El Cine y el Capital (Manoel de Oliveira)

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professor keller
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El Cine y el Capital (Manoel de Oliveira)

Mensaje por professor keller » Mar 07 Abr, 2015 06:16

Dejo por aquí este texto de Manoel de Oliveira con el que me crucé ayer. Fue escrito en 1933. Si las fechas son correctas y las cuentas no me fallan, Oliveira (1917) tenía 16 años. De modo que no sólo fue longevo, también fue precoz.

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El cine y el capital / por Manoel de Oliveira

El cine es, de todas las artes, la más sujeta al capitalismo, por el coste enorme de su material y medios técnicos, y además por la dependencia aplastante de un público mal orientado por una fuerte propaganda que cuida demasiado de estrellas y astros, y nada de ideas y procesos artísticos.

En los E.E.U.U, por ejemplo, dónde la industria cinematográfica alcanzó una perfección técnica inigualable, la organización comercial y la mecanización alcanzaron tal desarrollo que aplastan y subyugan por completo al hombre, o mejor - al artista. El dinero y la máquina lo transformaron en un perfecto autómata. Bajo mi parecer, para hacer una película en cualquier estudio de Hollywood, solo es necesario el habitual "On tourne ! ". La máquina está preparada y basta meter un cerdo por un lado para que salga un chorizo por el otro. Duhamel tiene razón cuando se subleva contra el cine norteamericano. Es cierto que hay excepciones; pero como siempre, apenas sirven para confirmar la regla.

Vista una película norteamericana, vistas todas. El mismo fondo moral, la intriga anterior ligeramente disfrazada; los artistas parecen todos gemelos, la misma estatura y rasgos semejantes, actuando siempre del mismo modo. Todo es en serie: argumentos, realizaciones, procesos, artistas, etc.

Cuando una película es un éxito de taquilla sirve de modelo para decenas de películas semejantes. Igual que en la industria del automóvil; después de haber estudiado un tipo de coche, se reproduce en serie por miles.

Traicionan los fines humanos, sociales y educativos de un arte utilizando sus medios para mera especulación comercial, imprimiendo en celuloide vida falsificada en los estudios, la cual es tan funesta para el espíritu y la cultura de un pueblo como el aceite falsificado por el tendero lo es para el estómago de aquellos que inconscientemente lo ingieren.

Buscan hombres y mujeres cuya figura insinuante deja prever la futura adoración del público, y a fuerza de carteles despampanantes, fotos y artículos que una colosal organización de publicidad hace llegar a las redacciones de todas las revistas del mundo, los convierten en verdaderos ídolos. Así, Clark Gable, la última victoria del galán americano, todavía no había estrenado una sola película en Portugal y ya las ingenuas cinéfilas le escribían cartas apasionadas pidiéndole fotos dedicadas.

En vez de estudiar temas humanos, escogiendo después los intérpretes según las exigencias de esos temas, se escriben y adaptan historias a propósito para esta o aquella artista, para poner en evidencia toda su belleza física y todo su "sex-appeal". Lo mismo parece suceder cuando se pretende lanzar un nuevo director. Un núcleo de técnicos y artífices, a disposición de los cuales se ponen millones, son la garantía de su hacer, como un sello de Paramount, M.G.M., o de cualquier otra empresa, es la garantía de su expansión mundial. Y tenemos la impresión de que la principal función del director es precisamente firmar la obra para darle paternidad legítima; pues el público siempre se peleó por ídolos a los que adorar...

Estas películas que técnicamente resultan irreprochables por la perfección de la fotografía, por la precisión matemática de los "travellings", por la grandiosidad de los dispendiosos "décors", etc., hablan casi siempre, sino siempre, por debajo del punto de vista humano y artístico. Siendo un producto de la colaboración de muchos, no pueden tener nunca el carácter y la personalidad que tendrían en el caso de que fuesen dirigidos por uno solo - pero competente; auxiliado, sí, por otros elementos, pero nunca subordinado a ellos.

Es sabido que al capitalismo de ningún modo le interesan temas que desarrollen problemas de orden psicológico o social. Un único fin los atrae (y esto sucede en todos los países con excepción de la U.R.S.S.): el resultado comercial de las películas. Teniendo como objetivo multiplicar millones, las empresas cinematográficas son agentes de perniciosa propaganda de erotismo perverso, de falso optimismo, de una ficticia concepción de la vida, como sol fabricado en el interior de los estudios.

En la U.R.S.S. donde el resultado de una película no se verifica en la taquilla sino a través de la acción educativa que ejerza, el cine tiene como finalidad una enérgica propaganda política y social. Tampoco ahí es plena la libertad del artista, dado que toda su actividad está limitada por el actual régimen político. Es necesario que la personalidad del artista pueda exprimirse con plena libertad. ¡Nada de servidumbres ! Que ninguna opresión limite su espontaneidad creadora.

