¨ AL FINAL DE LA ESCAPADA / SIN ALIENTO ¨
[quote="fluidoramon"]Como ya nos ha adelantado nuestro amigo poprischin el próximo sábado en el programa CINE EN B&N se emitirá la película francesa
AL FINAL DE LA ESCAPADA, dirigida en el año 1960 por Jean-Luc Godard. Esta película es una de las obras emblemáticas del movimiento conocido como La Nouvelle Vague (La nueva ola) que surgió en Francia a principios de la década de los sesenta y propició un cambio brutal en el Cine. La narrativa clásica imperante en el Cine de Hollywood se vio afectada por esta nueva manera de rodar Cine.
Esta película nunca me ha gustado, pienso que está muy sobre-valorada, además a los que nos gusta el Cine de los directores más clásicos, esa manera descuidada de rodar con el empleo de cámara al hombro, con saltos de eje y con encuadres descuidados, no me agrada. De todos modos es un film de culto cuya huella ha llegado hasta nuestro días. El otro film emblemático de este movimiento lo rodó ese mismo año François Truffaut y se tituló "Los 400 golpes".
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GENERALIDADES
TÍTULO ORIGINAL A bout de souffle
DIRECTOR Jean-Luc Godard
AÑO 1960
GUIÓN Jean-Luc Godard (Argumento: François Truffaut)
MÚSICA Martial Solal
FOTOGRAFÍA Raoul Coutard (B&W)
MÁS DETALLES
PRODUCTORA Impéria Films / Société Nouvelle de Cinema
PREMIOS 1960: Festival de Berlín: Oso de Plata - Mejor director
GÉNERO Drama. Romance | Nouvelle vague
DURACIÓN 89 min.
PAÍS Francia
REPARTO
Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Henri-Jacques Huet, Roger Hanin, Jean-Pierre Melville, Jean-Louis Richard, Claude Mansard, Jean-Luc Godard
SINOPSIS
Michel Poiccard (Jean-Paul Belmondo) es un ex-figurante de cine admirador de Bogart. Tras robar un coche en Marsella para ir a París, mata fortuitamente a un motorista de la policía. Sin remordimiento alguno por lo que acaba de hacer, prosigue el viaje. En París, tras robar dinero a una amiga, busca a Patricia (Jean Seberg), una joven burguesa americana, que aspira a ser escritora y vende el New York Herald Tribune por los Campos Elíseos; sueña también con matricularse en la Sorbona y escribir algún día en ese periódico. En Europa cree haber hallado la libertad que no conoció en América. Lo que Michel ignora es que la policía lo está buscando por la muerte del motorista.
(FILMAFFINITY)
CRÍTICAS
Película clave en el despertar de la "Nouvelle Vague" (Nueva Ola) del cine francés, renovador movimiento que tuvo en Godard uno de sus más estimulantes creadores. (FILMAFFINITY)
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"Sin este pequeño inmenso filme no se entendería nada del cine posterior" (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
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"Godard hizo del descuido virtud, con sus mezclas de planos abstrusos, sus empalmes alocados, sus cortes inoportunos, y eso creó una moda, por suerte refinada después. (...) Algo tendrá el clásico cuando su impronta se deja sentir en la historia del séptimo arte. Sin exagerar." (Carlos Marañón: Cinemanía)
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COMENTARIOS
RTVE.es/EFE 15.03.2010
Corría el final del invierno de 1960 cuando un joven cineasta llamado Jean-Luc Godard estrenaba en París su ópera prima, À bout de souffle, cinta de la "Nouvelle Vague" que a sus 50 años permanece como icono por excelencia de la modernidad.
Sus diálogos irreverentes y misteriosos, intelectuales a la vez que vulgares, así como un montaje tan incoherente como lógico, compuesto por enfoques osados y poco habituales, configuran una obra a la que no hace mella el medio siglo.
À bout de souffle (Al final de la escapada) se estrenó el 16 de marzo de 1960 y permaneció siete semanas en cartel, tiempo durante el que se acercó a las 260.000 entradas.
Dos estrellas, Belmondo y Seberg
Una joven Jean Seberg, que vende el periódico en los Campos Elíseos, y un Jean-Paul Belmondo, con un inagotable cigarrillo en los labios y un sombrero a lo Humphrey Bogart, personalizan la historia de un gánster que quiere huir de París con una chica estadounidense, en una película "escrita" en blanco y negro.
El director,
Aseguró en los "Cahiers du Cinéma" a los pocos días del estreno de À bout de souffle que, en un principio, él quería respetar las normas de las películas policíacas pero que renunció "por pereza".
Una excusa, quizás, para confirmar que la modernidad empezaba a colarse por los recovecos del lenguaje cinematográfico, gracias a una generación de autores que habían crecido viendo cine en la Cinemateca de Henry Langlois y en los cineclubes.
Una nueva forma de hacer cine
Los años han pasado, pero la grafía de Godard permanece latente en cineastas contemporáneos, de la misma manera que el vestido de rayas de Jean Seberg o la manera de secarse los labios con el dedo de Belmondo se mantienen vivos en el imaginario cinematográfico.
Una de las imágenes más recordadas de ’À bout de souffle’, la forma en la que Belmondo se secaba los labios, tantas veces imitada en el cine y la publicidad.
Además, la nueva tecnología, con cámaras más ligeras que permitían hacer largos planos secuencia y grabar con cámara en mano, propició un cambio en la estética al sacar los rodajes a la calle y al impregnar la película de luz natural.
Jean-Paul Godard era uno de aquellos "jóvenes turcos", como se denominó a los directores de la Nueva Ola francesa, y À bout de souffle pronto se convertiría en una de las películas más rompedoras de una corriente de por sí innovadora, lo que le supuso algunas críticas.
Así, la opción de no ceñirse a las normas de un determinado género cinematográfico se tradujo en "pobreza creativa", según escribió Étienne Fuzellier en "Éducation Nationale", y los diálogos frescos e improvisados de un filme que Godard definió como católico y marxista suponían para los detractores el reflejo de "un tipo de juventud" de "amoralidad compleja" y "agresividad sin motivo".
Un nuevo lenguaje cinematográfico
Con À bout de souffle el montaje se convirtió en protagonista gracias a los saltos de "raccord" y de eje, las elipsis y la alternancia de montaje rápido con planos largos.
¿Cómo un proyecto tan arriesgado consiguió financiación? Un guión original -basado en una noticia de periódico- de François Truffaut, quien se acababa de consagrar con Les 400 coups (Los cuatrocientos golpes) en el Festival de Cannes, avalaba al director parisino, además, claro, de que requería de un presupuesto reducido.
À bout de souffle costó 50 millones de francos antiguos, es decir, un tercio de lo que costaba una película de la época, y, de este presupuesto, un cuarto fue para la estrella internacional, Jean Seberg.
Numerosos homenajes
El productor Georges de Beauregard fue quien se decidió a invertir, puesto que acababa de sufrir un estrepitoso fracaso y necesitaba algo que le hiciera remontar; curiosamente, el dinero que se esperaba que facilitase el Centro Nacional de la Cinematografía (CNC) para A bout de souffle lo habían generado las dos últimas películas de Fritz Lang.
Este detalle circunstancial, que relaciona la ópera prima del que crearía obras como Le mépris o Alphaville con autores relevantes de la historia del cine, se plasma también en los fotogramas de la película.
Así, la cinta hace un homenaje a la orwelliana Ciudadano Kane, a Casablanca, a Viaggio in Italia(Te querré siempre) de Rossellini, además de recordar a Jean Renoir, referente de la "Nouvelle Vague", a través de un cuadro de su padre.
Estas son sólo algunas de las múltiples citas que incluye la película, cuya identificación supone un placer añadido para el espectador, a lo que se pueden sumar los cameos del propio Godard, al más puro estilo hitchcockiano, o de amigos suyos del mundo del cine y de la televisión.
http://www.rtve.es/noticias/20100315/a- ... 3761.shtml
Programa Nº 120 (29-4-2012)
Dedicado al film:¨Al final de la escapada¨ de Jean-Luc Godard
Contertulios: José Luis Garci, Miguel Marías, Antonio Giménez-Rico y David Gistau.
Enlace
Con un extra añadido:
__ Comentarios sobre Jean-Luc Godard, de casi 13 min (TVE, Días de cine, 2011)
cine en b&n-Al final de la escapada-prest&coloq&extra-navarrete.avi
Saludos… … Garcian@s.