
Cineasta francés (Lunel-Viel, 1909). Aprendiz de tipógrafo linotipista, Georges Rouquier fue un apasionado del cine desde su juventud y descubrió maravillado las obras de Chaplin, Flaherty, De Mille, Eisenstein y Dovjenko. Habiendo llegado a sus oídos que Eugene Deslaw había realizado una película por un precio módico, enamorado de la fotografía y de la mecánica, se compró una cámara de ocasión y rodó su primera película, Vendanges , que posteriormente se extravió. Al llegar la revolución del "hablado", Rouquier se familiarizó con el sonido, sin por ello abandonar su profesión de linotipista. Tras un largo aprendizaje, llegó Le tonnelier , la obra que realmente puede considerarse la primera de este cineasta que nunca llegaría a hacer una verdadera carrera. La película, realizada tras su regreso a Lunel, mostraba la fabricación de un tonel de un artesano tonelero. Tanto el personaje, inscrito dentro de su propio contexto vital, como los gestos propios de su trabajo, fueron elegidos y magnificados por el cineasta con absoluta seguridad, fruto de una paciente familiaridad con su protagonista, y un gran dominio de la técnica cinematográfica. Le tonnelier fue premiada en 1943, y su productor, Étienne Lallier, confió a Rouquier la realización de Le charron , de nuevo centrada en un personaje y su trabajo: la construcción de una rueda, una auténtica "ciencia". Le seguirían otros retratos de artesanos en los que, ciñendo la realidad al máximo profundizaria en cada tema de forma singular: Le chaudronnier, exponía la transformación de una tradición artesana en industria por imperiosa necesidad y Le maréchal-ferrant (César 1978 al mejor CM DOC), la evolución en el herraje de los animales de tiro, desde la Antiguedad hasta nuestros dias. Pero Rouquier no se dejó encasillar en un género. Farrebique , su primer y más célebre largometraje, marcó una tercera vuelta del cineasta a sus fuentes, decididamente vivificantes. De un individuo, pasó a una comunidad, la de una familia de campesinos del Rouergue, que vivían aún en régimen de autarquía en vísperas del gran cambio que iba a producirse en el mundo rural, acelerado tras la guerra. Farrebique era una evocación de las cuatro edades de la vida, desarrollada al hilo de las cuatro estaciones, y tejida con los pequeños acontecimientos de la vida cotidiana, sus penas y sus alegrías. El principal resorte dramático de la película era la necesidad vital de las faenas del campo y del cuidado de los animales, aunque planteando también los problemas de la electrificación de la granja y la conservación de los bienes raices. Farrebique , moderna geórgica, suscitó fuertes polémicas criticas. Aunque eliminada de la selección oficial del primer Festival de cine de Cannes , (1946), obtuvo, en ese mismo festival, el Gran Premio de la crítica internacional. Rouquier proyectó entonces la posibilidad de llevar a cabo una continuación, pero no fue escuchado y volvió al medio y cortometraje. L'oeuvre scientifique de Pasteur (CO Jean Painlevé) fue un claro exponente del camino intelectual seguido por un hombre encerrado con demasiada frecuencia en los estereotipos, y de sus luchas en solitario contra el mundo científico de su época; tanto Le sel de la terre , que dedicó a la evolución de la Camargue y cuya apertura es digna de Flaherty, como Malgovert (CO Daniel Lecomte), que narraba la construcción del pantano de Tignes, sin escamotear las trágicas consecuencias que acarreó, fueron dos títulos de encargo ejemplares. Sangre y luces , su segunda incursión en el terreno del largometraje, se presentaba con los más desfavorables auspicios (coproducción arbitraria distribución hipotética). Fue un fracaso nada deshonroso, que no desanimó a su autor: realizó, una tras otra, tres de sus mejores películas. Rouquier pareció reflejar la existencia de Arthur Honegger en un sutil retrato, en el que consiguió captar el tanteo del músico