta con Frank Capra. Y hay quien disfruta con algunas películas de Haneke, con algunas películas de Peter Jackson y con algunas películas de Frank Capra. Y quien no disfruta ni con las películas de Haneke, de Peter Jakson o de Frank Capra. Hay veces, incluso, en que uno puede ser consciente de que una película es buena, o incluso excelente (es decir, valorar su calidad, sus aportaciones, sus méritos) y no disfrutarla. Haneke me parece un buen director. Como dije antes (creo)
Funny Games o
La pianista me parecen grandes películas que no volveré a ver porque me dejaron mal cuerpo. Puede que esa fuera, en buena medida, la intención de Haneke: perturbar, incomodar,
epater le burgeois, cuestionar la felicidad, la tranquilidad y el estatus burgués, tralalá, tralalá, tralalá. Lo siento: ya milité en esa guerra hace muchos años y estoy muy mayor para eso. Así pues, yo no negaré los méritos de Haneke como cineasta y, al tiempo, a ver sus películas me tienen que llevar a rastras.
SINDROMEARCONADA escribió:Y si a estas alturas sois capaces de meteros 4 horas de esa monumental mierda que es El Señor de los Anillos, creedme que dos horas y media de La Cinta Blanca no es nada.
Cuatro no: me vi de una tacada las nueve horas seguidas de las tres partes. Con palomitas y pausas para ir al servicio. Para mi el problema nunca ha sido el metraje.
La cinta blanca no me pareció especialmente larga. Desde siempre he sido aficionado a los maratones cinematográficos. Variados o monográficos. Probablemente una de las peliculas con las que más he disfrutado en los últimos años es
La condición humana, de Masaki Kobayashi: diez horas del mejor cine antibelicista con ritmo lento, pausado, calmo, tranquilo... Pero eso sí: con ritmo.
SINDROMEARCONADA escribió:Y vuelvo a decir, que son pocos los que opinan como vosotros
Afortunadamente, también hace tiempo que eso no me preocupa. No desprecio la opinión de los demás. Es más: la tengo en cuenta para aprender, para aceptar sugerencias a la hora de ir a ver una película, para valorarla mejorla mejor después de haberla visto... La opinión de los demás siempre me enriquece. Pero no me condiciona, ni me quita el sueño ir contracorriente cuando no estoy de acuerdo con la mayoría de la gente.
Por lo demás, la decepción o el fracaso son la distancia entre lo que uno espera y lo que uno recibe. Quizás precisamente porque todo el mundo me hablaba maravillas de
La cinta blanca, que entrañaba poco más o menos que las respuestas al problema de la violencia en la Alemania del primer tercio del siglo XX, la película me dejó más bien frío. Puede que fuera buscando algo que no encontré. Lo cual no quiere decir que me parezca una mala película, ni que sea incapaz de reconocerle sus méritos: excelente fotografía, buenas interpretaciones, etc, etc, etc. Pero ¡qué se la va hacer!: no veo la obra maestra del siglo XXI que muchos se empeñan en ver en ella. Dudo que vuelva a verla, aunque a lo mejor, con la distancia, dentro de ocho diez años, si me animo y ya se ha ido apagando el coro de jaleadores, puedo sacarle mejor partido. Por el momento sigo pensando que lo de la violencia como fruto de la represión religiosa en una pequeña comunidad protestante campesina lo ha contado mejor Dreyer en
Diaes Irae. Y puestos a elegir entre Dreyer y Haneke
alla Dreyer, me quedo con Dreyer.
En fin: disfrutemos todos de Haneke, Dreyer, Jackson, Capra... cada uno de quien quiera, con quien quiera y como quiera ¡Y a vivir, que son dos días!