El rito (Isaki Lacuesta, 2010)

[Diluvio]

... y un corto que acabo de ver: http://www.blogsandocs.com/?p=1233, tendencioso y prepotente a más no poder.

batallans: a mí me interesaría reflexionar un poco sobre El Rito porque no acabo de ver a dónde quiere ir. Hasta el momento tengo que asumir, puesto que son declaraciones del autor, lo que no quiere decir (no es una metáfora sobre las tendencias yijadistas nunca demostradas del Imán de Salt, tampoco pretende una concienciación vegetariana); parece que ni siquiera está en su intención denunciar la indiferencia hacia un sistema tan extremadamente cruel y espeluznante de sacrificio, sino describir la mística que acaba por envolver los actos terribles y repetitivos de quien asegura la supervivencia de las personas. Pero, realmente, no fijo bien la relación de los elementos elegidos y este fin, ni sus implicaciones: en terrenos trascendentales me bloqueo mucho. Cuando lo calificas de tendencioso y prepotente imagino que tú lo has visto claro ¿Te importaría extenderte?

Por si alguien quiere sumarse, una advertencia: el corto no llega a 8 minutos, pero es difícil soportarlo entero; a partir de la escena de las rampas ya me he tenido que poner de pie, andar de un lado a otro, sacudir la manos... es durísimo.

[batallans]

Bajo mi punto de vista,
Es prepotente porque revela las intenciones en los rótulos ("no es una metáfora..."), sin embargo, ¿qué razón hay para ese rótulo? ¿presentar a la persona, al trabajador, al imán, al matarife, ... en fin, ¿a quién?, bueno, lo he tomado como una justificación... pero no sé exactamente el camino que sigue Lacuesta en esos rótulos de presentación. ¿Y por qué no es una metáfora? ¿qué puede ser? ¿Un fragmento de la vida real? No me lo creo... porque hay intervención del cineasta, del artista que elige, corta, filma, graba esos planos llenos de significación.
Tendencioso: bajo esos rótulos trabaja un hombre, identificado como el imán de Salt, en un matadero, pero no justifica nada. Fíjate, Claude Lanzmann filma a un empleado polaco ya jubilado de la empresa estatal de ferrocarriles, un tío común y corriente, pero detrás suyo, el paisaje es significante: es nada menos que Treblinka. Hay hay una relación causa-efecto, y reconocimiento. Recordé mucho la peli de Franju (es inevitable, La sang des bêtes), depurada, cortante y seca. Lo que en Franju era la tangible ética profesional de los mataderos, en Lacuesta se convierte en la espectacular y fría tarea de matar a "nuestra comida" (como creo que pone un rótulo, no lo recuerdo bien...) bajo el pesado matiz de que esa comida la "mata" un profesional que es imán de Salt. El cineasta quiere prende y creo que desea, consiguiéndolo, que lo veamos como una metáfora, porque si no es así, tendría que filmar, organizar y exhibir su película de otra forma completamente diferente, y esa diferencia está en los matices: en el texto que acompaña el principio y fin de la peli.

[Diluvio]

Perdona el retraso, un imprevisto.

He estado mirando un poco los orígenes del corto. La editorial La Fábrica saca una vez al año una revista llamada Matador. Deciden ofrecer a Miquel Barceló el número N para que la dirija y que a la par sea una semblanza de sí mismo. Barceló decide que no pintará, que hablará de su universo e influencias. La revista suele acompañarse cada número con un audivisual (por ejemplo un disco de Comelade, creo recordar, hace algunos años). En este caso Barceló llama a su amigo Isaki para que realice un corto inspirado en su imaginario.

Total que estamos ante un encargo, no ante una cuestión sobre la que Lacuesta hubiese sentido la necesidad de expresarse en sus múltiples matices, sino frente a algo que tenía que reflejar el mundo filosófico-artístico de su amigo Barceló, quien anda muy interesado en asuntos taurinos, hasta el punto de que el último cartel del coso barcelonés ha sido realizado por él. Por eso no es un alegato vegetariano, por eso no quiere llegar a ninguna parte salvo a descubrir la supuesta, desde esa perspectiva que no comparto, belleza de la carne muriendo, y elevar el proceso, en virtud de que genera vida desde la muerte, de automático y embrutecedor a ritual y trascendente. Todo esto en honor al ideario Barceló.

Entonces , y empiezo a especular, pensaría Isaki: "la revista se llama Matador, mi amigo flipa con estos asuntos, pues por ahí tengo que hacer algo. Necesito toros, toros muertos... Pero mejor me alejo de la gloria tauromáquica y bajo al día a día. Mostraré un matadero y demostraré que también aquello es un rito en toda su trascendencia, mostraré su espléndida belleza desapercibida. En esencia, creo que esto es Barceló puro"

De modo que se nos va a al matadero más próximo a su casa, en este caso el de Salt, y se encuentra que hay dos maneras de sacrificar a los animalitos: una por aturdimiento eléctrico previo, y otra por el método halal, cuyo carácter ritual es explícito. Filma las dos y entonces se da cuenta de que el matarife del modo musulmán de sacrificio es el propio Imán de Salt, que ha estado en el punto de mira por polvorilla fundamentalista. "Vaya, las cosas se ponen interesantes, y más a mi favor, pero ... ¿Cómo resuelvo esto para que no digan que digo y me la monten? Ya está: al finalizar pongo un cartel advirtiendo que no quiero meterme en más honduras que en las derivadas del mero sacrificio animal por cuestiones alimenticias"

Por eso creo que, por ahí igual no es tendencioso. Yo es que estoy convencida de que las cosas la mayor parte de las veces son muy simples y van sucediendo. Y como el señor Lacuesta estará muy ocupado dándole sidol a la Concha de oro, no creo que se pase por aquí a regañarme por simplificar su obra e iluminarnos. Así que podemos seguir debatiendo tranquilitos entre nosotros.

[Diluvio]

En todo caso, lo quiera o no lo quiera el autor, alucine como alucine Barceló, yo esto sólo podría digerirlo como denuncia de un proceso cruel e intolerable. Cualquier otra intencionalidad, como entiendo que es la del autor, me parece inmoral.