Es elegante, es valiente y es... un asesino."
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Filmografía Raoul Walsh DXC
FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA
Director: Raoul Walsh & Irving Cummings
Guión: Tom Barry sobre la narración de O'Henry The Caballero's Way
Fotografía: Arthur Edeson y A. Hansen
Montaje: Louis Loeffler
Música original y canciones: Lew Brown, Buddy G. DeSylva, Ray Henderson (Canción "Mi Tonia")
Sonido: Edmund Hansen
Sistema de Sonido: Fox Movietone
Vestuario: Sam Benson
Segunda Unidad: Archibald Buchanan, Frank Powolny, Charles Woolstenhulme
Productora: Twentieth Century Fox
Formato Original: 1'20:1, 35mm.
Color: B&W
Duración: 2659.08 m, 100 minutos
REPARTO
Warner Baxter .... The Cisco Kid
Edmund Lowe .... Sargento Mickey Dunn
Dorothy Burgess .... Tonia Maria
J. Farrell MacDonald .... Tad
Joe Brown .... Bartender
John Webb Dillon .... Soldado
Roy Stewart .... Comandante
James Bradbury Jr. .... Soldado
Fred Warren .... Pianista
Tom Santschi .... Vaquero
Henry Armetta .... Barbero
Frank Campeau .... Vaquero
Alphonse Ethier .... Sheriff
Helen Lynch .... Mujer
James A. Marcus .... Blacksmith
Chris-Pin Martin .... Cisco Rider
DVD
Edición: Twentieth Century Fox
Lanzamiento: 3 Junio 2005
Region: 1
Discos: 1 Single Layer
Video: NTSC (Mpeg-2 720x480)
Anamorphic: No, 4:3
Bit Rates Video: Mínimo DataRate (B/s): 69541
Máximo DataRate (B/s): 71477005+
Bit Rate Medio: 5'87 Mb.
Audio: English AC3 48kHz Normal Caption. Audio English AC3 48kHz Normal Caption. Mono. Versión restaurada y sin restaurar.
Subtítulos: Inglés y español
Otros-Extras: Static menu, Scene Access with 20 cues and remote access, Subtitles/Captions in English, Spanish with remote access, Packaging: Amaray, Picture Disc
Reviews: DVDTalk | DVDBeaver | Digitally Obsessed | Classics on DVD
SINOPSIS
Cisco Kid es un bravucón pero encantador bandido que siempre se encuentra un paso por delante del resto. Así es hasta que un sheriff implica a la novia de Kid en una astuta trama para atraparlo. Pero con más de un truco sacado de la manga, ilimitada en recursos, de Cisko Kid, puede que éste ría el último una vez más.
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Gestando In Old Arizona
La mesa de Sheehan estaba llena de notas y fumaba con furia. -Ya era hora- dijo al saludarme. La industria se va al infierno y tú te dedicas a perder el tiempo por ahí. -¿De qué estás hablando? Rebuscó entre los recortes de periódico y me puso uno en las narices. Narraba la proyección de una película sonora realizada por la Warner que se iba a estrenar el mes siguiente. -¿Qué es esto del sonoro? Explícamelo despacio. Recuerda, sólo soy un vaquero. -Si te pasas por el cine Beverly lo descubrirás.
Fui a la primera sesión de tarde y escuché mientras la pantalla hablaba (...) Cuando me disponía a salir un estallido sonoro llamó mi atención. Se trataba de un noticiario de Fox Movietone que mostraba una huelga portuaria. Un lider sindicalista exhortaba a sus compañeros marinos, no me interesaba lo más mínimo el tema del discruso pero sí el rodaje de la noticia al aire libre. Mi vuelta al estudio se produjo en un tiempo récord. Nada más verme, Sheehan empezó a decir algo y le corté en seco.
-Voy a realizar la primera película sonora al aire libre- grité. Cuando vi que sus ojos parpadeaban continué_ -Vete preparando, voy a depositar una bomba en tus narices. Expulsando una bocanada de humo en mi cara respondió: -¡Santo cielo!- Desahógate antes de que vomites el intestino. Bien, ¿qué diablos estás diciendo?
-Quiero un camión con equipo de noticiario y un guión del Oeste. -Sí, claro. Y los condenados al infierno quieres agua helada. Vamos sigue.
Le conté las reacciones que, como público que asiste a una proyección, yo mismo había tenido (...) Tú dame un camión, yo te daré sonoro y la acción de siempre. Dejaremos al público sin aliento. (...)
-¡Óyeme! Esto ha sido idea tuya, eso significa que si no resulta clavaré tu pellejo irlandés en un granero. Sin embargo yo pienso que puede funcionar, y así pillaremos al resto de los estudios con los pantalones bajados.
Tras estudiar y considerar varios guiones nos decidimos por una narración de O'Henry, "The Caballero's Way". (...) -Me gusta, Raoul- dijo tras repasar el guión. Me gusta todo menos el título. -¿Qué le pasa al título? A O'Henry le gustó. -Nosotros no somos O'Henry (...) necesitamos un título con mayor impacto dramático. -¿Qué te parecería In Old Arizona? -Suena mucho mejor, suena como debe ser. (...)
