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Biografía:
Arquitecto y urbanista. Director, guionista y productor de Cine y Televisión. Autor, diseñador y editor de libros y publicaciones, principalmente relacionados con la Arquitectura y el Urbanismo. Juan Sebastian Bollaín ostenta un perfil profesional único en España, combinando desde los años 70 a partes iguales la práctica de arquitecto con la de cineasta (con varios largometrajes “Las dos orillas” (1987), “Dime una mentira” (1992), “Belmonte” (1995), cortometrajes y programas de televisión en su haber). La Alameda 78, "Sevilla en tres niveles", "Sevilla tuvo que ser", "La Ciudad es el recuerdo", "Sevilla Rota", Cádiz 79, un enigma del futuro, Sevilla tiene dos ríos, Sevilla 2030, Sevilla, no te mires en el río, Distrito siete, La Alameda 98, ¿A dónde vamos? (Transportes en el área urbana de Sevilla) son algunos de los documentales donde Juan Bollaín experimentaba con la capacidad del medio audiovisual para transmitir conceptos arquitectónicos.
Uno de sus últimos trabajos "La Música Callada" serie audiovisual sobre arquitectura contemporánea está varada desde 2007 por conflictos de financiación. Esperamos que pueda estar disponible para todos pronto.
http://www.youtube.com/user/ernestocritico
Juan Sebastián Bollaín, un activista cinematográfico
Un director coherente. La coherencia en sí misma no es una virtud, los cabestros, los zoquetes, también lo son. Si esa coherencia va acompañada de una serie de ideas, de valores, meditados, reflexionados, desarrollados, y de una serie de actos, manifestaciones, concreciones, acordes con esas ideas, entonces la coherencia sí es un valor. Hablar por hablar, rodar por rodar, a la espera de que salte la liebre, generalmente trae como consecuencia que la liebre haga mutis por el foro, o muera de vieja. La inspiración se trabaja, se busca, aunque sea inconscientemente.
http://youtu.be/mcMwqpH-4TY (La ciudad es el recuerdo)
Vivimos en una época en la que damos por hechas, conclusas, todas las cosas. Son las que son y no hay modo de cambiarlas, como si eternamente nos encontráramos en el final de la Historia, o al borde del Apocalipsis. Actitud, más bien falta de actitud, acomodaticia, indolente, que acarrea que las cosas empeoren, sí, o sí. Hemos aceptado, sin resistencia, que el cine ya no puede ser un medio revolucionario de transformación social, que ha quedado relegado a su mera función de entretenimiento, de escapismo, de onanismo. Algo que siempre se ha atribuido en exclusiva al cine comercial, y que ha extendido sus tentáculos al mal denominado cine independiente, que ha quedado reducido al papel de marginal, no por su capacidad de riesgo, de trasgresión, sino por la sencilla razón de que está realizado al margen de la industria. Una simple cuestión económica, no ética, ni estética.
http://youtu.be/4W-SF2fIzzE (Se puede filmar lo imaginario)
Bollaín no, no confundir con su roja sobrina, hablo del color del pelo. Bollaín no es de la generación de los jóvenes ancianos actual, Bollaín piensa que otro mundo es posible, que otro cine es posible, y no se limita a decirlo, ni a redactar manifiestos, lo muestra, lo hace, no es un pajero intelectual, es un activista, cinematográfico. Convierte las utopías, los sueños, en realidades, predica con el ejemplo, construye mundos paralelos que sirvan de muestra, de reconocimiento, de lo que las cosas, las personas, las ciudades, pueden llegar a ser, sustituye el pragmatismo por visiones, lo mismo que hizo Julio Verne en literatura, a mayores con sentido del humor, no golpeándote con ninguna bandera. Bollaín transforma la arquitectura, las ciudades, en algo nuevo, humano, vivo, divertido, disfrutable, cambiante, mutable. Es capaz de convertir un Plan General en una aventura, en un parque temático. Bollaín se implica, compromete, con el cine, con la vida, no hace compartimentos estancos, no establece divisiones entre el arte por el arte y el cine social, todo en él es cine popular, arraigado en el pueblo, en las calles, sus sueños tienen patas, son visibles, reales. Pero no es complaciente, no le dora la píldora al pueblo, le canta las verdades del barquero, le provoca, le obliga a reaccionar. Critica la pachorra, tradicionalista, inmovilista, provinciana, idiosincrasia del sevillano, del español, su prepotencia basada en la inseguridad, en la ignorancia, en el orgullo herido, su conformismo disfrazado de nihilismo, su pasotismo fundado en la cobardía, y no lo hace burlándose de ellos, ni compadeciéndolos, lo hace mostrándoles alternativas, ofreciéndoles otros espejos, más amplios, menos opacos, en los que poder mirarse, identificarse, modelos de superación.