René Clair después de la exhibición de "Á nous liberté", película que en sí misma era una crítica a la esclavitud del mundo capitalista, escribió en "Temps" un artículo en el cual combatía la opresión del capital sobre el cine. Otro martirizado ha sido el gran Pabst. Conscientes de su valor, ciertos capitalistas le han ofrecido sumas fabulosas para que haga una película a su gusto; pero cuando Pabst les presenta el argumento de una obra sana y pacifista, inmediatamente le dan la espalda. Así ya no les agrada el negocio. Pabst, en esto, ha sido de hierro, cediendo apenas en parte en sus dos últimas películas: "Atlantida" y "D. Quixote".

Su sueño, una película sobre la guerra futura, sobre la horrible catástrofe en la que el mundo será aniquilado por el choque de intereses mezquinos y particulares y por los odios injustificados de las naciones y las razas, esa gran película que sería una gran lección para el mundo, esa nunca encontrará con toda seguridad capitales que la financien.

No está bien que el desarrollo de un arte permanezca así, dependiendo de una burguesía que bajo la capa de la finalidad artística apenas explora un negocio rentable. (Y que nos vengan después a decir "el público quiere, el público pide", cuando este se limita a recibir pasivamente aquello que le presentan).

Siendo el cine, de todas las artes, la que mayor y más directa influencia ejerce sobre la mentalidad popular, sucede que se parte de la falsa y criminal opinión de que el espectador solo necesita y desea saborear, por un precio mínimo y confortablemente instalado en su butaca, un espectáculo alegre y divertido que le haga olvidar los cansancios y sinsabores de una vida extenuante. Y el público olvida que su vida es atribulada por una pésima organización social y económica, aceptando por una cómoda y grosera cobardía aquella envilecedora compensación que le ofrecen.

El cine precisamente podría, como ninguna otra arte, apuntar esos males y sus consecuencias tomando como temas dominantes los múltiples problemas que el hombre afronta en su vida sexual, familiar, profesional, económica y social.

Pero el público continúa buscando apenas distracción, inconscientemente influenciado por el falso y vacío espectáculo que le da la espalda al meollo. Así, algunos empiezan por dejarse crecer un ridículo bigotito y otros terminan por practicar actos criminales, en la vana ambición de ser como en el cine...

Es por tanto necesario acabar con el cine-negocio. Es necesario arrancar la industria del cine de las garras nefastas del capitalismo. Es necesario que el cine sea apenas esto: un órgano de creación artística y de acción educativa y social.
Publicado originalmente en Revista Movimento, n°7, 1 de octubre 1933. Traducción de Pablo Caballero Marcos, publicada en Márgenes en Diciembre de 2014.

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Dardo
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Re: El Cine y el Capital (Manoel de Oliveira)

Mensaje por Dardo » Mar 07 Abr, 2015 08:15

Mmmmm lo cierto es que me ha parecido la típica reflexión demagógica 100%, y es que el humano (volvemos a nuestro tema capital) tiene esa tendencia a demonizar para justificar su trabajo. Y es que está muy bien que Oliverira le guste más el cine "intimista" por llamarlo de alguna manera, pero queda feo eso de generalizar de esa forma sobre otro tipo de cine diferente al suyo. Basicamente siempre pienso que cuando este tipo de críticas las hace alguien del "sector" es simplemente envidia de ver como algo que para él es simple y burdo triunfa, mientras que su cine de laboratorio y reflexivo pues no deja de ser minoritario, en el fondo es una impotencia que entiendo pero que no comparto ya que no olvidemos que el cine es un negocio, y que Oliveira y tantos otros si no arrojan resultados positivos pues se cierra el grifo. Es cierto que una vez que tienen los bolsillos llenos, uno puede ser más cuidadoso en los trabajos de los que toma la dirección pero eso ya es como en cualquier orden de la vida cuestión de gustos, de moral y de situaciones particulares.
Ahora bien, en páginas de cine como esta hablar de Oliveira pues bien, vale, la gente está orientada, pero en general en la sociedad, les hablas de Manoel de Oliveira y pueden decirte que es un escritor, a un lateral que tuvo el Benfica hace años. En cambio si mencionas a gente como John Ford, o al propio Clark Gable pues son nombres que hasta los menos cinéfilos conocen, y por lo tanto al margen de publicidad y otras historias algo habrán hecho bien, porque entonces si tomamos las palabras de Oliveira como válidas, estaremos una vez más diciendo que la gente es gilipollas y actuamos como un grupo de ovejas guiadas por sus perros y el pastor y me niego a pensarlo, por mucho capital/ismo que nos someta, porque en el cine ha sido de las pocas cosas donde la gente no tiene "obligación" de acudir a las salas o seguirlo por lo que entiendo en la libertad individual de elección.