en su incesante búsqueda e inspiración, aun abandonado por sus fuerzas; la lucidez de un hombre que, en el ocaso de su vida, hacía reflexiones esenciales sobre su arte y el destino humano. De nuevo en el terreno de lo imprevisible, Rouquier y el operador Albert Viguier se anticiparon, en 1954 y con Lourdes y sus milagros , a lo que más tarde sería el "cine directo": un equipo reducido y móvil, cámara al hombro y sonido directo o de ambiente. Esta proeza técnica se puso al servicio de un encargo realizado al principio como una encuesta que no ocultaba nada de un tema particularmente escabroso. Rouquier realizó un tríptico abierto, de una probidad perturbadora, sobre el sufrimiento y su horror, la curación y las cuestiones que plantea, la fe y los mercaderes del templo. A esta obra siguió su segunda película de ficción S.O.S Noronha , que evocaba las actividades de un grupo de mecánicos de radio instalados en una pequeña isla brasileña y encargados de guiar a Mermoz en uno de sus vuelos postales. Tras su realización, y aunque nunca dejó de trabajar, Rouquier tendría que esperar 25 años antes de poder rodar un nuevo largometraje, gracias a una aportación inicial de fondos estadounidenses. Su titulo: Biquefarre (Gran Premio especial del jurado en el festival de Venecia de 1983), esa "continuación" de Farrebique con la que tanto había soñado 37 años antes. Pero los tiempos habían cambiado y fue una película totalmente distinta la que vio la luz. Su trama entretejida por varias historias, la principal referida a Farrebique, permitió a Rouquier trazar como humanista, un abrumador balance sobre la situación actual de la agricultura francesa, la tierra, base de subsistencia, convertida en herramienta de trabajo, hombres y bestias sometidos a ritmos infernales; balance, en fin, que no pasa por alto el problema esencial de la posesión del suelo. Ningún sentimiento paseista merma la fuerza de la película, animada por una vehemente indignación, fruto de la comprobación efectuada al término de una larga encuesta. Siendo la forma inseparable del contenido, nunca el cineasta pareció haber dominado un estilo como en Biquefarre , con un montaje que situaba definitivamente en el lugar idóneo los elementos visuales y sonoros grabados durante el rodaje. La vida de los mitos es larga, y más aún en Francia, y Rouquier siguió siendo durante largo tiempo el hombre de una sola película, Farrebique . Pero se empieza a descubrir que tiene tras de si toda una obra, fruto de una voluntad tenaz y de una indefectible fidelidad a si mismo.
Lo publicó auess en Fileheaven, he buscado por el foro y no la he encontrado por aquí, asi que os traslado aqui el enlace. La película es muy recomendable, la vi hace unos años en un canal autonómico y es maravillosa, os lo aseguro.
Subtítulos (descarga directa):Cirlot escribió:Pa' vuestro solaz "regocijao", al fin, el "Firribique" Rouquieriano:
Farrebique.Georges.Rouquier.1946.XviD.DVD.Cirlotrip.avi
Subtítulos ingleses, franceses e ibérico-mesetarios en formato idx+sub:
Z.Farrebique.(1946).En,Fr,Esp.rar
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Los subtítulos en castiliano en formato .srt ya los he subido a eXtratitles. En cuanto aparezcan añado el enlace.Código: Seleccionar todo
Tamaño: 702 Mb, o 736, 557, 056 bytes Interleaved: 1 vid frame (40 ms), preload=504 Audio códec:0x0055 (MP3, ISO): identificado como MPEG-1 Layer 3 32 MHz 96 KB/s (2 canales) CBR Vídeo códec: XviD QPEL- No; GMC- No; BVOP- Sí; N-VOPS- No Duración: 1 h, 27 min, 16 segs. 130, 900 fotogramas. 1022 KB/s (Qf: 0.272) a 25 FPS. Resolución: 448x336 AR: 1.333 (4:3)
Muchas gracias a los varios compañeros de esta web que me han ayudado a sacar este ripeo adelante.
Salud, comas, República y No.
P. D. 1.- Desde esta noche en Razorback2 16 ó 20 horas al día, y en Lanzamiento.
P. D. 2.- En cuanto "Farrebique" esté bien distribuída pasaré a ripear "Biquefarre".