-Tú. ¿dónde quieres rodarla? -En Bryce Canyon, Utah.
Tuvimos esta coversación el jueves, para el domingo, mi ayudante Archie Buchanan ya había cargado el equipo. (...)
Me sentía optimista. Contaba con un cámara que había sido capaz de filmar una huelga, un argumento normal no debía plantearle problemas. Me imaginaba los titulares de los periódicos y las publicaciones cinematográficas: "Fox da un golpe mortal a Vitaphone con su Movietone, Walsh ha triunfado una vez más". (...)
Las condiciones climatológicas de Bryce Canyon auguraban un buen comienzo de rodaje (...) además los vaqueros eran lo bastante delgados para pasar por indios. El público jamás supo que la melena negra que exhibían provenía de la cola de varios caballos; les cortamos los mechones y se lo pegamos en la parte interna de las cintas que llevaban en la cabeza. (...) La novedad de tener que dirigir el diálogo al tiempo que la acción provocó ciertos cambios en el formato de los antiguos guiones (...)
<p align="justify">Alcanzado el metraje estipulado recibí una aviso de Sheehan (...) "¿Recuerdas la escena en que freías tocino?, el chisporroteo de la sartén resultaba tan real que me hizo sentir hambre". Tras repasar las pruebas que habíamos mandado quedó tan contento con el resultado que nos encargó cinco bobinas en lugar de las dos acordadas. (...)
Finalizadas las persecuciones y las escapadas de los indios, nos dirigimos hacia las colinas, abandonando el desierto. (...) Resultaba difícil desplazarse por el camino de tierra, lleno de socavones (...) el camión de Movietone se balanceaba demasiado como para poder inciar la grabación. Cuando conseguimos colocarlo en un lugar apropiado, Ed Nolan, el encargado de sonido me dio la mala noticia: -Estamos perdidos Mr. Walsh.
Parte del equipo se había estropeado. Le pregunté si podía arrreglar el desperfecto pero sacudió los hombros y dijo: -Tal vez puedan en Los Ángeles, si es que consiguen las piezas. Lo mejor sería contar con otro equipo.
Mi paciencia empezaba a escasear (...) Sospecho que fue en ese momento cuando los dioses decidieron cebarse conmigo.
ONE-EYED WALSH
... o de cómo Raoul perdió su ojo
Los asientos traseros y el maletero del coche estaban llenos de material y me senté junto al conductor. Es posible que fuera un poco bebido; como el resto de sus compañeros, buscaba ahogar las penas. Le pedí que redujera la velocidad, pues parecía un caballo desbocado dispuesto a saltarse todas las normas, pero se limitó a gruñir y siguió como sin nada. Durante parte del trayecto esquivamos fosas minerales y ganado, hasta llegamos a espantar un grupo de ciervos. Lo único que no esquivamos fue una liebre americana inmensa. Casi sin darnos cuenta, la liebre saltó sobre el parabrisas de mi lado y se chocó contra el cristal. Había quedado deslumbrada por los faros del coche y acabó muerta sobre nosotros. El golpe fracturó la luna, que no era de seguridad (Ford emepzó a instalar esos cristales al año siguiente) despidiendo una lluvia de astillas cristalinas.
Perdí el conocimiento, pero me recuperé enseguida y me di cuenta de que me había producido un corte importante. El conductor paró asustado y el resto del equipo apareció rápidamente para socorrerme.
-¡Cielos! -exclamó Buchanan-. Tu cara está destrozada.
El aspecto de mi rostro era muy desagradable; el ojo derecho estaba lleno de sangre y al ponerme la mano en el izquierdo, mirando hacia los faros del coche, me di cuenta de que no los podía ver. También sangraba por el mentón, tanto que la chaqueta de lanilla clara Donegal que llevaba se había vuelto roja. Apretando un pañuelo sobre la hemorragia intenté evitar que sangrara a borbotones, pero el pañuelo se empapó muy pronto. el asustado conductor me tendió un trapo sucio; desafiando las leyes de la medicina, no se me infectó la herida con aquel trozo de tela impreganado en aceite y grasa de motor. La violencia de la hemorragia parecía remitir y le pedí que reanudara el camino hasta Cedar City, lugar en el que localizaríamos a un médico. Con mi ojo izquierdo podía ver cómo asomaba la luna, pero al cerrarlo me quedaba ciego.
En el despacho del médico me recibió una enfermera que casi sufrió un desmayo al verme llegar.
-Parece como si alguien le hubiera golpeado con un hacha -dijo el médico señalando su mesa de reconocimiento-. Súbase aquí y le echaré un vistazo a ese ojo. Tras un breve examen sacudió la cabeza y añadió:
-Seré franco con usted: jamás volverá a ver con este ojo, pero quizá podamos salvarlo.
No sé cuantos puntos me daría en el rostro, pero lo que sí supe fue el dolor que iba a pasar con aquellas heridas. Mi único consuelo sería un trago de coñac, pero el médico me miró con mala cara. -No utilizamos alcohol en Utah-, apostilló.(...)
Con la cabeza vendada como una momia egipcia llegué a Salt Lake City (...) Nos dirigimos en coche al hospital, donde recibiría la ayuda necesaria. Comenzaba a perder la cabeza, puesto que cuando la enfermera me pidió que me desnudara y me metiera en la cama, yo le contesté muy profesionalmente que hiciera ella mlo mismo. Puedo imaginar su cara de sorpresa, de hecho me miró como si fuera a llorar en ese instante; luego cuando se le pasó la primera impresión se dio cuenta de que me comportaba de manera divertida. (...)
<p align="justify">Esperé a que la enfermera se marchara y me levanté de la cama. Intenté vestirme rápidamente pero Tom Mix cruzó la puerta antes de que me diera tiempo. Era una grata visita (...) había cruzado el desierto a una velocidad endiablada; en cuanto supo lo que me había ocurrido quiso venir a verme. (...) había venido cargado con una cesta de frutas. Y, conociéndole, sabía que su cesta guardaba algo más de lo que aparentaba a simple vista. Bajo todos los adorno florales había escondido una botella de coñac y otra de whisky. Dadas las circunstancias, el Hennessy de cinco estrellas me pareció mejor que cualquier burbujeante champán francés.(...)
Mis dolores había desaparecido con la medicina de Tom, pero cuando el doctor y la enfermera aparecieron de nuevo, tuvimos el tiempo justo para esconder las botellas. El Hennessy acabó bajo mi colchón y el whisky bajo el oportuno sombrero de Mix. Allí permaneció hasta que la áspera enfermera le pidió a Tom que saliera de la habitación; cumplió ordenadamente y, al despedirse, levantó su sombrero y se marchó. La botella de whisky estaba frente a nuestras narices, acusándome. Antes de que la enfermera pudiera decir nada el médico tomó las riendas de la situación. Me vendó la cara y gruñó otra vez recogiendo la botella al salir. Por suerte, jamás supo nada acerca del coñac que dormía bajo el colchón. En cuanto salieron me agarré a ella y la terminé de un trago.
A la mañana siguiente estaba medianamente arrepentido, me había pasado la noche soñando con enfermeras de rostro de caballo y liebre gigantes que se avanlazaban sobre mí.
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Por el AR del video que nadie se asuste, es el original y es respetado por el dvd*
CAPTURAS
BIBLIOGRAFÍA (recopilación de varios sitios)
- Bogdanovich, Peter. Who the Devil Made It. New York: Knopf, 1997; pp. 127-59.
Canham, Kingsley. Curtiz, Walsh, Hathaway: The Hollywood Professionals, 1. New York: A.S. Barnes, 1974
Casas, Quim, Raoul Walsh, Edicones JC, Madrid, 1982
Comuzio, Ermanno. Raoul Walsh. Florence: Il castoro cinema, La Nuova Italia, 1974.
Coursodon, Jean-Pierre. American Directors, v. 1. New York: McGraw-Hill, 1983; pp. 350-57
Coursodon, Jean-Pierre & Bertrand Tavernier. 50 ans de cinéma américain. Paris: Omnibus, Nathan, 1995; pp. 962-74.
Cozarinsky, Edgardo. "Raoul Walsh," in Richard Roud, ed., Cinema: A Critical Dictionary. London: Secker and Warburg, 1980; pp. 1952-55.
Giuliani, Pierre. Raoul Walsh. Paris: Filmo 14, Edilig, 1986.
Hardy, Phil. Raoul Walsh. Edinburgh Film Festival, 1984.
Joly, Jacques. "Esther et les autres," Cahiers du Cinéma 122, August 1961.
Kemp, Philip. "Walsh," in John Wakeman, ed., World Film Directors, vol. 1. New York: Wilson, 1987; pp. 1149-59.
Lourcelles, Jacques. Dictionnaire du Cinéma: Les Films, Lafont, Paris, 1992. Passim.
Marmin, Michel. Raoul Walsh. Paris: Cinéma d’aujourd’hui, Seghers, 63, 1970.
Walsh, Raoul. La Colère des justes. Translated by Jacques Lourcelles. Paris: Belfond, 1972. Come Hell or High Water
Walsh, Raoul, Each Man in His Time. New York: Farrar, Straus and Giroux, 1974. [Autobiografía]
Présence du Cinéma, 13, May 1962.
Casablanca nº 2, 1981
Cinematexte nº 10, 1963
Contrechamp 3, May 1962.
Contracampo (Paulino Viota y Jesús González Requena) nº 20
Cahiers du Cinéma, 154, April 1964.
Dirigido por nº 38 y 39, 1978
Film Ideal, nº 210, 1969
Positif, 146, February 1973.
Films and Filming, 225-227, June 1973.
Image et Son nº 254, 1971
Positif 454, December 1998.
Positif 482, April 2001.
Sight and Sound 1974-5