Gracias por el artículo Keller :wink:

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Re: El Cine y el Capital (Manoel de Oliveira)

Mensaje por professor keller » Mar 07 Abr, 2015 09:55

Coincido y disiento con muchos aspectos del artículo de Oliveira. Lo traje como curiosidad, no porque me represente. De todas maneras:
Dardo escribió:pero queda feo eso de generalizar de esa forma sobre otro tipo de cine diferente al suyo (...) ya que no olvidemos que el cine es un negocio
Hombre, ponte de acuerdo, porque no es argumentativo criticar una generalización con otra :wink: El cine es un arte. Que de él se obtengan dividendos o no, es algo ajeno al acto cinematográfico en sí. De lo contrario, si vamos a definir a las cosas solamente por las ganancias que arrojan, cualquier especialidad artística sería simplemente un negocio (y para el caso cualquier deporte, o cualquier actividad política). Si toda la producción cultural es hoy en día un negocio, entonces la incidencia del capital en las actividades de los hombres me parece algo tan evidente como innegable.
Dardo escribió:(...) En cambio si mencionas a gente como John Ford, o al propio Clark Gable pues son nombres que hasta los menos cinéfilos conocen, y por lo tanto al margen de publicidad y otras historias algo habrán hecho bien (...)
Sinceramente no creo que se pueda hablar de Ford o Gable "al margen de la publicidad y otras historias". El cine americano ha sido y es primero publicidad, después negocio, luego penetración cultural, y por último todo lo demás. Yo vivo en un país que siempre ha tenido una gran producción cinematográfica, y sin embargo el 90% del cine que se ha visto y se ve por televisión en Argentina es norteamericano. No tengo dudas de los valores artísticos que ha aportado la industria americana al cine, pero sería ingenuo, creo, pensar que su popularidad se debe solamente a su calidad intrínseca. Hoy en día, 82 años después del artículo de Oliveira, EEUU produce el peor cine del mundo, y sin embargo sigue siendo el más popular.
Dardo escribió:(...) porque entonces si tomamos las palabras de Oliveira como válidas, estaremos una vez más diciendo que la gente es gilipollas y actuamos como un grupo de ovejas guiadas por sus perros y el pastor y me niego a pensarlo, por mucho capital/ismo que nos someta, porque en el cine ha sido de las pocas cosas donde la gente no tiene "obligación" de acudir a las salas o seguirlo por lo que entiendo en la libertad individual de elección.
La gente tampoco tiene obligación de encender la televisión, y sin embargo se pasa la vida mirando gilipolleces. Personalmente creo que lo de "libertad individual de elección" es una idea falsa, porque ir al cine no es como ir de paseo a la naturaleza: la gente sólo puede elegir entre lo que está en cartelera. Nuestra "libertades", por lo tanto, están controladas por las distribuidoras.

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Dardo
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Re: El Cine y el Capital (Manoel de Oliveira)

Mensaje por Dardo » Mar 07 Abr, 2015 13:24

A ver claro que es un arte profesor, pero como tal y al igual que cualquier otra disciplina lleva asociado el negocio, porque todos sabemos que ya puedes ser un verdadero crack que como no tengas al X de turno que financie el proyecto pues te quedas a dos velas, de ahí que sean famosas las intrigas y desventuras de grandes realizadores buscando financianción, o bien directores que han tenido que hacer 3-4 cosas comerciales para después tener crédito para abordar proyectos más intimistas que nadie les hubiese finaciado. Me refería un poco a eso.

España al igual que Argentina también tiene abundancia de películas y que han tenido bastante cancha televisiva y no por ello el público las selecciona a la hora de tirarse un rato a ver cine, por lo que el tema publicitario aunque está claro que funciona no creo que justifique el éxito o el fracaso. Está claro que si inundas los cines de tal o cual película hay más opciones de verla, pero que la gente prefiriese ir a ver Indiana Jones a Volver a empezar en su momento pues en fin es cuestión de gustos no de publicidad.

Que EEUU produce el peor cine del mundo es lógico porque cuando hay mucha cantidad hay más opciones que existan peores productos, pero eso no quita que en el resto no existan productos malos y en general si tengo que hacer una lista de las películas que más me han gustado de la historia del cine un alto porcentaje son americanas y creo que a una gran parte de cinéfilos les ocurre igual por lo que creo que el sistema les ha funcionado. :wink: