Ensayo de un Crimen (Luis Buñuel, 1955) DVDRip

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Papitu
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Ensayo de un Crimen (Luis Buñuel, 1955) DVDRip

Mensaje por Papitu » Mié 11 Ene, 2006 21:39

Esta película hace tiempo que corre por la mula y, curiosamente, no ha sido referenciada en DivXClasico, así que aprovecho la ocasión para:
1) Referenciarla
2) Introducir una nota biográfica sobre MIROSLAVA STERN, la protagonista de la película.

Vamos a ello.

ENSAYO DE UN CRIMEN, también conocida como LA VIDA CRIMINAL DE ARCHIBALDO DE LA CRUZ es una divertidísima y cuasinegra película del gran BUÑUEL en su etapa mejicana. En ella se dan cita casi todos los fantasmas que pueblan las cintas de Buñuel: el erotismo, la muerte, traumas infantiles, diversos fetichismos, los curas, los militares... Relata las desventuras de D. Archibaldo de la Cruz (el nombre ya se las trae), que está convencido de ser un asesino, y sus relaciones con el sexo femenino.

Aquí os dejo unas capturas para que os podáis dar una idea:
Imagen

El Elink es: ed2k link1955.-.Ensayo.De.Un.Crimen.(Luis.Bunuel).avi ed2k link stats


DATOS DE LA PELÍCULA:

TÍTULO ORIGINAL: Ensayo de un Crimen o La Vida Criminal de Archibaldo de la Cruz
NACIONALIDAD: México
AÑO: 1955
DURACIÓN: 01:26:25
DIRECTOR: Luis Buñuel
INTÉPRETES: Miroslava Stern, Ernesto Alonso, Rita Macedo.
SINOPSIS: La muerte de varias mujeres cercanas a él hacen que Archibaldo de la Cruz crea que es un asesino. Su único razonamiento es que él deseó todas esas muertes. En un interrogatorio frente a un juez, Archibaldo devela su vida y las razones por las que piensa que debe ser juzgado.
MÁS INFORMACIONES: imdb y también Películas del Cine Mexicano


DATOS DEL ARCHIVO:

COMPRESOR: DivX 5
BITRATE: 900
FRAMERATE: 23.976
TAMAÑO: 698 MB
A.R.: 480 x 352
AUDIO: AC3 48000Hz 224 kb/s estéreo.



Y ahora os quiero comentar algunos aspectos de la vida de Miroslava, así era conocida en México, la protagonista de la película. De hecho, Miroslava Sternova nació en Checoeslovaquia en 1925 y falleció por causas no naturales pocos días después de acabar esta película. Se la conoció, a causa de su soberbia belleza, como la Marilyn Monroe del cine mejicano y podéis consultar su filmografía aquí.

Oficialmente su muerte fue considerada un suicidio debido a mal de amores, sin embargo se desataron un mar de rumores de toda índole. Posiblemente la mejor documentación que poseo es un artículo publicado por CARLOS SAMPELAYO, un conocido guionista de cine mejicano, en la revista TIEMPO DE HISTORIA (Número 40, Marzo de 1978) y que reproduzco a continuación. Esta revista fue, en su tiempo, una buena revista de Historia y estaba dirigida por el recientemente fallecido EDUARDO HARO TÉCGLEN, lo que debe conferirle un tono de seriedad.

<hr width="50%">
Carlos Sampelayo
Miroslava, la actriz que llegó del frío
ImagenEra difícil creerlo, conociéndola. Los periódicos lo daban a toda plana. ¿Sería mentira? ¿Un truco para anunciar una película suya? Ningún órgano informativo se resistía a esa clase de publicidad. «Suicidio de Miroslava» decían los titulares…

No se creía porque estaba reciente un bulo publicitario sobre la muerte de María Félix, y otro que refería el «balaceo» de Jorge Negrete a Agustín Lara, porque no podía soportar el recuerdo de que el músico-poeta hubiera estado casado con ella. Era un momento en que Miroslava había llegado al máximo de su estrellato y varios cines estaban proyectando películas de ella, con llenos diarios. Indudablemente aquello olía a mentira pagada.