http://youtu.be/h1mVgcLWkC8 (Sevilla en tres niveles)
Su cine es todo lo contrario al cine posibilista, conformista, que nos inunda, que nos asfixia, es imposibilista, utópico, hace lo imposible posible, convierte la magia, el cine, en algo cotidiano, cercano, en un juguete, a estrenar. Quien ni lo intenta, quien se acomoda, se estanca, se resigna, es un muerto en vida. Bollaín muestra un camino, de los múltiples posibles, cumple su responsabilidad, la del espectador es la de participar, aplicarlo, llevárselo a casa, hacerlo suyo, con variaciones. El cine, la vida, es para valientes, no para espectadores pasivos y/o reaccionarios.
http://youtu.be/uMeqdFJfhkk (Sevilla rota)
“Si hubiera tenido los medios que muchos jóvenes tienen ahora estaría como loco. Saldría a la calle y no pararía de hacer cosas. No veo locura ni pasión. Pero no quiero ser categórico en esto. Lo único que sé es que a mí lo que más me sana es la locura de hacer una película” J.S.Bollaín
http://youtu.be/J28kyGWKJkY (Sevilla tuvo que ser)
Entrevista a J.S.Bollaín:
-Las películas que hizo en los años setenta sobre Sevilla para algunos se han convertido en míticas.
-Tienen mucho de aquella época. Son underground y fruto de mi gusto por el surrealismo, por Buñuel.
-¿Cómo nacieron?
-Bueno, soy muy inconsciente con lo que hago. Me apasionaba el cine e hice esas películas inventando todos los trucos. No existía el vídeo. Parecía Buster Keaton. Ése es el origen. Después pedí una beca para rodarlas y me inventé que eran parte de un proyecto sobre arquitectura. Acudí a la Fundación March y les conté un discurso teórico que fuera creíble. Me acuerdo cuando le puse al tribunal, unos señores muy serios, esa escena en la que se habla de la Semana de la Pornografía sevillana [proyectaba sobre el cielo de la ciudad escenas de sexo explícito]. El tribunal se quedó pasmado. En realidad, yo nunca tuve una teoría sobre Sevilla.
-¿Le dieron la beca?
-Sí. No me discutieron nada. No tenían argumentos para decir que aquello estuviera mal. Tuve que escribir un rollo teórico que me costó mucho más trabajo que la película. Escribí un argumento con los trozos sueltos que tenía. Salió a base de montaje. Me muevo por intuición, por pasión. Sólo le doy forma a las cosas para que cuelen. Así que no puedo dar una idea de la ciudad. Mi proceso creativo entonces y ahora es un desmadre absoluto.
-Los temas que aparecen en esas películas todavía son actuales.
-Las películas son parte de un proceso inconsciente. Las hice sin demasiada fe, sin preocuparme, con desparpajo. Me sorprende ver cómo entonces salieron temas como la preocupación por el medioambiente o la especulación. A veces me digo: "Coño, qué moderno era yo". Quizás mi sensibilidad de entonces tenía cierta conexión con la de ahora. Todavía me sorprende.
-Aquella Sevilla era muy cutre...
-Mucho. El medio era cutre.
-...Pero me da la sensación de que entonces la gente se sentía mucho más libre que ahora.
-No me lo había planteado. En aquella época utilizaba mecanismos de producción que me dieron libertad. No sé si era un privilegiado o una víctima. Recurrí al Colegio de Arquitectos para que me ayudara y trabajar con ellos fue una delicia. Últimamente ha sido un infierno. Algo debe haber cambiado. La situación ahora es más patética, más siniestra. Hemos pasado de una sociedad neurótica a otra psicótica. Entonces se buscaba despertar la conciencia porque era lo único que sanaba. Ahora estamos inmersos en un silencio que es como el que sufre un enfermo mental. El pensamiento políticamente correcto es una plasta. Hasta internet, que podría ser un mecanismo de participación, está siendo fagocitado por el poder. Terminarán controlándolo. Igual que controlaron en su momento la televisión.
http://www.diariodesevilla.es/article/e ... igazo.html
Pentalogía sevillana: (archivos en mp4, se pueden ver con VLC)
La ciudad es el recuerdo (J.S. Bollaín).mp4
Se puede filmar lo imaginario (J.S. Bollaín).mp4
Sevilla en tres niveles (J.S. Bollain 1978).mp4
Sevilla Rota (J.S. Bollaín) 1978.mp4
Sevilla tuvo que ser (J.S. Bollaín 1978).mp4
(Total: 164 Megas)