Un Hombre Fuera de Serie: John Waters
Todavía me pregunto por qué los estudiantes de cine
siguen balbuceando sobre Orson Welles o Howars Hawks
al tiempo que ignoran a los dos mayores maestros
de la historia del cine: Russ Meyer y Herschell Gordon Lewis.
Incluso los peores filmes de estos dos directores
son infinitamente más interesantes que Ciudadano Kane
- John Waters
Tras de varios ejercicios en cortometraje como Eat Your Make-Up (1968) filma su opera prima en el año de 1969 únicamente con dos mil dólares en la bolsa, Mondo Trasho. Aunque se encuentra inédita hasta el momento, es fácil encontrar documentación que nos hable de ella. La trama habla de una mujer que recorre Baltimore (ciudad tan cara a Waters como lo es Manhattan para Woody Allen) en sus mundos más extremos, encontrándose a todo tipo de seres inadaptados y extraños, tanto física como mentalmente, desde locos, asesinos, fetichistas y hasta a la mismísima Divine, ese gigantesco personaje inventado por el actor travestido Glenn Milstead y que desde aquí se convertirá en cita obligada dentro el cine de Waters. Después de todo ese desfile de freaks, la mujer (Mary Vivian Pearce) morirá abandonada en una miserable pocilga.
Ya en esta su primer experiencia en el terreno del largometraje, Waters nos inunda de mala leche y varias de las constantes que definirán su cine, por lo menos en su primer etapa: la violencia; la muestra en primerísimo plano de la gente fea, los homeless que Hollywood se empeña en esconder y el desenmascaramiento de las hipocresías de la sociedad estadounidense.
Su siguiente filme lo logra casi de inmediato, en 1970 filma Multiple Maniacs. Aquí nos es mostrado el universo de Waters en todo su esplendor. En Baltimore se establece toda una carpa de seres anormales llamada la Caravana de la Perversión, donde varias personas muestran al público sus preferencias sexuales por repugnantes que parezcan. Fetichismo, homosexualidad, sadomasoquismo, coprofagia, blasfemias y como acto especial, Lady Divine. Al espectáculo han asistido un grupo de burgueses guardianes de las buenas costumbres que se creen superiores y perfectos por ser ellos los que observan y saberse distintos a los freaks que tienen enfrente. Cuando Lady Divine aparece en público una red cae del techo y los burgueses que quedan atrapados son insultados, atados, amordazados y posteriormente baleados. Dejando como saldo una carnicería, Divine se come las vísceras de sus víctimas para posteriormente admirarse frente a un espejo y repetirse reiteradamente que ella es la mujer más hermosa del mundo. La venganza de los freaks (como en Fenómenos de Browning) llevada al grado superlativo.
Difícil de digerir el plato que nos sirve Waters, sin embargo, éste no es ni por mucho lo más repulsivo de su filmografía, a continuación, en 1972 presenta Pink Flamingos, que se resume en palabras de Gustavo J. Castagna: “Todo Waters está en Pink Flamingos. Su cine provocador, sus personajes feos y desagradables, las escenas más asquerosas posibles, el particular estilo experimental de las primeras películas, su feroz mirada a la sociedad americana; en fin, Pink Flamingos, además es muy divertida” … Claro, para quien tiene estómago necesariamente blindado.
John Waters se establece como el rey del cine trash con este filme que es ya todo un clásico, lleno de violaciones, ejecuciones, puro mal gusto y provocación aderezada con mucha sangre en momentos tan absurdos que hasta desencadenan risa. Pero es sobre todo la escatológica escena final en que Divine queda inmortalizada(o) como la persona más repugnante sobre la tierra, al degustar heces de perro sin ningún truco de montaje, elevándola junto con Waters como un objeto de culto.
Dentro del mundo del cine underground, sus siguientes filmes serían considerados verdaderas joyas por un montón de seguidores que muy pronto intentaron tomar una cámara y filmar porquería y media. Pero, para bien o para mal, como Waters no hay dos. En 1974 el malsano gusto de Waters por los asesinos seriales –afición que lo ha conducido a asistir como público a diversos juicios reales en contra de asesinos– se ve plasmada en Female Trouble, en la que Divine, después de toda una serie de brutales asesinatos, es conducida a la silla eléctrica, donde muere feliz y en cadena nacional para televisión. El asesino serial ya era admirado y anexado a la cultura popular como una figura que podía llegar a ser entrañable... y lo filmó antes que Oliver Stone en su Natural Born Killers (Asesinos por Naturaleza, 1994).
Pasarían tres años para que Waters regresara a la pantalla grande, hasta 1977, ahora con las latas de Desperate Living bajo el brazo. Técnicamente mucho más cuidada y sin Divine en el elenco, ésta es una alegoría de la violencia intrafamiliar representada por Mink Stole, una ama de casa con problemas psiquiátricos y que se deshace de su marido con la ayuda de su inmensamente gorda sirvienta para terminar ambas huyendo de la policía.
El fenómeno Waters cambiaría de puestas en escena y contenidos temáticos, más no perdería el espíritu anárquico y renovador. Aunque puede ser que salga del contexto del presente capítulo, vale la pena tocar aunque sea de manera muy superficial la obra de un director como John Waters. Sólo dos filmes dirige en toda la década de los ochenta, Polyester (1981) curioso experimento de interacción con el público cuando a la entrada del cine se les regalaba una tarjeta de Rasca-huele para seguir junto con Divine todos los olores que significaban la atmósfera de la cinta, degustando desde flores hasta sus flatulencias.
Hairspray de 1988 es una exaltación para que los feos no sean necesariamente unos perdedores, esto en medio de un ambiente de rock and roll, que retomaría en 1990 para Cry Baby (Llora nena), cinta musical homenaje/parodia de Grease (Vaselina, Randal Kleiser, 1978), donde utiliza su música preferida mejorando lo hecho en Hairspray, tomando como base los grandes musicales del Hollywood de los años cuarenta. El filme fue duramente criticado por los más acérrimos fans de Waters, acusándolo de traicionar sus bases de cineasta excéntrico y provocador cambiándose a los lineamientos más arraigados por el box office. Sin embargo y a pesar de esos refunfuños, el filme es una deliciosa comedia, que como atractivo extra, cuenta con las actuaciones de la ex reina del cine porno Traci Lords, Willem Dafoe, un actor de culto como pocos, y la presencia de un muy joven y talentoso Johnny Depp.
Serial Mom (Mi mamá es una asesina, 1994) es una acidísima comedia negra protagonizada por Kathleen Turner en un gran momento histriónico como una madre que no tolera que alguien moleste a sus hijos, tomando como medida de prevención el asesinato. Posterior a su captura se convierte en una heroína al ser transmitido su juicio por televisión y resultar inocente. La secuencia final es de antología, justo cuando demuestra que sus hábitos criminales son muy fuertes, y aunque equivocados, no los piensa cambiar. Mientras tanto la sociedad aun oscila entre la condena y la idolatría.
En 1998 nos entrega Pecker, historia de un joven de dieciocho años aficionado a la fotografía que se pasa la vida tomando impresiones de sus vecinos –por supuesto en la ciudad de Baltimore– algunas en situaciones algo comprometedoras. La vida de todos cambia radicalmente cuando una crítica de arte se interesa en la obra del joven y decide llevarlo para exponer en Nueva York. Cabe destacar las extraordinarias actuaciones del joven Edward Furlong como Pecker y de Chirstina Ricci como su novia Shelley, retomando el papel de la mujer ácida y nihilista de la filmografía de Waters en esta crítica al snobismo y a aquellos que pretenden colocarse por encima de los demás como los dictadores del buen gusto y las normas estéticas a seguir.
En el 2000, Waters presentó en el Festival de Cannes Cecil B. Demented, donde un grupo de cineastas subversivos comandados por el Cecil al que alude el título, intentan derrocar al sistema hollywoodense filmando una obra independiente, para lo cual secuestran a la superestrella Honey Whitlock (Melanie Griffith), a quien obligan a actuar en su filme basura, logrando con el paso de los días y del “trabajo” que ella se sienta parte de su mundo. El logro de la película es burlarse de todo lo que Hollywood representa, hasta el punto en que la misma Melanie Griffith se burla de ella misma.
Finalmente, por el momento, presenta A Dirty Shame, filme con el regresa a la crítica sexual y social, tirándole a todas las buenas costumbres y pegándole a la doble moral estadounidense en lo que se supone es lo que más le duele, la familia.