Pero no. Era verdad. Se acompañaban fotos con el cuerpo rodeado de policías y fotógrafos, en la posición encontrada, a las 12 del jueves 11 de marzo de 1955 en su chalet de la calle Kepler, 83. Miroslava Stern, reina de la industria cinematográfica mexicana, alta, de ojos verdes, rubia clara, ya no existía. Pero la verdad es que no se había suicidado. La había asesinado su manicura y secretaria, Marta Aurelia Hernández. Ni había sido un caso de lesbianismo.

Miroslava trabajaba para los países socialistas. Concretamente para el contraespionaje polaco, que coordinaba toda la acción de los servicios del Oriente europeo. La mató su secretaria y amiga íntima que, a su vez, trabajaba para los servicios ingleses.

México estaba a salvo de estas luchas intestinas de la «guerra fría». Sólo era una plataforma donde apoyar acciones superiores. Marta Aurelia le administró el somnífero Total. No era verdad tampoco que un amor por Luis Miguel Dominguín la hubiese llevado al suicidio, celosa de Lucía Bosé. El torero y la estrella checa eran muy amigos, sólo porque a ella le gustaban los toros con delirio.

Marta Aurelia, alias «Tere», hizo que la doncella se fuera de la casa y preparó la última escena de la «película». La Policía mexicana optó por aceptar como causa de la muerte el tópico estereotipado: «Puso fin a su vida...». La familia no presentó denuncia. También se movía en la misma órbita secreta de la joven rubia de la mirada verde.

El retrato de Luis Miguel Dominguín lo había puesto entre los dedos muertos de Miroslava la misma Marta Aurelia para hacer ver el motivo del «suicidio», plan sugerido por los servicios británicos, ya que en marzo de 1953 Luis Miguel era el torero de mayor fama en México y parecía verosímil un romance con aquel final trágico.

Que se había quitado la vida lo creyeron todas las gentes, aunque el motivo se achacara a causas diversas, todas por amor: Luis Miguel, la secretaria, Ivo el hermanastro, el cantante y actor Pedro Infante... Todo rodeado por su hermosura, su alegría, sus personajes cinematográficos, su calidad de actriz. Y luego el olvido de su vida y de su muerte.
A últimos de 1975, en la revista mensual londinense «Ligth », Alexis Driscoll informaba retrospectivamente de otro suicidio ocurrido cuatro días después del de Miroslava: el de la secretaria, que « se arrojó bajo las ruedas de un tren».

Revela Driscoll que un compañero suyo, llamado Snowden, fue quien empujó a la muchacha a la vía, al paso del tren. Se lo había dicho el propio Snowden, añadiendo que fue necesario pagar el crimen con el crimen.

Esta narración de Driscoll justifica el presente reportaje a los veintitrés años de los hechos.

Los servicios polacos pudieron conseguir la autopsia del cadáver de Miroslava, y no dudaron de su asesinato. Se le había administrado un poderoso tóxico empleado en otras ocasiones por los espías británicos.

La «Tere» -o Marta Aurelia- tenía varias identidades y se hacía llamar de distintas maneras, según dónde y la acción a desempeñar. Amiga íntima, maquilladora, manicura, secretaria y confidente de Miroslava, lo sabía todo acerca de ella, que era muy importante en la organización y popular. Había que matarla y lógicamente se le ordenó a Marta Aurelia que lo hiciera.


LA PLATAFORMA MEXICANA

El trabajo de agentes y contraagentes en México hace veinticinco años tenía conexión con sus servicios respectivos en EE.UU., punto esencial donde se desarrollaba una sorda lucha. Es decir, México era como una plataforma de lanzamiento o un laboratorio analítico de las acciones programadas o en estudio, de la misma manera que en la Gran Guerra lo fueron El Cairo y Constantinopla o, en la II Guerra Mundial, Santander, Barcelona, San Sebastián, Lisboa y Coimbra. Así, desde el conflicto coreano el vértice de los trabajos espionísticos convergía en Acapulco, parada de grandes figuras de la política internacional.

Asesinatos impunes fueron cometidos por organizaciones secretas en lucha, tanto en Ciudad de México como en el paradisíaco puerto del Pacífico, donde se «trabajaba» desahogadamente aunque con precauciones estupendamente llevadas, sin mostrar en ningún momento la ingenuidad de los espías de telefims, que al final lo cuentan todo ellos mismos.


PEQUEÑA HISTORIA DE MIROSLAVA

Había nacido en Praga el 26 de febrero 1926. Su padre adoptivo, el médico psicoanalista Oscar Stern, pertenecía además a la diplomacia checoslovaca y tuvo que huir a México durante la invasión nazi. Entraron al por Mazatlan (puerto del Pacífico), en 1941. Miroslava tenía 15 años gloriosos.

La sociedad de Ciudad de México le abrió sus puertas enseguida con la admiración que provoca la belleza. En 1944, la proclamaban reina del Country Club, esa institución social que en las capitales de toda América sirve pare que se solacen los ricos. En México celebra todos los años un baile llamado «Blanco y Negro», en el que se elige a la muchacha más bonita, y Miroslava lo fue entonces por unanimidad del jurado. Iba tal cual era, sin pintar, sin maquillar.

El paso a las pantallas vino rápido.

Se casó con Jesús Jaime Gómez Obregón un aprendiz de actor que asistía como ella a la academia del japonés Seki Sano, uno de los mejores profesores de actuación teatral que ha habido en México, seguidor de la escuela de Stanilslawski. Pero antes de cumplirse el segundo año del matrimonio, se separaron. No se entendían y no por culpa de los idiomas distintos, pues Miroslava hablaba perfectamente el castellano.

Vestía muy bien Miroslava, y siempre se la veía en las fiestas de las Embajadas, alternando con sus funcionarios. Viajaba mucho, al Oriente Medio, a Francia, Inglaterra, EEUU. A España, no, a pesar suyo. La tenían fichada como «roja».

Pero su amigo Luis Miguel Dominguín consiguió que entrara. ¡Quién le negaba nada a Luis Miguel entonces! Ella aguardaba sus correteos por África, y se quedó en Túnez hasta recibir el visado, un propicio Túnez de turistas británicos de primera clase, donde mantuvo conversaciones y entrevistas.

Desde España volvió a México y especialmente a su Acapulco, la playa preferida por Miroslava Stern-Sternova.

Pero al volver del Norte de África y Europa esta vez, Miroslava se sentía acorralada por extraños perseguidores desconocidos. Desasosegada por motivos que en la profesión cinematográfica se ignoraban, su representante trató de que fuera a ver a un psiquiatra. Pero ella sabía muy bien que aquellas inquietudes las producía el desdoblamiento de su personalidad. Marta Aurelia, quizá preparando su coartada, declaró que en enero de 1953 Miroslava ya intentó el suicidio, tratando de arrojarse del coche de su manicura en marcha. Ésta paró el vehículo sujetando a su «amiga». La verdad es que nadie podía pensar que la «estrella» fuese capaz de quitarse la vida en los días anteriores a su muerte, en que pareció haber recobrado el optimismo y la risa. El actor Ernesto Alonso la invitó a comer el martes anterior. Se citaron para repetir el convite al día siguiente. Ella no acudió. El jueves, el actor fue a la casa de la calle Kepler para saber qué le había pasado. Nadie le abrió. Miroslava ya no existía.

Habían pasado treinta y cuatro horas desde que salió del estudio. La encontraron muerta en el lecho con una bata azul celeste por encima y en la mano el retrato de Luis Miguel. Llevaba veinticuatro horas muerta. En la mesilla de noche había un frasquito con « Dodecalivex » y un tubo con comprimidos de «Ayerlucid». Pero la autopsia no delató la existencia de estas dos substancias, sino el tóxico ya referido de procedencia inglesa, desconocido en México. Los otros dos fármacos, con el contenido casi agotado, pretextaban la muerte por ingestión excesiva de somníferos. «Se había suicidado». La cianosis en las uñas de pies y manos y los dedos morados advertían de la administración de una fuerte dosis venenosa.

Teresa -Marta Aurelia Hernández y otros alias-, de profesión «estheticienne», prestaba sus servicios en el instituto « Sara Glein », calle Niza, 23, donde conoció a la adorable cliente que habría de ser su víctima.

UNA FAMILIA DE ESPÍAS

Había nacido para el espionaje. Amaba esa profesión. Su tía segunda, Mila Jarushkova, también lo fue en la Primera Guerra Mundial, desarticulando servicios de Mata-Hari, que servía a Alemania pasando por aliadófila. Espionaje y contraespionaje, es lo mismo. Mila Jarushkova era una estrella en el juego antiaustroalemán, y operaba en Europa y en los EE.UU.

En Nueva York entró como institutriz en la residencia lujosa de una condesa alemana, amiga del embajador alemán Von Bornstoff. Ni el alto mando del espionaje militar de su país sabía que era aquella guapa «chica checa» la que transmitía cuanto hablaban sus patronos con el diplomático alemán. Transmitía asimismo las entradas y salidas de los visitantes del embajador. Entre ellos, el más prestigioso espía histórico, Von Rintelen.

A Mila le ayudaban para enviar sus mensajes. Es su hermano José Jarushkov y otra espía americana, la señora Nelson. Al entrar los EE.UU. en la guerra, se presentó al jefe del Servicio de Espionaje Militar de la resistencia checoslovaca, Emmanuel V. Vasca, descubriendo por vez primera su identidad y dispuesta a seguir trabajando para el servicio en otras actividades, ya que Von Bernstorff tenía que abandonar Norteamérica y no había ya nada que espiar sobre la Embajada.

-¿Qué me aconseja usted que haga?, le preguntó Mila a Vasca. Me pongo incondicionalmente a sus órdenes.
-¿Está usted dispuesta a arrostrar cualquier peligro?
-Cuento con ello, dijo la muchacha sin darle importancia.

La empresa encomendada era difícil. Con pasaporte norteamericano no podría entrar en Alemania y con pasaporte austriaco no podría salir de EE.UU. Pero era necesario, por determinación del director del Servicio de Espionaje Militar y sancionado por Masaryk, mandar comunicaciones a los checos de Bohemia. (Hay que aclarar que en la guerra de 1914-18 los checos peleaban por su independencia contra el sometimiento a Austria-Hungría, la otra potencia central imperialista coaligada con Alemania).

A Mila le pareció normal lo que se le encomendaba. Pensó hacer creer a la condesa que le repugnaba ya estar en EE.UU. cuando éstos habían entrado en la conflagración a favor de los aliados. La amistad de la condesa con Von Bernstorff se iba a poner en juego para que éste se llevara a la muchacha. A las cuarenta y ocho horas de la primera entrevista, Mila le anunció al jefe del Espionaje, Emmanuel V. Vasca:

-Todo está arreglado. Figuraré en los pasaportes como sirvienta de la señora Von Bernstorff.

Le dieron sus mensajes para Praga. Pero los británicos apresaron el barco en que hacía la travesía y lo confinaron en Halifax. Poco duró el confinamiento. Otro espía inglés se le presentó y la Jaruskhova le dio cuenta de algunas valiosas conversaciones que había sorprendido en el barco.

Su siguiente etapa fue Copenhague. Tomó habitación en un hotel de tercer orden, dejando plantada a la familia alemana, y fue a verla otro agente del servicio británico. Todas sus andanzas estaban preconcebidas por sus superiores. Aquel nuevo colega puso en sus manos las comunicaciones que Masaryk quería hacer llegar a la Bohemia irredenta. Tras haber pisado tierra alemana, nuestra espía novecentista «metió la pata». Antes de llegar a Bohemia, había tomado el tren y aposentado en el mismo departamento un muchacho con aspecto rural. Saludó, dijo unas palabras amables. Pasando la raya de los dos países, a Mila se le escaparon unas lágrimas:

-¿Qué le ocurre?, le preguntó el campesino. ¿Puedo hacer algo por usted?
-Estoy llorando de alegría, le respondió Mila, porque regreso a mi patria después de un largo destierro.

Se descubrió. Era checa independentista, lo que equivalía a odiar a Austria y Alemania.

Al llegar a la siguiente estación, el campesino puso un telegrama. Y en la posterior esperaba a Mila para detenerla nada menos que un destacamento del Ejército. (Sí, como en las películas de Von Sternberg). Fue conducida a Praga y después a la cárcel. Claro que el campesino era otro agente del servicio alemán. Andaban por todos los ferrocarriles. El Servicio Secreto Austriaco estaba enterado de todo. De la estancia en Copenhague en el hotel, donde también se alojaba un agente de Masaryk llegado de Londres, seguido de cerca por los espías alemanes, y con el que Mila se había visto dos o tres veces. Hasta hubo un testigo de su connivencia con los rebeldes checos.

Una información de la misma Bohemia la acabó de acusar. Su hermano José Jarushkov había huido tras la ejecución por rebeldía de un querido correligionario. Los austriacos de Viena la trasladaron después a la prisión de políticos, donde también se encontraba desde hacía muchos meses Alicia Masaryk, hija del hombre a quien Checoslovaquia debió más tarde la independencia del país y fue elevado a presidente de la República.

Sólo pasó dos días encerrada la tía de Miroslava, porque al cabo de ellos se escapó de la prisión, no obstante las precauciones tomadas. ¿Cómo? Sigue la película. Al llevarle la celadora la comida, fingió una insoportable indisposición física con dolores en el corazón. La carcelera entró en la celda y Mila le propinó un soberbio «crochet» de izquierda, como sus ideas, que la dejó KO. Luego se vistió con sus ropas y se fue a la calle saludando cortésmente a los carceleros de la puerta. Pasó bastante tiempo antes de que hallaran a la celadora en la celda de Mila, con las medias de ésta como mordaza.

A partir de este episodio, la estrategia espionística de Mila cambia por completo. Se pone en comunicación con Mata-Hari y se transmiten una a otra sus informes, fingiéndose mutuamente del mismo servicio. Mila facilita una comunicación extraída de la bailarina que permite a la Flota inglesa atacar y hundir el barco almirante de la alemana. También consigue que los aliados aniquilen el Cuerpo de Ejército del general Ludendorf en una garganta de los Alpes, contribución a la terminación de la contienda con el resultado de la independencia checoslovaca.

Vuelve a la cárcel en 1918. Ahora no hay manera de intentar la fuga, porque la vigilan estrechamente. Condenada a muerte, no llega su ejecución por la firma del armisticio. La postrera orden del aún jefe del Estado austrohúngaro, Carlos, amnistiaba a todos los encarcelados políticos.


SANGRE DE ESPIA

Y bien: Mila, prima de la madre de Miroslava, enseñó a ésta desde su infancia todas las prácticas de una buena espía, y la lanzó.

Pero hay en la corta vida de la estrella otra tía, ésta carnal, que la enseña asimismo el «oficio». Es Ana Chalupkova, hermana de la madre. Otro eslabón en los servicios secretos de la Primera Guerra Mundial. Así pues, Miroslava Sternova lo llevaba en la sangre. Una sola vez hablé largo y tendido con ella. Era tan linda que costaba trabajo creer que fuera tan inteligente. Desde que puso sus pies quinceañeros en México, comenzó a actuar. Durante ocho días pudo interceptar la valija postal que llegaba al servicio secreto británico. Imposible conocer en qué forma lo hacía, ni de qué manera llegaban a sus manos secretos y notificaciones. Conviene recordar que, a los treinta y ocho años de la primera guerra mundial, Inglaterra ya no era aliada de Checoslovaquia en la llamada «guerra fría», sino enemiga subrepticia de todos los países del Este, cuyos servicios de inteligencia los llevaban los polacos, a los que pertenecían los informes que conseguía la «estrella».

Era absurdo sospechar de una adolescente de quince años. Los británicos pusieron sus ojos en otro agente que debió pagar los vidrios que rompía la muchacha, cuya belleza sólo inspiraba pensamientos eróticos. Era su mejor escudo. No se podía imaginar que aquella beldad estuviera pendiente de la política privada en China, a la sazón de Chiang-Kai-Shek, en Francia, en EE.UU. o en Gran Bretaña, como agente de Polonia. Ni que visitara Wáshington y aun la Casa Blanca sacando fotografías turísticas para otros menesteres que el coleccionismo inútil.

Y después, tras su proclamación como «Miss Blanco y Negro» del Country Club de México, asistir a todas las fiestas de las Embajadas, conversar con las gentes que el «servicio» designaba... Dotada en estrategia, en una guerra total habría aventajado a la célebre Mata-Hari, con la que se le podía comparar porque la superaba en la dulce hermosura sin sugerir trabajos de zapa, conflagraciones, revoluciones. Su palmito la llevó a prestigiarse tanto en las pantallas como en los servicios secretos.

En México vigilaba a los espías de los países occidentales, y hasta se valió en ciertas ocasiones de Pedro Infante, sin que él lo sospechara, para enviar cartas privadas en una caja de galletas por el avión propio en que el actor practicaba el contrabando y con el que se dio el golpazo mortal.

El gran cantante y ella fueron «estrellas» emparejadas de algunos films de gran éxito. Gustaban al público porque trabajaban bien y; eran alegres. Igual los estimaban en el estudio.

Por la fugacidad de su matrimonio, la gente dio en decir que era lesbiana, que se acostaba con su hermanastro Ivo y... que tenía amores con Luis Miguel Dominguín. Todo sin fundamento, aunque -experta en cautelas- pudo haber tenido amores con absoluta clandestinidad insospechada. También, se dijo que rebasaban la amistad sus relaciones con Pedro Infante, con Jorge Negrete. Y por ello se le supuso una rivalidad con María Félix.


UN «ACCIDENTE» MUY ELABORADO

Henri Moifer, compatriota de Suzanne Dreyfus, una espléndida y madura francesa de 38 años, la asesinó también por el mismo procedimiento con que fue asesinada Miroslava, el 31 de julio de 1958, en una casa de la calle Murillo, 37, de Mixcoac (México D.F.). Gentes del barrio fueron testigos de que, a las ocho de aquel día, salió del garaje de aquella casa un coche llevando tras el conductor a una señora «dormida» y blanca como lacera. Supusieron que la llevaban a alguna clínica, por haberle dado quizá un colapso. Pero el coche partió para Acapulco a toda velocidad. Ya en la ciudad vacacional, los ocupantes del mismo se encaminaron hacia la playa de « Tabachines », muy lejos del conglomerado urbano, a unos 45 kilómetros, y sacaron de él lo que era el cadáver de Suzanne Dreyfus.

Y comienza la complicada operación de simular un «accidente» para encubrir un crimen: es fácil extraerle la sangre a aquel cadáver, que lo es desde hace más de cuatro horas. Luego le colocan el bikini, le amputan una de las bellas piernas y una mano con serrucho, y le insuflan aire en los pulmones y el vientre para que flote. Una lancha rápida traslada todos los despojos hacia dentro y los arroja al agua frente a la playa concurrida de Caleta, mientras Moifer se baña en ella despreocupado. De pronto, dice que ha oído un grito y que debe de ser su amiga Suzanne, a quien ha dejado nadando allí. Y señala con el dedo. Grita que vayan a socorrerla las lanchas salvavidas. Van, y un hombre llamado Carlos Pineda trae el tronco del cadáver y lo deja en la arena.

-Ha sido un tiburón.
-Una tintorera.

La gente está horrorizada y comenta... Comentan los expertos que hace un siglo que no hay tiburones ni tintoreras por Acapulco. En las diligencias. policiales, Pineda no cree que haya sido un tiburón ni otra clase de escualo el causante de aquella carnicería, sino una lancha rápida que poco antes viera cruzar por aquel sitio, y que posiblemente al arrollar a la bañista le cercenó el brazo y la pierna. Al día siguiente va a buscarle la «Policía» mientras dormía en su casa muy tranquilo.

Pero... no era la Policía. Pineda nunca estuvo detenido ni volvió a su casa.

Enrique Moifer, amigo de la bella Suzanne Dreyfus, desapareció también, y con aquel nombre no figuraba en las listas de Migración. En la autopsia se encontró el mismo tipo de veneno que cinco años antes había eliminado a Miroslava Stern.

Suzanne poseía una «boutique» en Acapulco, que ostentaba en la muestra su propio nombre. Los que la visitaban encontraban en su casa -no en la tienda, sino en la calle Quebrada, 64- libros sobre marxismo, y revistas y diarios de igual tendencia. Tenía amigos comunistas y daba clases en la Escuela de Verano. Para los reaccionarios era una «rojilla». Había entrado en el servicio secreto durante la Segunda Guerra Mundial, en plena juventud atractiva. Antes, a los 16 años, fue a la España republicana al declararse la guerra civil, y se hizo muy amiga de Azaña y actuó de secretaria de Largo Caballero. Algunos supervivientes de las Brigadas Internacionales la recuerdan aún por su valor y audacia cuando iba al frente...
Última edición por Papitu el Vie 13 Ene, 2006 19:26, editado 3 veces en total.

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karma7
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Mensaje por karma7 » Mié 11 Ene, 2006 21:56

Tremendo papitu, gracias por todas las reseñas y por abrir el hilo de una película totalmente indispensable, para mí claro.
Chauss ¡¡¡

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style
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Mensaje por style » Jue 12 Ene, 2006 11:10

Pues clickada. Muchas gracias Papitu :wink:
El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen.

NitteZtalker
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Mensaje por NitteZtalker » Jue 12 Ene, 2006 12:52

Una manifestación más de la genial etapa mexicana de Buñuel (a mi gusto, la mejor) Gracias Papitu

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kizmiaz
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Re: Ensayo de un Crimen (L. Buñuel, 1955) DVDRip

Mensaje por kizmiaz » Jue 12 Ene, 2006 13:45

Papitu escribió:Esta película hace tiempo que corre por la mula y, curiosamente, no ha sido referenciada en DivXClasico...
No te voy a quitar la razón peeero...el link es el mismo que el que hay en la filmografia de Buñuel, luego "referenciada" está :P

Gracias por refrescar la memoria y por la esplendida ficha, viendo la calidad de las imágenes, me apunto en cuanto descargue un poco la mula... que esta es de las que me falta!

nordlingen
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Mensaje por nordlingen » Vie 13 Ene, 2006 00:16

Mudo, papitu, me dejas mudo. Una reseña interesantísima. Pincho ipso facto. Gracias y saludos. :mrgreen:

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Norman_Bates
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Mensaje por Norman_Bates » Vie 13 Ene, 2006 12:50

- Pues la voy a pinchar, gracias por la información Papitu.
"El mejor amigo de un muchacho es su madre"

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KilgoreTrout
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Mensaje por KilgoreTrout » Vie 13 Ene, 2006 19:05

Queda pinchada por aquí también, tiene una pinta muy interesante.

Saludos.

xaica
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Mensaje por xaica » Vie 13 Ene, 2006 22:15

pincho,muchas gracias papitu

manuela
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Mensaje por manuela » Sab 14 Ene, 2006 12:03

La pincho. Gracias Papitu.
"La armonía interior es mejor que la evidente" Heráclito

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CKDexterHaven
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Mensaje por CKDexterHaven » Sab 14 Ene, 2006 20:57

En pausa breve.

Muchas gracias, Papitu. Muy curioso lo de la Miroslava.

xaica
Mensajes: 858
Registrado: Mar 25 Mar, 2003 01:00
Ubicación: Tarraco

Mensaje por xaica » Dom 15 Ene, 2006 10:23

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salu2

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Marc27
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Mensaje por Marc27 » Dom 15 Ene, 2006 10:34

Hola amig@s.

Interesante Papitu, vamos a por ella. Muchas gracias.

Saludos. :D

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condeorlok
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Mensaje por condeorlok » Lun 16 Ene, 2006 13:28

La ataco con la estaca

Gracias Papitu

xaica
Mensajes: 858
Registrado: Mar 25 Mar, 2003 01:00
Ubicación: Tarraco

Mensaje por xaica » Lun 16 Ene, 2006 15:06

Completa y compartiendo por unos dias,muchas gracias

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oscarriutort
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Ubicación: Okinawa

Mensaje por oscarriutort » Vie 19 Oct, 2007 20:07

me apunto muchas gracias
"Los videojuegos no afectan a los niños. Si fuera así y el comecocos nos hubiera afectado, ahora estaríamos deambulando por lugares oscuros, comiendo píldoras mágicas y escuchando ritmos electrónicos repetitivos"

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mortimerbrewster
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Mensaje por mortimerbrewster » Dom 16 Dic, 2007 20:34

yo tambien caigo en el hechizo de Papitu... ;) más quiero más :)
Alta Definición es una necesidad, no un lujo.

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albiblanco
Mensajes: 812
Registrado: Mar 21 Dic, 2004 01:00
Ubicación: Visto por última vez en un Porsche 550 Spyder

Mensaje por albiblanco » Dom 16 Dic, 2007 23:47

A ver qué tal...

¡Gracias!
¿Qué narices significa "cine silente"?

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