Waters ha abandonado la provocación escatológica y sangrienta por un humor más negro y fino. Ha evolucionado técnica y temáticamente sin traicionarse a sí mismo ni a sus principios, siempre demoledores de las buenas costumbres, consolidando una de las filmografías más compactas, subversivas y lógicas, siendo considerado, aun por la crítica más exquisita, un autor consolidado.
joseluis@revistacinefagia.com
http://www.revistacinefagia.com/quiendiablos020.htm
Entrevista con ocasión del estreno de Los Sexoadictos
En ella Waters retrata, en clave de comedia, el cambio sufrido por una mujer reprimida (Tracey Ullman), que pasa a ser una golfa empedernida después de sufrir un golpe en la cabeza. El proceso en cuestión pondrá de relieve el efecto que el sexo tiene sobre la comunidad, siempre atenta y obsesionada con mantenerlo tan lejos, y tan bajo llave, como sea posible.
PREGUNTA.- ¿Por qué decidió hacer este filme?
RESPUESTA.- Cuando hago una película lo que me pregunto es con qué género me lo puedo pasar bien. Quería hacer una comedia acerca del miedo al sexo y sobre cómo sería la personalidad de alguien que no pudiera controlar su actividad sexual. Una película que mezclara este tema con algo de los Three Stooges (cómicos de la década de los 30 muy famosos en los EEUU) y que también fuera sexualmente educativa. Los fetichismos ridículos que incluyo, por ejemplo, son una buena base para la comedia.
P.- ¿Qué conclusiones espera que saque la gente tras verla?
R.- Que sean más tolerantes pero que, al mismo tiempo, cuestionen las cosas. ¿Se puede ser demasiado tolerante? Yo, por ejemplo, a pesar de que soy liberal, me río de los liberales.
P.- En su película algunos protagonistas son adictos al sexo, ¿qué piensa de los que sufren este tipo de trastorno?
R.- No sé si creerme su existencia. Pienso que es una consecuencia de los excesos de la sociedad capitalista. Si te estás muriendo de hambre, ¿puedes ser adicto al sexo? ¿Hay reuniones de adictos al sexo en Etiopía? Lo dudo. Creo que tenemos demasiado tiempo libre.
P.- El filme ha recibido críticas muy duras de grupos religiosos en su país.
R.- Sí, de grupos católicos.
P.- En España, como sabrá, el catolicismo es mayoritario...
R.- Pero en España ser católico es como ser blanco, todo el mundo lo es. Pero es aquí (en los EEUU) donde tenemos algunos seguidores de esta religión que están locos. La Liga Católica me atacó cuando estrenaba la cinta, como si estuviéramos en los 50. Puede que odies mi película, pero no tiene mala leche, no degrada a las mujeres. Es más, no creo que ni siquiera sea sacrílega, si uno cree que dios nos dio el sexo. ¿Por qué no puede haber milagros sexuales? Mi película es un proyecto prorreligioso, feminista y para toda la familia.
P.- ¿Le molestó que en su país le dieran una catalogación NC-17, que prohíbe a los menores de 17 ver la película?
R.- No me molestó creativamente, pero sí económicamente, porque en mi contrato tenía que entregar una película de categoría R (con ella los menores sí que pueden entrar a la sala, pero acompañados de un adulto). Y eso es lo que hice. Que yo sepa, es la primera vez que a una comedia americana, sin ser explícita, le dan esa catalogación. En muchos países hay sistemas de catalogación de películas, pero sólo en el nuestro tiene un estigma. Si recibes un NC-17, hay salas que no quieren pasar tu película y ciertos periódicos no aceptan materiales promocionales. Del póster tuvimos que hacer tres versiones. Uno para las ciudades, en el que se podían ver los pechos ridículamente grandes del personaje interpretado por Selma Blair; otro para el Medio Oeste, en el que las tetas tuvieron que reducirse, y otro para el Estado de Utah, con ellas todavía más pequeñas. Increíble. Y eso que se trata de una comedia. Un chiste, vaya.
Mas entrevistas:
http://www.mondosonoro.com/detall_cine.asp?id=81016
Otro articulo, entre tantos:
http://www.monmagan.com/elviruspurpura/evp14/3.htm